miércoles, 6 de noviembre de 2013

NUESTRA MAYOR RIQUEZA ES UNA VIDA DE PIEDAD

NUESTRA MAYOR RIQUEZA ES UNA VIDA DE PIEDAD.
LOS QUE HABITARÁN EN EL MONTE DE DIOS. LOS QUE IRÁN AL CIELO.SALMO 15.
Este Salmo nos muestra el camino al cielo y busca convencernos de que, si queremos ser felices de veras, hemos de ser Santos y Honestos. Cristo quien es el mismo Camino Juan 14: 6 y en quien hemos de andar nuestro Camino Colosenses 2: 6,nos mostró también el mismo  Camino y nos invitó a guardar los Mandamientos Mateo 19: 17.
-              Señor hazme saber quiénes irán al Cielo.
-              Qué clase de personas serán.
-              Señor qué  haré para heredar la vida Eterna. Lucas 18: 18.
-              Deberán ser personas sinceras, íntegras, de sano corazón, y que pueden presentarse delante de Dios Aprobado.
-              Honestos, fieles, justos, honrados y de buena conciencia, sinceros y de buena reputación.
-              No tratará de incrementar sus ingresos por medio de prácticas injustas, quien su dinero no dio a usura para vivir a expensas de otros.
-              Un hombre evaluado por sus virtudes y principios, un hombre que practique la Piedad, con su principal Estilo de vida Cristiana.
-              Ha de menospreciar a los que son viles delante de Dios y Honran a los que Temen a Dios.
-              QUÉ ES LA PIEDAD: Es la acción que practicó Nuestro Señor Jesucristo, cuando vino al mundo por primera vez. Él tuvo Piedad de los ciegos, tuvo Compasión de los leprosos, Él tuvo Misericordia de las viudas, Él perdonó a los pecadores, Recibió a los niños, Bendijo a los quebrantados, a los que sufren. La Piedad es la práctica de la buena Doctrina, las buenas costumbres, y la vida de Obediencia. 1ª Timoteo 6: 6:11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
-              La Verdadera Piedad, donde quiera que se halle, Honra al hombre y hace Brillar el Rostro más y mejor que lo que pueden hacer la Riqueza, el Talento o el Prestigio humano.
“6.Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento. 7. Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. 8. Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos. 9. Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. 10. Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos Dolores”.

1 Timoteo 6:6-10

Hoy en día la Iglesia de Cristo se ha materializado y el evangelio de Cristo se ha distorsionado. Mientras el énfasis de la iglesia primitiva estuvo en sacrificarse por la causa de Cristo; en el dar, en el compartir y en el estar satisfecho con lo que se tenía, fuera mucho o poco; el énfasis de la iglesia de hoy parece estar en las riquezas y en la acumulación de cosas materiales. El cristiano de hoy es estimulado a no conformarse con lo que tiene, sino a acumular más y más porque muchos entienden que Dios sólo se glorifica en la riqueza y en el bienestar, a pesar de la evidencia de lo contrario en dos mil años de historia de la Iglesia.

Dios puede glorificarse en la abundancia y en la escasez y la historia está ahí para probarlo; al igual que su Palabra:

Proverbios 22:1 dice que: “más vale el buen nombre que las muchas riquezas”.

Proverbios 28:6 dice: “mejor es el pobre que anda en su integridad, que el que es torcido aunque sea rico”.

Proverbios 15:16 dice: “mejor es lo poco con el temor del Señor, que gran tesoro y turbación con él”.

Salmo 37:16 dice: “mejor es lo poco del justo que la abundancia de muchos impíos”.

Y encontramos una idea similar en Proverbios 16:8; 19:1; 19:22; 21:9 y 21:19.

Cuando leemos las palabras del apóstol Pablo en su primera carta a Timoteo 6:6-10, encontramos varias lecciones:

1) La piedad (o la santidad) es de gran ganancia (o de gran valor) si va acompañada de contentamiento (v.6). El apóstol Pablo está enfatizándole a su discípulo Timoteo que de nada le vale querer una vida santa, si por otro lado no va estar contento con lo que Dios provee. La ausencia de contentamiento es ingratitud; es una forma de decirle a Dios que estamos airados porque Él no ha provisto tanto como nos merecemos recibir. Cuando en realidad independientemente de la situación en que estemos; estamos mejor de lo que merecemos. Un hijo de Dios debe ser una persona agradecida y si es agradecida va a estar contento en la situación donde Dios lo tenga. El estar satisfecho, contento o agradecido, es sinónimo con ser cristiano.

La próxima pregunta sería, cuánto debemos tener para estar contentos y satisfechos delante de Dios. El versículo 8 del texto que citamos al inicio nos da la respuesta: “Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos”. Hoy día decir eso en muchas iglesias sería una herejía porque el cristiano está siendo enseñado a pensar y a manejar su dinero como lo maneja el mundo secular. El cristiano a veces piensa, gana, ahorra y gasta su dinero como lo gana, lo invierte y lo gasta el resto del mundo. Tenemos que enseñarles a nuestras ovejas que la fe cristiana es contracultural y que cada vez que el mundo y la Iglesia están hablando un mismo lenguaje, eso es señal de que la Iglesia se ha corrompido.

Tenemos que enseñarles a nuestras ovejas que el favor de Dios no puede ser comprado con dinero. Que no podemos perseguir las bendiciones de Dios en base a dar mucho dinero porque eso sería poder comprar el favor de Dios. Dios bendice en respuesta a nuestra obediencia y no en base a nuestro dinero.

2) En segundo lugar, Pablo nos dice que aquellos que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos (v.9). A veces hemos tomado ese versículo y se lo aplicamos a las personas que tienen mucho dinero; pero en realidad, el texto no dice que esto le va a pasar a los ricos, sino que le va a pasar a todo el que quiera poner su énfasis en el dinero. Hoy se predica que la iglesia bendecida es la iglesia adinerada. Y sin embargo, cuando llegamos al libro de Apocalipsis, y vemos a Cristo pasándole revista a sus iglesias, nos encontramos con que esto es lo que Él le dice a la iglesia de Esmirna: “Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico)....” (Apoc. 2:9a). Obviamente cuando Cristo le dice a una iglesia pobre que es rica está haciendo referencia a que esa iglesia cuenta con las riquezas en gloria del Señor; que de una u otra forma cuenta con su favor y su aprobación. Esto que acabamos de citar con relación a la iglesia de Esmirna contradice mucho de lo que oímos hoy a través de la televisión. Por otro lado, Cristo le dice a la iglesia de Laodicea: “Porque dices: Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”; y no sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego, y desnudo” (Apoc. 3:17). De nuevo, es obvio que aún en ese tiempo había una iglesia que pensaba que las riquezas son sinónimo del favor de Dios y Cristo viene y le pasa revista a esa iglesia y le dice que sus riquezas no valen dos centavos para Él porque no están acompañadas obviamente de una vida de santidad.

Es interesante que la iglesia que Cristo considera bendecida es la pobre y la iglesia que Cristo considera bajo juicio es la rica. Eso nos da una idea de que la bendición de una iglesia o de una persona no puede ser medida por el grado de riquezas de sus miembros o de la iglesia. Hermanos, la iglesia que Dios ha puesto en nuestras manos es una iglesia de un nivel económico considerable y sin embargo, continuamente le recordamos a nuestras ovejas que la bendición de Dios no radica en la acumulación de bienes, sino en andar en integridad de corazón delante de Dios.

Pablo le recuerda a Timoteo que muchos cristianos que han “querido enriquecerse han caído en tentación y lazo, y se han extraviado de la fe y terminaron torturándose con muchos dolores…”(v.10); porque la raíz de todos los males es el amor al dinero. Cada vez que encendemos la televisión nos encontramos con otro sermón acerca de cómo acumular riquezas. Mientras a la iglesia primitiva se les enseñó a amar la cruz, a la iglesia de hoy se les enseña cómo amar los bienes materiales; y justificamos nuestras compras y nuestros gastos de mil formas diferentes, creyendo a veces que una vez que damos el diezmo ya estamos libres de hacer lo que queramos con nuestro dinero, olvidando que nuestro dinero no es nuestro... Nuestro dinero es SU DINERO (de Dios). Nosotros simplemente somos sus administradores.

La promesa de Cristo antes de partir fue esta: “recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros...” (Hch. 1:8) La promesa no fue: “recibiréis dinero cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros”.


La promesa fue que Dios levantaría su Iglesia por medio de su Espíritu. La iglesia primitiva fue una iglesia pobre, sin ninguna de las cosas que nosotros tenemos hoy y sin embargo fue esa iglesia que logró derrumbar el imperio Romano. “Buscad el reino de Dios primero y el resto se os dará por añadidura” (Mt. 6:33).

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