martes, 22 de junio de 2010

LA MUERTE DE UNO SOLO BASTA

Parecía una escena bíblica, de los tiempos de hierro de la edad patriarcal, pero no lo era. El padre levantó el cuchillo de carnicero, de afilada hoja, y tomó a su hijo. La madre había corrido al patio despavorida, pidiendo auxilio.

El padre, creyendo cumplir la voluntad de Dios, pasó la hoja del cuchillo por la garganta del hijo, y le seccionó las carótidas. «Tienes que morir, hijo mío, por los pecados del mundo», había dicho con espantosa determinación.

La escena no era de los tiempos de Abraham sino en Randallstown, Maryland, Estados Unidos. Stephen Johnson, un hombre de veintiocho años, semitrastornado, sin duda, había sacrificado a su hijo Steve de sólo catorce meses de edad.

Gente fanática y trastornada hay mucha en este mundo. Stephen Johnson, que estaba bajo tratamiento psiquiátrico, era uno de ellos. Llevado por sus propias imaginaciones, y quizá por el uso de drogas, llegó a creer que él era Dios, y su pequeño hijo, Jesucristo. Y por eso cometió el crimen.

Así ha pasado durante todos los siglos en que ha existido el cristianismo en este mundo. Gente fanática, gente que se deja llevar de sus ideas, sus impresiones y sus sueños y visiones más que de la Biblia, ha caído en excesos, desatinos y locuras.

No es necesario que nadie más muera por los pecados del mundo. Sólo Jesucristo, Dios hecho hombre, podía morir en rescate por todos los pecadores. Cristo murió una sola vez, y su sacrificio es irrepetible. Con una sola vez que muriera, ha bastado para expiar los pecados de toda la humanidad de todos los tiempos.

El apóstol Pedro lo dice con toda claridad en su primera carta universal: «Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios» (1 Pedro 3:18). También en la epístola a los Hebreos está escrito: «Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos» (Hebreos 9:28).

Nadie debe morir por los pecados de nadie. Cristo ya lo ha hecho por todos, de una vez y para siempre. ¿Qué debemos hacer nosotros? Simplemente aceptar la validez eterna de ese sacrificio único y perfecto, y reconciliarnos con Dios, dándole gracias por Jesucristo. Él murió una sola vez, y una sola vez resucitó, por nosotros. Por eso ahora no tenemos que hacer más que aceptarlo.

miércoles, 9 de junio de 2010

CÓMO PRACTICAR LA PRESENCIA DE DIOS

Por el Dr. Adrián Rogers

Hay una frase constante acerca de la vida de José: “Jehová estaba con él.” En medio de todas las dificultades que José enfrentó, en cada una de ellas Jehová Dios estuvo con él. Y eso, mi amigo, es lo que nuestra vida cotidiana debe ser. Permítame compartir cuatro principios para practicar la presencia de Dios en su vida:












Q2247CD
Cómo practicar
la presencia de Dios
Gn. 37:1

Exprese su diferencia dada por Dios

Cuando Dios le salvó, hizo de usted alguien único. A José le fue dada una marca de nobleza: la túnica de colores. ¿Qué significa eso para usted? Como hijo o hija de Dios, usted es un príncipe o una princesa. Usted es coheredero (a) con Cristo (ver Gálatas 4:7)

Somos personas nacidas dos veces en un mundo de gente nacida una sola vez, y estaremos yendo “contra la corriente” la mayoría de las veces. Lo que creemos comienza en una fuente diferente, sigue un camino diferente, y termina en forma diferente. La Biblia nos identifica como “pueblo único” (Ver Dt.14:2; Tit. 2:14; 1 P. 2:9).

Explore sus sueños dados por Dios

Deje que Dios ponga un sueño en su corazón. Dios le habló a José por medio de sueños. Dios puede hablarle a usted de alguna otra manera. Pero el punto es este: Dios tiene un plan para su vida. ¿Quisiera usted saber cuál es el plan y la voluntad de Dios para su vida?

Romanos 12:1-2 tiene el secreto: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Esa es la formula: Presentación + transformación = realización. Preséntese ante Dios. Firme el contrato y deje que Él lo llene. No tenga temor de eso, porque cuando usted se presenta delante de Él, usted será transformado: lo que hay en su interior saldrá a la superficie. Usted no “encuentra” la voluntad de Dios. La voluntad de Dios lo encuentra a usted.

Soporte sus dificultades dadas por Dios

Donde hay un sueño dado por Dios, habrá dificultades dadas por Dios. José soportó la burla de sus hermanos. Lo lanzaron dentro de un pozo. Lo vendieron como esclavo. Fue falsamente acusado y padeció en una prisión. ¿Había Dios perdido el control? ¡Ni por un segundo!

Romanos 8:28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Dios va a permitir (Él no las va a causar) que usted tenga dificultades en la vida.

¿Posee usted un sueño destrozado? Dios aun no ha terminado con usted. No importa lo que Satanás haga, no importa lo que suceda, ¡Dios está en control!

Aliste su dinamia dada por Dios

Un filósofo dijo que: “Dios es un círculo cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia está en ninguna.” No hay lugar en donde Dios no esté. Cuando la Biblia dice que “Dios estaba con José, significa que Dios respaldaba a José. Dios siempre estuvo trabajando a su favor.

¿Sabe lo que yo quiero? Yo quiero que Dios esté conmigo. Quiero que haya algo acerca de Adrián Rogers que usted no pueda explicar, aparte del hecho de que Dios esté conmigo. Yo no quiero que Dios quite su mano de mi vida. ¿Qué de usted?

Dr. Adrián Rogers
0107 Practicing the Presence of God
Versión al español publicada Junio 2010
http://www.elamorquevale.org/