jueves, 22 de febrero de 2018

LOS HÁBITOS Y LAS COSTUMBRES DE JESÚS.

LOS HÁBITOS DE JESÚS.
A   El hábito de aislarse .Marcos 1.35.
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.
B.     El hábito de orar .Lucas 11.1.
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
C.     El hábito de adorar. Mateo 18.20.
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
D.    El hábito de construir relaciones .Mateo9.9, 10.
Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.
9:10 Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.
E.     El hábito de confortar .Hechos 9.4, 5.
Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
9:5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
F.     El hábito de desafiar el statu quo .Marcos 7.8.
Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
G.     El hábito de escuchar .Juan 4.7-9.
Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
4:8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
H.     El hábito de amar .Juan 15.9.
Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.
I.       El hábito de someterse.
La palabra someteos, por cierto, es una palabra muy vívida. Hupotassō, significa alinearse debajo de. Alinearse debajo de. Es un término militar. Somos llamados a colocarnos debajo de los otros. Esto es lo que constituye las relaciones significativas. Alguien controlado por el Espíritu de Dios, obediente a la Palabra de Dios, lleno de gozo y alabanza y gratitud a Dios por cada pequeña cosa en su vida y dispuesto a someter su voluntad al resto de la gente. Eso es lo que estamos buscando aquí. Somos llamados a colocarnos el uno debajo  del otro.
Por cierto, este principio domina las Escrituras. Expresando la idea de humildad, expresando la idea de mansedumbre, es tan elemental para la virtud cristiana. Ahora, no sea que usted piense que este es una especie de versículo aislado que se incluyó aquí, está en todo el Nuevo Testamento. Primera de Corintios 16:16, sométanse a todo el mundo. Hebreos 13:17, sométanse a los líderes de la iglesia. Primera de Pedro 2:13, sométanse a las leyes de la tierra. Primera de Pedro 5:5, sométanse aquellos que son de mayor edad que ustedes. Santiago 4:7, sométanse a Dios y aquí, sométanse el uno al otro. Esta es la idea de humildad.
Si usted quiere regresar a Juan 13, puede ver esa ilustración maravillosa de esto en donde Jesús lavó los pies de los discípulos y después le dijo “quiero que se amen los unos a los otros así como los he amado”. ¿Y cómo los amó? Lo suficiente como para humillarse a sí mismo aunque Él era el Dios encarnado y lavó los pies sucios de un grupo de discípulos orgullosos centrados en sí mismos, quienes discutían acerca de quién sería el mayor en el Reino, mientras que el Señor estaba al borde de entregar Su vida por ellos.
Usted puede ver Filipenses, capítulo 2 y ver exactamente lo mismo, ‘Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.” Simplemente es algo estándar. En donde la vida de otro es más importante que la suya. Sus anhelos, sus deseos, sus necesidades, su vida es más importante que su propia vida. Entonces, hace a un lado su vida por la de ellos. Ese es un asunto espiritual.

Versículo 4, “no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.” Y ésa es precisamente la actitud de Cristo, quien no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse sino que lo hizo al lado y se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, muerte en la cruz.

HÁBITOS Y COSTUMBRES.
El Libro de Hebreos trata de motivar a los judíos mesiánicos o creyentes que tenían la tendencia de aferrarse a las viejas costumbres del Antiguo Testamento, a dejar el hueso seco de las ceremonias y fiestas por los deleites del Señor Jesucristo. Es una lección que todos debemos apropiar en nuestras vidas. Puede llegar a ser cómodo para nosotros aferrarnos a nuestras tradiciones, en lugar de tratar algo nuevo. Sin embargo amigo, no existe nada, ni nadie que se pueda comparar con Jesús. Usted puede aprender a amar a Jesús mejor, pero nunca amará nada mejor que la persona del Señor Jesús.
Por favor lea Juan 20:31: Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
 ¿Qué significa para que “tengáis vida en su nombre”?
 Medite en Apocalipsis 19:13-16. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.



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