"Porque mío es el mundo y su plenitud" Salmo 50:12
Antes de cumplir una semana de vida, los aguiluchos se pelean por la comida. Ninguno es lo suficientemente fuerte como para mantener la cabeza erguida más de unos segundos, perecen pompones peludos con cabezas pegadas. Aun así, cada vez que los padres llevan comida al nido, el más grande se apresura para darle un picotazo a su hermano e impedir que reciba su bocado. La agresión sería comprensible si la comida fuese escasa o si los padres fueran incapaces de proveer lo suficiente. Pero nada está más lejos de la verdad, ya que son alimentados con peces de tamaño mucho mayor que ellos, y tienen más que suficiente para ambos. Los codiciosos aguiluchos me traen a la mente nuestra propia necedad, cuando tratamos de conseguir para nosotros lo que le pertenece a otra persona (Santiago 4:1-5). Los conflictos surgen porque queremos algo que Dios le ha dado a algún amigo, colega, pariente o vecino. En vez de pedirle al Señor lo que necesitamos, intentamos conseguir aquello que Dios le ha dado a otro (vs. 2). Sin embargo, Dios tiene algo bueno para cada uno de nosotros. Nunca necesitamos aquello que le pertenece a otra persona. Y además, es indudable que nunca debemos perjudicar a nadie para conseguir lo que nos hace falta. Nuestro amoroso Padre celestial tiene más que suficiente para todos. ¿Por qué preocuparnos o afanarnos? Recuerde el antídoto de Pablo para evitar la ansiedad o el afán: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Fil.4:9)
También no nos olvidemos, si Dios nos ha bendecido, podemos ser de bendición a otros. Repase el antídoto de Pablo contra el egoísmo: hagan el bien, sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos y sobre todo muy agradecido(1Ti. 6:18).
Reflexión: Nuestra necesidad nunca agotará la provisión divina.
Autor: Editores de Nuestro Pan Diario.
domingo, 29 de mayo de 2011
jueves, 19 de mayo de 2011
«ME GUSTA ENTRAR AL CHAT PERO DESCONOZCO LOS PELIGROS DE LA INTERNET»
«Tengo quince años. A mí me gusta entrar al chat. En una de esas, conocí a un chico que me pidió que fuera su novia, y yo acepté. Ese mismo día nos conocimos. Él me pidió tener relaciones íntimas, y yo accedí. Esto lo hice porque me sentía sola. Luego de eso, me sentí mal. Había fallado a Dios y a mi familia.
»Creo que Dios jamás me perdonará y que no merezco el amor que Él me da. No sé cómo alcanzar el perdón de Dios.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»¡Cuánto lamentamos tu situación! Aprendiste demasiado tarde que hay algunas decisiones a las que no se les puede dar marcha atrás. Jamás podrás volver a ser virgen, y por eso estás tan apenada.
»A pesar de las imágenes sexuales que nos rodean, los programas de televisión y las películas, la pornografía en la Internet, y la proliferación de actividad sexual entre adolescentes, en lo profundo de tu ser ahora reconoces que entregaste algo muy valioso. Y como no hubo sentimientos de amor de por medio, no pasó mucho tiempo sin que te dieras cuenta del terrible error que cometiste....
»Sin embargo, ¡tenemos buenas noticias para ti! Dijiste que les fallaste a Dios y a tu familia, y que ya no mereces el amor de Dios. Tienes razón. Pero es igual para todo ser humano. Todos les hemos fallado a Dios y a nuestra familia, y ninguno de nosotros merece el perdón.1 Es por eso precisamente que Dios el Padre tuvo que entregar a su único Hijo Jesucristo para pagar el precio por lo que hemos hecho. Por eso Cristo tuvo que morir en la cruz. ¡No lo merecemos! ¡Pero Él lo hizo por nosotros porque nos ama!2 Cuando le pidas perdón, Él te perdonará. Quedarás completamente limpia y sin pecado.3
»... Te recomendamos que nunca más chatees con desconocidos por Internet. Con todo y el gran error que cometiste, debes estar agradecida de que aquel tipo no resultó ser un homicida. Chatear por Internet es una actividad muy peligrosa. Casi a diario sabemos de casos en los que alguien fingió ser otra persona a fin de cometer un delito, incluso un asesinato. Te rogamos que te comuniques únicamente con personas a las que conozcas, y que nunca accedas a encontrarte con un desconocido por ninguna razón. Con el tiempo, comprenderás que hay hombres perversos que están al acecho en la Internet, a fin de aprovecharse de la ingenuidad de muchachos y de jovencitas como tú.
»En cuanto a la soledad que sientes, has aprendido que puede llevarte a tomar malas decisiones. Haz planes para reunirte con otras personas en un ambiente seguro. Hazte miembro de un club o de un equipo deportivo o de un grupo de jóvenes. Dona tu tiempo como voluntaria en una obra de caridad o en un hospital. Tal vez no suceda de inmediato, pero tarde o temprano conocerás a personas como tú con las que podrás cultivar una amistad confiable.
»¡Mantente a salvo y protegida!
1Ro 3:23
2Jn 3:16
31Jn 1:9
»Creo que Dios jamás me perdonará y que no merezco el amor que Él me da. No sé cómo alcanzar el perdón de Dios.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»¡Cuánto lamentamos tu situación! Aprendiste demasiado tarde que hay algunas decisiones a las que no se les puede dar marcha atrás. Jamás podrás volver a ser virgen, y por eso estás tan apenada.
»A pesar de las imágenes sexuales que nos rodean, los programas de televisión y las películas, la pornografía en la Internet, y la proliferación de actividad sexual entre adolescentes, en lo profundo de tu ser ahora reconoces que entregaste algo muy valioso. Y como no hubo sentimientos de amor de por medio, no pasó mucho tiempo sin que te dieras cuenta del terrible error que cometiste....
»Sin embargo, ¡tenemos buenas noticias para ti! Dijiste que les fallaste a Dios y a tu familia, y que ya no mereces el amor de Dios. Tienes razón. Pero es igual para todo ser humano. Todos les hemos fallado a Dios y a nuestra familia, y ninguno de nosotros merece el perdón.1 Es por eso precisamente que Dios el Padre tuvo que entregar a su único Hijo Jesucristo para pagar el precio por lo que hemos hecho. Por eso Cristo tuvo que morir en la cruz. ¡No lo merecemos! ¡Pero Él lo hizo por nosotros porque nos ama!2 Cuando le pidas perdón, Él te perdonará. Quedarás completamente limpia y sin pecado.3
»... Te recomendamos que nunca más chatees con desconocidos por Internet. Con todo y el gran error que cometiste, debes estar agradecida de que aquel tipo no resultó ser un homicida. Chatear por Internet es una actividad muy peligrosa. Casi a diario sabemos de casos en los que alguien fingió ser otra persona a fin de cometer un delito, incluso un asesinato. Te rogamos que te comuniques únicamente con personas a las que conozcas, y que nunca accedas a encontrarte con un desconocido por ninguna razón. Con el tiempo, comprenderás que hay hombres perversos que están al acecho en la Internet, a fin de aprovecharse de la ingenuidad de muchachos y de jovencitas como tú.
»En cuanto a la soledad que sientes, has aprendido que puede llevarte a tomar malas decisiones. Haz planes para reunirte con otras personas en un ambiente seguro. Hazte miembro de un club o de un equipo deportivo o de un grupo de jóvenes. Dona tu tiempo como voluntaria en una obra de caridad o en un hospital. Tal vez no suceda de inmediato, pero tarde o temprano conocerás a personas como tú con las que podrás cultivar una amistad confiable.
»¡Mantente a salvo y protegida!
1Ro 3:23
2Jn 3:16
31Jn 1:9
miércoles, 18 de mayo de 2011
LA CONFIANZA CRECE CON EL CONOCIMIENTO
LA CONFIANZA CRECE CON EL CONOCIMIENTO
"Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: Tú eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos." Salmo 31:14-15 (NVI)
Es fácil confiar cuando todo marcha sobre rieles, en la época de abundancia no hay críticas ni cuestionamientos, se disfruta y en medio de la bondad, declaramos la confianza en Dios porque es bueno; asociamos siempre la bondad de Dios con los bienes materiales que disponemos.
David parece que se suma a esta filosofía y exclama con seguridad, que él confía en Dios. Si leemos sin conocer el contexto, podríamos pensar que la estaba pasando muy bien, y que disfrutaba de una vida placentera. Para sorpresa mía, leí las estrofas anteriores de lo que este hombre había escrito, para saber en que circunstancias lo había hecho. Mientras leía no lo podía creer.
Antes de esta declaración de confianza a toda prueba, este hombre escribió:_ estoy angustiado; el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, con mi cuerpo!, la vida se me va en angustias, y los años en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando. Por causa de todos mis enemigos, soy el hazmerreír de mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí huyen los que me encuentran en la calle. Me han olvidado, como si hubiera muerto; soy como una vasija hecha pedazos. Son muchos a los que oigo cuchichear. Hay terror por todas partes. Se han confabulado contra mí, y traman quitarme la vida.
El párrafo del salmo es literal. ¿Cómo puede un hombre tan golpeado y traicionado decir que confía en Dios y que su vida está en sus manos? Por mucho menos, yo me desaliento, me enojo y flaquea mi confianza en Dios, alcanza con un par de problemas combinados, para que comience a declinar mi fe. ¿Cuál es tu límite? ¿Con cuantos problemas comenzas a ser incrédulos?
David nos deja un ejemplo impresionante de confianza. No se cuan graves son tus problemas o cuantos son, pero seguramente, no serán tantos como los de David. A pesar de tantas contras, dolores y angustias, este hombre podía decir que él confiaba en Dios, porque lo conocía. Sabía quien es Dios y por eso descansaba confiado.
¿Te cuesta hoy confiar en Dios? En lugar de mirar tus circunstancias, vuelve a estudiar quien es Él.
Reflexión– La confianza crece con el conocimiento.
Autor: Daniel Pérez Cliffe.
"Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: Tú eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos." Salmo 31:14-15 (NVI)
Es fácil confiar cuando todo marcha sobre rieles, en la época de abundancia no hay críticas ni cuestionamientos, se disfruta y en medio de la bondad, declaramos la confianza en Dios porque es bueno; asociamos siempre la bondad de Dios con los bienes materiales que disponemos.
David parece que se suma a esta filosofía y exclama con seguridad, que él confía en Dios. Si leemos sin conocer el contexto, podríamos pensar que la estaba pasando muy bien, y que disfrutaba de una vida placentera. Para sorpresa mía, leí las estrofas anteriores de lo que este hombre había escrito, para saber en que circunstancias lo había hecho. Mientras leía no lo podía creer.
Antes de esta declaración de confianza a toda prueba, este hombre escribió:_ estoy angustiado; el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, con mi cuerpo!, la vida se me va en angustias, y los años en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando. Por causa de todos mis enemigos, soy el hazmerreír de mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí huyen los que me encuentran en la calle. Me han olvidado, como si hubiera muerto; soy como una vasija hecha pedazos. Son muchos a los que oigo cuchichear. Hay terror por todas partes. Se han confabulado contra mí, y traman quitarme la vida.
El párrafo del salmo es literal. ¿Cómo puede un hombre tan golpeado y traicionado decir que confía en Dios y que su vida está en sus manos? Por mucho menos, yo me desaliento, me enojo y flaquea mi confianza en Dios, alcanza con un par de problemas combinados, para que comience a declinar mi fe. ¿Cuál es tu límite? ¿Con cuantos problemas comenzas a ser incrédulos?
David nos deja un ejemplo impresionante de confianza. No se cuan graves son tus problemas o cuantos son, pero seguramente, no serán tantos como los de David. A pesar de tantas contras, dolores y angustias, este hombre podía decir que él confiaba en Dios, porque lo conocía. Sabía quien es Dios y por eso descansaba confiado.
¿Te cuesta hoy confiar en Dios? En lugar de mirar tus circunstancias, vuelve a estudiar quien es Él.
Reflexión– La confianza crece con el conocimiento.
Autor: Daniel Pérez Cliffe.
miércoles, 11 de mayo de 2011
VASIJAS DE BARRO
En una lejana comarca había un aguador que tenía dos vasijas grandes que colgaban de los dos extremos de un palo que él sostenía sobre los hombros. Una de las vasijas tenía una rajadura; la otra estaba en perfectas condiciones. Esta última siempre llegaba llena de agua, mientras que la rajada llegaba medio vacía. Eso ocurrió día tras día durante dos años. El pobre criado nunca llegaba con más de vasija y media de agua a la casa de su amo. Desde luego, la vasija que estaba en perfectas condiciones se sentía orgullosa de sus logros, contenta porque cumplía a cabalidad con su razón de ser. En cambio, la vasija defectuosa se sentía avergonzada por su imperfección, deprimida por no poder llegar sino a la mitad del objetivo para el que había sido creada.
Al cabo de esos dos años en que se había considerado un rotundo fracaso, la vasija imperfecta, al llegar a la orilla del arroyo, le dijo al criado que la llevaba:
—¡Qué vergüenza la mía! ¡Cuánto lo siento!
—¿Y eso por qué? —le preguntó el criado—. ¿Por qué te sientes avergonzada?
—Porque durante estos dos años no he podido llegar con más de media porción de agua por esta maldita rajadura que me obliga a derramar la mitad a la orilla del camino. Por mi culpa no puedes aprovechar plenamente cada viaje.
El criado se compadeció de la vasija rajada, y con ternura le dijo:
—De regreso a la casa del amo, quiero que te fijes en las hermosas plantas de lindas flores que están creciendo a la orilla del camino.
En efecto, mientras subían la cuesta, la triste vasija se dio cuenta de que el sol brillaba sobre las flores silvestres a la orilla del camino, y esto sirvió para animarla un poco. No obstante, al fin del camino volvió a sentirse mal por haber derramado la mitad del agua que llevaba, y de nuevo le pidió disculpas al criado.
—¿No te diste cuenta de que sólo había flores en el lado del camino que te corresponde a ti? —le preguntó el criado—. El otro lado se ve desnudo. Yo siempre he estado consciente de tu defecto, pero he ido sacándole provecho. Por el lado tuyo del camino sembré semillas de plantas que dan hermosas flores, y todos los días al volver del arroyo, tú las has ido regando. Ya llevo dos años de estar recogiendo estas hermosas flores para adornar la mesa de mi amo. Si no hubiera sido porque eres exactamente como eres, él no habría podido disfrutar de la belleza y del perfume de esas flores.
Esta fábula nos recuerda el refrán que dice: «Tenemos este tesoro en vasijas de barro.»1 El refrán procede de la pluma de San Pablo, que luego explica cómo el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad humana. «Por eso me regocijo en mis debilidades —concluye Pablo—; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.»2
Lo cierto es que todos, como vasijas de barro que somos, tenemos nuestros defectos. Pero si se lo permitimos, el Señor le sacará provecho a esas imperfecciones, y con ellas adornará y perfumará la casa de nuestro Padre celestial.
12Co 4:7
22Co 12:7‑10
Al cabo de esos dos años en que se había considerado un rotundo fracaso, la vasija imperfecta, al llegar a la orilla del arroyo, le dijo al criado que la llevaba:
—¡Qué vergüenza la mía! ¡Cuánto lo siento!
—¿Y eso por qué? —le preguntó el criado—. ¿Por qué te sientes avergonzada?
—Porque durante estos dos años no he podido llegar con más de media porción de agua por esta maldita rajadura que me obliga a derramar la mitad a la orilla del camino. Por mi culpa no puedes aprovechar plenamente cada viaje.
El criado se compadeció de la vasija rajada, y con ternura le dijo:
—De regreso a la casa del amo, quiero que te fijes en las hermosas plantas de lindas flores que están creciendo a la orilla del camino.
En efecto, mientras subían la cuesta, la triste vasija se dio cuenta de que el sol brillaba sobre las flores silvestres a la orilla del camino, y esto sirvió para animarla un poco. No obstante, al fin del camino volvió a sentirse mal por haber derramado la mitad del agua que llevaba, y de nuevo le pidió disculpas al criado.
—¿No te diste cuenta de que sólo había flores en el lado del camino que te corresponde a ti? —le preguntó el criado—. El otro lado se ve desnudo. Yo siempre he estado consciente de tu defecto, pero he ido sacándole provecho. Por el lado tuyo del camino sembré semillas de plantas que dan hermosas flores, y todos los días al volver del arroyo, tú las has ido regando. Ya llevo dos años de estar recogiendo estas hermosas flores para adornar la mesa de mi amo. Si no hubiera sido porque eres exactamente como eres, él no habría podido disfrutar de la belleza y del perfume de esas flores.
Esta fábula nos recuerda el refrán que dice: «Tenemos este tesoro en vasijas de barro.»1 El refrán procede de la pluma de San Pablo, que luego explica cómo el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad humana. «Por eso me regocijo en mis debilidades —concluye Pablo—; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.»2
Lo cierto es que todos, como vasijas de barro que somos, tenemos nuestros defectos. Pero si se lo permitimos, el Señor le sacará provecho a esas imperfecciones, y con ellas adornará y perfumará la casa de nuestro Padre celestial.
12Co 4:7
22Co 12:7‑10
sábado, 7 de mayo de 2011
QUE DIOS ELIJA POR NOSOTROS
QUE DIOS ELIJA POR NOSOTROS
"Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán" Génesis 13:11
Quizá tengamos anhelos secretos que son demasiado profundos como para contárselos a otras personas. Puede ser algo relacionado con el matrimonio, con trabajo, profesión o ministerio que nos gustaría realizar, o con un lugar especial donde querríamos servir o vivir. Debemos colocar cada deseo en las manos de Dios y orar, diciendo: «Señor, elige por mí. No lo haré esto solo, Señor ayúdame a hacer tu voluntad, no la mía. Ayúdame a decidir bajo tu guía, no de acuerdo a mis gusto o deseo».
Génesis 13:1-11 nos dice que Lot decidió por sí solo en cuanto a un deseo que tenía: «Alzó… sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová..... Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán».
A Lot le pareció mejor la llanura del Jordán, con su rico suelo y su abundante suministro de agua. Sin embargo, la tierra estaba corrompida de maldad (v. 13). El pastor Ray Stedman escribió lo siguiente: «Lot, atreviéndose a gobernar su vida, “escogió solo” y engañado por lo que vio, trastabilló enceguecido hasta caer en la angustia y el juicio. Abram, por el contrario, se sintió satisfecho al permitir que Dios eligiera por él. Abram lo vio en su luz verdadera».
Lot eligió solo y perdió todo: su familia lo mas importante, su fortuna y todo aquello que había logrado. Jamás puso el reino de Dios primero. Debemos tener cuidado al momento de elegir, porque podemos perjudicar nuestras relaciones; con Dios, con nuestra esposa al punto de perderla, podemos afectar la vida y futuro de los hijos, y siempre afectamos la Obra de Dios. Decidamos colocar primero el reino de Dios y su justicia en nuestras decisiones, continuemos viviendo por fe y obedeciendo la dirección que Dios nos da cada día por su palabra. ¿Cómo? Bueno le recuerdo que la mejor decisión que podemos tomar es dejar que Dios elija y luego seguir su dirección, teniendo la seguridad que todas las elecciones de nuestro Padre celestial se generan en su sabiduría y amor infinitos.
Reflexión: La satisfacción llega cuando deseamos hacer la voluntad de Dios más que la nuestra.
Escrito por: Editores de Nuestro Pan Diario.
"Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán" Génesis 13:11
Quizá tengamos anhelos secretos que son demasiado profundos como para contárselos a otras personas. Puede ser algo relacionado con el matrimonio, con trabajo, profesión o ministerio que nos gustaría realizar, o con un lugar especial donde querríamos servir o vivir. Debemos colocar cada deseo en las manos de Dios y orar, diciendo: «Señor, elige por mí. No lo haré esto solo, Señor ayúdame a hacer tu voluntad, no la mía. Ayúdame a decidir bajo tu guía, no de acuerdo a mis gusto o deseo».
Génesis 13:1-11 nos dice que Lot decidió por sí solo en cuanto a un deseo que tenía: «Alzó… sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová..... Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán».
A Lot le pareció mejor la llanura del Jordán, con su rico suelo y su abundante suministro de agua. Sin embargo, la tierra estaba corrompida de maldad (v. 13). El pastor Ray Stedman escribió lo siguiente: «Lot, atreviéndose a gobernar su vida, “escogió solo” y engañado por lo que vio, trastabilló enceguecido hasta caer en la angustia y el juicio. Abram, por el contrario, se sintió satisfecho al permitir que Dios eligiera por él. Abram lo vio en su luz verdadera».
Lot eligió solo y perdió todo: su familia lo mas importante, su fortuna y todo aquello que había logrado. Jamás puso el reino de Dios primero. Debemos tener cuidado al momento de elegir, porque podemos perjudicar nuestras relaciones; con Dios, con nuestra esposa al punto de perderla, podemos afectar la vida y futuro de los hijos, y siempre afectamos la Obra de Dios. Decidamos colocar primero el reino de Dios y su justicia en nuestras decisiones, continuemos viviendo por fe y obedeciendo la dirección que Dios nos da cada día por su palabra. ¿Cómo? Bueno le recuerdo que la mejor decisión que podemos tomar es dejar que Dios elija y luego seguir su dirección, teniendo la seguridad que todas las elecciones de nuestro Padre celestial se generan en su sabiduría y amor infinitos.
Reflexión: La satisfacción llega cuando deseamos hacer la voluntad de Dios más que la nuestra.
Escrito por: Editores de Nuestro Pan Diario.
QUE DIOS ELIJA POR NOSOTROS
QUE DIOS ELIJA POR NONOTROS
"Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán" Génesis 13:11
Quizá tengamos anhelos secretos que son demasiado profundos como para contárselos a otras personas. Puede ser algo relacionado con el matrimonio, con trabajo, profesión o ministerio que nos gustaría realizar, o con un lugar especial donde querríamos servir o vivir. Debemos colocar cada deseo en las manos de Dios y orar, diciendo: «Señor, elige por mí. No lo haré esto solo, Señor ayúdame a hacer tu voluntad, no la mía. Ayúdame a decidir bajo tu guía, no de acuerdo a mis gusto o deseo».
Génesis 13:1-11 nos dice que Lot decidió por sí solo en cuanto a un deseo que tenía: «Alzó… sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová..... Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán».
A Lot le pareció mejor la llanura del Jordán, con su rico suelo y su abundante suministro de agua. Sin embargo, la tierra estaba corrompida de maldad (v. 13). El pastor Ray Stedman escribió lo siguiente: «Lot, atreviéndose a gobernar su vida, “escogió solo” y engañado por lo que vio, trastabilló enceguecido hasta caer en la angustia y el juicio. Abram, por el contrario, se sintió satisfecho al permitir que Dios eligiera por él. Abram lo vio en su luz verdadera».
Lot eligió solo y perdió todo: su familia lo mas importante, su fortuna y todo aquello que había logrado. Jamás puso el reino de Dios primero. Debemos tener cuidado al momento de elegir, porque podemos perjudicar nuestras relaciones; con Dios, con nuestra esposa al punto de perderla, podemos afectar la vida y futuro de los hijos, y siempre afectamos la Obra de Dios. Decidamos colocar primero el reino de Dios y su justicia en nuestras decisiones, continuemos viviendo por fe y obedeciendo la dirección que Dios nos da cada día por su palabra. ¿Cómo? Bueno le recuerdo que la mejor decisión que podemos tomar es dejar que Dios elija y luego seguir su dirección, teniendo la seguridad que todas las elecciones de nuestro Padre celestial se generan en su sabiduría y amor infinitos.
Reflexión: La satisfacción llega cuando deseamos hacer la voluntad de Dios más que la nuestra.
Escrito por: Editores de Nuestro Pan Diario.
"Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán" Génesis 13:11
Quizá tengamos anhelos secretos que son demasiado profundos como para contárselos a otras personas. Puede ser algo relacionado con el matrimonio, con trabajo, profesión o ministerio que nos gustaría realizar, o con un lugar especial donde querríamos servir o vivir. Debemos colocar cada deseo en las manos de Dios y orar, diciendo: «Señor, elige por mí. No lo haré esto solo, Señor ayúdame a hacer tu voluntad, no la mía. Ayúdame a decidir bajo tu guía, no de acuerdo a mis gusto o deseo».
Génesis 13:1-11 nos dice que Lot decidió por sí solo en cuanto a un deseo que tenía: «Alzó… sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová..... Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán».
A Lot le pareció mejor la llanura del Jordán, con su rico suelo y su abundante suministro de agua. Sin embargo, la tierra estaba corrompida de maldad (v. 13). El pastor Ray Stedman escribió lo siguiente: «Lot, atreviéndose a gobernar su vida, “escogió solo” y engañado por lo que vio, trastabilló enceguecido hasta caer en la angustia y el juicio. Abram, por el contrario, se sintió satisfecho al permitir que Dios eligiera por él. Abram lo vio en su luz verdadera».
Lot eligió solo y perdió todo: su familia lo mas importante, su fortuna y todo aquello que había logrado. Jamás puso el reino de Dios primero. Debemos tener cuidado al momento de elegir, porque podemos perjudicar nuestras relaciones; con Dios, con nuestra esposa al punto de perderla, podemos afectar la vida y futuro de los hijos, y siempre afectamos la Obra de Dios. Decidamos colocar primero el reino de Dios y su justicia en nuestras decisiones, continuemos viviendo por fe y obedeciendo la dirección que Dios nos da cada día por su palabra. ¿Cómo? Bueno le recuerdo que la mejor decisión que podemos tomar es dejar que Dios elija y luego seguir su dirección, teniendo la seguridad que todas las elecciones de nuestro Padre celestial se generan en su sabiduría y amor infinitos.
Reflexión: La satisfacción llega cuando deseamos hacer la voluntad de Dios más que la nuestra.
Escrito por: Editores de Nuestro Pan Diario.
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