jueves, 9 de junio de 2016

NO PROVEÁIS O NO BUSQUEMOS CREAR NECESIDADES A LA CARNE, MEJOR DICHO NO BUSQUEMOS LA TENTACIÓN. SINO VESTÍOS DEL SEÑOR JESUCRISTO, OSEA PROTEJÁMONOS CON SU ESPÍRITU.

NO PROVEÁIS O NO BUSQUEMOS CREAR NECESIDADES A LA CARNE, MEJOR DICHO NO BUSQUEMOS LA TENTACIÓN.
SINO VESTÍOS DEL SEÑOR JESUCRISTO, OSEA PROTEJÁMONOS CON SU ESPÍRITU.
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:14).
Una historia favorita del pastor Rogers acerca de la tentación, es la de un padre que un sábado por la tarde deja a su hijo en casa, porque el muchacho no se sentía bien. Al salir, el padre le dijo: “No vayas al lago a nadar con tus amigos.” Y el muchacho respondió: “¡Entendido, señor!” Al regresar a casa, el papá pasó junto al lago, y vio a su hijo divirtiéndose con sus amigos en el agua. El padre detiene el carro, llama a su hijo y le dice: “¿No te dije que no vinieras a nadar?” Y el hijo responde: “Pero, papá, no tenía la intención de nadar. Sólo vine a mirar, pero me caí en el agua.” Cuando el padre empezó a sentir lástima por su hijo, notó que su hijo vestía su traje de baño. Y su hijo le explicó: “Yo cargue mi traje de baño, por si acaso era tentado.”
¡Amigo, no haga ninguna provisión para la carne!
Pídale a Dios que prevenga el que usted sea tentado hoy. Pídale fortaleza para vencer la tentación, si es que Él la permitiera. Y no sólo cuando ocurre la tentación, sino a lo largo del camino cuando tiene que tomar decisiones.








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