viernes, 25 de febrero de 2011

MIL NOVENTA Y CINCO BESOS DE AMOR

El hombre, de sesenta y cinco años de edad, se inclinó sobre su esposa. Ella estaba dormida, dormida profundamente. Él depositó un suave beso en su mejilla y le dijo: «Pronto te sentirás bien, querida.»
Al otro día le dio el mismo beso y le dijo las mismas palabras. Así hizo día tras día, durante mil noventa y cinco días, todo el tiempo que la esposa estuvo en coma.
Eran José Brasher y su esposa Bárbara. Ella, en una Navidad, había sufrido la ruptura de una arteria cerebral y había estado en coma por tres años. Al fin de tantos besos y de tantos días, Bárbara abrió los ojos y dijo: «¡Feliz Navidad, amor mío!» De ahí que concluyera: «Dios, y los besos de mis esposo, me trajeron de vuelta.»
Esta es una verdadera historia de amor. Es más, es una historia de amor, de fe y de esperanza, las tres grandes virtudes cristianas. Bárbara sufrió un coma que duró tres años. Cada día su esposo la visitó en el hospital, y cada día de esos tres años él depositó un beso en su mejilla y una oración en su oído. Y finalmente el amor, la fe y la esperanza dieron resultado. Fue así como Bárbara quedó perfectamente bien.
¡Qué poder tiene un beso! ¡Cómo puede cambiar, en un momento, la noche en día, la pena en alegría, la lágrima en sonrisa, y la angustia en gozo! Basta un solo beso —un beso de verdadero y genuino amor entre esposos— para que vuelva la felicidad, se fortalezca el amor, cambie el corazón y se disipe el dolor. Pero tiene que ser un beso de amor y no de compromiso, ni de pasión, ni de misericordia ni de complacencia. Tiene que ser un beso que brota del amor —legítimo, humano y fiel— que llena el corazón de los dos.
Los que estamos casados, ¿amamos a nuestro cónyuge? ¿Perdura entre nosotros la absoluta fidelidad a los votos que un día nos hicimos ante el representante de Dios? ¿Nos tratamos con cariño y comprensión? ¿Son más fuertes el amor, el enlace, el vínculo y el compromiso que las desavenencias, la discordia, el antagonismo y la contrariedad? Si la respuesta es negativa, hay una nube negra que se ha puesto sobre nuestro hogar que, si no se disipa, lo destruirá.
Insistamos, de voluntad y de corazón, que la persona de Cristo, el Autor del matrimonio, sea la cabeza invisible pero permanente de nuestro hogar. Con Cristo en el corazón, seremos más propensos a dar besos de verdadero amor a la esposa o al esposo. Sólo Cristo puede transformar la vida de cada uno. Sólo Él da ese amor que se sobrepone a toda prueba. Cuando Él es el Señor de nuestro matrimonio, podemos disfrutar como nunca de ese amor puro y permanente.

EL FRUTO DE LA FAMILIA: HA EXPLOTADO LA FAMILIA NUCLEAR PARTE 1.

Hay tres verdades muy importantes en el Salmo127 acerca de la felicidad que traen los hijos al hogar. Primero, los hijos son deseados. Salmo 127:3 dice: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”

Segundo, los hijos son manejables. Salmo 127:4: “Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.” Y cuando son criados, nutridos y amonestados por el Señor, esos hijos son confiables. Salmo 127:5: “Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.”

Los hijos no son una carga, sino una bendición. Feliz es el hogar donde los niños son bienvenidos y amados, como si diéramos la bienvenida y amáramos al Señor Jesucristo mismo. Mateo 18:5 dice: “Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a Mí me recibe.”

Debemos empezar hoy mismo a recuperar nuestras familias. De otra manera el mundo llegará a ser el padre de nuestros hijos. Usted puede empezar hoy con estos principios. Y oro para que su familia tenga éxito y para que la Palabra de Dios traiga avivamiento y una renovada entrega de usted y los suyos.
La vida espiritual de los hijos...
Nuestros hijos necesitan conocer la Biblia. Deben alimentarse de ella a diario así como se alimentan físicamente, mediante la lectura personal y familiar. De lo contrario, llegan a ser endebles espiritualmente.

Así mismo, nuestros hijos necesitan ejercitarse en la oración. Ésta también forma parte de nuestra dieta espiritual cotidiana. Al igual que la lectura de la Biblia, debe practicarse tanto en privado como en familia.

Por último, nuestros hijos se fortalecen espiritualmente y se mantienen fuertes si combinamos el estudio de la Palabra de Dios con la oración. A esto algunos lo llaman un tiempo devocional, y otros, el altar familiar. Durante estos tiempos espirituales, de ser posible todos los días, la familia entera se reúne unos minutos para leer y comentar un pasaje de la Biblia, seguido de oración en conjunto. No debemos preocuparnos tanto por que estas reuniones sean largas como por ir creando una tradición espiritual en nuestro hogar. Es más, tal vez sea mejor que las abreviemos, no sea que arriesguemos innecesariamente la continuidad de la tradición.

Recordemos que fue Dios quien estableció la magna institución que conocemos como la familia. Si no lo hemos hecho, entreguémosle nuestra vida y nuestro hogar a Él para que nos ayude a contrarrestar la desintegración familiar que está plagando todas las sociedades del mundo. Cristo no sólo quiere ser el Señor y Salvador de nuestra vida, sino que desea posesionarse como Señor y Salvador de nuestra familia y de nuestro hogar (Hechos 16:31). Basta con que le pidamos que lo haga para que suceda, y así reine en nuestro hogar en pro de una familia íntegra.
Cómo fortalecer los vínculos familiares y mantenerlos fuertes...
El primer vínculo familiar que debemos fortalecer es horizontal: el del matri-monio. De él depende toda la familia. Debemos, pues, acercarnos a nuestro cónyuge, manifestándole amor y comprensión. El esposo debe amar y cuidar a su esposa, y la esposa debe aceptar al esposo como cabeza del hogar (Efesios 5:33; Colosenses 3:18-19). La armonía conyugal es algo que obtenemos con esfuerzo. Viene cuando determinamos hacer a un lado el egoísmo.

El segundo vínculo que hay que fortalecer es vertical: el de los hijos. Tenemos que aprender a mostrarles amor y a imponerles disciplina de una manera equilibrada. Nuestros hijos necesitan saber que no los amamos por lo que hacen sino porque son nuestros hijos. Y necesitan aprender que hay que respetar ciertas leyes, y que mamá y papá tienen la responsabilidad de imponer la disciplina, por amor y con amor, cuando lo consideran necesario.

El tercer y último vínculo que nos urge fortalecer por ser el más importante es vertical al igual que el segundo. Se trata del vínculo espiritual, el que establece que en nuestro hogar Dios ocupa el primer lugar. Si fortalecemos este vínculo, nos ayuda a mantener fuertes los otros dos. En cambio, si lo descuidamos, corremos el riesgo de que se debiliten.
http://www.oneplace.com/ministries/el-amor-que-vale/player/ha-explotado-la-familia-nuclear-parte-1-365222.html.
ESCRITURA:
Juan 10:11: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”
¿Sabía usted que solamente ha vivido una persona que escogió morir? Únicamente una. “¡Oh! ―dirá usted―los pilotos suicidas escogen morir. Otras personas escogen morir. Personas que mueren por su propia mano, escogen morir. Gente que da su vida por otros, escoge morir.”
Nadie nunca ha escogido morir, sólo el Señor Jesucristo, porque Él es el único que no tenía que morir. Algunas personas tal vez escogen morir prematuramente, pero nadie ha escogido morir sino Uno. Lo que detuvo a nuestro Salvador en aquella cruz no fueron los clavos, sino las cuerdas plateadas de amor y las ataduras doradas de redención.

El hecho que nadie haya escogido morir, sino Jesús, tal vez sea un concepto nuevo para usted. Si lo es, probablemente es nuevo para otra persona. ¡Compártalo con alguien hoy!

EL MATRIMONIO NO PUEDE DISOLVERSE

Jesús enseña sobre el divorcio
1 Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado del Jordán. 2 Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí. 3 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? 4 El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? 8 El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. 9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.
1 Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía. 2 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. 3 El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 4 Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. 5 Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; 6 pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. 7 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. 9 Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 10 En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, 11 y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; 12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.

LA PRESENCIA DE JESUS EN LA FAMILIA

Las bodas de Caná

1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. 2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. 5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. 6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.

LOS PRINCIPIOS DE LA UNIDAD FAMILIAR

Deberes sociales de la nueva vida

18 Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. 19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. 20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.
PROBLEMÁTICA.

De acuerdo con el diagnóstico que se realizó en las diferentes instituciones educativas se observó una serie de problemáticas resaltando la violencia intrafamiliar siendo ésta la más relevante, teniendo en cuenta que se derivan diversos sub problemas como maltrato infantil, drogadicción, abuso sexual, entre otros.
• 80.000 niños y niñas que mueren al año a causa de la violencia intrafamiliar. Por eso el maltrato infantil de los hogares es uno de los principales motivos que impulsa a los niños y niñas a vivir fuera de sus hogares.

• Entre el 10% y el 36% de las mujeres, según el país, han sido objeto de violencia física o sexual
.
• Cada hora muere una mujer al complicarse su embarazo a causa de la violencia intrafamiliar y hasta un 33% de mujeres embarazadas son sujetas de abuso.

• La mayoría de las mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar tienen entre 24 y 45 años de edad.

De los 303 mil colombianos que el año pasado tuvieron que ir a Medicina Legal para que les hicieran exámenes por lesiones personales, casi 94 mil fueron atacados por sus propios familiares.
El número de agresiones en casa es más alto porque la cuenta de los abusos sexuales se lleva aparte. Medicina Legal atendió el año pasado a 21.288 víctimas de abuso sexual.

LA FLEXIBILIDAD DE UNA FAMILIA

¿Sabía que el largo del gran Puente “Golden Gate”, en San Francisco, California, oscila como veinte pies o seis metros? Las dos torres de ese puente están sólidamente ancladas; sin embargo ese puente suspendido se puede mover un poco y mantener su fortaleza.

¡Qué hermoso cuadro de un hogar cristiano feliz y saludable! Su familia necesita alguna flexibilidad, espacio para moverse. No estoy hablando de no tener reglas. Estoy hablando de la familia que ríe y se divierte junta: un hogar en donde sus integrantes no “hacen montañas de un grano de arena”, y en donde una palabra de perdón está siempre a flor de labios.

Primera Corintios 13:4-8 tiene mucho que decir que se aplica al amor que necesitamos mostrar en nuestras familias:

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.”

¿Desea un matrimonio feliz? ¿Quiere tener una familia exitosa? Entonces aprendan a amarse los unos a los otros, a ser generosos dadores de gracia. Elimine algo del estrés de usted mismo, de su cónyuge y de sus hijos. Haga de su hogar un lugar de amor y de alegría.

LOS CIMIENTOS DE UNA FAMILIA

Note el cimiento que Dios puso para la familia. En la creación, Dios formó a Eva de una de las costillas de Adán, para que sea su ayuda y su complemento. Luego Dios ofició la primera ceremonia matrimonial y bendijo la unión de por vida de un hombre y una mujer.

Génesis 2:18 dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” Y así lo hizo, pronunció los primeros votos matrimoniales: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

Sépalo en forma precisa y clara: ¡Dios es el arquitecto del hogar! Si su familia va a enfrentar las tormentas que vendrán, debe anclarse firmemente a la Palabra de Dios y sus promesas y mandatos para su hogar.

Me gusta el Salmo 127:1 que dice: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.” Construir un hogar es un asunto muy complicado que requiere mucho más que ingenio y sabiduría humanos para lograrlo. Usted necesita un plan divino y un Constructor divino para construir un hogar cristiano feliz, fructífero y próspero. El Constructor y ese plan son Jesucristo y su Palabra.

SE NECESITA A DIOS PARA ESTABLECER UN HOGAR.: VALORES DE HOY. Deuteronomio 2: 1-5.
http://www.oneplace.com/ministries/el-amor-que-vale/player/se-necesita-a-dios-para-establecer-un-hogar-parte-1-365195.html
http://www.oneplace.com/ministries/el-amor-que-vale/player/se-necesita-a-dios-para-establecer-un-hogar-parte-2-365196.html

EL MATRIMONIO ES UN GRAN EVENTO DE DIOS

EL CUIDADO DE LA FAMILIA
¡DIOS QUIERE QUE SU FAMILIA TENGA EXITO!
Dios quiere que su familia tenga éxito y prospere, y Él le ha dado el plano para que la felicidad de su familia sea posible. La Biblia contiene principios sólidos como la roca sobre los cuales usted puede construir una familia fuerte.

jueves, 17 de febrero de 2011

EL CUIDADO DE LA FAMILIA

¡DIOS QUIERE QUE SU FAMILIA TENGA EXITO!
Dios quiere que su familia tenga éxito y prospere, y Él le ha dado el plano para que la felicidad de su familia sea posible. La Biblia contiene principios sólidos como la roca sobre los cuales usted puede construir una familia fuerte.
Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
TESORO BÍBLICO:
El que muere con el mayor número de juguetes es el que gana. ¿Es eso tener éxito? ¿O que se cumplan sus sueños? ¿Tener todo lo que quiere? ¿Ganar suficiente dinero para no tener que trabajar más? ¿Podemos decirle lo que es tener éxito? Y lo decimos sin titubeo alguno. Éxito es la realización progresiva de la voluntad de Dios llevada a cabo en su vida. Eso es el éxito. No es la cantidad de dinero que tenga, ni lo famoso que usted sea, ni qué tan sano esté, ni el número de amigos que tenga, ni la cantidad de juguetes que posea. El éxito es, nada menos y nada más, que la realización progresiva de la voluntad de Dios en su vida.
PUNTO DE ACCIÓN:
¿Desea conocer la voluntad de Dios? ¿Quiere que el deseo de su corazón se convierta en realidad? Lea Miqueas 6:8. ¿Qué es lo que requiere Dios de usted? Lea Salmo 37:4. ¿Qué le está llamando Dios a hacer?



LOS CIMIENTOS DE UNA FAMILIA

Note el cimiento que Dios puso para la familia. En la creación, Dios formó a Eva de una de las costillas de Adán, para que sea su ayuda y su complemento. Luego Dios ofició la primera ceremonia matrimonial y bendijo la unión de por vida de un hombre y una mujer.

Génesis 2:18 dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” Y así lo hizo, pronunció los primeros votos matrimoniales: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

Sépalo en forma precisa y clara: ¡Dios es el arquitecto del hogar! Si su familia va a enfrentar las tormentas que vendrán, debe anclarse firmemente a la Palabra de Dios y sus promesas y mandatos para su hogar.

Me gusta el Salmo 127:1 que dice: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.” Construir un hogar es un asunto muy complicado que requiere mucho más que ingenio y sabiduría humanos para lograrlo. Usted necesita un plan divino y un Constructor divino para construir un hogar cristiano feliz, fructífero y próspero. El Constructor y ese plan son Jesucristo y su Palabra.

LA FLEXIBILIDAD DE UNA FAMILIA



¿Sabía que el largo del gran Puente “Golden Gate”, en San Francisco, California, oscila como veinte pies o seis metros? Las dos torres de ese puente están sólidamente ancladas; sin embargo ese puente suspendido se puede mover un poco y mantener su fortaleza.

¡Qué hermoso cuadro de un hogar cristiano feliz y saludable! Su familia necesita alguna flexibilidad, espacio para moverse. No estoy hablando de no tener reglas. Estoy hablando de la familia que ríe y se divierte junta: un hogar en donde sus integrantes no “hacen montañas de un grano de arena”, y en donde una palabra de perdón está siempre a flor de labios.

Primera Corintios 13:4-8 tiene mucho que decir que se aplica al amor que necesitamos mostrar en nuestras familias:

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.”

¿Desea un matrimonio feliz? ¿Quiere tener una familia exitosa? Entonces aprendan a amarse los unos a los otros, a ser generosos dadores de gracia. Elimine algo del estrés de usted mismo, de su cónyuge y de sus hijos. Haga de su hogar un lugar de amor y de alegría.

EL FRUTO DE LA FAMILIA

Hay tres verdades muy importantes en el Salmo127 acerca de la felicidad que traen los hijos al hogar. Primero, los hijos son deseados. Salmo 127:3 dice: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”

Segundo, los hijos son manejables. Salmo 127:4: “Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.” Y cuando son criados, nutridos y amonestados por el Señor, esos hijos son confiables. Salmo 127:5: “Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.”

Los hijos no son una carga, sino una bendición. Feliz es el hogar donde los niños son bienvenidos y amados, como si diéramos la bienvenida y amáramos al Señor Jesucristo mismo. Mateo 18:5 dice: “Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a Mí me recibe.”

Debemos empezar hoy mismo a recuperar nuestras familias. De otra manera el mundo llegará a ser el padre de nuestros hijos. Usted puede empezar hoy con estos principios. Y oro para que su familia tenga éxito y para que la Palabra de Dios traiga avivamiento y una renovada entrega de usted y los suyos.
La vida espiritual de los hijos...
Nuestros hijos necesitan conocer la Biblia. Deben alimentarse de ella a diario así como se alimentan físicamente, mediante la lectura personal y familiar. De lo contrario, llegan a ser endebles espiritualmente.

Así mismo, nuestros hijos necesitan ejercitarse en la oración. Ésta también forma parte de nuestra dieta espiritual cotidiana. Al igual que la lectura de la Biblia, debe practicarse tanto en privado como en familia.

Por último, nuestros hijos se fortalecen espiritualmente y se mantienen fuertes si combinamos el estudio de la Palabra de Dios con la oración. A esto algunos lo llaman un tiempo devocional, y otros, el altar familiar. Durante estos tiempos espirituales, de ser posible todos los días, la familia entera se reúne unos minutos para leer y comentar un pasaje de la Biblia, seguido de oración en conjunto. No debemos preocuparnos tanto por que estas reuniones sean largas como por ir creando una tradición espiritual en nuestro hogar. Es más, tal vez sea mejor que las abreviemos, no sea que arriesguemos innecesariamente la continuidad de la tradición.

Recordemos que fue Dios quien estableció la magna institución que conocemos como la familia. Si no lo hemos hecho, entreguémosle nuestra vida y nuestro hogar a Él para que nos ayude a contrarrestar la desintegración familiar que está plagando todas las sociedades del mundo. Cristo no sólo quiere ser el Señor y Salvador de nuestra vida, sino que desea posesionarse como Señor y Salvador de nuestra familia y de nuestro hogar (Hechos 16:31). Basta con que le pidamos que lo haga para que suceda, y así reine en nuestro hogar en pro de una familia íntegra.
Cómo fortalecer los vínculos familiares y mantenerlos fuertes...
El primer vínculo familiar que debemos fortalecer es horizontal: el del matri-monio. De él depende toda la familia. Debemos, pues, acercarnos a nuestro cónyuge, manifestándole amor y comprensión. El esposo debe amar y cuidar a su esposa, y la esposa debe aceptar al esposo como cabeza del hogar (Efesios 5:33; Colosenses 3:18-19). La armonía conyugal es algo que obtenemos con esfuerzo. Viene cuando determinamos hacer a un lado el egoísmo.

El segundo vínculo que hay que fortalecer es vertical: el de los hijos. Tenemos que aprender a mostrarles amor y a imponerles disciplina de una manera equilibrada. Nuestros hijos necesitan saber que no los amamos por lo que hacen sino porque son nuestros hijos. Y necesitan aprender que hay que respetar ciertas leyes, y que mamá y papá tienen la responsabilidad de imponer la disciplina, por amor y con amor, cuando lo consideran necesario.

El tercer y último vínculo que nos urge fortalecer por ser el más importante es vertical al igual que el segundo. Se trata del vínculo espiritual, el que establece que en nuestro hogar Dios ocupa el primer lugar. Si fortalecemos este vínculo, nos ayuda a mantener fuertes los otros dos. En cambio, si lo descuidamos, corremos el riesgo de que se debiliten.

viernes, 4 de febrero de 2011

«ME DICEN QUE NO CREA EN [TODA] LA BIBLIA»

«Tengo doce años de edad.... Estoy estudiando la Biblia, pues me asusta esto del fin del mundo y creo que he conseguido algunas respuestas en la lectura de ésta. Pero parientes y amigos me dicen que no crea en todo lo que está escrito en la Biblia, pues a través del tiempo varias personas la han manipulado, le han quitado partes y le han puesto otras a criterio personal. Según ellos, ha perdido credibilidad con esto....
»No sé qué hacer. Espero que me ayuden y, con su respuesta, hacerles ver a mis amigos que la Biblia es la Palabra de Dios.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimado amigo:
»... El tema de tu consulta es muy importante. Lamentablemente, en el breve espacio que tenemos, no podemos darte muchos detalles, pero sí podemos asegurarte que la Biblia es digna de confianza.
»Los libros de la Biblia fueron escritos originalmente en rollos de papiro, que es la clase de papel que había en los tiempos en que vivieron los autores. Nosotros creemos que Dios inspiró a esos autores de modo que escribieran las palabras que Él les ponía en la mente. Posteriormente, al igual que se hacía con otros libros, hombres llamados escribas copiaban a mano, con muchísimo cuidado, cada letra. Hicieron aquellas copias en diferentes siglos y en varios países, y hoy se encuentran partes de ellas en museos de algunas naciones del mundo.
»Los eruditos bíblicos se dedican a comparar las copias para ver si hay diferencias. Como tienen varias copias de cada libro, que se han encontrado en varios lugares y en diferentes siglos, pueden comprobar si hay algo que se ha cambiado, añadido o quitado. Si hay cincuenta copias, y cuarenta y cinco de ellas tienen una oración escrita exactamente igual, entonces los eruditos bíblicos dan por sentado que las otras cinco copias tienen errores y que la oración original es la que se encuentra en las cuarenta y cinco copias iguales.
»Como casi ninguno de nosotros habla los idiomas de la Biblia, que son el hebreo, el arameo y el griego, es necesario que se traduzcan los libros originales. Algunos traductores prefieren traducir esos libros de la Biblia del modo en que se escribe su lenguaje en la actualidad, mientras que otros prefieren traducirlos del modo en que se escribía su lenguaje hace algunas décadas o incluso hace siglos. A eso se debe que las librerías que venden libros de temas religiosos tengan tantas versiones de la Biblia. Una versión dice: “Cada uno cosecha lo que siembra”, mientras que otra dice: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”1 Pero ambas expresiones significan lo mismo. Y lo que importa es el sentido y no las palabras exactas que emplean los traductores en esas versiones.
»Cuando leas la Biblia, acuérdate de pedirle a Dios en oración que te ayude a entender el sentido que tienen las lecciones y las historias. Así aprenderás lo que Dios quiere decirte, y no importará tanto si tus amigos o familiares están de acuerdo contigo, porque sabrás tú mismo que Dios se ha comunicado contigo. Ellos no pueden comprender eso si no lo han experimentado por sí mismos.
»¡Esperamos que Dios te hable mediante su Palabra!
»Linda y Carlos Rey.»
El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace en www.conciencia.net que dice: «Caso de la semana», y luego el enlace que dice: «Caso 116».


1Gá 6:7