LOS CELOS
DAN COMIENZO AL ODIO Y ESTE A LA MUERTE.
Todo comenzó
en el Cielo. Un ángel llamado luzbel, que se reveló contra Dios y arrastró a
otros ángeles. Fue lanzado por su pecado a la Tierra; allí también vio la
oportunidad de poner al hombre en contra de Dios. El hombre pecó contra Dios y
fue expulsado del Paraíso. Génesis 4:5 RVR.
Mas no miró
propicio a Caín y a la ofrenda suya. Y ensañóse Caín en gran manera, y decayó
su semblante. . Luego los celos entraron en Caín y mató a su hermano Abel.
Así ha seguido los celos causando el daño a
toda la humanidad. Nuestros hogares tampoco han escapado a éste flagelo.
Todo comenzó
bien, así como comienza la mayoría de los matrimonios. Había ternura, había
afecto y, más que nada, había amor. Sin embargo, pasada la luna de miel, el
matrimonio comenzó a andar mal. En medio de dos que se amaban, se interpusieron
los celos, que destruyen todo lo que tocan.
Un día
Francisco Contreras, de Monterrey, México, no soportó el acoso de los celos y
le pegó un tiro a su esposa, Sanjuana, en el temporal derecho. Acto seguido, se
disparó él mismo en la sien. Ninguno de los dos murió, pero Sanjuana quedó con
las facultades mentales alteradas, y Francisco perdió la vista en un ojo. Los
celos habían triunfado.
Si hay algo
que los matrimonios deben rehuir, son los celos. Los celos consumen alma,
corazón, mente y vida, y mientras los están consumiendo, conducen a la locura,
terminando en tragedias como aquella.
Hay celos
que son naturales y saludables, y que provienen de un amor genuino. La Biblia
dice que aun Dios es un Dios celoso que con diligencia vela por los suyos. Pero
hay, también, celos morbosos, perjudiciales y enfermizos, producto de oscuros y
bajos complejos. Esos son celos destructivos.
¿Cómo evitar
que haya celos destructivos? Se comienza estableciendo un patrón de fidelidad
incondicional entre esposos. El cónyuge debe saber, sin la más mínima duda, que
su pareja, por nada en la vida, defraudaría los votos nupciales de amor y
lealtad que los dos hicieron ante Dios.
Luego, cada
cónyuge debe desarrollar fe y confianza en Cristo. La fe profunda en Cristo nos
libra de psicopatías enfermizas. Cuando ambos esposos son verdaderos seguidores
de Cristo, no hay entre ellos ningún brote de malos celos.
Añádase a
esto el cultivo a fondo de la amistad matrimonial. Cuando el amor —el buen
amor, el amor basado en un compromiso inquebrantable— se cultiva con sumo
cuidado, los celos malignos no tienen ocasión de brotar. Porque al conservar el
amor genuino, nos inmunizamos contra los celos destructivos.
Dios, el
diseñador del matrimonio, es también la fuente del amor. Cuando nuestro
matrimonio y nuestra vida están en armonía con Dios, estamos también en armonía
con nuestro cónyuge, y los celos no tienen dónde aflorar.
Con Cristo
en el matrimonio, no hay lugar para celos enfermizos. Sólo hay lugar para un
amor cálido, puro, tierno y cristiano. Sea Cristo, desde hoy, el Señor de
nuestro matrimonio. En él hay paz y confianza y seguridad.
En el libro
1 Corintios 13, El Señor nos habla del Amor, que es contrario a los celos.
13:1 Si yo
hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal
que resuena, o címbalo que retiñe.
13:2 Y si
tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese
toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
13:3 Y si
repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi
cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
13:4 El amor
es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no
se envanece;
13:5 no hace
nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
13:6 no se
goza de la injusticia, más se goza de la verdad.
13:7 Todo lo
sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
13:8 El amor
nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la
ciencia acabará.
13:9 Porque
en parte conocemos, y en parte profetizamos;
13:10 más
cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
13:11 Cuando
yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas
cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
13:12 Ahora
vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco
en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
13:13 Y
ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de
ellos es el amor.
Prov.
24:19-20 "No te entrometas con los malignos, ni tengas envidia de los
impíos, porque para el malo no habrá buen fin y la lámpara de los impíos será
apagada"
Prov.
3:31-33 "No envidies al hombre injusto, Ni escojas ninguno de sus caminos.
Porque Jehová abomina al perverso; Mas su comunión íntima es con los justos. La
maldición de Jehová está en la casa del impío, Pero bendecirá la morada de los
justos."
¿QUÉ ES LA
ENVIDIA Y LOS CELOS?
Envidia: Es
el "disgusto o pesar por el bien ajeno", es la tristeza causada en
uno, por el bienestar de otro..., se dice que uno de los males culturales
arraigados dentro de los países de América es la envidia, y los celos de la
cual provienen muchísimos males.
Números 5:14
RVR
Si viniere
sobre él espíritu de celo, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella
contaminado; o viniere sobre él espíritu de celo, y tuviere celos de su mujer,
no habiéndose ella contaminado;
Números 5:15
RVR
Entonces el
marido traerá su mujer al sacerdote, y traerá su ofrenda con ella, la décima de
un epha de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella
incienso: porque es presente de celos, presente de recordación, que trae en
memoria pecado.
Números 5:18
RVR
Y hará el
sacerdote estar en pie á la mujer delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de
la mujer, y pondrá sobre sus manos el presente de la recordación, que es el
presente de celos: y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que
acarrean maldición.
Números 5:25
RVR
Después
tomará el sacerdote de la mano de la mujer el presente de los celos, y mecerálo
delante de Jehová, y lo ofrecerá delante del altar:
Números 5:29
RVR
Esta es la
ley de los celos, cuando la mujer hiciere traición á su marido, y se
amancillare;
Números 5:30
RVR
O del
marido, sobre el cual pasare espíritu de celo, y tuviere celos de su mujer: presentarla
entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley.
Números
11:29 RVR
Y Moisés le
respondió: ¿Tienes tú celos por mí? más ojalá que todo el pueblo de Jehová
fuesen profetas, que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.
Deuteronomio
32:16 RVR
Despertáronle
á celos con los dioses ajenos; Ensañáronle con abominaciones.
Deuteronomio
32:21 RVR
Ellos me
movieron a celos con lo que no es Dios; Hiciéronme ensañar con sus vanidades:
Yo también los moveré á celos con un pueblo que no es pueblo, Con gente
insensata los haré ensañar.
Proverbios
6:34 RVR
Porque los
celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza.
LA ENVIDIA:
ACARREA MALDICIÓN.
Génesis
26:14 RVR
Y tuvo hato
de ovejas, y hato de vacas, y grande apero; y los Filisteos le tuvieron
envidia.
Génesis 30:1
RVR
Y VIENDO
Rachêl que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob:
Dame hijos, o si no, me muero.
Génesis
37:11 RVR
Y sus
hermanos le tenían envidia, mas su padre paraba la consideración en ello.
Job 5:2 RVR
Es cierto
que al necio la ira lo mata, Y al codicioso consume la envidia.
Salmos 37:1
RVR
NO te
impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen
iniquidad.
Salmos 73:3
RVR
Porque tuve
envidia de los insensatos, Viendo la prosperidad de los impíos.
Proverbios
14:30 RVR
El corazón
apacible es vida de las carnes: Mas la envidia, pudrimiento de huesos.
Proverbios
23:17 RVR
No tenga tu
corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo
tiempo:
Proverbios
24:1 RVR
NO tengas
envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos:
Proverbios
24:19 RVR
No te
entrometas con los malignos, Ni tengas envidia de los impíos;
LA ACCIÓN DE
GRACIAS DEL PROFETA JONÁS.
Mas yo con
voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es
de Jehová.
Jonás 2:9
Es asombroso
que el profeta Jonás diera gracias a Dios mientras estaba en el vientre del
gran pez (Jon. 2:1). ¿Cómo reaccionaría usted si estuviera en el lugar de
Jonás? Tal vez clamaría: "¿Qué estás haciendo, Dios? ¿Dónde estás? ¿Por
qué está sucediendo esto?" Pero Jonás reaccionó de manera diferente:
"Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol
clamé, y mi voz oíste" (v. 2). Después describió su hundimiento en el mar
y la seriedad de su dilema (vv. 3-5)
No obstante,
en medio de tan difícil situación, Jonás oró: "Tú sacaste mi vida de la
sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de
Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo" (vv. 6-7). Aunque
tenía sus debilidades, Jonás demostró una gran estabilidad espiritual en su
oración. Confió en el poder de Dios para librarlo si quería. De igual manera,
la paz de Dios lo ayudará a usted si reacciona ante las circunstancias con
acción de gracias.
2 Crónicas
30:22 RVR
Y habló
Ezechîas al corazón de todos los Levitas que tenían buena inteligencia en el
servicio de Jehová. Y comieron de lo sacrificado en la solemnidad por siete
días, ofreciendo sacrificios pacíficos, y dando gracias a Jehová el Dios de sus
padres.
Efesios 5:20
RVR
Dando
gracias siempre de todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo:
Colosenses
3:17 RVR
Y todo lo
que hacéis, sea de palabra, o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor
Jesús, dando gracias a Dios Padre por él.
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