LOS HÁBITOS
DE JESÚS.
A El hábito de aislarse .Marcos 1.35.
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se
fue a un lugar desierto, y allí oraba.
B. El hábito de orar .Lucas 11.1.
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó,
uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan
enseñó a sus discípulos.
C. El hábito de adorar. Mateo 18.20.
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos.
D. El hábito de construir relaciones .Mateo9.9,
10.
Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que
estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se
levantó y le siguió.
9:10 Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa,
he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron
juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos.
E. El hábito de confortar .Hechos 9.4,
5.
Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?
9:5 Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a
quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
F. El hábito de desafiar el statu quo .Marcos
7.8.
Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la
tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de
beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
G. El hábito de escuchar .Juan 4.7-9.
Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame
de beber.
4:8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de
comer.
H. El hábito de amar .Juan 15.9.
Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado;
permaneced en mi amor.
I. El hábito de someterse.
La palabra someteos, por cierto, es una palabra muy vívida.
Hupotassō, significa alinearse debajo de. Alinearse debajo de. Es un término
militar. Somos llamados a colocarnos debajo de los otros. Esto es lo que
constituye las relaciones significativas. Alguien controlado por el Espíritu de
Dios, obediente a la Palabra de Dios, lleno de gozo y alabanza y gratitud a
Dios por cada pequeña cosa en su vida y dispuesto a someter su voluntad al
resto de la gente. Eso es lo que estamos buscando aquí. Somos llamados a
colocarnos el uno debajo del otro.
Por cierto, este principio domina las Escrituras. Expresando
la idea de humildad, expresando la idea de mansedumbre, es tan elemental para
la virtud cristiana. Ahora, no sea que usted piense que este es una especie de
versículo aislado que se incluyó aquí, está en todo el Nuevo Testamento.
Primera de Corintios 16:16, sométanse a todo el mundo. Hebreos 13:17, sométanse
a los líderes de la iglesia. Primera de Pedro 2:13, sométanse a las leyes de la
tierra. Primera de Pedro 5:5, sométanse aquellos que son de mayor edad que
ustedes. Santiago 4:7, sométanse a Dios y aquí, sométanse el uno al otro. Esta
es la idea de humildad.
Si usted quiere regresar a Juan 13, puede ver esa ilustración
maravillosa de esto en donde Jesús lavó los pies de los discípulos y después le
dijo “quiero que se amen los unos a los otros así como los he amado”. ¿Y cómo
los amó? Lo suficiente como para humillarse a sí mismo aunque Él era el Dios
encarnado y lavó los pies sucios de un grupo de discípulos orgullosos centrados
en sí mismos, quienes discutían acerca de quién sería el mayor en el Reino,
mientras que el Señor estaba al borde de entregar Su vida por ellos.
Usted puede ver Filipenses, capítulo 2 y ver exactamente lo
mismo, ‘Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.” Simplemente es algo
estándar. En donde la vida de otro es más importante que la suya. Sus anhelos,
sus deseos, sus necesidades, su vida es más importante que su propia vida.
Entonces, hace a un lado su vida por la de ellos. Ese es un asunto espiritual.
Versículo 4, “no mirando cada uno por lo suyo propio, sino
cada cual también por lo de los otros.” Y ésa es precisamente la actitud de
Cristo, quien no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse sino que
lo hizo al lado y se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte,
muerte en la cruz.
HÁBITOS Y COSTUMBRES.
El Libro de Hebreos trata de motivar a los judíos mesiánicos
o creyentes que tenían la tendencia de aferrarse a las viejas costumbres del
Antiguo Testamento, a dejar el hueso seco de las ceremonias y fiestas por los
deleites del Señor Jesucristo. Es una lección que todos debemos apropiar en
nuestras vidas. Puede llegar a ser cómodo para nosotros aferrarnos a nuestras
tradiciones, en lugar de tratar algo nuevo. Sin embargo amigo, no existe nada,
ni nadie que se pueda comparar con Jesús. Usted puede aprender a amar a Jesús
mejor, pero nunca amará nada mejor que la persona del Señor Jesús.
Por favor lea Juan 20:31: Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
¿Qué significa para
que “tengáis vida en su nombre”?
Medite en Apocalipsis
19:13-16. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO
DE DIOS.
19:14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo,
blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.
19:15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a
las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino
del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.
19:16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este
nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
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