EXAMINEMOS
LAS PROMESAS DE DIOS PARA NUESTRA VIDA.
FUERA EL
TEMOR.
“No temas,
porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”
(Isaías 41:10).
Muchas
personas quieren saber qué es la vida victoriosa.
1. Primero le diremos lo que no es la vida victoriosa.
A. No es una vida sin jamás cometer un pecado.
B. No es una vida sin tener ningún fracaso.
C. No es una vida sin
tener nunca una duda. No es una vida sin experimentar desánimo.
2. Por el contrario, la vida victoriosa es
.A. una vida que trae nuestros fracasos al Señor Jesús,
permitiéndole a Él darnos un nuevo comienzo.
B. Día tras día debemos decirle al Señor Jesús que
necesitamos un nuevo comienzo, que necesitamos ser ungidos con aceite fresco
diariamente, y que necesitamos perdón.
Agradezca a Dios que
Él es un Dios de gracia, un Dios de gloria, un Dios de segundas oportunidades.
Usted probablemente estará mejor preparado para servir a Dios después de un
fracaso y restauración, que quizás en ningún otro momento de su vida.
PERMITA QUE DIOS LE DE UN NUEVO COMIENZO.
¿Ha fallado usted en algo recientemente? NO hay mejor tiempo
que ahora para pedir su perdón (si es que tiene pecados no confesados) y
pedirle que le dé un nuevo comienzo.
DIOS NOS HA DADO LIBERTAD.
“Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos
siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida
eterna” - (Romanos 6:22).
En primera de Samuel 15, leemos la historia de cómo Saúl
fracasó en destruir los animales que Dios había ordenado fueran aniquilados.
Samuel confrontó a Saúl sobre este asunto, y Saúl mintió diciendo que
sacrificaría a los animales, pero nunca lo hizo. Y Samuel le dijo: “¿Se
complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a
las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y
el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de
adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación” (1
Sam.15:22,23ª).
El rebelarse contra Dios es como el pecado de hechicería
porque lo pone a usted en los dominios del diablo. Cuando Dios da un claro
mandamiento en su Palabra, no debemos hacerlo pasar por el filtro juzgador de
nuestro humano entendimiento. Debemos obedecerlo sea que lo entendamos o no,
sea que estemos de acuerdo o no. O es la Palabra de Dios que debe obedecer o no
lo es.
¿Hay alguna verdad en la Palabra de Dios que no entiende?
Pídale a Él que le dé entendimiento. ¿Hay alguna verdad a la cual usted no se
ha rendido en obediencia? Pida que Dios le perdone, y que le derrita y le
moldee como su siervo, para su gloria.
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