lunes, 22 de diciembre de 2014

LA LEYENDA DE NASUK Y LA REALIDAD DE JESUCRISTO.

UNA LEYENDA QUE REPRESENTA UNA ANALOGÍA CON JESUCRISTO EL HIJO DE DIOS.
«¡Cómo quisiera... que fueras hombre!»
Por Carlos Rey.
EL ES HOMBRE Y EL ES DIOS.Cuando salió a andar en busca de agua, no estaba comprometida con nada ni con nadie. No intentaba otra cosa que encontrar agua aquella encantadora muchacha del pueblo de los nivaklé. Pero se encontró más bien con un árbol robusto, llamado Nasuk. Fue tan grande la atracción del árbol, que ella sintió que la estaba llamando. No pudo ni quiso resistirlo, sino que lo abrazó apretando el tronco con todo el cuerpo, y clavó las uñas en la corteza, hasta que sangró.
Cuando por fin lo soltó, se despidió de él, desconsolada, con estas palabras: «¡Cómo quisiera, Nasuk, que fueras hombre!»
Cuentan los indígenas de esa región que Nasuk, el guayacán, se hizo hombre y salió en busca de ella. Y no se dio por vencido hasta que la encontró, le mostró la marca de las uñas en la espalda y se tendió a su lado.1
Si hay algo que «nos suena» de esta ingeniosa leyenda de los nivaklé, no será por nada. Lo que hizo aquel guapo guayacán se asemeja bastante a lo que nos narra la historia sagrada que hizo el admirable Hijo de Dios. Ambos se encarnaron —se hicieron hombres— porque sólo así podrían identificarse con el objeto de su amor. Sólo así podrían probarle su amor y estar a su lado para siempre. Pero hay algo sumamente importante que distingue al uno del otro. El guayacán no parece haber tenido otra intención que la de pasar el resto de su vida aquí en la tierra con su amada, mientras que el Hijo de Dios vino para dar su vida por la suya aquí en la tierra, y así poder estar con ella en el cielo por toda la eternidad.
Nuestro Nasuk divino recibió el nombre de Emanuel, es decir, «Dios con nosotros», precisamente porque vino para eso: para estar con nosotros, que somos su amada. Si Jesucristo no se hubiera hecho Hijo del hombre, no habría podido cumplir su misión de buscar y salvar lo que se había perdido.2 Una vez que nos encuentra, nosotros, que estamos perdidos buscando agua que sacie nuestra sed espiritual, encontramos en Él una fuente inagotable de agua. Si bebemos de esa agua, no volvemos a tener sed jamás, sino que dentro de nosotros esa agua se convierte en un manantial del que brota vida eterna.3Sabemos que la vida que nos ofrece es eterna porque Él no sólo sangró y murió por nosotros, sino que resucitó para estar con nosotros hasta el fin del mundo.4 Y sabemos que resucitó porque, mediante los ojos de la fe que le faltó al apóstol Tomás, podemos ver la marca de los clavos en sus manos.5 Y no podemos dejar de exclamar agradecidos: «¡Cuánto me alegro, Emanuel, que te hiciste hombre!»

1Eduardo Galeano, Memoria del fuego I: Los nacimientos, 18a ed. (Madrid: Siglo XXI Editores, 1991), p. 15.
2Lc 19:10. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
3Jn 4:14. mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna
4Mt 28:18-20.28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 
28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 
28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
5Jn 20:24-29.20:24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 
20:25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 
20:26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 
20:27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 
20:28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 
20:29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.Isaías 9: 1-7.9:1 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.
9:2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
9:3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos. 
9:4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián. 
9:5 Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego. 
9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 
9:7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

¿ QUÉ SIGNIFICA VERDADERAMENTE LA NAVIDAD?.
Si quitamos a Jesús de la Navidad; simplemente llega hacer otro día festivo. No permitas que en esta navidad, después de haber asistido a las Noches navideñas, abrir  regalos e intercambiado buenos deseos, regreses a la rutina sin que haya cambiado tu perspectiva de la vida.
DESCUBRA 4  RAZONES SOBRE EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA NAVIDAD. Muchas veces nos enfocamos en aspectos de la vida que son intrascendentes y no nos damos cuenta de lo que en realidad tiene valor. Los ojos se desvían con los reflejos de lo que superficialmente se ve, pero no hay manera de ver con los ojos lo que hay en el corazón.
1. POR LOS NOMBRES: Jesús, Josué= Salvador.
Emanuel= Dios con nosotros; Dios se hizo uno de nosotros.
2. POR SU ETERNIDAD: Dios Consejero Admirable= Consejero Personal.
Dios Fuerte= Dios Poderoso, Vigoroso.
Dios Padre Eterno: Dios que nos Perdona, Adopta y Protege.
Dios Príncipe de Paz= Dios Pacífico, nos ofrece Equilibrio.
3. EL PRIMER AMOR EN LA NAVIDAD ES JESÚS.
No pierdas tu primer amor.
Hoy es un buen día para arrepentirnos, confesar nuestro pecado, volver a los brazos de nuestro Padre Celestial y comprometernos a servirle como Él se merece. Dejemos de enfocar nuestra vista en las cosas de este mundo que son pasajeras, que nuestro objetivo sea la eternidad y nuestra prioridad vivir en santidad. Nuestro Objetivo es Jesucristo.
4. EL MOTIVO DE LA NAVIDAD ES EL SALVADOR. JESUCRISTO EL SEÑOR.

Durante el frenesí de fiestas y compras en diciembre, fácilmente podemos olvidar el verdadero significado de la celebración de Navidad: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree no se pierda, más tenga vida eterna.” ¿Qué está haciendo hoy para guiar a otros a Jesucristo, ¿quién es la verdadera razón de la Navidad?.

RECUERDE QUE NO HAY OTRO NOMBRE.
No hay otro nombre bajo el cielo.
Hechos 4:12
El ángel que apareció a José subrayó el significado del nombre de Jesús: "Dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt. 1:21). Jesús, del hebreoJoshua, o Jehoshua, significa "Jehová salvará". El nombre mismo era un testimonio de la salvación de Dios. Pero el ángel le dijo a José que el Hijo de María sería la encarnación misma de la salvación de Jehová. Él mismo salvaría a su pueblo de sus pecados.
Después de la resurrección de Jesús, Pedro, hablando ante el sanedrín, también subrayó la importancia del nombre de Jesucristo "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hch. 4:12). 

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