viernes, 21 de septiembre de 2012

CRISTO PASTOREA SUAVEMENTE

SUAVEMENTE


Como pastor apacentará su rebaño

En su brazo llevará los coderos,

Y en su seno los llevará;

Pastoreará suavemente a las recién paridas. – Is. 40:11







El profeta Isaías lo aclara muy bien. Dios es un Pastor muy cariñoso. Si Dios es muy cariñoso, entonces su Hijo es igual.



En mis viajes, he conocido a muchos cristianos lastimados. Algunos han sido atacados por el enemigo. Otros han sido lastimados por este mundo cruel. Otros han sentido la hipocresía y el dolor de hermanos y hermanas dentro de la misma iglesia. Penosamente, muchos han sido lastimados y heridos por su propio Pastor.



Un joven líder de una célula en Lima se me acercó con lágrimas en los ojos. Me dijo, “Mi Pastor es indiferente y duro. Es impaciente. Nunca me anima. Tiene la doctrina correcta, pero no me siento amado por él.”



Ese no es el espíritu de Jesús. La doctrina correcta dada en el espíritu incorrecto, siempre produce descontento, mal alimento y un rebaño que no se reproduce.



El espíritu de Jesús siempre es PERDONADOR. El dijo a sus discípulos que hay que perdonar hasta setenta veces siete. Si él dijo a sus discípulos que perdonen con esa frecuencia, cuanto más lo hará con nosotros (Mt. 18:22). Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia (Ro. 5:20). El Salmista dice que las misericordias de Dios son para siempre (Sal. 100:5).



El espíritu de Jesús es PACIENTE. Nunca empuja a las ovejas. Guía con ejemplo, motivando con el amor. Una vez vi a un pastorcillo azotando a su rebaño. ¡Las ovejas no querían caminar! Jesús nunca azota a sus seguidores para que lo obedezcan. Cariñosamente les anima para que cambien para el bien pero siempre lo hace con la fuerza de un amor incondicional.



El espíritu de Jesús es COMPASIVO. La compasión quiere decir “sentir con, identificarse con el dolor de otro.” Si estás herido hoy, puedes estar seguro que tu Pastor también siente tu dolor. Jesús es tocado, tentado en todo donde tu y yo somos probados (He. 4:15). No estás solo. El conoce y lleva tu dolor. Se identifica completamente contigo.



Yo le dije al joven líder en Lima, “Nunca encontrarás a un Pastor perfecto, solo Jesús. Es el único que te va a escuchar siempre. Es el único que entenderá tu clamor por ayuda.”



El Rey David sufrió una desilusión muy grande. El pueblo querían apedrearlo. Mas David se fortaleció en Jehová su Dios (1 S. 30:6). David no tenía a nadie más que a Dios, pero David descubrió que Dios era todo lo que necesitaba.



Si tú eres un Pastor, deja que el Espíritu de Dios selle esta palabra en tu corazón, SUAVEMENTE. Nunca he conocido un Pastor de éxito en ningún lugar que no posea esta característica tan importante. Deja que el Espíritu de Jesús penetre tu espíritu. Nunca será lo mismo.





Y vendrán las ovejas de todo lugar porque están buscando y ansiando por un líder cariñoso. Es uno que guía con ejemplo y con amor. Es uno que siente el dolor y siempre está listo para perdonar. Seamos pastores dignos de la vocación con que fuimos llamados. Pastoreemos al estilo de Jesús.



-- Dr. Juan Jauchen 985 – Cristo Como Pastor (revisa toda la cadena)

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