lunes, 16 de enero de 2012

¿HASTA CUÁNDO EL APAGÓN?

¿HASTA CUÁNDO EL APAGÓN?
por Carlos Rey



¿Qué será lo quemos’echo
pa qui’andemos castigaus?
Sin luz ni agua, nuay derecho
que nos tengan amolaus....
Ques que dicen que nuay plata
pa comprar los combustibles,
¿cómo crer en las palabras
si nues luz pa lamparines?
Ya nos’an’acostumbrau
a vivir tan sólo a escuras,
que por más que sian quejau,
son las quejas por las puras.
¡Ay Biatita! y no si’olvidan
de cobrar tuitos los meses
los recibos de la luz:
¿de qué luz, si nadies tiene?
Y lo pior que ya ni veyo
la Simplemente Mariya
comués quera mi deseyo,
ya ni sé qué pasariya,
ni qué jue de la bandida
que la odeya a la ñetita.
Hay que’star sólu’encerraus
y’en las noches, al tanteyo,
si la vela sia’pagau
a la juers’arriar el sueño;
a pegarse durisísimo
pa matar a los zancudos,
qui’aprovechan lu’escurísimo
pa picar, los muy picudos....
En jamás de los jamases
yo pensé’sta situación.
¡Velay! pa desesperarse
siay’artísimo apagón.
Yo’asta creygo que se burlan,
porque prienden un ratito
y cuand’uno si’acostumbra,
te l’apagan’ay mesmito...
Ya ni vale ir al mercau
pa comprar pa la semana,
pa ver tuito malograu
de la noche a la mañana;
porque ni’el refrigider
sirve agora para nada:
¿pa qué se le v’a meter
si ya nuace la hielada?
Y’entuaviya lo más pior
que tampoco nos dan’agua,
ni’un’ilito en la calor,
ni que nunca uno pagara.
Y’es a l’ora’e cocinar
sies que nuas juntau alguito,
corr’echártela’buscar
por si’alcaso hayga un chorrito.
Y te tienes qui’aguantar
cuando quieres dir pal baño:
¿con qué vas a desaguar?
Ves que tienes qu’esperar
que se llene’artaso el caño.
Y si ti’ogas de calor,
pues tendr’as qui’andar chorriau,
bien mogoso y sofocau
y entuaviya e mal’umor....
¿Y’ondestá l’atoridá,
los que dicen que nos velan
pa mayor seguridá?
Lo ciertues, sólo las velas
es su única verdá....
Mi Taitito de los cielos,
Él nos tiene qui’ayudar
o emprestarnos sus luceros
pa podernos alumbrar.
Endesculpen la versiada
que me sale’l corazón,
es quiay va mi protestiada
por tantísimo apagón.1
Lamentablemente somos muchos los que nos identificamos con estos versos de la poetisa peruana Elvira Castro de Quirós. En ellos la talentosa regidora del Gobierno Local de Piura hace gala de su conocimiento del habla y la jocundidad de los campesinos de la región. La buena noticia es que Dios, nuestro «Taitito de los cielos», sí nos quiere ayudar. A Él le preocupa esa luz que se apaga y esa agua que se agota. Pero Dios no se contenta con suplir nuestras necesidades físicas nada más. Él anhela que sigamos a su Hijo Jesucristo, que es la luz del mundo y la fuente de agua viva, para que no andemos en tinieblas sino que tengamos la luz de la vida, y para que tengamos agua que da vida abundante y eterna.2


1Elvira Castro de Quirós, En alas de ensueño: Antología poética (Municipalidad de Piura, Perú: Editorial Pachacutec, Instituto Cambio y Desarrollo (CYDES), 1994), pp. 48‑51.
2Jn 4:10‑14; 8:12

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