miércoles, 6 de marzo de 2013

JESUCRISTO : OBISPO Y PASTOR QUE NO RENUNCIA AL AMOR POR NOSOTROS

El Obispo Que Nunca Renunciará
Porque vosotros erais como ovejas descarriadas,
pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.   - 1 P. 2:25
 
Hno. Juan con Maria
Hno. Juan con Maria
¿Estás convencido del amor ilimitado e incondicional de Jesús?  No importa qué tan mal le hayas tratado, ni cuantas veces le hayas fallado, Él nunca deja de amarte (Ro. 8:31-39).

Y Él nunca dejará de buscar a aquellos en tu familia que están huyendo de Él.  Ellos podrán odiarlo.  La gente en la Iglesia quizá los ha herido, así que dicen que nunca regresarán.  No importa qué tan lejos estén de Dios, Él nunca dejará de amarlos.  De hecho, la Biblia dice que mientras más pecan, es más poderosa la gracia de Dios y la intensidad de la búsqueda (Ro. 5:20).

Jesús es como un Pastor que tenía cien ovejas.  Cuando una se pierde, Jesús deja a todo el rebaño.  Nunca se detiene, hasta que rescata con seguridad la oveja descarriada y la trae consigo a casa.  

Jesús es como una mujer pobre que perdió una de sus monedas.  Cada persona obstinada es como esa moneda perdida.
Jesús no descansará hasta que haya encontrado la última.  Cada una es de un valor incalculable para Él.

Jesús es como un padre a quien han roto el corazón.  Él espera.  Él observa.  Él corre con gran gozo hacia su hijo rebelde que se arrepiente.  Su amor excederá el peor de los pecados.  Él no habrá alcanzado su redención completa hasta que todos estén juntos otra vez en su casa (Lc. 15).  ¡El cielo celebrará!

El rey David, un mujeriego y asesino, sabía la profundidad del perdón compasivo de Dios (Sal. 51).  Y también lo conocía el apóstol Pedro.  Aún cuando muchos años habian pasado después de aquella noche trágica en que lo negó, Pedro nunca olvidó el amor tierno de su Pastor y Gran Obispo.

¡Jesús ama a los pecadores!  El comía con los publicanos y pecadores (Mt. 9:11).  Él protegió a la mujer sorprendida en adulterio del duro legalismo de los líderes religiosos (Jn. 8:1-11).  Él fue colgado de una cruz a un lado de malhechores y ladrones (Mt. 27:38).  ¡Jesús ama a los pecadores!

Y él restaurará a tu hijo o hija que está descarriada; a tu hermano, tu hermana o tus padres que no creen.  Sólo espera.  Nunca dejes de orar.  Vive una vida santa.  Y prepárate a celebrar.  Cuando Jesús es el Obispo de tu vida, la salvación nunca está lejos.
 
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente,
que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.   – Lc. 15:7
 
-- Dr. Juan Jauchen 985 – Cristo Como Pastor (revisar toda la cadena)
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