martes, 28 de diciembre de 2010

CINTURONES EN LA CIUDAD:RESULTADOS DE UN NUEVO NACIMIENTO

por el Hermano Pablo

Fue un cinturón de fuego de tumultos y de violencia que a fines de abril de 1992 rodeó una gran zona de la ciudad de Los Ángeles, California. En tres días se produjeron 3.300 incendios, se saquearon y se destrozaron miles de comercios, se enfrentaron las pandillas con la policía, y se vivió la furia del motín.

Tres semanas después de los disturbios se formó otro cinturón. Un cinturón humano. Un cinturón de hombres y mujeres, niños y adultos que, tomados de la mano, rodearon la zona devastada. Eran personas de ciento veinte grupos religiosos, que deseaban mostrar su esperanza de que la paz y la armonía podían restaurarse en la atribulada ciudad. El mundo entero se dio cuenta del tumulto, y el mundo entero se dio cuenta también del cinturón de paz.

Estas inquietudes sociales son típicas de la época en que vivimos. Los motines de Los Ángeles fueron terribles. Diez mil comercios, grandes y chicos, quedaron destruidos. El desempleo subió, de la noche a la mañana, a un cuarenta por ciento. Y los arrestos policiales ascendieron a más de diez y siete mil. Pero fue admirable la solidaridad fraternal que se produjo a raíz de los sucesos.

Hay muchos que compartimos interés y pasión por el bienestar social, por la paz en las familias, por la integridad en las relaciones humanas, y por la justicia en el corazón del hombre. Si los que tenemos esa preocupación manifestamos nuestra inquietud, quizá eso dé comienzo a deponer los odios raciales y religiosos, y las antipatías sociales y nacionalistas. Quizá podamos lograr que unos y otros, los de una parte y los de otra, alrededor de este mundo en convulsión, se unan en comprensión y en amistad.

Cuando eso suceda, comenzarán a cesar la violencia, la desigualdad social y las guerras. Nacerá una hermandad universal que unirá en uno no sólo manos sino corazones. Quizá sea soñar demasiado, pero la horrible condición social del mundo demanda que comencemos con algo, aunque sea sólo un sueño.

Sin embargo, aun para el que piensa que un cinturón humano de paz universal sea un sueño irrealizable, hay algo que sí se puede realizar. Es la paz que, como individuo, puede tener en su propio corazón. Cuando Cristo es el Señor de nuestra vida, el milagro del «nuevo nacimiento» ocurre en nosotros. Ese nuevo nacimiento trae consigo nuevos ideales, nuevos propósitos, nuevos impulsos y un nuevo corazón. Cristo desea darnos esa paz. Aceptémoslo como Señor hoy mismo.

lunes, 27 de diciembre de 2010

UN NIÑO NOS ES NACIDO

Isa 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Más importante que fechas y festejos es esta realidad: la del invaluable regalo de Dios a los hombres.

Más valiosa que las sospechas sembradas para una conmemoración que en esencia recuerda al Mesías es, sin duda, nuestra dependencia absoluta de Cristo Jesús, Señor Nuestro.

Mas allá de las estériles discusiones sobre la fiesta está nuestra confianza en el Salvador y nuestra atención a todo Su consejo.

sábado, 25 de diciembre de 2010

«MI NAVIDAD»

por Carlos Rey

«Como los niños eran pequeños y no lograban mantenerse despiertos para la cena, se hizo costumbre que la Navidad no se conmemorara a la medianoche sino durante el almuerzo del día siguiente. Después los niños crecieron, pero seguimos con la costumbre. Y era el día 25 por la mañana cuando llegaban los regalos.

»Como la cena de Navidad era el día 25, yo estaba siempre libre la noche del 24 de diciembre. Pero hace tres o cuatro años tengo un compromiso sagrado para la noche del 24.

»Es que, hablando con una muchacha que no era todavía mi amiga pero que hoy lo es, y muy querida, le pregunté qué iba a hacer la noche de Navidad, con quién la iba a pasar. Ella sencillamente respondió: “Lo que vengo haciendo todos los años: tomo unas píldoras que me hacen dormir 48 horas.” Me sorprendí; asustada, le pregunté por qué. Es que la época de Navidad le resultaba muy dolorosa, pues había perdido a su padre y a su madre, si no me equivoco, cerca de Navidad, y no soportaba pasarla sin ellos. Le hice ver antes el peligro de tales píldoras: podía, en lugar de 48 horas, dormir para siempre.

»Y tuve una idea: desde esa Navidad en adelante, nosotras pasaríamos parte de la noche del 24 juntas, cenando en un restaurante. Nos encontraríamos pasadas las ocho de la noche, y ella vería lo llenos que están los restaurantes con personas que no tienen hogar o ambiente de hogar para pasar la Navidad, y la celebran alegremente en la calle. Después de cenar, ella me dejaría en casa con su auto, e iría a su casa para buscar a su tía e ir a la Misa de Gallo. Quedamos en que cada una pagaría su parte en la cena y que intercambiaríamos regalos: el regalo es la presencia de la una para la otra.

»Pero hubo una Navidad en que mi amiga quebrantó lo convenido y, sabiéndome no religiosa, me regaló un misal. Lo abrí, y en él estaba escrito: “Reza por mí.”

»El año siguiente, en septiembre, fue el incendio en mi habitación. Incendio que me afectó tan gravemente que durante algunos días estuve entre la vida y la muerte. Mi cuarto se quemó por completo: El revoque de las paredes y el techo se cayeron, los muebles quedaron reducidos a polvo, y también los libros.

»No trato ni siquiera de explicar lo que sucedió: Todo se quemó, pero el misal quedó intacto, tan sólo levemente chamuscado en la tapa.»1

Así termina esta crónica de la audaz escritora brasileña Clarice Lispector, una de las tantas que escribió semanalmente para el Jornal do Brasil entre 1967 y 1973. Clarice nació en Ucrania de padres rusos, y ella misma sufrió la pérdida de su madre cuando tenía sólo diez años.2 Sin duda ese es uno de los factores que contribuyó a que se identificara con el dolor emocional de su amiga, a tal grado que decidió crear una tradición con ella: la de cenar juntas cada Nochebuena.

¡Qué bueno sería que siguiéramos el ejemplo de Clarice, que a su manera siguió el ejemplo de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien se identificó con nosotros al venir al mundo en la primera Navidad!3 Es que hay más personas de las que nos podemos imaginar que necesitan no sólo que las acompañemos en oración sino también en alma y cuerpo.
1 Clarice Lispector, «Mi Navidad», Revelación de un mundo, trad. Amalia Sato (Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora, 2005), pp. 136‑37.
2 Wikipedia, s.v. «Clarice Lispector» En línea 2 julio 2010; Amalia Sato, Prólogo a Revelación de un mundo, pp. 5-6; y Solapa de Revelación de un mundo.
3 Jn 1:14; 3:16; 17:1,8,18,23

www.conciencia.net

¿CÓMO ORAR ?

Cómo Orar
por Visión Para Vivir

Oración. La palabra trae a la mente una variedad de imágenes. Un hombre con un chal cubriendo su cabeza canturrea oraciones hebreas de un libro destrozado. Un ministro en un traje hecho a la medida levanta sus manos y grita sus oraciones ante su congregación. Una niña pequeña se arrodilla junto a su cama, recitando una oración antes de dormir.

Cualquiera que sea su percepción de la oración, un elemento en común se mantiene cierto. La oración es hablar con Dios.

Parece sencillo, ¿no es así? Sin embargo, la oración no siempre se nos hace tan natural. Nos podemos sentir incómodos hablándole a alguien que no podemos ver ni escuchar. ¿Cómo nos dirigimos a Dios? ¿Qué decimos? Y de todos modos, ¿de qué sirve? ¿Realmente se logra algo con la oración?

Estas son preguntas importantes. Para responderlas, vamos primero a analizar más profundamente la naturaleza de la oración.

¿Qué es la oración?
La oración es hacer contacto deliberado con Dios en palabra o pensamiento. Es la voz de la fe, cuyo susurro puede sentirse al otro lado de la calle o al otro lado del mundo. Es lo que nos saca de nuestros asientos como espectadores y nos pone como participantes activos con Dios. La oración se expresa en muchas maneras:

* una efusión de alabanza
* una confesión de algo malo
* una petición de ayuda
* una declaración de necesidad
* una expresión de gratitud
* intercesión por otros

¿Qué dice la Biblia acerca de la oración?
A través de la oración, nos acercamos con confianza a Dios (Hebreos 4:16); pedimos, buscamos, y llamamos a la puerta de Su generosidad (Mateo 7:7-8); eliminamos ansiedad (Filipenses 4:6-7); y obtenemos sabiduría (Santiago 1:5). La oración es la disciplina mental que siempre es apropiada para nuestras necesidades (Efesios 6:18). Y es la manera en que nos alineamos con el Señor para ver lo que Él ve y desear lo que Él desea.

De hecho, la oración es una disciplina tan valiosa que somos alentados a “orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). Esto no significa oración oral continua; significa una actitud de oración. Como un estudiante de las Escrituras lo expresó, “Significa más bien vivir con Cristo de tal manera que usted puede hablar con Él, o escucharlo en cualquier momento.”¹ No debe haber nada entre su alma y el Salvador. Orar sin cesar es vivir cada momento conscientemente en la presencia de Cristo.

¿Por qué es importante la oración?
Primero, la oración es importante porque reenfoca nuestra perspectiva. Sin la oración, solamente vemos lo visible; con la oración, Dios nos muestra las dimensiones ocultas de la vida.

Segundo, tranquiliza nuestros temores y calma nuestros nervios. Podemos ir a la oración temerosos y ansiosos, pero cuando le damos nuestras preocupaciones al Señor, salimos calmados y seguros (Filipenses 4:6-7).

Tercero, la oración transfiere nuestras cargas. Toma la gran carga que hemos estado llevando y la mueve a los hombros que pueden soportar su peso (Mateo 11:28-29; 1 Pedro 5:7).

Cuarto, la oración levanta a otros que están en necesidad. Es la manera en que ayudamos a llevar los unos las cargas de los otros y elevarlas a Aquel que sabe mejor.

¿Cómo oro?
Es obvio que Jesús, que es nuestro guía espiritual, es el maestro de la oración. “Señor, enséñanos a orar”, le pidieron los discípulos una vez cuando Él regresaba de Sus oraciones (Lucas 11:1). Jesús les enseñó utilizando una oración como modelo… ha sido llamada el Padre Nuestro. En realidad, podría ser llamada la Oración de los Discípulos, porque estaba destinada como una herramienta de enseñanza para aprendices como nosotros.

Ore al Padre celestial. Y Él les dijo: “Cuando oréis, decid: ‘Padre…’ ” (v. 2). Jesús no nos dice que llamemos a Dios “Amigo”, como si fuéramos iguales a Él. O “Rey”, como si fuéramos uno de las masas. Nuestra relación es una de hijo a padre.

Ore con una actitud reverente. “Padre, santificado sea tu nombre” (v. 2). Cuando nos acercamos a nuestro Padre celestial, nos estamos acercando a una Persona santificada. Debemos tener en mente a quién le estamos hablando: el Padre, sí, pero también el Soberano santo del universo, que tiene un plan glorioso para Su creación.

Ore con un corazón sumiso. “Venga Tu reino” (v. 2). Aquí reconocemos que Su plan para el mundo y para nuestras vidas sobrepasa nuestros propios planes. Llegamos glorificando Su nombre y sometiéndonos a Su orden del día, no exigiendo la nuestra.

Ore por sus necesidades diarias. “Danos hoy el pan nuestro de cada día” (v. 3). Jesús nos da permiso a ser prácticos. Él nos invita a orar por nuestras necesidades físicas: comida, ropa, alojamiento. El Padre desea que dependamos de Él cada día para las necesidades esenciales de la vida.

Ore por limpieza espiritual. “Y perdónanos nuestros pecados” (v. 3). Lo que la comida es para el cuerpo, el perdón es para el alma. Para recibir limpieza de pecados, sencillamente pídalo.

Ore por pureza. “Y no nos metas en tentación” (v. 4). Jesús no está implicando que Dios nos tienta. Esta es una oración para la protección de Dios de las trampas insidiosas de Satanás. Cada día, Jesús está diciendo, ore que el Señor le recuerde sus áreas vulnerables, proteja sus ojos, guíe sus pensamientos, y lo mantenga puro.

¿Funciona la oración?
¿Realmente causa la oración una diferencia? Si Dios está en control de todos los acontecimientos del mundo, ¿importa si oramos?
Las Escrituras nos enseñan consistentemente que la oración funciona. “La oración eficaz del justo puede lograr mucho”, escribe Santiago (Santiago 5:16b). La oración cambia las cosas, ¡verdaderamente nos cambia a nosotros!

La oración es una herramienta que Dios utiliza para llevar a cabo Su voluntad en la tierra. Tiene significado porque Dios le da significado; no porque nuestros esfuerzos la hacen funcionar. Dios no necesita nuestras oraciones para llevar a cabo su voluntad. Sin embargo Él elige obrar a través de nuestras oraciones para llevar a cabo su voluntad, lo cual suscita la pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué Dios, que tiene poder absoluto sobre Su creación, elige obrar a través de nuestras oraciones?

La razón principal de la oración es relación. A medida que oramos, llegamos a conocer a Dios de una manera que no hubiera sido posible de otro modo. A través de la oración, ponemos nuestra mano en la mano de Dios mientras Él mueve montañas. Desde luego, Él pudiera haber movido esas montañas sin nosotros, pero Él desea que tengamos un sentido de alianza con Él. ¡Y ese “compañerismo con Dios a través de la oración” cambiará su vida!

Sugerencias adicionales. Para comenzar, separe unos minutos cada día para un tiempo enfocado en la oración. Escriba sus oraciones en un diario, donde usted puede seguir las respuestas de Dios. Reúnase con otro creyente regularmente para orar. Y sea sensitivo a la instigación del Espíritu de Dios. Cuando Él le trae a la mente alguien en necesidad, ore por esa persona.

Para más ejemplos de oraciones en las Escrituras, por favor lea los pasajes a continuación. Y Dios lo bendiga en su deseo de acercarse más a Él en oración.

Adoración
Confesión
Dedicación
Intercesión
Guerra espiritual
Ayuno
Acción de gracias
Sanidad


Salmos 92:5
Salmos 51:1-4
2 Crónicas 6:40-42
1 Timoteo 2:1-8
Efesios 6:12, 18
Hechos 14:23
Filipenses 4:6
Santiago 5: 13-15

EL MÉTODO DE EVANGELIZACIÓN DE FELIPE

El Método de Evangelización de Felipe
por Charles R. Swindoll

Usted ha pasado por eso.

Usted lo sabe; es ese lugar en que usted debe traer a colación el evangelio, pero, por alguna razón, no lo hace. Es ese momento incómodo cuando las palabras deben brotar de la boca, pero su cerebro pone bajo candado todo versículo memorizado, la respiración se vuelve difícil, y su archivo de excusas gira como carrusel buscando la manera de salirse de la conversación.

Hay varias razones por las que la mayoría de nosotros rehuimos dar testimonio de Jesucristo. Uno es el sentimiento de ignorancia. En realidad no sabemos cómo hacerlo.

Otra es una especie de indiferencia que nos invade. Nosotros estamos bien alimentados espiritualmente. Creemos en el Salvador. Nuestra familia está creciendo. Así que, de cierta manera, desviamos la responsabilidad a otro individuo: el televangelista, el pastor, o el orador en la cruzada masiva que puede proclamar a Cristo tan bien.

Otra razón por la que somos renuentes es el miedo. A nadie le gusta que le hagan preguntas que no puede responder, especialmente un extraño. No nos gusta lo impredecible. Tenemos miedo de una respuesta hostil. Tenemos miedo de hacer el ridículo. Así que escogemos guardarnos la fe para nosotros mismos.

Y no se equivoque: Dar testimonio de Cristo exige una gran dosis de valor.

También exige un método probado. Varios métodos se emplean para comunicar las buenas noticias de Cristo a los perdidos. Algunos métodos parecen tener éxito y ser efectivos por encima, pero, por debajo, dejan mucho que desear.

Tómese el Método del Franco Tirador, por ejemplo: “Mientras más cabezas, mejor.” Este método se centra en las decisiones, y muy poco (si acaso algo) esfuerzo se dirige hacia el seguimiento o discipulado, o a cultivar una relación personal. Estos cazadores ansiosos no son difíciles de identificar. Por lo general se les puede oír contando (en voz alta) los cueros cabelludos que llevan a la cintura y se les puede ver disparando sus dardos encendidos a toda carreta que logran ver. El tacto lo abandonaron hace rato.

El Método de Harvard es muy diferente: “Hablemos de las religiones del mundo.” Este método centrado en la razón atrae tanto a intelectuales genuinos como también a pseudointelectuales, y aunque es educativo y ocasionalmente muy estimulante, sufre de un revés: ¡jamás logra que algún individuo sea salvado! Ser sofisticado es más importante que decir la verdad en cuanto al pecado, o al cielo, o al infierno. Los debates es la moda . . . las decisiones por Cristo no.

Tal vez el más popular es el Método Mudo: “Soy simplemente un testigo silencioso de Dios.” Lo mejor que se puede decir de este método es que nunca ofende a nadie. ¡Eso es seguro! Al santo de servicio secreto que se conforma con este método egocéntrico se le podía rotular como cristiano encubierto: nadie lo sabe con certeza excepto Dios. De alguna manera en algún punto esta persona se ha tragado una de las golosinas más sabrosas de Satanás: “Simplemente vive una buena vida cristiana. Otros te preguntarán en cuanto a Cristo si tienen realmente interés, así que, tranquilízate.” Francamente, puedo contar en una mano (y me sobran dedos) el número de personas que alguna vez se me han acercado para preguntarme cómo pudieran conocer a Cristo. “La fe,” por favor recuerde, “viene por el oír” (Romanos 10:17).

Lo que necesitamos, afirmo, es el Método de Felipe. Este método cristocéntrico se indica en una serie de siete principios que se derivan de Hechos 8:26-40.

Felipe estaba dedicado a reuniones de evangelización en Samaria cuando el Señor le instruyó que vaya al sur, al camino desierto que iba de Jerusalén a Gaza. Felipe, fiel, “se levantó y fue.” Estuvo disponible (Principio 1). En el camino encontró a un funcionario del gobierno etíope que regresaba de Jerusalén a su casa. ¡El hombre iba sentado en su carro leyendo Isaías! El Espíritu de Dios le dijo a Felipe que se acercara al viajero. Felipe fue dirigido por el Espíritu (Principio 2). En otras palabras, percibió que Dios claramente estaba abriendo la puerta.

Felipe cooperó, porque la obediencia (Principio 3) es esencial. Oyó que el hombre leía en voz alta y le preguntó: “Pero ¿entiendes lo que lees?” ¡Qué comienzo excelente! Un comienzo apropiado (Principio 4) es muy importante. Felipe no se metió a la fuerza y empezó a predicar, ni arrinconó al hombre con una pregunta capciosa.

El hombre invitó a Felipe a que se sentara con él y le ayudara en su búsqueda de comprensión. Felipe respondió con gran tacto (Principio 5). Aunque tenía su pie en la puerta, se mantuvo actuando con gracia, cortesía, y sensible al momento cuando pudiera hablar de la salvación. Cuando llegó el momento, el “abrió su boca” y fue específicamente al grano (Principio 6). Nada de diálogo vago en cuanto a religión. Habló sólo de Jesús, el asunto principal. Los pocos versículos que siguen describen el seguimiento (Principio 7) breve pero memorable que Felipe empleó.

Felipe salió de su zona de comodidad porque tenía una pasión para proclamar las buenas nuevas de Jesucristo a la humanidad que sufre. ¿Y qué de nosotros? Exigía valor subirse al carro. Necesito incluso más para abrir la boca. Pero, qué legado produjo Felipe en ese momento. Muchos eruditos piensan que la semilla que Felipe plantó en aquel funcionario africano rindió cosecha de cientos en Etiopía. Todo porque un hombre estuvo dispuesto a hablar cuando tantos otros hubieran guardado silencio.

Al codearnos con hombres y mujeres espiritualmente hambrientos y sedientos, y percibir su dolor interno de ayuda y esperanza, archivemos el Método del Francotirador, dejemos a un lado el Método de Harvard, y silenciamos el Método Mudo. Cuando Dios le dé la oportunidad, y se la dará, probablemente a poco después de haber leído esto, pruebe el Método de Felipe. Su acción de valentía puede conducir a un legado espiritual más allá de lo que jamás pudiera pedir o imaginar.

No puedo pensar de algún lugar en que preferiría estar en el momento en que Cristo retorne que en aquella escopeta en el carro del siglo veintiuno, hablando abiertamente de confiar en Jesús.

RAZONES PARA CELEBRAR LA NAVIDAD.

Por Carlos H. Marroquín Vélez

La palabra Navidad es un apócope de natividad, que significa nacimiento. Con ella nos referimos al nacimiento más grande en la historia de la humanidad: el nacimiento de Jesús.

La razón de este artículo es analizar la creciente renuencia entre la población evangélica a celebrar la Navidad. Deseamos estimular a quienes aún la celebran, a que continúen haciéndolo; y animar a quienes han dejado de hacerlo, a aprovechar esta festividad para proclamar la encarnación del Hijo de Dios, cuando el Verbo se hizo carne para redimirnos.

Cuando se defiende la celebración de la Navidad, algunos acuden a los antecedentes históricos para respaldar sus argumentos; eso está bien. Sin embargo, en este artículo no utilizaremos tal enfoque. Nos basaremos en razonamientos de tipo práctico, tratando de demostrar que la celebración de esta festividad, que en mayor o menor grado se observa en lugares repartidos por todo el planeta tierra, puede ser utilizada para proclamar el Evangelio de Cristo a toda criatura, si tan sólo los cristianos nacidos de nuevo la celebramos debidamente, en forma moderada ejemplar.
Objeciones comunes contra la celebración de la Navidad.

a. La fecha. Unos sostienen que el emperador romano Constantino adoptó la fecha del 25 de Diciembre de una celebración pagana, asociada con el solsticio de invierno, y la instituyó para celebrar el nacimiento de Jesús y así consolidar la hegemonía del cristianismo.

Otros argumentan que en esa fecha, cuando es invierno en Israel, no podría haber sucedido la Navidad, pues los pastores de Belén no estarían al aire libre cuidando sus rebaños, ya que no sólo hace frío, sino hasta puede nevar.

La fecha…Algunos más sí defienden la posibilidad de que haya sido en tal fecha, asociando la fiesta judía de Jánuka, que es movible según el calendario lunar hebreo, y que se celebra muy cerca del 25 de diciembre. Aducen que los primeros cristianos le dieron este nuevo significado a la fiesta de Jánuka, la fiesta de las luces, en la cual ellos conmemoran la victoria de los Macabeos sobre sus opresores en 165 a. C., y luego la purificación y la re-dedicación de su Templo.

Durante el pasado siglo veinte, del cual atestiguamos los creyentes que aún vivimos, estaba claro para cristianos y no cristianos, que el motivo de la celebración en la iglesia evangélica era la encarnación del Hijo de Dios y Su nacimiento como Jesús de Nazaret, por el milagro del Espíritu Santo en la virgen María.

Si bien es cierto que para muchos la Navidad ha sido sólo un pretexto para celebrar y hacer diversas cosas y hasta caer en excesos, nadie puede decir que en aquellos días se mencionara a algún dios pagano. Aun a pesar del intruso Santa Claus (llamado también Papá Noel o San Nicolás) y de adornos procedentes de diversas tradiciones, siempre ha estado presente en los relatos y en las representaciones gráficas, la familia de José, María y el niño, así como la encarnación y nacimiento de Jesús como el hecho central de la festividad. Si la fiesta de Navidad fue, como algunos acusan, una substitución de una fiesta pagana, nunca se mencionó a ninguna deidad pagana.

b. Los “nacimientos” y los árboles de Navidad. La elaboración de escenas que sirven de marco al pesebre de Belén, llamadas nacimientos en nuestro país, datan desde los días de la colonia y se continúan haciendo entre la población católica. No se niega el valor de los nacimientos como un recurso didáctico de la Iglesia Católica para enseñar gráficamente a una población que hasta recientemente en su mayoría no sabía leer. El problema reside en que la Iglesia Católica nunca ha enfatizado lo suficiente que ésa es sólo una forma gráfica de enseñanza, por lo cual las personas la han usado como otra oportunidad más para venerar y aun adorar a las imágenes, adjudicándoles poderes milagrosos y continuando con la idolatría.

Los evangélicos, apegados al mandamiento bíblico de no hacer imágenes ni rendirles culto, siempre han preferido no elaborar nacimientos. Aunque en la escuela dominical sí se usan figuras con fines didácticos, para enseñar las historias bíblicas, los evangélicos evitan la representación de la escena del pesebre con figuras de cartón y otros materiales. Esto se hace para evitar malos entendidos, para que los católicos y otros más no piensen que se le da algún valor a las imágenes. Esta actitud es muy comprensible y nos parece correcta.

AccesoriosMientras los evangélicos mantenían esta posición, muchos misioneros protestantes y evangélicos que llegaron a nuestro país con trasfondos y raíces étnicas, históricas y culturales en Inglaterra, Alemania y demás países del norte de Europa, introdujeron en América Latina lo que era ya una vieja tradición en Europa y Estados Unidos: la costumbre iniciada por Martín Lutero, el reformador alemán, de adornar un árbol con luces y motivos navideños. El mismo Lutero inició su costumbre de adornar un árbol de abeto con luces, al continuar y modificar la tradición ya común en su país, de usar árboles con ornamentos para celebrar la Navidad.

Esto ha sido duramente atacado por muchos evangélicos como paganismo, llegando algunos hasta el extremo de decir que se rinde algún tipo de respetos, honra o culto al árbol, lo cual no es cierto. Esto puede comprobarse con una sencilla encuesta entre los millones que tienen tal práctica. Las películas, la literatura, el comercio y la publicidad procedentes de Norteamérica contribuyeron a reforzar la costumbre del controversial árbol de Navidad.

c. Los excesos en la celebración. Otra fuente de oposición a la celebración de la Navidad ha provenido de los excesos en que han caído tanto los cristianos nominales como los cristianos nacidos de nuevo. Estos excesos son un mal extendido por toda la llamada civilización occidental (Europa y América), que abarca a los países cristianos católicos y protestantes evangélicos.

Es vergonzoso, el testimonio que nuestros países dan al celebrar la Navidad ante los musulmanes, budistas, hindúes, confucianos, etc., que viven entre nosotros o nos visitan, con los excesos en la comida, bebida, gastos excesivos e innecesarios, y las consecuencias de la borrachera, las orgías, las corrientes y hábitos creados y promovidos por el comercio y la ambición, con el fin de inducir a la gente al desenfrenado consumismo y despilfarro.

IntrusosEs triste que muchos cristianos, quienes, por conocer las enseñanzas de Jesús en las Escrituras deberían vivir más sabiamente, sean arrastrados por la publicidad en los medios de comunicación y por las presiones sociales de las corrientes de este mundo. Gastan excesivamente más allá de lo prudente y lógico, se envuelven en muchos compromisos agotadores que les roban su tranquilidad y afectan la comunión con sus familias; y, lo que es aun más lamentable, muchos son tentados a involucrarse en prácticas, tentaciones y vicios que traspasan los límites de la ética cristiana.

Quien después de la Navidad termine endeudado innecesariamente, enfermo por falta de templanza en el comer y beber, y con sus relaciones familiares y sociales alteradas por el estrés acumulado, no es sabio. Está dando mal testimonio en cuanto a la forma correcta de rememorar la Navidad, y aporta razones de sobra a aquellos que se oponen a esta celebración.

Esto no concuerda con el mensaje de amor, paz, sencillez, sobriedad y otros valores que el cristianismo proclama.

Gracias a Dios por que en medio de todo hay grupos de personas e instituciones que, con ocasión de la Navidad, se preocupan por compartir con los más necesitados y alivian sus necesidades siquiera una vez cada doce meses.

d. Elementos extraños en la celebración. Uno de los mayores intrusos en la Navidad es el ya mencionado Santa Claus, cuya tradición se originó en Asia Menor (Turquía), en el siglo IV, con San Nicolás, un bondadoso obispo que, entre otras caridades, obsequiaba regalos a los necesitados. La leyenda, a la que después se fueron agregando otros elementos asociados con varios personajes paganos que también daban regalos, se popularizó por Europa, fue incorporada a la celebración de la Navidad en Alemania hace unos cinco siglos, y más tarde fue traída a Norteamérica desde Holanda.

La versión más popular del comercializado Santa entre los niños hoy, procede del cuento que las caricaturas, películas, tarjetas navideñas y revistas cómicas han difundido del anciano que fabrica juguetes en el polo norte y los reparte en Navidad volando con su trineo halado por ocho renos. Al llegar a una casa, baja por la chimenea y deja sus obsequios debajo del árbol. Hay varias canciones que promueven a Santa y muchos padres cristianos no pueden resistir la tentación de usarlo para hacer creer a sus hijos que él les trae sus regalos. Con eso, sin darse cuenta, hacen de ese personaje el héroe de la celebración. Entre los motivos con se adornan los hogares y los árboles navideños, hay figuras de Santa Claus, trineos, renos, gnomos con gorros puntiagudos (sus ayudantes en la fábrica de juguetes). Así, una nueva mitología modernizada ha contaminado la Navidad.

Un lema en inglés proclama: Jesus is the reason for this season, es decir, “Jesús es la razón para esta celebración“. Así es, hermanos cristianos, si Jesucristo no es el centro de la celebración todo el tiempo que ella dura, sólo se busca un pretexto para tener una temporada alegre y hacer otras cosas, en vez de gozarse recordando la encarnación del Hijo de Dios.

e. El verdadero significado de la Navidad es que Cristo nazca en el corazón de las personas. Con esta aseveración muchos se inhiben de celebrar la Navidad, arguyendo que el verdadero mensaje es que Cristo nazca dentro del corazón de cada persona. Es decir, que la persona se arrepienta, pida perdón por sus pecados y reciba a Cristo por la fe en su corazón.

La figura o metáfora de nacer se usa para describir la conversión de una persona, o sea su nuevo nacimiento después de arrepentirse, confesar su pecado y pedir perdón, cuando el Espíritu Santo efectúa la regeneración y la persona comienza a vivir espiritualmente, dando los primeros pasos en una vida cambiada. También se describe la conversión diciendo que Cristo nace en su corazón. En esta segunda forma de expresarlo, se usa la comparación de que Jesucristo nazca en el corazón, así como una vez nació literalmente en Belén de Judea.

¿Por qué, entonces, algunos que usan esta expresión, no celebran la Navidad o nacimiento de Cristo, que fue el hecho histórico en que se basan para decir que Él nazca en los corazones? Es ilógico que se hable de que Jesús nazca en los corazones de las personas, y no quiera celebrarse, ni aun hablarse de que Él nació como humano, de una virgen, por un milagro, hace dos milenios, en Belén de Judea, cumpliendo así las profecías de Isaías y de Miqueas.
La verdadera razón detrás de la reciente y creciente práctica de combatir la celebración de la Navidad.

La Navidad ha sido celebrada por la cristiandad durante siglos, y ha continuado aun después de la Reforma Protestante del siglo dieciséis. En Latinoamérica también se celebró desde los días cuando llegaron las primeras denominaciones evangélicas hasta muy recientemente, cuando con diversos pretextos y argumentos, algunos predicadores influyeron para disuadir a muchos de no celebrarla. Para ocultar sus verdaderas razones, han convencido a los hermanos con los argumentos ya citados:

* No se sabe la fecha exacta; el 25 de diciembre se tomó de una fiesta pagana.
* El mundo la celebra con excesos; aun los cristianos caen en algunos de ellos.
* El árbol de Navidad es de origen pagano; y muchos parecen aun honrarlo.
* Se han introducido elementos extraños; uno de ellos es el intruso Santa Claus.
* La verdadera celebración es que Cristo nazca en los corazones.

La Navidad es ÉlAbundan las historias de muchos que se convirtieron, o volvieron al redil, y de otros que fueron edificados durante los servicios navideños en diversas partes del mundo, después que en las iglesias se relató una vez más la razón para la venida de Cristo como hombre al mundo: vivir una vida santa y entregarla como expiación por el pecado al morir en la cruz del Calvario.

La Navidad apunta a la Cruz. No puede hablarse de la Navidad sin enfatizar su propósito principal: que el Verbo se hiciera carne, para poder redimirnos. En Hebreos 10:1- 8 leemos:

“La Ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados, porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo [el Hijo de Dios] dice: ‘Sacrificio y ofrenda no quisiste, mas me diste un cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: -He aquí, vengo, Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí-’. Diciendo primero: ‘Sacrificio y ofrenda, holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron’ -cosas que se ofrecen según la Ley-, y diciendo luego: ‘He aquí, vengo, Dios, para hacer tu voluntad’, quita lo primero para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”

Actualmente y por todos lados, hay miles de personas que creen y viven de acuerdo con las ideas de Hegel, Rousseau, Marx, Darwin, Freud, Jung, etc. y ni siquiera saben quiénes fueron ellos, ni donde vivieron, ni cuándo. Es más, justifican y defienden su forma de vivir esgrimiendo las afirmaciones de estos personajes y aun las transmiten a otros como verdades irrefutables.

Igualmente, hoy hay muchos cristianos que se oponen a celebrar la Navidad y desconocen que su origen se halla en la primera gran herejía que el cristianismo tuvo que enfrentar en los primeros dos siglos de la historia de la Iglesia, y contra la cual fueron escritos, entre otros, el Evangelio de Juan, las Epístolas de Juan y la Epístola a los Colosenses, fue el pernicioso gnosticismo. Esta falsa doctrina, que es una síntesis de la filosofía griega, egipcia, babilónica, siria, etc., era ya una seria amenaza para el cristianismo en los días de los apóstoles, en el primer siglo. Alcanzó su mayor virulencia en el segundo siglo y, después de ser atacada valientemente y derrotada por los fieles cristianos conocedores de las Escrituras, comenzó a declinar hasta quedar reducida a unas cuantas sectas.

Tristemente, el gnosticismo volvió a resurgir entre los filósofos del Nuevo Pensamiento en los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo diecinueve. Allí evoluciónó y, escondido detrás del disfraz de diversas iglesias nuevas (como la Ciencia Cristiana y la Escuela Unitaria del Cristianismo, también conocida como Unity), que no tienen raíces en la Reforma Protestante del siglo dieciséis, ha logrado influir y contaminar en diversos grados a las iglesias evangélicas históricas, minando los postulados bíblicos que éstas han creído y sostenido.

Una de las más nefastas enseñanzas del gnosticismo es su desprecio por el mundo material y por el cuerpo físico. Entre las diversas sectas gnósticas que surgieron durante el primero y el segundo siglo, varias incorporaron ideas del cristianismo y se dio un sincretismo que ha sido impropiamente llamado “gnosticismo cristiano.” Estas sectas enfrentaron un gran problema al tratar de explicar los relatos bíblicos de la encarnación y el nacimiento de Cristo, así como sus sufrimientos físicos, muerte en la cruz y su resurrección corporal, pues no aceptaban que Cristo hubiera nacido con un cuerpo material. Para ello elaboraron varias explicaciones. Otras sectas simplemente ignoraron los Evangelios inspirados del Nuevo Testamento, y aparecieron decenas de evangelios apócrifos, no inspirados, que ellas pretendían haber recibido de sus fundadores. Varios de estos libros eran atribuidos a algunos apóstoles u otros personajes prominentes.

Absolutamente hombreAlgunos gnósticos afirmaban que Jesús apareció ya como adulto y que no había nacido como un niño en Belén. Otros hacían la distinción entre el humano Jesús de Nazaret, y Cristo, el Hijo de Dios Eterno. Decían que el Cristo eterno entró en el hombre Jesús al ser bautizado y lo abandonó poco antes de morir. Otros afirmaban que Jesucristo nunca tuvo un cuerpo físico, y que sólo parecía tenerlo; y que los apóstoles convivieron con una aparición, o fantasma, que nunca tuvo cuerpo material, sino sólo aparentaba tenerlo, a lo cual se le conoce como docetismo.

Si los gnósticos desprecian el mundo material y el cuerpo humano, y no pueden aprobar la celebración de la Navidad, ni la resurrección corporal del Señor Jesucristo, esto explica la tendencia creciente entre muchas iglesias al no celebrar el nacimiento de Jesús, ni su resurrección. El lector puede comprobarlo al preguntar en una congregación donde haya hermanos de diferentes iglesias, cuántos celebraron la Navidad y el Domingo de Resurrección el año pasado. Sin saberlo, muchos cristianos han estado colaborando con el gnosticismo al dejar de celebrar la Navidad y la Resurrección, que son buenas ocasiones para proclamar dos doctrinas básicas del Evangelio:

* a) la encarnación de Jesús para efectuar Su sacrificio expiatorio y redimirnos. Hebreos 10:5, 10.
* b) su triunfo sobre la muerte al resucitar como primicias de los santos. I Corintios 15:20.

Cristianos, proclamemos con gozo estos dos grandes eventos en la vida de Jesucristo.

Es notorio que en las últimas dos décadas se han producido muy pocas composiciones musicales navideñas. Y más notorio y lamentable es el hecho de que los líderes no se han dado cuenta de este fenómeno, pues no lo han comentado, ni escrito sobre ello, ni sugerido a los compositores que enriquezcan la música navideña cristiana. Es triste ver cómo ha ido desapareciendo el programa de actividades de muchas iglesias para conmemorar la Navidad. No se ha hecho ninguna evaluación de esta tendencia, ni se ha tomado ninguna iniciativa por revertirla.

¿Quiénes han estado difundiendo estas enseñanzas en contra de recordar la Navidad? Los neo-gnósticos y sus discípulos dentro de las iglesias evangélicas, quienes han utilizado los medios de comunicación para difundir sus enseñanzas. Por esta razón, urge que cada pastor y líder laico de la iglesia conozca la historia del gnosticismo. Mejor dicho, cada creyente de la iglesia debería saber cómo el gnosticismo ha afectado al cristianismo a través de los siglos, y cómo continúa aún minando la fe cristiana en diversas formas.

La responsabilidad de todo líder es alertar debidamente a quienes él tiene a su cargo, para que no se dejen arrastrar por cualquier corriente por medio de la radio, la televisión, la literatura, o las enseñanzas que se imparten en diversas convenciones, congresos, cursillos y demás eventos a los cuales se asiste sin aplicar el discernimiento.
Buenas razones para celebrar la Navidad.

* Contrarrestar la influencia del gnosticismo que ya ha disuadido a muchos cristianos para no celebrar dos grandes eventos en la humanidad de Jesucristo: Su milagrosa encarnación y nacimiento y Su gloriosa resurrección.
* Proclamar el propósito de la encarnación de Jesucristo: vivir una vida santa y ejemplar, para entregarla como expiación por el pecado de la humanidad, al morir en la cruz del Calvario.
* Aprovechar el feriado de fin de año para que las personas asistan a las diversas celebraciones navideñas: cantatas, convivios, dramas, servicios de predicación, talleres de manualidades, comidas especiales, proyectos de servicio a los necesitados en asilos, hospitales, cárceles, etc.
* Cultivar los talentos de los hermanos de la Iglesia para presentar el Evangelio en esta época, enfatizando la participación de los niños y los jóvenes.
* Proveer oportunidades para que los hermanos conozcan los frutos de cultura cristiana inspirada en la Navidad: literatura: (drama, poesía, prosa), música, arte, etc., y la puedan leer, memorizar y, más adelante, también enriquecerla, crearla y compartirla, a través de la dramatización, el canto, la ejecución musical, etc.
* Cantar y deleitarse con la inspiración de poetas y compositores de las diversas denominaciones cristianas, quienes nos heredaron los himnos de Navidad.
* Estimular a los compositores cristianos a enriquecer la himnología sobre la Navidad (y la resurrección de Jesucristo).

Recordamos aquí uno de esos bellos himnos llamado Lugar para Cristo.

La importancia del relato del nacimiento de Jesús en la Biblia.

Su nacimiento en la BibliaMateo emplea dos de sus 28 capítulos para relatar el nacimiento de Jesús: en total 48 versículos. Lucas usa dos de sus 24 capítulos para relatar los hechos alrededor del nacimiento del Señor: un total de 132 versículos. En total, para relatar las circunstancias de la natividad del Señor Jesús en Mateo y Lucas suman 180 versículos.

¿Sabía usted que esta cantidad de versículos es mayor que cada uno de los siguientes veinte libros de la Biblia, y aún más que varios de ellos combinados:

Ester, 167 versículos; Santiago, 108; Lamentaciones, 154; Cantares, 117; I Pedro, 105; I Juan, 105; Rut, 85; Joel, 73; II Pedro, 61; Habacuc, 56; Malaquías, 55; Sofonías, 53; Nahum, 47; Jonás, 48; Hageo, 38; Filemón, 25; Judas, 25; Abdías, 21; I Juan, 13; II Juan, 15.

¿Qué queremos decir con esto? Si el relato del nacimiento de Jesús ocupa un espacio mayor que cada uno de veinte libros de las Sagradas Escrituras (12 en el A.T. y 8 en el N.T), tales porciones merecen ser leídas en forma especial al menos una vez al año. No sólo por su longitud, sino por su hermoso contenido, el relato de que aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

En la porción sobre el nacimiento de Jesús en Mateo se habla de:

* Su genealogía, 1:1-17
* El anuncio de su nacimiento a María y a José, 1:18-20
* Los nombres que se darían al niño: Jesús y Emanuel, 1:21-25
* La visita de los magos del oriente, 2:1-12
* La matanza de los inocentes en los alrededores de Belén,
* La huida de José, María y Jesús a Egipto y el retorno Nazaret, 2:13-23

En la porción sobre el nacimiento de Jesús en Lucas se habla de:

* El anuncio del nacimiento del precursor de Jesús, Juan el Bautista, 1:5-25
* El anuncio del nacimiento de Jesús a María, 1:26-38
* La visita de María a Elizabet, madre de Juan el Bautista, 1:39-45
* La alabanza de María, 1:46-56
* Nacimiento de Juan el Bautista, 1:57-66
* La profecía de Zacarías exaltando la llegada del Mesías, 1:67-80
* El nacimiento o natividad de Jesús, 2:1-7
* El anuncio de los ángeles a los pastores y la visita de éstos a Jesús, 2:8-20
* La presentación de Jesús en el Templo y las alabanzas de Simeón y Ana, 2:21-38
* El retorno a Nazaret, 2:39-40
* La visita de Jesús al templo a los doce años, 2:41-52

En resumen.

La Navidad es una ocasión especial para que los niños y jóvenes convivan en armonía, cultiven sus habilidades para la actuación, declamación, canto, etc., y trabajen en equipo para presentar un programa navideño a los hermanos en el seno de la iglesia, y a otras personas fuera de ella.

La Navidad es buena ocasión para compartir con las personas que tienen menos posibilidades y pasan por días tristes en hospitales, asilos, cárceles, etc. Se pueden realizar proyectos para recaudar fondos y obsequiar ropa, comida, Biblias, etc. Al entregarlos se pueden combinar con el canto de himnos navideños, mensajes evangelísticos y oración por las diferentes necesidades de las gentes.

La celebración de la Navidad también tiene un aspecto familiar: la cena navideña con toda la familia. Ya que el fin del año está a sólo una semana, puede aprovecharse para un servicio de acción de gracias por todo lo recibido durante él: el trabajo, la vida escolar, el cuidado y la provisión de Dios, etc.

Esperamos que a la renuencia a celebrar la Navidad por influencia del neo-gnosticismo, no se sume también la pereza de algunos líderes para preparar a los niños y jóvenes, tratando de evitar el largo período de preparación y ensayos que un programa navideño demanda. O porque no hay líderes que puedan imponer la necesaria disciplina para llevar a cabo todo lo que requiere y conlleva la elaboración de un programa navideño.

Para finalizar, llamamos al pueblo cristiano a reflexionar:

* a. A quienes aún celebran el nacimiento de Jesucristo (y Su resurrección), a continuar celebrándolo y aun enriqueciéndolo con su creatividad.
* b. A quienes han dejado de celebrar el nacimiento de Jesucristo (y Su resurrección), a evaluar si no vale la pena utilizar estas ocasiones para proclamar estos hechos importantes en la vida de Jesús, los cuales son bases fundamentales de nuestra fe: Su encarnación y Su victoria sobre la muerte. Estas dos celebraciones proveen muchos temas para presentar el Evangelio.

Personalmente creo que es más conveniente conmemorar la Navidad el 25 de diciembre, porque el ambiente y el contexto son los adecuados. Sin embargo, con tal que se conmemore la encarnación del Hijo de Dios, presento las siguientes sugerencias:

* Si los líderes y la iglesia no aceptan la celebración el 25 de diciembre, háganlo en cualquier ocasión del año: abril, julio, agosto… (la verdad es que no lo hacen en ninguna otra ocasión)
* Si tienen prejuicios acerca del árbol navideño, no lo incluyan. No es esencial.
* Si piensan que lo importante que Jesús nazca en los corazones de las personas, aprovechen la oportunidad para predicar mensajes evangelísticos, usando las porciones de Mateo 1 y 2, y Lucas 1 y 2, que son ricas en temas para presentar el plan de salvación.
* Si creen que en la Navidad se ha caído en excesos de gastos, comidas, bulla, y cosas innecesarias, no las hagan. Celébrenla modesta, sobria, tranquila y solemnemente, como un ejemplo de la forma correcta de conmemorarla, que pueda enseñar a otros.

CantadPara tener un programa de Navidad sencillo y solemne, sugerimos:

* Acción de gracias a Dios por enviarnos a Su Hijo a nacer como un humano, para llevar a cabo la redención de la humanidad.
* Lectura de las porciones en Mateo 1 y 2; y en Lucas 1 y 2, y exaltar la encarnación de Jesús y cómo Su vida en esta tierra afectó radicalmente a toda la humanidad.
* Cantar un buen número de himnos navideños.
* Orar por los necesitados y compartir con otros algo de lo mucho que Dios nos ha dado.
* Agradecer a Dios por su provisión, amor y cuidado durante el año que termina.
* Y cualquier otra idea edificante que su propia iglesia desee incluir.

Así, pues, sin Santa Claus, sin árbol navideño, en febrero o en septiembre, sin excesos de ninguna clase, pero con un profundo sentir de gratitud a Dios Padre por enviarnos a Su Hijo amado, para darnos ejemplos con Su vida santa, dejarnos de Su propia boca profundas enseñanzas y finalmente expiar nuestros pecados por Su muerte, recordemos la Navidad.

Si Dios anunció el nacimiento de Jesús en tierras lejanas a los sabios magos, y creó un fenómeno luminoso que llamamos la estrella de Belén, para conducirlos hasta el pesebre a rendirle adoración como el niño rey, que era Dios. ¿Por qué no hemos de recordar nosotros ese acontecimiento en una fecha especial?

Si Dios anunció siete siglos antes, por medio del profeta Isaías, que Jesús nacería milagrosamente de una virgen por obra del Espíritu Santo; y anunció por medio del profeta Miqueas que nacería en la aldea de Belén, la ciudad de David, de quien Jesús era descendiente según la carne. ¿Por qué no recordar aquella noche y aquel pueblo en que María dando una lección de humildad y obediencia dio a luz a quien sería el Salvador nuestro?

Si Dios sacó de la invisibilidad a las huestes celestiales y al hacerse visibles iluminaron el cielo y los campos de Belén para que los pastores de Belén supieran que había llegado por fin la promesa de un Mesías Salvador, y si en medio de aquel gran resplandor esas huestes hicieron resonar los ámbitos celestes diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz y buena voluntad para los hombres”. ¿Por qué no repetimos una vez más ese mensaje al mundo de alrededor, tan necesitado como el mundo de aquel entonces?

Si Dios convocó al pesebre a ricos y a pobres, a los instruidos y a los de pocas letras, a los de lejos y a los de cerca, enfatizando así la universalidad del Evangelio de Jesús, que fue llamado así porque vino a salvar a Su pueblo de sus pecados. ¿Por qué no demostramos cada año en forma especial la alegría de aquella noche sin par?

No les hagamos el juego a los neo-gnósticos, que han usado argumentos falsos para disuadir a muchos cristianos de no celebrar la Navidad. Lea I Juan 4:2, 3; II Juan 7- 11.

Celebremos la Navidad y conmemoremos el acontecimiento glorioso de la encarnación de Jesús.

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Soportando a los débiles
Fecha de publicación: Diciembre 10, 2010. Por Casa de Oración México

Soportando a los débilesEl Pastor Chuy Olivares comparte con usted este nuevo mensaje sobre el papel del cristiano frente a las tradiciones.

Con ello brinda una respuesta final, fundamentada sólidamente en la Biblia, a la controversia relacionada con la celebración de la Navidad.

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Por qué se narra el nacimiento de Jesús en la Biblia
Fecha de publicación: Diciembre 6, 2010. Por Casa de Oración México

Su Nacimiento, para Su Gloria¿Por qué Mateo y Lucas relatan el nacimiento de Jesús, cómo ocurrió, dónde, etc.?

Es claro que el relato no está en la Biblia con la finalidad de hacer fiestas navideñas o de activar la economía.

Serían fines bastante pobres. Hacer una fiesta anual con cena, cantos y regalos no puede ser el propósito del relato.

La narración busca, más bien, mostrarnos la naturaleza de Jesús y dar alabanza a Dios por el milagro de la salvación, muestra de su amor para con nosotros.

El Pastor Héctor Urzúa de Casa de Oración Culiacán aborda ahora este tema con detalle.

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¿ Son malas las tradiciones ?
Fecha de publicación: Diciembre 1, 2010. Por Casa de Oración México

Llegada la época navideña afloran diversas manifestaciones mediante las que, en diversas culturas, se recuerda el nacimiento de Jesucristo.

Quién es quién…Celebrar estas fechas se ha vuelto ya toda una tradición. No son pocos los cristianos que se cuestionan seriamente sobre el origen de ciertas festividades asociadas a estas fechas, sobre la conveniencia de unirse o de no unirse a cierto tipo de festejos o elementos accesorios de esta celebración, sobre la participación de un cristiano en la Navidad.

¿Son malas las tradiciones? Al respecto, entre los cristianos de nuestro tiempo hay dos extremos: el primero es un escenario absolutamente permisivo en el que “todo se vale, nada está restringido, se puede participar de todo” y otro absolutamente restrictivo donde “todo es pecaminoso, toda tradición tiene orígenes oscuros, hay que abstenerse de todo”.

¿Jesús condenó todas las tradiciones? La respuesta es no. Jesús condenó las tradiciones que contravienen los principios de la Biblia. Así que tenemos que acudir a ella para definir una postura. El pastor Chuy Olivares nos presenta en este tema el equilibrio al que nos llama la Palabra de Dios respecto a las tradiciones.

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El significado verdadero de la Navidad
Fecha de publicación: Noviembre 29, 2010. Por Casa de Oración México

Un bebé que es DiosPor el Pastor John Macarthur.

Para muchos, la Navidad es un tiempo para pensar en Jesucristo como un bebé en un pesebre. Ciertamente el nacimiento de Cristo es un acontecimiento especial y milagroso, mas no es ese el foco principal. La verdad central de la historia de Navidad es ésta: El Niño de la Navidad es Dios.
Dios en un Pesebre

La Navidad no se trata de la infancia del Salvador; se trata de Su deidad. El nacimiento humilde de Jesucristo no pretendió jamás encubrir la realidad de que Dios había nacido en el mundo.

Pero la versión de la Navidad del mundo moderno hace justamente eso. Y consecuentemente para la mayor parte de la humanidad, la Navidad no tiene significado legítimo en absoluto.

No espero que alguien alguna vez pueda entender totalmente lo que significa para Dios haber nacido en un pesebre. ¿Cómo puede uno explicar al Todopoderoso convertido en un infante diminuto? Nuestras mentes no pueden entender lo que implica para Dios volverse un hombre, mucho menos cómo podría Él convertirse en un bebé. Pero él lo hizo. Sin abandonar Su naturaleza divina, sin minimizar Su deidad, él nació en nuestro mundo como un infante diminuto.

Él fue totalmente humano, con todas las necesidades y las emociones que son comunes a todos nosotros. Pero él fue también completamente Dios, todo sabio y todo poderoso.

Por casi dos mil años, el debate sobre quién es Jesús realmente ha sido constante. Las sectas y los escépticos han ofrecido explicaciones diversas: dicen que él es un dios de tantos, un ser creado, un ángel elevado, un buen maestro, un profeta, etcétera. El hilo común de todas esas teorías es que hacen a Jesús menos que Dios. Pero la prueba bíblica es apabullante: este niño en el pesebre es la encarnación de Dios.

Un pasaje en particular, escrito por el apóstol Pablo, capta el ser de la naturaleza divina de Jesús y acentúa las verdades que hacen de la Navidad algo maravilloso.

Colosenses 1:15-20 dice,

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz)

¿Una Ilusión fantasmal?

Pablo les escribía a los cristianos en Colosas. La ciudad estaba bajo la influencia de lo qué llegó a ser conocido como el gnosticismo. Sus adherentes creían ser los únicos que tenían acceso a la verdad, y creían que la verdad era tan complicada que la gente común no la podría conocer. Entre otras cosas, los gnósticos enseñaban el dualismo filosófico, la idea que la materia es mala y el espíritu es bueno. Creían que puesto que Dios es espíritu, él es bueno, pero él nunca podría hacerse materia, lo cual es malo.

Por esto también concluyeron que Dios no podría ser el creador del universo físico, porque si Dios se hizo materia, él sería responsable del mal. Y enseñaron que Dios nunca podría convertirse en un hombre porque, como hombre, él tendría que morar en un cuerpo hecho de materia maligna.

Aquellos pre gnósticos no creían la encarnación y afirmaban por ello que Jesús fue un buen ángel cuyo cuerpo humano fue sólo una ilusión. Esta enseñanza y otras semejantes se extendieron en tiempos de la iglesia primitiva; muchas de las epístolas del Nuevo Testamento refutan específicamente las ideas pre gnósticas. De hecho el apóstol Juan atacó el fundamento de la enseñanza gnóstica cuando escribió: “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios” (1 Juan 4:2-3).

El apóstol Pablo refutó esa misma herejía cuando escribió, “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” (1:16). Él específicamente afirmó que Jesús es Dios en carne y hueso, el Creador de todo.
De Tal Padre Tal Hijo

Irónicamente, algunas sectas que niegan la deidad de Jesús tratan de usar Colosenses 1:15 20 para apoyar su perspectiva. Sugieren, por ejemplo, que la frase “la imagen del Dios invisible” (v. 15) da a entender que Jesús fue meramente un ser creado que portó la imagen de Dios en el mismo sentido que toda la humanidad. Pero la verdad es que aunque fuimos creados en la semejanza de Dios, sólo nos parecemos a él. Jesús, por otra parte, es la imagen exacta de Dios.

La palabra griega traducida “imagen” significa una copia perfecta, una copia precisa, un duplicado. Pablo decía que Dios mismo está completamente manifiesto en la persona de Su Hijo, quien es nada menos que Jesucristo. Él es la imagen exacta de Dios. Jesús Mismo dice: “el que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9).

Hebreos 1, por su parte, hace un paralelo con Colosenses 1:15-20 en varios puntos cruciales. Sobre la declaración de que Cristo es la imagen de Dios, por ejemplo, Hebreos 1:3 hace una afirmación idéntica: “siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia“. Cristo es para Dios como el brillo cálido de la luz lo es para el sol. Él trae a Dios de una posición cósmica a los mismos corazones de los hombres y mujeres. Él da luz y vida. Él revela el mismo ser de Dios. No pueden estar divididos, y ni uno ni otro alguna vez han existido sin el otro, sino que son uno (Juan 10:30).

La Sagrada Escritura repetidamente dice que Dios es invisible (Juan 1:18; 5:37; 1 Timoteo 1:17; Colosenses 1:15). Pero a través de Cristo el Dios invisible ha sido hecho visible. El parecido completo de Dios se trasluce en él. Colosenses 1:19 toma la verdad un paso más allá: “por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud”. Él no es simplemente un contorno de Dios; Él es totalmente Dios. Colosenses 2:9 es aún más explícito: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad“. Nada le falta. Ningún atributo está ausente. Él es Dios en el sentido más completo posible, la imagen perfecta.
El Heredero Legal

En Colosenses 1:15 Pablo dice que Jesús es: “el primogénito de toda creación“. Aquellos que niegan la deidad de Cristo le han dado mucha importancia a esa frase, asumiendo que esta significa que Jesús fue un ser creado. Pero la palabra traducida “primogénito” describe el rango de Jesús, no Su origen. El primogénito en una familia hebrea era el heredero, el de mayor categoría, el que tenía el derecho de la herencia. Y en una familia real, él tuvo el derecho de gobernar.

Así es que Cristo es el que hereda toda la creación y el derecho para predominar sobre ello. No quiere decir primer nacido en orden, porque no lo fue.

En el Salmo 89:27 Dios dice de David: “Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra”. Allí el significado de “primogénito” es dado sin rodeos: “Lo más excelso de los reyes de la tierra”. Eso es lo que significa primogénito: Cristo es “Rey de reyes y Señor de señores” (Apocalipsis 17:16).

Hebreos 1 de nuevo tiene una declaración paralela. El verso dos dice que Dios ha señalado a Su Hijo “heredero de todas las cosas”. Él es el Primero, el Hijo de Dios que tiene el derecho a la herencia, la Persona de mayor categoría, el Señor de todo, heredero de toda creación.
El Creador y el Rey

La afirmación de que “primer nacido” significa que Cristo es un ser creado ignora completamente el contexto de Colosenses 1:15. Recuerde, usted ya ha visto en los versos 16-17 que Cristo es explícitamente nombrado el Creador de todo. Cristo no es parte de la creación; Él es el Creador, el mismo brazo de Dios, activo desde el principio al llamar a la existencia al universo y a todas las criaturas. Juan 1:3 dice: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Eso no podría ser cierto si él fuera por Sí mismo un ser creado.

Hebreos 1:2 también identifica a Cristo como el Creador. Cristo es la Persona de la Trinidad a través de la cual el mundo se hizo y para quién se le dio forma.

El tamaño del universo es incomprensible. ¿Quién lo hizo así? Algunos científicos dicen que hubo una explosión grande que eventualmente formó un pantano primario y… la Ciencia no lo puede explicar.

Mas Dios creó todo.

¿Quién?

El bebé de Belén. Él hizo todo.

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¿Es pagano el árbol de navidad? (Otra voz)
Fecha de publicación: Noviembre 23, 2010. Por Casa de Oración México

Por Pablo Santomauro.

Uno de los símbolos navideños más atacado por algunas sectas y aún por algunos cristianos es el árbol de Navidad. La acusación central es que muchas civilizaciones del pasado adoraban o incluían árboles en su tradición mitológica. En la antigua Babilonia, por ejemplo, se usaba un árbol como parte de una liturgia relacionada con el mito de la resurrección de Tammuz, una deidad pagana. Debido a esto, concluyen algunos, que el árbol de Navidad es pagano y se debe considerar como una ofensa a Dios. ¿Es válido este argumento?

En realidad el razonamiento por el cual se llega a esta conclusión es erróneo. Lo único que prueba es que en tales ocasiones se utilizaba un árbol. En el estudio de la lógica esto se conoce como la falacia de culpabilidad por asociación. En otras palabras, el árbol de Navidad es declarado culpable simplemente porque un árbol se utilizaba en una celebración pagana.

Lo que debemos entender es que ciertas semejanzas en costumbres, tradiciones o ceremonias, no necesariamente implican semejanzas en el pensamiento o en el contenido. Permítanos usar una ilustración: cuando un cacique de los indios tarianos en el alto Amazonas muere, lo incineran y luego la tribu participa en una ceremonia donde se beben las cenizas de sus huesos mezcladas con vino. Ellos piensan que al beber la poción adquieren así el poder y la virtud del fallecido. Ceremonias como ésta son comunes en el mundo y en la historia. En algunas de ellas se llega hasta beber sangre. La pregunta que surge es, ¿mancha esto de paganismo la celebración que los cristianos conocemos como la Santa Cena o Cena del Señor? ¡Claro que no! Como tampoco el uso de un árbol en un rito pagano invalida el uso del árbol en la tradición navideña cristiana.

Aún suponiendo que la costumbre del árbol de Navidad hubiera sido tomada directamente de una ceremonia pagana (lo cual no es cierto), cuando el cristianismo le atribuye otro significado, la conexión con el paganismo queda cancelada.
Un ejemplo de interpretación bíblica deficiente.

Algunos hermanos, incluso alguno que se supone son maestros de la Palabra, han llegado a utilizar textos bíblicos aislados de los que omiten el contexto para justificar la aversión por el árbol de Navidad.

Uno de los pasajes más usados es Jeremías 10:1-5, donde Dios condena la creación de ídolos hechos de los árboles del bosque. Asociar el árbol de Navidad con este pasaje es leer en el texto algo que no existe, lo que constituye una violación de las reglas de la interpretación bíblica. Además, el sentido común nos indica que el contexto del pasaje no puede tener ninguna conexión con la Navidad ni con el árbol, ya que la tradición del árbol comenzó en Alemania aproximadamente dos mil años más tarde en el siglo XVI.

Jeremías no está profetizando acerca del paganismo a 2000 años de distancia en el futuro, sino denunciando la idolatría desenfrenada de su época. El profeta escribe a sus contemporáneos cautivos en Babilonia y los insta a mantenerse incontaminados del ambiente pagano que los rodeaba. Ninguna interpretación bíblica legítima permite el torcimiento de este pasaje con el propósito de asociarlo con el árbol de Navidad.

Pero alguien puede preguntar, ¿por qué se habla de adornar un árbol en este pasaje? Obviamente el pasaje no tiene nada que ver con decorar un árbol. La advertencia está relacionada con esculpir un ídolo con la madera del árbol (v.3). Mientras que los ricos podían fabricar ídolos de metales preciosos, los pobres tenían que contentarse con hacerlos de madera (Is. 40:19-20). La referencia a que son adornados con plata y oro es clara referencia en el idioma original a que el ídolo tallado del leño era laminado o cubierto con los metales preciosos (vv. 4, 9).

Es posible que aún alguien pueda objetar, ¿por qué Jeremías usa la palabra “leño” para referirse a un ídolo (v. 8)? Respuesta: El profeta está usando aquí una figura literaria llamada sinécdoque, en la cual se le da al producto terminado el mismo nombre del material usado en la fabricación. El leño se usa para esculpir un ídolo, y al ídolo una vez terminado, se le continúa llamando “leño”. De la misma forma, la Biblia llama “madero” a la cruz donde murió Cristo, porque la materia prima que se usaba para hacer una cruz era un madero.
El verdadero origen de la Navidad

La creación del árbol de Navidad fue el resultado de la combinación de dos símbolos de matiz espiritual. El primero fue el árbol del paraíso, adornado con manzanas, que representaba el árbol de la Vida (Gn. 2:9; 3:24). El segundo fue una repisa triangular decorada con motivos navideños, entre ellos la estrella que guió a los magos desde el oriente hasta Judea. De la combinación de estos símbolos, ambos de contenido espiritual, nació el árbol de Navidad. La tradición le adjudica a Martín Lutero la idea de agregarle luces, representando a Jesucristo, la luz del mundo. Como vemos, el origen del árbol de Navidad no tiene nada que ver con el paganismo ni con la idolatría.

Sin embargo, a pesar de lo ya expuesto, nosotros respetamos la posición de aquellos que ven en el árbol de Navidad algo incompatible con la fe cristiana. Así mismo exhortamos a estos hermanos a no juzgar a aquellos que incorporan el árbol a sus celebraciones. Los cristianos no debemos enfocarnos en diferencias de aspecto secundario, lo que en nada edifica, y por el contrario, ocasiona contiendas.

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La verdadera historia de la Navidad
Fecha de publicación: Noviembre 18, 2010. Por Casa de Oración México

Por el Pastor John MacArthur.

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¿Deberían tener los cristianos árboles de Navidad?
Fecha de publicación: Noviembre 15, 2010. Por Casa de Oración México

Árbol de NavidadPor el Pastor John MacArthur.
Texto original en inglés, aquí.

Al acercarse el tiempo de Navidad, preguntas como ésta surgen algunas veces. Como todo en la vida, es importante abordar estos asuntos con discernimiento bíblico.

En este caso, no vemos nada incorrecto en el árbol de Navidad tradicional. Sin embargo, algunos han enseñado que está mal tener un árbol de Navidad en casa. ¿Son válidas sus razones? No lo creo.

Consideremos las dos objeciones más comunes que las personas hacen contra el árbol de Navidad.

Primero, algunos afirman que los árboles de Navidad tienen orígenes paganos. Sin embargo se cree que Bonifacio, aquel misionero inglés en la Alemania del siglo octavo, instaló el primer árbol de Navidad. Él habría reemplazado así los sacrificios al roble sagrado del dios Odin por un árbol adornado en tributo a Cristo. Otros relatos afirman que Martín Lutero introdujo el árbol de Navidad iluminado con velas. Basados en esa información podriamos decir que el árbol de Navidad tiene un pedigrí cristiano distinguido.

Sin embargo, aún si un trasfondo pagano pudiera ser claramente establecido, esto no necesariamente significa que deberíamos abstenernos de usar o disfrutar un árbol de Navidad. Quizás la siguiente analogía nos ayude a comprenderlo mejor:

Durante la Segunda Guerra Mundial, las Fuerzas Armadas americanas destinaron cierta cantidad de islas remotas del Pacífico Sur como pistas de aterrizaje temporales y depósitos de suministros. Nunca antes las tribus indígenas de aquellas regiones habían visto de cerca la tecnología moderna. Los grandes aviones de carga llevaban a las islas bienes materiales desconocidos para los lugareños: encendedores (que éstos consideraron milagrosos), jeeps, refrigeradores, radios, herramientas mecánicas, y comida variadísima. Cuando la guerra terminó, los isleños concluyeron que los hombres que habían traído aquellos enseres y que luego se habían ido eran dioses del cargamento, por lo que construyeron santuarios para expresar su esperanza de que éstos volverían con más bienes.

La mayoría de la gente ni siquiera sabe acerca de esta superstición religiosa. Del mismo modo, pocos saben acerca de la adoración de los árboles. Cuando un niño saca un regalo de debajo del árbol de Navidad y desenvuelve un gran avión de carga a escala, nadie mira aquel objeto como un ídolo. Ni se mira al árbol de Navidad como si fuera una especie de dios del regalo. Comprendemos la diferencia entre un juguete y un ídolo tal como, claramente, comprendemos la diferencia entre un ídolo y un árbol de Navidad.

No vemos ninguna razón válida para hacer cualquier conexión entre los árboles de Navidad y los ídolos de madera o la adoración a los árboles. Aquellos que insisten en hacer tales asociaciones deben tomar nota de las advertencias de la Biblia en contra de juzgar a otros en las cosas dudosas (ver Romanos 14 y 1 Corintios 10:23-33).

Otro argumento común contra los árboles de Navidad es que los tales están prohibidos en Jeremías capítulo 10. Sin embargo, una mirada más cercana a ese capítulo demuestra que no tiene que nada que ver con árboles navideños sino que se refiere a la adoración de ídolos tallados en madera. El versículo 8 dice contundente: “Enseñanza de vanidades es el leño”, es decir, la doctrina sobre el culto a los ídolos de madera no tiene valor alguno.

El culto al ídolo es ciertamente una violación evidente al mandamiento que dice: “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás…” Mas no hay ninguna conexión entre la adoración de ídolos y el uso de árboles de Navidad, así que ni siquiera deberíamos preocuparnos por los argumentos que, sin fundamento, combaten la decoración navideña. Más bien deberíamos enfocarnos en Jesucristo, el centro de la Navidad, mostrando toda diligencia en recordar la razón verdadera de las celebraciones de esta temporada.

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EL PAN DE YUCA

por Carlos Rey

Nadie supo cómo había quedado embarazada la hija del jefe, porque ningún hombre la había tocado. No obstante, comenzó a formarse en su vientre un niño. El desarrollo físico e intelectual del niño, al que llamaron Mani, fue tan asombroso como su nacimiento virginal, pues comenzó a correr y a conversar en cuestión de días. Corrió la noticia y se desató una ola de peregrinajes desde los más remotos rincones de la selva. Todo el mundo quería conocer al prodigioso Mani.

El día de su primer cumpleaños, a pesar de no haber padecido de enfermedad alguna durante todo ese año, dijo: «Voy a morir», y murió. Pasó algún tiempo y una planta desconocida brotó en la tierra donde lo sepultaron. Bajo el cuidado de la madre de Mani que la regaba cada mañana, la planta creció, floreció y fructificó. A los pájaros les encantaba picotearla, porque volaban luego dando tumbos por el aire, aleteando en espirales locas y cantando como nunca.

Un día se abrió la tierra en la que yacía Mani. De allí el jefe arrancó una inmensa raíz carnosa. La ralló con una piedra, del polvo hizo una pasta, la exprimió, encendió un fuego y coció pan para que comieran todos. A esa raíz la nombraron mani oca, que significa «casa de Maní». De ahí viene el vocablo mandioca, que es el nombre que se le da a la yuca en la cuenca amazónica y otros lugares de América.1

¿En qué se parecen ese mito indígena y la historia de la encarnación de Jesucristo? En que tanto el niño Dios como el niño Mani nacen y viven milagrosamente. Pero difieren esencialmente en que el Hijo de Dios muere a los treinta y tres años y resucita como el Pan de vida eterna, mientras que el nieto del jefe muere al año ¡y reencarna como pan de yuca!

Tal vez una de las razones por las que el niño Jesús nació en Belén haya sido que en hebreo Belén significa «casa de pan». Lo cierto es que en su ministerio público Jesucristo se presentó como el pan de vida. A la multitud que lo seguía le dijo: «Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca pasará hambre..., y... no lo rechazo... Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la... de [mi Padre] que me envió: que... es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.»2

Si bien Mani mitológicamente nació, murió y reencarnó para alimentarnos físicamente, Cristo realmente nació, murió y resucitó para alimentarnos espiritualmente. Trabajemos, pues, como nos exhorta Cristo, «no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna»,3 que Él mismo quiere darnos. Ésa es la única comida que va acompañada de una póliza de seguro a todo riesgo contra el hambre.
1 Eduardo Galeano, Memoria del fuego I: Los nacimientos, 18a ed. (Madrid: Siglo XXI Editores, 1991), p. 35.
2 Jn 6:35,38‑40
3 Jn 6:27

YO ESTOY A LA PUERTA

Él es Jesús.

Él es Aquel que a lo suyo vino y los suyos no le recibieron.

Es Aquel que fue acostado por María en un pesebre porque no había lugar para ellos en el mesón.

Aquel a quien muchos convidados a la gran cena rechazaron, despreciando la invitación que el Padre les había extendido.

Aquel que fuera de la iglesia en Laodicea dice “he aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo“.

El Señor Jesucristo seguirá fuera de la vida de la mayoría, pocos hallarán este Camino.

Mas ¿sigue Él fuera, también, de usted que se hace llamar cristiano? ¿Sigue fuera, de manera inconcebible, de muchas que dicen ser “su iglesia”?

¿Habrá lugar para él en usted, o seguirá él afuera porque tiene usted el corazón muy ocupado en sí mismo o en otros, o en las cosas del mundo, de modo que no hay sitio disponible?

¿Despreciará usted vez tras vez Su invitación a la gran cena? ¿Podrá usted oír la voz del Señor para abrirle la puerta y que él entre a usted y cene con usted y usted con él? ¿O se perderá usted la única cena realmente importante en la vida, no una de Navidad, sino la única que nadie debería perderse y de la que, sin embargo, muchos serán excluidos?

¿EN QUÉ CREEMOS REALMENTE ?

Creemos que las Sagradas Escrituras
(Antiguo y Nuevo Testamento) son inspiradas por Dios y están exentas de error en sus documentos hebreo/griegos originales (2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:20-21).

Creemos que nuestro Señor Jesucristo
es verdadero Dios (Isaías 9:6; Hebreos 1:8; 1 Juan 5:20) y verdadero hombre (Romanos 9:5; 1 Timoteo 2:5; Juan 1:1,14; Filipenses 2:6-8).

Creemos en el estado pecaminoso de la humanidad,
y en la caída del hombre de la gracia de Dios, el cual en su estado depravado necesita el nuevo nacimiento espiritual (Ro. 3:19; 3:23, Ro. 5:18-19, Ro. 6:23; Jn. 3:3-6).

Creemos que todos los que reciben por fe al Señor Jesucristo pasan a ser parte de la familia de Dios (Juan 3:3; I Juan 5:1; Gálatas 3:26).

Creemos en la Santa Divinidad de Jesucristo,
su nacimiento virginal, su muerte, su resurrección, su presente exaltación a la mano derecha de Dios, su personal, inminente y premilenial regreso (Is. 7:13-14, Is. 9:6-7, Lc. 1:31-35; Ro.4:24-25).

Creemos en la resurrección de los creyentes
a una vida eterna, en la iglesia como el cuerpo de Cristo (1 Ts. 4:13-18; 1 Co. 15:51-53).

Creemos en la gran comisión que Cristo dejó a la iglesia,
esta consiste en ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, discipulándoles en todo lo concerniente al Señor conforme a Su Palabra. (Mt. 28:18-20; Mc. 16:15).

¿ CÓMO SER SALVO ?

Tiene que saber cuatro cosas:

1. Todos son pecadores.

Romanos 3:10 "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;"
Romanos 3:23 "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios"

2. La paga por el pecado es la muerte y el infierno.

Romanos 6:23 "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro"

3. Jesucristo vino a morir para pagar por los pecados.

Romanos 5:8 "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros"

4. El Señor Jesús quiere que seas Salvo en este mismo instante.

Apocalipsis 3:20 "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo"
Romanos 10:13 "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo"

Habla con el Señor Jesús y dile:
Mi amado Señor, se que soy pecador y necesito ser salvado por ti.
Creo que Cristo murió en la cruz en mi lugar para pagar por mis pecados.
Señor perdona mis pecados, entra en mi corazón, se el Señor de mi vida.
Amen.

VEINTE (20 ) AÑOS TRANSMITIENDO LA PALABRA DE DIOS

Historia de KBIB
KBIB Radio

LA ESTACION DE RADIO CRISTIANA HISPANA
En San Antonio, Texas
Por el Misionero Ken Hutcheson

LA NECESIDAD
La Estación de la Biblia, KBIB, es la empresa misionera más importante jamás antes construída en San Antonio y hoy es una de las más importantes en el mundo entero. Algunos expertos estiman que la población del Condado de Bexar (San Antonio) es de más de 2,000,000 y el 65% es hispano (incluyendo a indocumentados). Esto significa que hay cerca de 1,000,000 de hispanos solamente en este condado, aumentando diariamente con la inmigración y la taza de natalidad. La mayoría de los cuales nunca han oído del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Antes de que mi familia y yo dejáramos el pastorado en Augusta, Georgia, en 1980, para ser misioneros en San Antonio, el Señor afligía nuestros corazones por una emisora de radio cristiana en español. Cuando empezamos a construír esta radioemisora, ya había dos en inglés, pero ninguna que transmitiera en español. Cuando salimos al aire en septiembre de 1989 había ya cuatro emisoras cristianas transmitiendo en inglés. ¡KBIB es la primera que lo hace en español! En 1981 ayudé a establecer el Colegio Bautista Bilingüe para capacitar a obreros cristianos hispanos. También, en 1984 establecí la primer escuela bautista para hispanos en San Antonio. Empero estos esfuerzos más la obra de otros hermanos no van acorde al crecimiento de la población hispana. Una estación de radio cristiana en español es la herramienta humana más efectiva jamás inventada para alcanzar a mayor cantidad de hispanos con el Evangelio, en un tiempo muy corto, antes del Rapto.

LA FIERA OPOSICION DE SATANAS
Durante mis más de 50 años en el ministerio, nunca vi al diablo pelear tan ferozmente como lo ha hecho con este proyec-to. Pero es porque sabe que las multitudes serán alcanzadas día a día con la Palabra de Dios en español. Hemos sufrido muchas, muchas decepciones y muchos reveses. Con nuestras limitadas finanzas, tal esfuerzo ha sido abrumador para nosotros y un chiste para el medio empresarial. Muchas puertas se cerraron en nuestras narices. En un futuro no muy lejano, podremos relatar la historia completa de los métodos y gentes que Satanás usó para destruir esta emisora radial. Finalmente, después de orar y ayunar y buscar, en agosto de 1983 se localizó una frecuencia, pero había serios problemas. Pasamos semanas buscándola, teniendo que ser verificada adicionalmente por un ingeniero en Michigan, y enseguida se hizo la aplicación. La FCC concedió el permiso el 18 de diciembre de 1984.
LA SEÑAL
Debido a que las estaciones de radio ya establecidas deben ser protegidas, la señal tiene que ser angosta, más o menos de un pie, exigiendo seis torres localizadas cerca de Marion, Texas, (aproximadamente 25 millas al noreste San Antonio). La potencia es baja, pero comprimida, cubre el condado de Bexar (San Antonio) con una fuerte señal. Además alcanza el oeste y suroeste a casi 100 millas de México, ¡con una audiencia potencial de cerca de dos millones por día! Hubo mucho problemas, pero localizamos una propiedad y firmamos un arrendamiento. El domingo 23 de junio de 1985, setenta y seis hermanos asistieron a la ceremonia inaugural de “la primera palada” y se colectó una ofrenda de $60.80.

Después de seis años de construcción, dos batallas legales en corte, ataques al corazón y muchas lágrimas, nuestro Señor nos dió la victoria y salimos al aire el jueves 21 de sepriembre de 1989. Y ahora, el Señor nos ha concedido transmitir por ya trece años Su Evangelio en español.

EL COSTO
El edificio de metal fue donado por oficinas y estudios. Nuestro Señor Jesús ha enviado el dinero indispensable para la aplicación, equipo y aparatos. Construimos e instalamos seis torres y estamos orando por $20,000 para poder terminar el trabajo. Se calculaba que tomaría seis meses aproximadamente para que KBIB se autosostuviera. Confiamos en nuestro Salvador no sólo para los costos de construcción, pero también para los fondos de los primeros meses de operación.

UN MINISTERIO IMPRESO COMBINADO
Todo el excedente económico será usado para el ministerio de prensa. Biblias, Nuevo Testamentos, folletos y cursos bíblicos por correspondencia en español son enviados a la audiencia cuando asi lo solicitan. Obreros permanentes calificarán y darán consejería a aquellos con necesidades espirituales. Después, un programa radial en vivo contestará preguntas bíblicas todos los días. Un camión a control remoto ofrecerá programas en español con proyectos cada semana teniendo entrevistas con los niños para la radio.

TOTALMENTE EN ESPAÑOL
Sus siglas de identifcación son KBIB. "La Estación De La Biblia" se localiza en el 1000 (AM). Todos los programas, música y anuncios son totalmente en español. Tenemos varios programas que stransmiten a nivel internacional como son "A Través De La Biblia," "La Biblia Dice," "La Clase Bíblica Radial," "Profecías Bíblicas," etc. Diferentes pastores son patrocinados sin costo alguno durante una semana (cinco días, 15 minutos) dándoles folletos y calcomanías para que distribuyan en su congregación. KBIB pronto contará con una de las más grandes audiencias en San Antonio, y con una influencia casi ilimitada en la comunidad hispana por nuestro Señor Jesús y Su Palabra.

CORPORACION NO LUCRATIVA
Nuestra emisora es una empresa misionera no lucrativa. A la fecha nadie recibe salario, todos donan su trabajo. Cuando nos sea posible, se les ofrecerá un sueldo. Los misioneros que trabajan para la estación recibirán solamente reembolsos de sus gastos. Los libros de las finanzas están abiertos a todas las iglesias patrocinadoras, a pastores y hermanos.

UN SACRIFICIO DIGNO
Cuando mi familia y yo venimos a San Antonio dependíamos principalmente de la venta de nuestra casa en Georgia y solamente cuatro iglesias nos apoyaban. Pusimos los $8,000.00 de nuestra casa en la estación de radio. También, mi esposa, mi hija y yo donamos cada uno $1,000.00 como promesa de fe. El Señor ha suplido el resto para terminar la construcción.

NUESTRA MAS GRANDE NECESIDAD
El dinero ciertamente es necesario para terminar este gigantesco trabajo (como pagar los préstamos y pagar a nuestros obreros), pero nuestra más grande necesidad es la oración.
Estamos orando por otra estación en Eagle Pass que se adentre aproximadamente cien millas en México, ¡operando las 24 horas y alcance cuatro veces más almas que KBIB! Para ello esperamos reunir a mil hermanos que oren por este ministerio todos los días y, a medida que el Señor provea, enviar una ofrenda mensual. ¿Será usted uno de ellos?

jueves, 23 de diciembre de 2010

MARAVILLOSO E INIGUALABLE CRISTO

Maravilloso e Inigualable Cristo
Es maravilloso descubrir en la Biblia muchos contrastes, pero ninguno más sorprendente que el mostrado por la persona de Cristo. No podemos olvidar que Él fue al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre. Las ilustraciones de estos contrastes en las Escrituras son muchas y nos ayudan a maravillarnos de Su persona:

a. Él estuvo cansado (Jn. 4:6), y ofreció descanso a los que estaban trabajados y cargados (Mt. 11: 28).
b. Él tuvo hambre (Mt. 4:2), y era «el pan de vida» (Jn. 6: 35).
c. Él tuvo sed (Jn. 19:28), y Él era «el agua de vida» (Jn. 7: 37).
d. Él estuvo en agonía (Lc. 22:44), y curó toda clase de enfermedades y alivió todo dolor.
e. Aunque había existido desde la eternidad (Jn. 8: 58), El creció «en edad» como crecen todos los hombres (Lc. 2:40).
f. Sufrió tentación (Mt. 4: 1) y, como Dios, no podía ser tentado.
g. Se limitó a si mismo en su conocimiento (Lc. 2: 52), aun cuando Él era la sabiduría de Dios.

¡Que maravilloso es nuestro Señor! En Navidad todos debemos estar enfocados en Él, porque Cristo es Inigualable, como escribe y detalla el Dr. Chafer: Cuando Cristo nació, nació en contradicción a las leyes de la vida, murió y venció contradiciendo las leyes de la muerte. Vivió en pobreza, aun cuando era Dueño de todo. No tuvo ningún título oficial, ni carrera universitaria. No fue político, ni fue rey en este mundo aunque era Rey de Reyes. Cuando nació, no estuvo en un palacio aunque era de la realeza divina. Cuando nació no buscaba la fama, pero su llegada estremeció el reino de Herodes, que lo busco para matarlo. Cuando era adolescente los sabios y eruditos del Templo se asombraron. Cuando fue adulto calmó la tempestad y dominó la naturaleza, habló con autoridad y el Cielo tembló. Caminó sobre el mar como si fuera pavimento. No tenía plantaciones, sin embargo alimentó a miles. Sanó a miles de personas y no cobro un centavo. No escribió un libro, pero no hay biblioteca en el mundo que alcance a retener los libros que hablan de Jesucristo. No compuso una canción, pero miles de melodías están dedicadas a está maravillosa persona. No fundó un colegio, pero ningún colegio tiene tantos discípulos como Él. No comenzó ningún ejército, pero tiene millones de soldados fieles y por toda partes del mundo. Este precioso Señor Jesucristo no practicó siquiatría, pero curo más almas que cualquier otra persona. Cuando Él murió, el sol no quiso brillar, la tierra tembló, las rocas se partieron y los sepulcros se abrieron, la tierra que fue teñida con su sangre no pudo retener su cuerpo. Cada semana el mundo se detiene, para que la gente vaya a templos a escuchar de Él y recordarle. Todos los hombres de la humanidad, grandes estadístas, filósofos, científicos, héroes y guerreros han vivido y se han ido, pero su Nombre abunda más y más... y sigue creciendo. Transcurrieron más de 2000 años y Cristo vive, Herodes no puedo destruirle, la muerte no pudo retenerle. Él esta colocado en lo más alto del pináculo de la Gloria de Dios, Él es reconocido por Dios, alabado por los ángeles, adorado por los hombres, temido por los demonios, Él es el Cristo vivo, Señor de Señores y Rey de Reyes, precioso Salvador, piedra angular, fundamento de la Iglesia, Pastor incansable, Dios de paciencia, consolación y esperanza.

Aquel que tiene en su vida a Cristo, tiene Todo.
Autor: Pastor Marcelo de la Llave.

Gracias amado amigo y amiga, por tu amistad. ¡Te deseo una muy Feliz Navidad!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA VIDA ES DURA

La vida es dura
La vida es dura. Estas cuatro palabras son una evaluación exacta de nuestra vida en esta tierra. Cuando el escritor del libro de la Biblia llamado Job tomó su estilete para escribir su historia, pudo haber comenzado con una frase contundente muy semejante: “La vida es injusta.”

Nadie puede negar el hecho de que la vida está caracterizada por problemas, aflicciones y angustias. La mayoría de nosotros hemos aprendido a enfrentar la realidad que la vida es dura, pero ¿no es también injusta? ¡Bienvenido al mundo de Job! Job fue un hombre de una piedad única y genuina; también fue un hombre que tuvo una prosperidad bien merecida. Fue un caballero piadoso, extremadamente rico, un excelente esposo y un buen padre, pero una serie de súbitas y brutales calamidades, una tras otra, convirtieron a Job en un amasijo de quebrantamiento y aflicción. La extraordinaria acumulación de desastres que lo golpearon habría sido suficiente como para acabar con cualquiera de nosotros. Job se queda en la ruina, sin casa, sin hijos, en la miseria más grande. Está de pie en un valle azotado por el viento, junto a las diez tumbas frescas de sus hijos que han muerto. Su esposa solloza profundamente, a tiempo que se arrodilla a su lado después de escucharle decir: “Seguiremos sirviendo a nuestro Dios, ya sea que nos dé o nos lo quite todo”. Ella se inclina y le susurra en voz baja: “¿Por qué no maldices a Dios y te mueres?”. Su miseria se convierte en un misterio ante el silencio de Dios. No recibe ningún consuelo.

Haga una pausa y contemple la angustia de esta pareja, sin olvidar que Job no ha hecho nada para merecer tan insoportable dolor. ¿Cómo habría sido su reacción de haber sido usted y no Job el protagonista de esta historia? Nuestra inclinación natural por la justicia hace que el dolor tome el lugar de la paciencia. Ahora en esos momentos debemos recordar:

1- En todo lo que haga cuando surjan los conflictos, sea sabio. Si no tiene cuidado, manejará los conflictos con la energía de la carne. Pero después...lo lamentará.

2- Siempre hay dos lados en la calle del conflicto, evalúe las diferencias. La otra parte de ser sabio es orar, busque la perspectiva de Dios. Él nos dará la sabiduría que necesitamos si se la pedimos.

3- Tome cada conflicto tal y como se presenta. . . y luego manéjelo por separado. Es posible que usted haya ganado una batalla ayer, pero eso no contará cuando surjan las escaramuzas de hoy. Es posible que tenga una gran dosis de paciencia hoy, pero eso no significará nada cuando el día de mañana venga de nuevo el ataque. Dios no nos da la paciencia a crédito. Cada día es un nuevo día.

Dios, en los tiempos difíciles, quiere que desarrollemos rasgos de paciencia. Alguien dijo que éstos son: dar espacio, tiempo y gracia. Permítame decirle que estos rasgos, no se logran con una vida fácil sino en los momentos difíciles.

Autor: Charles Swindoll

lunes, 20 de diciembre de 2010

«PIEL DE DIOS»

En el año 1701 los indios chiriguanos, del pueblo guaraní, navegaron el río Pilcomayo hasta llegar a la frontera del imperio de los incas. En el Valle de Salinas divisaron, maravillados, las primeras alturas de los Andes, y decidieron sentar bases.
Un día aparecieron en su comarca, también después de mucho andar, los frailes franciscanos de Chuquisaca. En sus alforjas llevaban objetos extraños y fascinantes. Afortunadamente, no se hicieron rogar los mensajeros de Dios antes de abrir y mostrarles aquellos objetos. Más bien, aprovecharon el visible interés que manifestaron para comunicarles, por medio de intérpretes, que eran libros sagrados. Como aquellos indígenas nunca antes habían visto el papel, ni se les había ocurrido que lo necesitaban, no tenían en su propio idioma ninguna palabra para llamarlo. Así que cuando se enteraron de que el papel servía para enviar mensajes a los amigos que estaban lejos, decidieron ponerle por nombre «piel de Dios».1
El que los chiriguanos relacionaran el papel con la piel no tiene mayor importancia, pues desde tiempos antiguos hasta hoy se escribe y se forran libros en pergamino, que procede precisamente de la piel de animales. Pero es muy significativo que esa piel fuera la de Dios, y que la razón fuera que el papel sirve para enviar mensajes a los amigos que están lejos. Porque lo cierto es que Dios el Padre, desde el cielo lejano, envió a la tierra a su Hijo Jesucristo como su mensaje encarnado, forrado con piel humana,2 a fin de dar la vida por nosotros y así identificarse como el amigo que más nos ama. Antes de morir, Cristo dijo que «nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos».3 Con eso nos dio a entender que su muerte serviría no sólo para salvarnos, sino también para demostrarnos que es nuestro mejor amigo.
Lo que Dios espera de nosotros es que correspondamos al supremo amor de Cristo aceptando su oferta de amistad. No tenemos que hacer nada para merecerla, pero sí tenemos que aceptarla para que se haga realidad en nuestra vida. De nada nos sirve que Cristo haya dado la vida por nosotros si no le entregamos la nuestra a Él. ¿Por qué no le enviamos un mensaje de vuelta al que nos ofrece la mejor amistad del mundo? Digámosle: «Querido Señor Jesucristo, gracias por tu amor y tu amistad. Los acepto consciente de que no he hecho ni jamás podré hacer nada para merecerlos. Perdona todo pecado que he cometido y toda infidelidad pasada de la que sea culpable. Toma posesión completa de mi vida. Ayúdame a servirte de todo corazón y a ser fiel amigo tuyo hasta la muerte. Gracias porque, lejos de estar distante, has querido estar conmigo hasta el fin del mundo.4 Y gracias porque un día te limitaste a piel humana como la mía, para que la mía pueda un día ser glorificada como la tuya.»


1Eduardo Galeano, Memoria del fuego II: Las caras y las máscaras, 17a ed. (Madrid: Siglo XXI Editores, 1995), p. 4.
2Jn 1:14
3Jn 15:13
4Mt 28:20

sábado, 11 de diciembre de 2010

VIVIR SIN ALIMENTOS, ES VIVIR SIN LA PALABRA DE DIOS

Padecía de una enfermedad extraña, que tenía un nombre también extraño: Síndrome de Polipéptido Intestinal Vasoactivo. En otras palabras, era alérgico a toda comida. No podía ingerir ninguna clase de alimento. De hacerlo, sufriría terribles calambres y dolores intestinales.

Desde su nacimiento hasta su muerte, lo alimentaron por vía intravenosa. Sin embargo, creció hasta medir dos metros de alto y pesar noventa y cinco kilos. Pero a los veinte años de edad, la vida anormal de Jason White, de Texas, Estados Unidos, hizo crisis. Una mañana el joven amaneció muerto.

Vida extraña la de ese joven. Nunca comió dulces ni chocolates. Nunca ingirió frutas. Nunca probó ninguna carne, ni verduras ni pastas. Nunca se sentó a una mesa llena de sabrosas vituallas. Las delicias de la buena mesa no se habían hecho para él. O quizá él no estaba hecho para ellas. Gozó de muchos placeres en la vida, pero no el de la comida.

Esto mismo les ocurre, aunque en forma diferente, a muchas personas. Académicamente, hay muchos que pasan la vida entera sin alimentar su intelecto con las maravillas de la literatura. A éstos los llamamos analfabetos. Ya sea por injusticia o por desgracia, o simplemente por dejadez, nunca asistieron a una escuela. Y la maravilla y el deleite del lenguaje escrito no los disfrutaron ellos.

Moralmente, hay muchos que pasan la vida entera sin alimentar su alma con algún sentimiento bueno. Nunca beben ni comen de la justicia, de la decencia, de la moralidad, de la vida sana. Pueden comer de todo, pero de un sentimiento noble o de un pensamiento honesto, jamás se alimentan.

Espiritualmente, hay muchos que jamás dan a su corazón la única comida que alimenta el alma: la Palabra de Dios. Pueda que se alimenten de la literatura que circula por todo el mundo. Pueda que beban todas las filosofías inventadas por el hombre. Y pueda que prueben cuanta religión moderna los confronte. Pero nunca leen la Biblia.

Éstos llegarán al fin de su vida ahítos de todo lo comestible que este mundo puede darles, tanto para alimentar el cuerpo como el intelecto. Pero su alma quedará al final anémica, raquítica, en absoluta inopia espiritual. Quedarán muertos, doblemente muertos.

La Biblia es el Libro de Dios para toda la humanidad. Es la única fuente del conocimiento de Cristo, la única que puede dar vida plena. Leamos la Biblia. Ella nos dará la fuerza espiritual sin la cual morirá nuestra alma.