viernes, 10 de marzo de 2017

MISERICORDIA BONDAD PERDÓN Y GRACIA PARA CON EL PRÓJIMO. ES UNA CUESTIÓN DE CONCIENCIA.

MISERICORDIA BONDAD PERDÓN Y GRACIA PARA CON EL PRÓJIMO.
¿Hasta dónde llega su misericordia su bondad y su perdón?
CON UN CORAZÓN LIMPIO, LLEGAREMOS LEJOS.
Salmos 51:10: “Crea en mí, oh Dios, un CORAZÓN LIMPIO, y RENUEVA un espíritu recto dentro de mí.”
Después que David pecó y cometió el terrible hecho de adulterar, él dijo en Salmos 51:3: “Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.”
EL PAPEL DE LA CONCIENCIA EN EL CREYENTE.
¿Puede imaginarse lo que sería si su pecado estuviera “siempre” delante de usted? El hecho estaría resonando en su conciencia por siempre. Verá, la CONCIENCIA es un JUEZ INTERNO que Dios ha puesto en usted que le acusa o excusa. No puede hacer que usted haga lo correcto, pero le muestra lo que es bueno y lo que es malo. Y cuando su CONCIENCIA está en PAZ, usted tiene una LIBERTAD tremenda. Una buena conciencia hará por usted lo que un sedante para dormir nunca podría hacer.
´¿ QUÉ LE DICE HOY SU CONCIENCIA?
¿Qué es lo que su conciencia le está diciendo en esta mañana? ¿Está usted en PAZ con Dios?
HAY PERSONAS QUE NO TIENEN EN CUENTA SU CONCIENCIA Y HACEN TODO TIPO DE MALES.
PONGA MUCHO CUIDADO A ESTA HISTORIA.
«EL PEOR ENEMIGO DEL HOMBRE»
Por Carlos Rey.
«El 11 de marzo de 2004 fue el día del terror. Entre las 7:30 de la mañana y las 8:00, horas puntas del transporte en la capital española, catorce bombas depositadas por fanáticos criminales en cuatro trenes de la línea ferroviaria Alcalá de Henares-Madrid, donde viajaban cerca de seis mil personas, sembraban de heridos y muertos las vías. Las estaciones de Atocha-Renfe, Santa Eugenia y El Pozo del Tío Raimundo se convertían, desde ese día y para siempre, en símbolo de lo que la barbarie criminal es capaz de cometer en pos de no se sabe qué estúpidos ideales, capaces de justificar lo injustificable. Ciento noventa y dos muertos y casi dos millares de heridos de diversa consideración fueron el resultado de aquel crimen contra la humanidad.... Aquel día Madrid lloró, y lloramos todos con ella. Aquel día todos fuimos víctimas de aquel atentado.»1.
Así reseña Francisco Vázquez un libro escrito en homenaje a las víctimas de aquel fatídico 11 de marzo. Según «Las crónicas del 11M», publicadas por el Diario El País,2. una de las víctimas fue María del Carmen Lominchar, programadora informática de treinta y cuatro años de edad, que tenía sólo tres meses de embarazo, y que por consiguiente contaba por dos vidas. Apenas un cuarto de hora antes del siniestro, Mari Carmen le había dado en la cama un beso a su esposo, José Antonio Alcázar, policía municipal en Madrid, que ese día trabajaba el turno de la tarde.
Otra de las víctimas fue Osama el Amrati, marroquí de veintitrés años de edad, que la noche anterior, antes de acostarse, había dejado el siguiente mensaje en el teléfono móvil de su novia Beatriz: «Eres mi vida. Te quiero. Hasta mañana.» Trágicamente, Osama no había podido ofrecerle a su amada Beatriz un solo día más de su amor y devoción.
«Mucho se ha escrito desde aquel día sobre los acontecimientos producidos —comenta Francisco Vázquez—, muchas suposiciones, pero sólo una realidad. El 11-M dejó víctimas muertas, dejó víctimas mutiladas y heridas, y sobre todo, dejó víctimas psicológicas, cuyas mentes (como la de todos) no asimilan que el hombre sea el peor enemigo del hombre.»3.
Vázquez tiene razón. Lamentablemente hay muchas víctimas que excusan al hombre y, para colmo de males, culpan a Dios, considerándolo su peor enemigo, cuando en realidad Él quiere ser su mejor amigo. En esos casos, la única terapia que puede darles paz interior es reconocer lo que nos da a entender el salmista David en los siguientes versos:
El malvado... se pone al acecho...,
         Se esconde en espera de sus víctimas,
         y asesina a mansalva al inocente....
Pero tú [oh Dios] ves la opresión y la violencia,
         las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas.
Las víctimas confían en ti;
         tú eres la ayuda de los huérfanos.4.
1         Francisco J. Vázquez, «11-M: Homenaje a las víctimas—Comentario» En línea 9 ago. 2004.
2         Luis Gómez, Pablo Ordaz y Francisco Perejil, «Las crónicas del 11M» (Diario El País: Libros electrónicos ELPAÍS.es) En línea 9 ago. 2004.
3         Vázquez, «11-M: Homenaje a las víctimas—Comentario».
4         Sal 10:4,8,12,14.
LA CONCIENCIA NOS AYUDA A TOMAR DECISIONES.
ESTA ES OTRA HISTORIA.
«A MI HIJITO... LO QUISE ASFIXIAR»
Por Carlos Rey.
«Necesito ayuda. Casi le provoco la muerte a mi hijito de un año. Él no paraba de llorar, y perdí la razón: lo quise asfixiar. No es la primera vez que lo hago. He maltratado a mis hijos mayores también....
»Le he contado a mi esposo, y me dice que todo va a pasar, que soy fuerte y necesito mucha voluntad, y que él cree en mí. Pero yo tengo miedo.... Los recuerdos de lo que hice me carcomen.... Me pasan las escenas por la cabeza una y otra vez, [con] su carita llena de llanto, y no puedo [sentir como si nada hubiera pasado].»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»Su caso nos conmueve en lo más profundo del corazón, pero ¡también nos horroriza!
»Nos compadecemos de sus hijos mayores por el abuso que han sufrido y han visto. Las mismísimas escenas que no dejan de pasar por la cabeza de usted también pasan por la mente de ellos; pero en el caso de sus hijos, a esas escenas las acompaña la gran inseguridad de no saber nunca cuál de ellos pudiera ser la víctima la próxima vez. ¡No pueden confiar ni siquiera en su propia madre! De seguro que han de seguir sufriendo las consecuencias emocionales mucho tiempo después de haber olvidado el dolor físico.
»Quien corre el mayor peligro es su hijito de un año. La forma en que usted lo trató pudo haberle causado un daño aún más grave. Es posible que usted lo haya sacudido con tanta violencia que su delicado cerebro infantil sufriera alguna lesión permanente.... Con ese sólo incidente, usted pudo haber dañado el cerebro y haber trastornado para siempre la vida de su hijito....
»¡Así que con razón tiene miedo! Si bien su esposo ha sido muy comprensivo en cuanto a esa ira suya, su conciencia le está diciendo que debe formular un plan para evitar que siga maltratando a sus hijos. ¡Hágale caso a su conciencia!
»Usted necesita ayuda profesional para dominar su ira. Si tiene los recursos para consultar con un terapeuta, le rogamos que haga una cita en seguida. De lo contrario, busque cursos para grupos de personas que necesitan dominar el enojo....
»Mientras tanto, haga un plan para alejarse de su hijito y de sus hijos mayores cada vez que sienta que se le está agotando la paciencia. Deje que el niñito llore solo en su cuna, y vaya usted a calmarse en otro sitio. Debe ensayar el plan cuando su hijito no esté llorando, a fin de que pueda llevarlo a cabo cuando se sienta enojada.
»Además de ayuda profesional, usted necesita la ayuda de Dios. Él le dio una conciencia para que le advirtiera de cualquier peligro porque la ama y quiere ayudarla. Acuda a Él y pídale que le dé la sabiduría y los recursos que necesita.»
LA PALBRA DE DIOS ES MUY CLARA: DEBEMOS AMARNOS UNOS A OTROS.
Efesios 4:32: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
En una ocasión el pastor Rogers leyó algo acerca de un jugador de golf llamado DiVensenzo que tocó profundamente su corazón. Al salir triunfante del campo de golf se le acercó una mujer y le dijo: “Tengo un bebé que agoniza.” Conmovido, el jugador firmó un cheque y se lo dio, motivándola: “Tome esto, y trate de comprar algo de felicidad para usted y su hijo.” Una semana después el jugador estaba en el club almorzando, y uno de los oficiales de la asociación profesional de golf se le acercó y le dijo: “¿Sabías que la mujer que se te acercó la semana pasada no tenía ningún niño muriendo de una enfermedad incurable?” Y DiVensenzo exclamó: “¿No hay ningún bebé agonizando? ¡Esa es la mejor noticia que he escuchado en esta semana!” ¡Qué actitud!

¿Alguna vez ha sentido que la gente desea aprovecharse de usted? Dé gracias hoy que el Señor es quien lleva el puntaje.

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