lunes, 18 de marzo de 2013

¿ CUÁNTO TIEMPO NECESITAMOS ESTAR AQUÍ PARA HACER LA VIDA AGRADABLE A OTROS ?: ESTA ENSEÑANZA DE ESTE NIÑO ES EJEMPLAR




CUANDO NO HAY QUE QUEDARSE TANTO TIEMPO
por Carlos Rey

Cuenta un veterinario que unos clientes suyos le pidieron que examinara a su perro lobo irlandés llamado Bélker, que ya tenía diez años de edad. Los dueños de Bélker, Ronaldo y Lisa, junto con Shane, su pequeño hijo, lo querían mucho.
Terminado el examen, el veterinario les tuvo que decir a los tristes dueños del viejo perro que éste se estaba muriendo de cáncer. No había modo de salvarlo, así que les recomendó inducirle la muerte para evitarle una larga agonía. Pero no insistió en practicarle la eutanasia en su clínica, sino que se ofreció a hacerlo en casa.
Al tratar con el veterinario sobre los arreglos pertinentes, Ronaldo y Lisa le dijeron que les parecía que a su hijo Shane, que tenía apenas cuatro años, le haría bien estar presente cuando muriera Bélker. Tal vez la experiencia le enseñara una valiosa lección.
Antes de la hora cero, junto con su padre y su madre en apoyo de Bélker, el pequeño Shane mostraba una sorprendente calma mientras, por última vez, colmaba de caricias a su agradecida mascota querida. Era tal la compostura del niño que daba la impresión de que no comprendía realmente lo que estaba por suceder. En cuestión de minutos, Bélker se quedó dormido.
Shane pareció aceptar el momento de partida de Bélker sin dificultad o confusión alguna. Prueba de eso es que, cuando sus padres y el veterinario se preguntaron por qué sería que la vida de los animales es más corta que la de los seres humanos, Shane rompió el silencio con que había estado escuchando y, ante el asombro de los adultos, dijo: «Las personas nacen para que puedan aprender a ser buenas, amando y tratando bien a todo el mundo todo el tiempo, ¿no es así? Bueno —continuó—, los perros ya saben cómo portarse, así que no tienen que quedarse tanto tiempo aquí con nosotros.»
¡Qué explicación tan consoladora la de Shane! Pues así como, irónicamente, los perros son buenos —es decir, son cordiales, bondadosos y sociables— a no ser que se malcríen, los seres humanos, a la inversa, hacen perradas —es decir, son huraños, perversos e insociables— a no ser que se esfuercen por ser buenos. Es a ese aspecto de la naturaleza humana al que se refiere San Pablo cuando cita al salmista David: «“No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!”... pues todos han pecado....»1
Pero gracias a Dios, «Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad».2 «Si confesamos nuestros pecados —afirma San Juan—, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.»3 Él quiere ayudarnos a que aprendamos a ser buenos, como dijo Shane, no dejándonos vencer por el mal sino venciendo el mal con el bien.4
¿Por qué no llevamos a la práctica la enseñanza de su Hijo Jesucristo? Amemos a Dios con todo el corazón, y al prójimo como a nosotros mismos, tratando bien a todos los demás todo el tiempo, tal y como queremos que nos traten a nosotros.5 De hacerlo así, todo el mundo querrá que nos quedemos más tiempo aquí con ellos, sobre todo si Dios dispone que, como en el caso de nuestras queridas mascotas, no tengamos que quedarnos aquí tanto tiempo.
 SALMO14:3 Todos se desviaron, a una se han corrompido;
SALMO 53:3 Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido;
 ROMANOS 3:10 Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;

ROMANOS 3:12  Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; 
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
ROMANOS 3:13  Sepulcro abierto es su garganta; 
Con su lengua engañan.

ROMANOS 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 

TITO 2:14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
1 DE JUAN 1: 9 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
ROMANOS  12:21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
 
MATEO 7:1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.
MATEO 22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
22:38 Este es el primero y grande mandamiento.
22:39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.



1 Sal 14:3; 53:3; Ro 3:10,12,23
2 Tit 2:14
3 1Jn 1:9
4 Ro 12:21
5 Mt 22:37-39; 7:1.
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