¿Necesitas un baño?
Junto a aguas de reposo me pastoreara. Salmo 23:2
Junto a aguas de reposo me pastoreara. Salmo 23:2
Hno. Juan con Maria
¿Te has sentido sucio últimamente? No estoy hablando de tu necesidad de darte una ducha en tu casa. Me refiero a un espíritu contaminado. Un corazón lleno de ira o tal vez un pecado oculto. Puede ser un resentimiento profundo. Puede ser una amargura que has llevado por años, o una auto conmiseración crónica o el orgullo.
Es fácil estar limpio externamente, pero hediondo y podrido por dentro.
Es por eso que el Buen Pastor guía a su rebaño por aguas de reposo. Es por eso que Jesús siempre está listo para lavarnos. El sabe de nuestra necesidad.
El te lavó con su sangre una vez y para siempre cuando llevó tus pecados en la cruz, y te dio su justicia a cambio de tus pecados (Ro. 3:25-26). Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co. 5:21).
Pero como Pedro, nosotros también necesitamos ser lavados cada día. ¿Te acuerdas cuando él se arrodilló y lavó los pies de sus discípulos? “Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.” Un verdadero seguidor de Jesús desea andar en pureza en este mundo contaminado, para complacer a su Maestro.
Mas tarde el Apóstol Juan escribió, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos, y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).”
¿Por qué no abrir tu corazón a Jesús hoy? Deja que él te examine. Cuéntale tu debilidad y cuanto deseas que te limpie cariñosamente. El te bañará en esas aguas de reposo y como resultado podrás perdonar a otros más fácilmente. Estarás lleno de un gozo nuevo del Espíritu Santo y la gloria de Dios fluirá a través tuyo hacia otros como nunca antes lo has experimentado. Agradécele por su trabajo de limpieza. Nadie te ama como te ama tu Pastor.
ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por tus aguas de reposo que me limpian. Yo las necesito hoy. Gracias por tu sangre que me lavó completamente y para siempre. Gracias por tu Palabra que limpia mi mente. Gracias por tus misericordias que son nuevas cada día, las cuales me permiten empezar de nuevo limpio, vibrante y perdonado. Gracias por escogerme como tu instrumento de limpieza para un mundo que precisa tanto de tu amor.
985 – Cristo Como Pastor | -- Dr. Juan Jauchen |
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