LA IRA ES UN
ANTIVALOR QUE MATA TODOS LOS DÍAS.
DEFINICIONES
DE LA IRA.
La ira, rabia,
enojo o furia es una emoción que se expresa a través del resentimiento o de la
irritabilidad. Los efectos físicos de la ira incluyen aumento del ritmo
cardíaco, de la presión sanguínea y de los niveles de adrenalina y
noradrenalina. Algunos ven la ira como parte de la respuesta cerebral de
atacar o huir de...
Varía desde
una irritación leve hasta una furia e ira intensa. Como otras emociones, está
acompañada de cambios psicológicos y biológicos. Cuando usted se enoja, su
frecuencia cardíaca y presión arterial se elevan y lo mismo sucede con su nivel
de hormonas de energía, adrenalina y noradrenalina. El enojo puede ser...
Antes que
nada, la ira no siempre es pecado. Dios está airado (Salmos 7:11; Marcos 3:5),
y a los creyentes se les permite estar airados (Efesios 4:26). En el Nuevo
Testamento son usadas dos palabras griegas para la palabra “ira.” Una (orge)
significa “pasión, energía;” la otra (thumos) que significa “agitado,
ebullición.
EXPLOSIÓN DE
IRA.
Por el
Hermano Pablo.
Era
imposible que una insensata estupidez produjera efectos tan desastrosos. La mañana
transcurría pacífica y feliz. El sol brillaba en el cielo. Brisas frescas
mecían los pastos. Las vacas rumiaban tranquilamente, y Rubyat Wolf, granjero
en el norte del Líbano, miraba feliz su hacienda.
En eso, un
sobrino suyo disparó al azar su escopeta, y le dio en un ojo a una de las
vacas. El granjero, enfurecido, le propinó una paliza. Intervinieron entonces
otros parientes, y se produjo un tremendo tiroteo. Cuando se disipó el humo
había, además de varios heridos, trece personas muertas en el suelo, y la vaca,
con un ojo menos, seguía rumiando en el campo.
¿Qué fue
esto? Un estallido de ira. El motivo era serio, cierto. Un muchachón armado de
una escopeta lastimó de gravedad una vaca campeona. Pero, ¿justifica un ojo
vacuno perdido, que hubiera, en menos de cinco minutos, trece personas muertas?
¡De ninguna manera!
Hubo alguien
que le puso nombre a la ira. La llamó «doncella con corazón de tigre». Si está
dormida, es bella como la bella durmiente del bosque. Si está despierta, es
violenta y feroz como un furioso huracán.
El sabio
Salomón encara este tema con expresiones muy acertadas. He aquí sus palabras:
«Pesada es la piedra, pesada es la arena, pero más pesada es la ira del necio»
(Proverbios 27:3). La ira es aliento del infierno e impulso del maligno, y
sopla vientos de fuego en corazones débiles.
El Maestro
de Galilea tuvo unas palabras que decir acerca de la ira. «Ustedes han oído que
se dijo a sus antepasados: “No mates, y todo el que mate quedará sujeto al
juicio del tribunal.” Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano
quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su
hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga
quedará sujeto al juicio del infierno» (Mateo 5:21,22). Notemos cómo Jesucristo
pone la ira a la par del homicidio.
La filosofía
de hoy nos dice que nuestros sentimientos no se han de violar, que nuestros
gustos son más importantes que los de cualquiera, y que, si alguien pisotea
nuestra opinión, debemos declarar en forma clara que no vamos a permitir que
nuestros antojos se ignoren. El resultado es disgustos y pleitos.
¿Qué es lo
opuesto a la ira? La comprensión, la bondad, la tolerancia, la paz. El Señor
Jesucristo, Señor de amor y de paz, puede poner paz en nuestro corazón.
Entreguémosle toda nuestra ansiedad y nuestra ira. A cambio nos dará su paz
insondable.
Efesios
4:26: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.”
La Palabra
de Dios nos dice que debemos ser “tardos para airarnos” (Proverbios 14:29,
Santiago 1:19). No hay nada que le hará más daño a su trato con otros que la
ira innecesaria. Si usted es dado a la ira, permítame decirle un par de cosas
que la Biblia menciona y éstas no son halagadoras. Primero, la Biblia dice que
usted es un necio. Eclesiastés 7:9 enseña: “No te apresures en tu espíritu a
enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios. ”Segundo, usted
posee un carácter débil. Proverbios 16:32 dice: “Mejor es el que tarda en
airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma
una ciudad.” La ira sin control es como tirar una piedra a un panal de avispas.
¿Se enoja
usted fácilmente? Si es así, confiéselo. No permita que Satanás construya una
fortaleza en su vida. Si usted se enoja hoy, pregúntese qué necesidad no está
siendo suplida y póngala en las manos del Señor.
EN LOS
MOMENTOS MÁS DIFÍCILES, LA IRA NO ES LA SALIDA.
“ESTÁS EN
MIS MANOS, DICE DIOS”.
Cuenta una
antigua leyenda que en la Edad Media, un hombre muy virtuoso fue injustamente
acusado de asesinato. Sucedía, que el verdadero culpable era una persona muy
influyente del reino, y por eso desde el primer momento procuró hallar un chivo
expiatorio quien cargase con su culpa y dejar así encubierto su delito. El
hombre acusado, fue llevado a juicio y comprendió que tendría escasas
oportunidades de escapar de la horca, sabiendo que se enfrentaba a personas muy
poderosas que se habían puesto de acuerdo en condenarlo.
El juez,
aunque también estaba confabulado, se cuidó de mantener todas las apariencias
de un juicio justo. Por eso le dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre
justo, voy a dejar tu suerte en manos de Dios: escribiré en dos papeles
separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás, y será la
Providencia la que decida tu destino”. Por supuesto, el perverso funcionario
había preparado dos papeles con la misma leyenda: “Culpable”. La víctima, aun
sin conocer los detalles, se dio cuenta de que el sistema era una trampa.
Cuando el juez lo conminó a tomar uno de los papeles, el hombre respiró
profundamente y permaneció en silencio unos segundos con los ojos cerrados.
Cuando la
sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con una sonrisa, tomó uno
de los papeles, se lo metió a la boca y lo engulló rápidamente. Sorprendidos e
indignados, los presentes le reprocharon. --Pero, ¿qué ha hecho? ¿Ahora cómo
vamos a saber el veredicto? --Es muy sencillo --replicó el hombre--. Es
cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.
Con refunfuños y un enojo imposible de disimular, debieron liberar al acusado,
y jamás volvieron a molestarlo.
Esta
historia me hace pensar, que aunque el
enemigo quiera destruirte y devorarte, debes estar seguro al igual que aquel
hombre, que Dios tomará el control de tu situación. Aun cuando todas las
circunstancias muestren que no hay salida y no veas luz al final del túnel,
Dios se hará cargo, por lo cual puedes descansar confiadamente en sus manos.
Tal vez
atraviesas una injusticia, una persecución, pero Dios es el juez, quien tiene la última palabra y no
permitirá que sus hijos sean destruidos.
Nunca
dejemos de luchar hasta el último momento. En momentos de crisis, sólo la
fe y la confianza en Cristo, es más
importante que cualquier otra salida.
“Pero
tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de
Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en
apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero
no destruidos” - 2 Corintios 4:7-9.
Autora.
Telma Céspedes.
EN LOS
MOMENTOS DE PRUEBA, DEBE DESAPARECER EL ENOJO.
“Hermanos
míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que
la prueba de vuestra fe produce paciencia” - (Santiago 1:2-3).
Santiago 1:2
es un versículo interesante porque tiene la palabra “cuando” en vez de la
palabra “si”. Verá, alguna gente cree que la vida siempre va a ser “color de
rosa”, acolchonada con pétalos y días soleados. Si yo asegurara tal cosa,
estaría hablando con la Biblia cerrada y una cabeza vacía. Sea usted salvo o
no, la vida le garantiza una cosa: ¡dificultades! Habrá pruebas, opresión,
malentendidos. Y cuando usted se entrega a Cristo, no se torna inmune a estas
cosas. Las pruebas son parte de la vida, pero cómo los creyentes se comportan
en respuesta a esas pruebas motiva a que un mundo incrédulo se detenga y lo
note. Usted puede hablar de la fortaleza de un creyente por lo que se necesita
para detenerle.
Decida, por
usted mismo, ser responsable. Si es casado, pida a su esposa que conteste la
siguiente pregunta. Si es soltero, pida la ayuda de un amigo de confianza:
¿Cómo calificarías la forma en que he respondido a las pruebas en mi vida, el
año pasado, en una escala del 1 al 10? Significando 1 que he agradecido la
oportunidad de aprender a ser paciente, y 10 que me he enojado por cada
piedrita que la vida puso en mi camino. ¿Aprendió algo nuevo acerca de sí
mismo? ¿Algo en lo cual debe mejorar el próximo año?
DIOS NOS
PIDE RECONCILIARNOS CON NUESTROS HERMANOS.
“Deja allí
tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda” - (Mateo 5:24).
Jesús nos
dice que debemos dejar nuestra ofrenda a un lado y hacer la paz con algún
hermano enojado, antes de que podamos adorar. Nadie puede estar “bien con
Dios”, y conscientemente estar mal con su hermano. Pero note que Jesús no está
diciendo que usted necesita dejar su ofrenda e ir y reconciliarse con su
hermano si es que usted tiene algo en contra de él (o ella), (vea Mateo
18:15-20). Aquí Jesús está diciendo que usted necesita “hacer la paz” con algún
hermano o hermana que tiene algo en contra suya. Antes de que cante, antes de
que ore, antes de que enseñe, antes de que ofrende, antes de que adore, la
Biblia dice que primero debe reconciliarse con su hermano (a). No hay ofrenda
sobre la tierra que pueda substituir el estar en paz con los otros.
De lo que
usted sabe, ¿hay alguna persona que está guardando sentimientos negativos en su
contra? Entonces, el Señor le dice: “Deja allí tu ofrenda delante del altar, y
anda, reconcíliate primero con tu hermano.”
Antes de que
usted haga ninguna otra cosa, ahora mismo, este minuto, pídale a Dios que le
enseñe si hay alguien con quien usted necesita reconciliarse. Luego, ¡vaya y
hágalo!
UN CORAZÓN,
UN ALMA, UN MISMO SENTIR.
“Y la
multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía
ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en
común” - (Hechos 4:32).
Usted puede
saber mucho acerca de una persona por lo que le entristece, alegra y enoja.
¿Correcto? En muchas ocasiones esto puede ser la escasez de abundancia de
posesiones o riquezas. Sin embargo, cuando una persona tiene el gozo del Señor,
nada puede robarle ese gozo.
¿Ha
aprendido a tener gozo en el Señor y no en las cosas de este mundo? ¿Se
mantiene sin aferrarse a las cosas de este mundo? Si no, pueda ser que Dios le
enseñe a hacerlo. Para confiar completamente en el Señor, primero, debe existir
una confianza que depende del Señor. Segundo, debe existir una comunión que se
regocija en el Señor. Tercero, debe existir un compromiso que transfiere las
cargas al Señor.
¿Dónde está
su confianza: en sus posesiones, su posición, su auto-estima? ¿Cuánto tiempo
invierte diariamente en comunión con el Señor? ¿Cómo definiría su compromiso de
confiar en Dios en toda área de su vida?