viernes, 25 de febrero de 2011

EL FRUTO DE LA FAMILIA: HA EXPLOTADO LA FAMILIA NUCLEAR PARTE 1.

Hay tres verdades muy importantes en el Salmo127 acerca de la felicidad que traen los hijos al hogar. Primero, los hijos son deseados. Salmo 127:3 dice: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.”

Segundo, los hijos son manejables. Salmo 127:4: “Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud.” Y cuando son criados, nutridos y amonestados por el Señor, esos hijos son confiables. Salmo 127:5: “Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.”

Los hijos no son una carga, sino una bendición. Feliz es el hogar donde los niños son bienvenidos y amados, como si diéramos la bienvenida y amáramos al Señor Jesucristo mismo. Mateo 18:5 dice: “Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a Mí me recibe.”

Debemos empezar hoy mismo a recuperar nuestras familias. De otra manera el mundo llegará a ser el padre de nuestros hijos. Usted puede empezar hoy con estos principios. Y oro para que su familia tenga éxito y para que la Palabra de Dios traiga avivamiento y una renovada entrega de usted y los suyos.
La vida espiritual de los hijos...
Nuestros hijos necesitan conocer la Biblia. Deben alimentarse de ella a diario así como se alimentan físicamente, mediante la lectura personal y familiar. De lo contrario, llegan a ser endebles espiritualmente.

Así mismo, nuestros hijos necesitan ejercitarse en la oración. Ésta también forma parte de nuestra dieta espiritual cotidiana. Al igual que la lectura de la Biblia, debe practicarse tanto en privado como en familia.

Por último, nuestros hijos se fortalecen espiritualmente y se mantienen fuertes si combinamos el estudio de la Palabra de Dios con la oración. A esto algunos lo llaman un tiempo devocional, y otros, el altar familiar. Durante estos tiempos espirituales, de ser posible todos los días, la familia entera se reúne unos minutos para leer y comentar un pasaje de la Biblia, seguido de oración en conjunto. No debemos preocuparnos tanto por que estas reuniones sean largas como por ir creando una tradición espiritual en nuestro hogar. Es más, tal vez sea mejor que las abreviemos, no sea que arriesguemos innecesariamente la continuidad de la tradición.

Recordemos que fue Dios quien estableció la magna institución que conocemos como la familia. Si no lo hemos hecho, entreguémosle nuestra vida y nuestro hogar a Él para que nos ayude a contrarrestar la desintegración familiar que está plagando todas las sociedades del mundo. Cristo no sólo quiere ser el Señor y Salvador de nuestra vida, sino que desea posesionarse como Señor y Salvador de nuestra familia y de nuestro hogar (Hechos 16:31). Basta con que le pidamos que lo haga para que suceda, y así reine en nuestro hogar en pro de una familia íntegra.
Cómo fortalecer los vínculos familiares y mantenerlos fuertes...
El primer vínculo familiar que debemos fortalecer es horizontal: el del matri-monio. De él depende toda la familia. Debemos, pues, acercarnos a nuestro cónyuge, manifestándole amor y comprensión. El esposo debe amar y cuidar a su esposa, y la esposa debe aceptar al esposo como cabeza del hogar (Efesios 5:33; Colosenses 3:18-19). La armonía conyugal es algo que obtenemos con esfuerzo. Viene cuando determinamos hacer a un lado el egoísmo.

El segundo vínculo que hay que fortalecer es vertical: el de los hijos. Tenemos que aprender a mostrarles amor y a imponerles disciplina de una manera equilibrada. Nuestros hijos necesitan saber que no los amamos por lo que hacen sino porque son nuestros hijos. Y necesitan aprender que hay que respetar ciertas leyes, y que mamá y papá tienen la responsabilidad de imponer la disciplina, por amor y con amor, cuando lo consideran necesario.

El tercer y último vínculo que nos urge fortalecer por ser el más importante es vertical al igual que el segundo. Se trata del vínculo espiritual, el que establece que en nuestro hogar Dios ocupa el primer lugar. Si fortalecemos este vínculo, nos ayuda a mantener fuertes los otros dos. En cambio, si lo descuidamos, corremos el riesgo de que se debiliten.
http://www.oneplace.com/ministries/el-amor-que-vale/player/ha-explotado-la-familia-nuclear-parte-1-365222.html.
ESCRITURA:
Juan 10:11: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.”
¿Sabía usted que solamente ha vivido una persona que escogió morir? Únicamente una. “¡Oh! ―dirá usted―los pilotos suicidas escogen morir. Otras personas escogen morir. Personas que mueren por su propia mano, escogen morir. Gente que da su vida por otros, escoge morir.”
Nadie nunca ha escogido morir, sólo el Señor Jesucristo, porque Él es el único que no tenía que morir. Algunas personas tal vez escogen morir prematuramente, pero nadie ha escogido morir sino Uno. Lo que detuvo a nuestro Salvador en aquella cruz no fueron los clavos, sino las cuerdas plateadas de amor y las ataduras doradas de redención.

El hecho que nadie haya escogido morir, sino Jesús, tal vez sea un concepto nuevo para usted. Si lo es, probablemente es nuevo para otra persona. ¡Compártalo con alguien hoy!

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