Esto nunca ha cambiado. La religión humana siempre tuvo muchísimo en común con las hojas de higuera. Permítame mencionar al menos tres cosas en común.
Las hojas de higuera son el intento ceremonial del hombre de eludir el rendir cuentas
1. las hojas de son el intento ceremonial del hombre de eludir el rendir cuenta.
El hombre no quiere admitir que hay algo en el que esta mal, o que es pecaminoso, así que se cubre con ceremonias religiosas y rituales. Personalmente, creo que hay personas que tratan a la iglesia como si esta fuera hojas de higuera –se esconden dentro de la iglesia. Y la mayoría de las iglesias dicen: “Esta bien, no hay problema, pueden esconderse aquí. No le vamos a hablar de Dios, del pecado y de la redención o la culpa…aquí están seguros.”
¿Usted piensa que puede esconderse de Dios en la iglesia?
¿Piensa que puede esconderse de Dios en algún lado?
David dijo, en el Salmo 139, versículo 8 al 12,
“Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.”
Uno no puede eludir rendir cuentas con Dios. El día va a llegar. Uno no puede esconderse detrás de sus hojas religiosas.
Las hojas de higuera son el intento desesperado de salvar una conciencia culpable
2. En segundo lugar, las hojas de higuera son el intento desesperado de salvar una conciencia culpable.
La verdad es que, la humanidad, según Romanos capitulo 2, es conciente, el hombre es conciente de que Dios lo creo. La conciencia le susurra que es pecador y que esta desnudo ante Dios.
El hombre sabe que esta desnudo y esta lleno de vergüenza. “voy a prender una vela, a ungirme con aceite…donar dinero…derramar agua sobre mi cuerpo. Por favor, que alguien calle esta vergüenza que siento.
La religión es el método mas popular que el hombre tiene para silenciar una conciencia culpable.
Las hojas de higuera son el intento egocéntrico del hombre de impresionar a otros e ignorar a la verdadera piedad.
3. En tercer lugar, las hojas de higuera son el intento egocéntrico del hombre de impresionar a otros e ignorar a la verdadera piedad.
Si adelantamos la película de la historia humana llegamos al siglo primero, adonde la religión iniciada por Adán y Eva floreció. Se trata de la religión de las apariencias piadosas y actividades piadosas sin pureza en el corazón o una relación personal con Dios.
Jesucristo dijo lo siguiente de los líderes judíos de su época en Mateo 23, versículos 5 al 7,
“Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, 7y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí.”
Las palabras de Cristo penetran y cortan esos delantales de hoja de higuera, llenos de orgullo religioso y piedad y El dice, en el versículo 28 del mismo capítulo,
“Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.”
A los ojos de los hombres, la persona religiosa se las sabe todas. Si Dios puede impresionarse con alguien, esta impresionado con el judío fiel. Pablo dio todas las razones por las cuales es así. Estaban orgullosos de tener la Ley, o el Torah, eran personas morales, y hablaban con respeto de Dios y conocían su voluntad. Enseñaban la verdad del Torah y sus pautas morales a otros. Todo sonaba muy bien; parecían tener todo resuelto en un sistema.
Pero Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, les quita la mascara y deja en descubierto que sus labios adoraban a Jehová, pero sus corazones estaban lejos de El. Y Pablo anticipa la respuesta que ellos darían.
El judío fiel es arrinconado. Sabia que no amaba a Dios; sabia que su corazón estaba lejos de Dios.
Pablo sabía que el judío fiel iba a caer en la última defensa. Seguramente le judío estaba bien con Dios, ya que tenia la marca del pacto. Había sido circuncidado según el mandamiento y la promesa de Dios a Abraham.
Esta es la ultima carta que le judío podía jugar; es su ultima esperanza antes de ser expuesto como pecador; es la gran hoja de higuera.
Tres principios en cuanto a la insuficiencia de los rituales religiosos
Pablo va a presentar tres principios básicos para revelar que la circuncisión solo es una hoja de higuera.
Los rituales religiosos no pueden reemplazar una vida justa
1. El primer principio es que los rituales religiosos no pueden reemplazar una vida justa.
Fíjese en Romanos capítulo 2, versículo 25. Nuevamente Pablo anticipa la respuesta de ellos de “nosotros estamos circuncidados” y dice:
“Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión.”
En otras palabras, los rituales religiosos, de por si, por mas que sean un acto de obediencia, no cuentan como reemplazo de un vivir piadoso.
Ahora, los rituales pueden tener su lugar y su valor. Pablo no esta diciendo que el ritual no sirve para nada, El simplemente esta diciendo que un símbolo de obediencia no tiene valor sin una vida de obediencia.
El continúa diciendo, en el versículo 26,
“Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión?”
En otras palabras el hombre que vive una vida piadosa y nunca ha sido circuncidado esta en mejores condiciones que el que fue circuncidado pero no se esfuerza en guardar la ley.
¿Por qué? Porque la circuncisión era una marca física en las personas dedicadas a Dios y a Su palabra. Representaba un corazón de amor por Dios y una vida de santidad. ¿Pero que era mejor? ¿Tener la marca y no amar a Dios y ser desobediente o no tener la marca y amar a Dios?
La respuesta es obvia. Tal como le decía Dios al profeta Samuel en cuanto a los sacrificios de animales en I Samuel capítulo 15, versículo 22,
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios…”
Nunca fue la intención de Dios que la fe se depositara en una marca física, sino que esta fuera depositada en Dios, en El mismo. La gente comenzó a creer que la marca era suficiente, inclusive sin tener una relación con Dios.
Imagínese si yo me pongo un clavel blanco en el saco y le digo: “Este es el símbolo de mi pacto de amar a mi familia. Voy a ponerme esta flor como símbolo de mi compromiso a amar a mis hijos y a mi esposa.”
Y cada vez que usted me ve, ve ese clavel en mi saco y piensa: “Ese hombre si que esta comprometido con su familia.”
Ahora, supongamos que me ve actuando de manera egoísta hacia mi familia. Tal vez me ve gritándole a mis hijos afuera de la iglesia. Usted entonces, se dirige a mi y me dice: “Oiga, eso no parece algo muy amoroso de su parte.”
Y yo le contesto, “Perdón, ¿no ve mi clavel? ¿Esta ciego?
Usted me dice, “Pero escuche lo que le dijo a su familia.”
“Y a quien le importa. Olvídese de mi familia. Tengo un clavel y eso es lo que cuenta.”
Amigos, yo hice nulo ese clavel. De hecho, lo transforme en un símbolo de hipocresía.
El judío estaba diciendo, “Olvídense de la Ley; olvídense de un corazón de amor hacia Dios; olvídense de la obediencia a Su palabra. Tengo la marca de la circuncisión, y eso es lo que cuenta.”
¿Se da cuenta lo que Pablo esta haciendo aquí?
Todo lo que el judío tenia era un ritual –sin la realidad de lo que este ritual significaba.
Confianza en la actividad externa no va a proteger contra la cuentas a rendir ante Dios
2. El segundo principio es: confiar en la actividad eterna no va a protegerlo de las cuentas que tiene que rendir delante de Dios.
Pablo continúa, en Romanos capitulo 2, versículo 27, escribiendo lo siguiente:
“Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.”
Los rabinos enseñaban, en la época de Pablo, que ningún hombre circuncidado vería el infierno. Un escrito judío decía “La circuncisión salva del infierno.”
Hasta en el Midrash decía que “Dios le juro a Abraham que ninguno que haya sido circuncidado iría al infierno.”
El judío se sentía seguro –al igual que el religioso de la actualidad, que se siente seguro con su bautismo, labores en la iglesia y reputación moral.
¿Se imagina que a un judío se le diga, como dice el versículo 27, que seria juzgado por un gentil? Si podían ser juzgados por un Gentil, ¿Qué esperanza tendrían ante el trono de Dios?
Ese pensamiento debe de haber estremecido sus mentes y, literalmente sacudido su seguridad y sentimiento de seguridad.
Las raíces religiosas no garantizan la aprobación de Dios
3. El tercer principio es que las raíces religiosas no garantizan la aprobación divina.
Continuemos con Romanos capitulo 2, versículos 28 al 29ª,
“Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29sino que es judío el que lo es en lo interior…”
Aquí tenemos otra verdad impactante. El ser judío, era mas que nada, una marca física, implicaba ser descendiente de Abraham. Era una cuestión del corazón.
La religión siempre enfatiza la obra de las manos; el cristianismo enfatiza la condición de su corazón. La religión siempre se enfoca en lo que podemos hacer; la aprobación con Dios se enfoca en el por que lo hacemos.
Usted, ¿ora? ¿Por qué? ¿Da dinero a la iglesia? ¿Por qué? ¿Hace ayuno? ¿Por qué? ¿Vive una vida moral? ¿Por qué?
La religión nunca pregunta por que uno hace lo que hace; Dios si. El profeta Samuel escribió lo siguiente en el capitulo 16, versículo 7b,
“…porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
La religión esta muy ocupada haciendo delantales de hojas de higuera; Dios esta obrando en los corazones.
Aplicación- ¿Cómo nos despojamos de las hojas de higuera?
Entonces, ¿Cómo nos despojamos de las hojas de higuera? Permítame sugerirle tres maneras.
Se debe reconocer la ineficacia de las hojas de higuera
1. Se debe reconocer la ineficacia de las hojas de higuera
Para Adán y Eva, sus vestimentas de hojas de higuera fueron una buena idea. Probablemente pensaron y se dijeron el uno al otro, “Ya esta, con esto solucionamos el problema de la vergüenza.”
Pero no fue así –no podía ser así. Todo lo que les quedo de su clase de costura fue culpa, más vergüenza e incertidumbre.
Las hojas de higuera no pueden cubrir el pecado.
Se debe cambiar las hojas de higuera por una verdadera confesión.
2. Se debe cambiar las hojas de higuera por una verdadera confesión.
Hace poco en el periódico vi otra ilustración de la falsa religión. Se trataba de un articulo sobre una iglesia en Los Ángeles. Era una iglesia de varios miles de miembros y el pastor de la misma es un tal ‘Michael Beckwith” Uno de los miembros dijo “jamás es aburrido o infunde temor o culpa.”
El periodista resaltaba que , “en un tiempo en el que muchos dicen ser espirituales y se alejan de la autoridad y texto, Ágape parece satisfacer el anhelo de muchos por hacer conexiones y celebrar sin tener que temer a demandas teológicas o doctrinales en fe o en practica. “Aquí no se habla de condenación.” Decía el articulo, “Nosotros no creemos en que uno nace en pecado. Dice el pastor Beckwith, “nacemos bendecidos.” Mientras algunos buscan salvación, nosotros la llamamos “auto-elevación”. Esta no es una religión de la nueva era, sino que es un pensamiento nuevo combinado con la sabiduría antigua.”
Estoy de acuerdo con eso último, es muy antiguo el concepto. Proviene de Génesis, capítulo 3, cuando dos personas emplearon su propia religión, que parecía ser tan sabia. No había condenación allí; era una manera de sentirse mejor en cuanto a si mismos. Y parecía algo sabia -¡hasta que Dios entro en escena!
El problema con esta religión es que si uno no habla del pecado, entonces no se necesita un Salvador, y si no se habla del juicio, entonces uno no puede tener un Redentor.
Puede que usted sea religioso y que vaya a la iglesia, pero en realidad solo este involucrado en la última tendencia de hojas de higuera.
Las hojas de higuera deben de restituirse con el sustituto expiatorio de Dios.
3. Las hojas de higuera deben de restituirse con el sustituto expiatorio de Dios.
El primer acto religioso de la humanidad fue el de coser hojas de higuera. El primer acto redentivo de Dios fue el de quitarle la vida a un animal inocente, matándolo, quitándole la piel y haciendo así, delantales de pieles para esta pareja.
¿Era el simple hecho que la piel es mejor que las hojas?
No, era cuestión de sacrificio. Para que ellos pudieran vivir alguien tenía que morir. Para que usted sea perdonado, alguien tiene que expiar sus pecados. Alguien tiene que morir para pagar el precio por el pecado y que usted quede libre.
Y en las primeras paginas de Génesis, tenemos el cuadro del futuro sacrificio [de Cristo] que moriría por los pecados del mundo.
En el libro de Hebreos, un libro del Nuevo Testamento escrito especialmente a judíos, el escritor dice lo siguiente, en el capítulo 10, versículos 10 al 12.
“En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios…”
Ahora el 14,
“porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.”
Pasemos ahora a los versículos 16 al 17
“Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.”
Las hojas de higuera no pueden lograr eso. El sacrificio expiatorio de Cristo por usted y por mi si puede hacerlo.
Así que si usted aun no lo ha hecho, lo animo a que deje de lado la ultima moda en hojas de higuera, arrepiéntase y pido a Cristo que lo salve. Déle su corazón al Señor.
martes, 31 de agosto de 2010
UNOS COMIENZOS NO TAN BUENOS EN EL LIBRO DE GÉNESIS
Usted habrá escuchado que Génesis es el libro de los comienzos. La mayoría de los comienzos son cosas maravillosas. Sin embargo, en este pasaje hay un numero de cosas que sucedieron por primera vez que no son tan buenas.
Se desobedeció a Dios
1. Esta es la primera vez en la historia de la humanidad que se desobedece a Dios.
Y eso no es todo, fíjese en el versículo 7,
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos…”
Seres humanos experimentaron la vergüenza
2. Esta es la primera vez que un ser humano experimenta la vergüenza.
Perdieron la inocencia para siempre. Se avergonzaron de su desnudez.
Este pasaje continúa revelándonos, en el versículo 7b,
“…entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
La humanidad ha intentado limpiarse por sus propios medios
3. Esta es la primera vez que la humanidad trata de limpiarse a si misma.
Hasta este punto todo lo que tenían era provisto por Dios. Pero ahora, sabiendo que han desobedecido a Dios, no podían pedirle que les hiciera delantales para cubrir su vergüenza, así que los hacen ellos mismos. Intentan ocultar su sentimiento de culpa y vergüenza, resultado del pecado.
Primera vez que se realiza un acto religioso
4. Amigos, este es el primer acto religioso de la historia de la humanidad.
Continuamos con el versículo 8,
“Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día;”
Este no es el sonido de la voz de Dios, sino el sonido literal del caminar de Dios. Evidentemente, Dios se les manifestaba de alguna manera en forma física, de manera que Adán y Eva lo percibían. Esto es lo que los teólogos llaman una teofanía o “cristofania” El se aparecía literalmente en el huerto y caminaba con Adán y Eva en una dulce comunión.
El texto dice, en el versículo 8b,
“…y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.”
Primera vez que la humanidad se esconde de Dios
5. Esta es la primera referencia a la humanidad escondiéndose de Dios.
Es la primera vez que la humanidad es vista tratando de escapar la mirada de Dios.
¿Pero no tenían hojas de higuera?
Ellos habían lidiado con su pecado y vergüenza con delantales de hojas de higuera, ¿Por qué no desfilar delante de Dios diciendo, “Mire lo que hicimos.”?
Voy a decirle por que. Porque para ellos, en aquel entonces, y para la humanidad en la actualidad, la religión parece tener sentido hasta que uno esta en la presencia de un Dios santo que sabe absolutamente todo acerca de uno. La Biblia nos dice que nada permanece oculto de sus ojos.
Fíjese en el versículo 9,
“Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?
Dios busca al hombre
6. Esta es la primera vez que Dios va en busca del hombre.
El hombre se esconde de Dios, pero Dios aquí va en busca del hombre.
Jesucristo dijo, en Lucas, capitulo 19, versículo 10,
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
En Juan capitulo 4, versículo 23 leemos,
“…los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca…”
Aquí, en Génesis, tenemos la primera mención de Dios en una misión de búsqueda.
Continuemos con el versículo 10,
“Y [Adán] respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”
El hombre tuvo miedo
7. ¿Se dio cuenta que el hombre admitió tener miedo? Esta es la primera vez que el verbo ‘tuve miedo’ aparece en la Biblia.
Usted dirá “Adán, tienes las hojas de higuera. No hay por que tener miedo.”
Amigo, hable con la persona mas devota que usted conozca y que no conozca a Cristo. Háblele al hombre o mujer que hace todo lo que puede por los demás. No faltan jamás a la iglesia o templo que asisten, dan dinero para caridad, son voluntarios en todo, hacen lo mas que pueden. Pregúntele como se sienten en cuanto a encontrase con Dios un día. Si son honestos, le responderán que tienen miedo.
¿No tenemos miedo todos? Si, en cierta manera todos tenemos miedo. Entonces, ¿Cómo entramos a la presencia de Dios con confianza? Hebreos capitulo 10, versículo 19 nos dice que podemos entrar a la mismísima presencia de Dios con confianza por medio de la sangre de Cristo. Aplicado a nuestros corazones, eso nos da seguridad en la fe.
Amigo, si usted no tiene fe en Cristo para su salvación –
• Usted puede venir a la iglesia, asistir a un estudio Bíblico y hasta enseñar –pero eso solo es una hoja de higuera,
• Usted puede orar cada noche y cada mañana –todo lo que esta haciendo es ponerse un delantal de hojas de higuera,
• Puede que de dinero a la iglesia o a los necesitados –pero seguirá cubierto por un delantal de hojas de higuera.
Si nunca lidio con el pecado y simplemente esta tratando de cubrirlo con las obras de sus manos, usted tendrá una vestidura impresionante de hojas de higuera, pero cuando Dios aparezca, usted querrá huir y esconderse.
Fíjese en Génesis, capítulo 3, versículos 11 y 12.
“Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 12Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”
“Ella me hizo hacerlo! Y ella fue tu idea, Señor. Yo no te pedí que me la dieras, Tu me la diste. Y ella me hizo hacerlo.”
Me imagino a Eva enfurecida. La sangre le subía a la cabeza. Las venas del cuello le sobresalían.
Continuamos con el versículo 13.
“Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.”
“O” dice Adán, “te quejas de mi porque te eche la culpa pero ahora le echas la culpa a la serpiente. ¡No seas hipócrita!
La humanidad experimenta la falta de armonía en el matrimonio
8. Todo esto esta registrado en el original en Hebreo. Esta es la primera indicación en la historia de la humanidad que los consejeros matrimoniales ganarían muchísimo dinero. Esta es la primera discusión matrimonial.
Antes que comenzara el día, la comunión entre Adán y Eva y entre Adán, Eva y Dios, era perfecta. No había ningún pecado que arruinara el paraíso.
Pero ahora, hay pecado, vergüenza, temor, culpa, y…la primera revelación de religión humana –en la forma de dos delantales, hechos con hojas de higuera.
Se desobedeció a Dios
1. Esta es la primera vez en la historia de la humanidad que se desobedece a Dios.
Y eso no es todo, fíjese en el versículo 7,
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos…”
Seres humanos experimentaron la vergüenza
2. Esta es la primera vez que un ser humano experimenta la vergüenza.
Perdieron la inocencia para siempre. Se avergonzaron de su desnudez.
Este pasaje continúa revelándonos, en el versículo 7b,
“…entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
La humanidad ha intentado limpiarse por sus propios medios
3. Esta es la primera vez que la humanidad trata de limpiarse a si misma.
Hasta este punto todo lo que tenían era provisto por Dios. Pero ahora, sabiendo que han desobedecido a Dios, no podían pedirle que les hiciera delantales para cubrir su vergüenza, así que los hacen ellos mismos. Intentan ocultar su sentimiento de culpa y vergüenza, resultado del pecado.
Primera vez que se realiza un acto religioso
4. Amigos, este es el primer acto religioso de la historia de la humanidad.
Continuamos con el versículo 8,
“Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día;”
Este no es el sonido de la voz de Dios, sino el sonido literal del caminar de Dios. Evidentemente, Dios se les manifestaba de alguna manera en forma física, de manera que Adán y Eva lo percibían. Esto es lo que los teólogos llaman una teofanía o “cristofania” El se aparecía literalmente en el huerto y caminaba con Adán y Eva en una dulce comunión.
El texto dice, en el versículo 8b,
“…y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.”
Primera vez que la humanidad se esconde de Dios
5. Esta es la primera referencia a la humanidad escondiéndose de Dios.
Es la primera vez que la humanidad es vista tratando de escapar la mirada de Dios.
¿Pero no tenían hojas de higuera?
Ellos habían lidiado con su pecado y vergüenza con delantales de hojas de higuera, ¿Por qué no desfilar delante de Dios diciendo, “Mire lo que hicimos.”?
Voy a decirle por que. Porque para ellos, en aquel entonces, y para la humanidad en la actualidad, la religión parece tener sentido hasta que uno esta en la presencia de un Dios santo que sabe absolutamente todo acerca de uno. La Biblia nos dice que nada permanece oculto de sus ojos.
Fíjese en el versículo 9,
“Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?
Dios busca al hombre
6. Esta es la primera vez que Dios va en busca del hombre.
El hombre se esconde de Dios, pero Dios aquí va en busca del hombre.
Jesucristo dijo, en Lucas, capitulo 19, versículo 10,
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
En Juan capitulo 4, versículo 23 leemos,
“…los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca…”
Aquí, en Génesis, tenemos la primera mención de Dios en una misión de búsqueda.
Continuemos con el versículo 10,
“Y [Adán] respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”
El hombre tuvo miedo
7. ¿Se dio cuenta que el hombre admitió tener miedo? Esta es la primera vez que el verbo ‘tuve miedo’ aparece en la Biblia.
Usted dirá “Adán, tienes las hojas de higuera. No hay por que tener miedo.”
Amigo, hable con la persona mas devota que usted conozca y que no conozca a Cristo. Háblele al hombre o mujer que hace todo lo que puede por los demás. No faltan jamás a la iglesia o templo que asisten, dan dinero para caridad, son voluntarios en todo, hacen lo mas que pueden. Pregúntele como se sienten en cuanto a encontrase con Dios un día. Si son honestos, le responderán que tienen miedo.
¿No tenemos miedo todos? Si, en cierta manera todos tenemos miedo. Entonces, ¿Cómo entramos a la presencia de Dios con confianza? Hebreos capitulo 10, versículo 19 nos dice que podemos entrar a la mismísima presencia de Dios con confianza por medio de la sangre de Cristo. Aplicado a nuestros corazones, eso nos da seguridad en la fe.
Amigo, si usted no tiene fe en Cristo para su salvación –
• Usted puede venir a la iglesia, asistir a un estudio Bíblico y hasta enseñar –pero eso solo es una hoja de higuera,
• Usted puede orar cada noche y cada mañana –todo lo que esta haciendo es ponerse un delantal de hojas de higuera,
• Puede que de dinero a la iglesia o a los necesitados –pero seguirá cubierto por un delantal de hojas de higuera.
Si nunca lidio con el pecado y simplemente esta tratando de cubrirlo con las obras de sus manos, usted tendrá una vestidura impresionante de hojas de higuera, pero cuando Dios aparezca, usted querrá huir y esconderse.
Fíjese en Génesis, capítulo 3, versículos 11 y 12.
“Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 12Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”
“Ella me hizo hacerlo! Y ella fue tu idea, Señor. Yo no te pedí que me la dieras, Tu me la diste. Y ella me hizo hacerlo.”
Me imagino a Eva enfurecida. La sangre le subía a la cabeza. Las venas del cuello le sobresalían.
Continuamos con el versículo 13.
“Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.”
“O” dice Adán, “te quejas de mi porque te eche la culpa pero ahora le echas la culpa a la serpiente. ¡No seas hipócrita!
La humanidad experimenta la falta de armonía en el matrimonio
8. Todo esto esta registrado en el original en Hebreo. Esta es la primera indicación en la historia de la humanidad que los consejeros matrimoniales ganarían muchísimo dinero. Esta es la primera discusión matrimonial.
Antes que comenzara el día, la comunión entre Adán y Eva y entre Adán, Eva y Dios, era perfecta. No había ningún pecado que arruinara el paraíso.
Pero ahora, hay pecado, vergüenza, temor, culpa, y…la primera revelación de religión humana –en la forma de dos delantales, hechos con hojas de higuera.
LA RELIGIÓN : EL CAMINO AL INFIERNO
Romanos 2:25-28
La religión y el camino al infierno –Parte 4 “El ultimo grito de la moda en hojas de higuera”
Introducción.
Abra por favor su Biblia en el libro de Génesis, me gustaría mostrarle el primer acto religioso en la historia de la humanidad. Me gustaría emplear al menos la mitad de este programa en el libro de Génesis, comenzando con el capitulo 2, preparando así el escenario para lo que Pablo va a decir, siglos después, en Romanos capitulo 2.
Satanás se le apareció a Eva en el huerto para tentarla. Adán y Eva recibieron instrucciones de Dios de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Adán y Eva fueron creados por Dios en inocencia, pero tenían la habilidad de escoger, de tomar decisiones. Dios no creo robots que lo amaban y lo obedecían sin tener la habilidad de escoger. El nos creo con la posibilidad de elegir y cumplir con el mandamiento mas importante jamás dado a la humanidad; al cual lo hayamos en Mateo, capitulo 22, versículo 37,
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”
Y una de las evidencias del verdadero amor a Dios es la obediencia de sus mandamientos. De hechos, en I Juan, capitulo 2, versículos 3 al 5 leemos:
“Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.”
Usted dirá “Nadie pude ser perfecto en guardar los mandamientos.”
Bueno, es verdad. Sin embargo, el verdadero creyente desea guardarlos, mientras el incrédulo, no. Y el verdadero creyente admite su culpa y vergüenza, mientras el incrédulo la justifica o la cubre y hasta, en ocasiones, la niega. La marca del creyente no es la perfección en la vida, sino un patrón de vida que desea y escoge obedecer a Cristo y caminar tras El.
Dios le advirtió a Adán en Génesis, capitulo 2, versículos 16 y 17,
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”
Adán tuvo la opción de obedecer o desobedecer.
En este pasaje también podemos ver que el hombre era inmortal. Adán aun no había pecado pero, Dios le advierte, que si escoge pecar, la consecuencia será la muerte física. Esa consecuencia existe en la actualidad y, a propósito, en Romanos capitulo 6, versículo 23 leemos:
Porque la paga del pecado es muerte…
En otras palabras, una de las pruebas innegables de que tenemos la naturaleza de Adan y escogimos pecar también, es que todos experimentamos la misma consecuencia –todos un día vamos a morir físicamente.
El capitulo 3 de Génesis comienza con la serpiente, poseída por Satanás, tentando a Eva. El revela la belleza y las bondades de este fruto del árbol del cual Dios les dijo que no comieran.
¿No es como la tentación? Uno puede comer de todos los árboles excepto de uno -¿y tras cual va?
Dígale a un niño: “Puedes comer las galletitas de esta lata, y los dulces de esta otra, pero no se te ocurra comer los chocolates de esa caja.”
De repente, el deseo mayor de ese niño pasan a ser los chocolates.
Hace poco vi un programa de televisión en el que uno observaba a niños siendo tentados. Los llevaban de a uno a una habitación en donde se sentaban y alguien les ponía un plato con dulces. Luego la persona adulta les decía, “tengo que salir por un momento. No comas nada, cuando yo regrese podrás comer todo lo que quieras.”
La persona mayor salía y la cámara captaba la lucha del niño con la tentación.
• Una niña miraba el plato y hablaba sola, tratando de dejar de pensar en la tentación.
• Otra pequeña miraba el plato mientras balanceaba sus piernas, hasta que no podía más y se cubrió los ojos.
• Un muchachito miraba los dulces, se movía de un lado al otro, y luego se puso a cantar para poder dejar de pensar en las golosinas.
• Otro se levanto de su asiento y se alejo lo más que pudo, hablándose a si mismo una y otra vez.
¡Esas fueron buenas soluciones! Creo que el mejor fue el niño que se levanto y se fue. En otras palabras, si uno no ve, no va a desear.
Lo que la Biblia nos dice de Eva es que ella no se fue, sino que se entrego. Se puso a mirar con más atención. Fíjese en el capítulo 3, versículo 6.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.”
La tentación esta dividida en tres partes:
• La atracción física “…era bueno para comer…”
• La atracción emocional “…era agradable a los ojos…”
• La atracción intelectual: “…el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduria…”
Este pecado tiene sentido.
A traes de los años, he hablado con personas que tienen las excusas casi perfectas para defender su pecado –razonamientos físicos, sentimientos, emociones y hasta defensas intelectuales. “lo que estoy haciendo no puede estar mal.”
Eso solo revela la profundidad de su engaño, ya que han sido segados por el dios de este mundo y no ven que las consecuencias de su pecado están a la vuelta de la esquina.
La religión y el camino al infierno –Parte 4 “El ultimo grito de la moda en hojas de higuera”
Introducción.
Abra por favor su Biblia en el libro de Génesis, me gustaría mostrarle el primer acto religioso en la historia de la humanidad. Me gustaría emplear al menos la mitad de este programa en el libro de Génesis, comenzando con el capitulo 2, preparando así el escenario para lo que Pablo va a decir, siglos después, en Romanos capitulo 2.
Satanás se le apareció a Eva en el huerto para tentarla. Adán y Eva recibieron instrucciones de Dios de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Adán y Eva fueron creados por Dios en inocencia, pero tenían la habilidad de escoger, de tomar decisiones. Dios no creo robots que lo amaban y lo obedecían sin tener la habilidad de escoger. El nos creo con la posibilidad de elegir y cumplir con el mandamiento mas importante jamás dado a la humanidad; al cual lo hayamos en Mateo, capitulo 22, versículo 37,
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”
Y una de las evidencias del verdadero amor a Dios es la obediencia de sus mandamientos. De hechos, en I Juan, capitulo 2, versículos 3 al 5 leemos:
“Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.”
Usted dirá “Nadie pude ser perfecto en guardar los mandamientos.”
Bueno, es verdad. Sin embargo, el verdadero creyente desea guardarlos, mientras el incrédulo, no. Y el verdadero creyente admite su culpa y vergüenza, mientras el incrédulo la justifica o la cubre y hasta, en ocasiones, la niega. La marca del creyente no es la perfección en la vida, sino un patrón de vida que desea y escoge obedecer a Cristo y caminar tras El.
Dios le advirtió a Adán en Génesis, capitulo 2, versículos 16 y 17,
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”
Adán tuvo la opción de obedecer o desobedecer.
En este pasaje también podemos ver que el hombre era inmortal. Adán aun no había pecado pero, Dios le advierte, que si escoge pecar, la consecuencia será la muerte física. Esa consecuencia existe en la actualidad y, a propósito, en Romanos capitulo 6, versículo 23 leemos:
Porque la paga del pecado es muerte…
En otras palabras, una de las pruebas innegables de que tenemos la naturaleza de Adan y escogimos pecar también, es que todos experimentamos la misma consecuencia –todos un día vamos a morir físicamente.
El capitulo 3 de Génesis comienza con la serpiente, poseída por Satanás, tentando a Eva. El revela la belleza y las bondades de este fruto del árbol del cual Dios les dijo que no comieran.
¿No es como la tentación? Uno puede comer de todos los árboles excepto de uno -¿y tras cual va?
Dígale a un niño: “Puedes comer las galletitas de esta lata, y los dulces de esta otra, pero no se te ocurra comer los chocolates de esa caja.”
De repente, el deseo mayor de ese niño pasan a ser los chocolates.
Hace poco vi un programa de televisión en el que uno observaba a niños siendo tentados. Los llevaban de a uno a una habitación en donde se sentaban y alguien les ponía un plato con dulces. Luego la persona adulta les decía, “tengo que salir por un momento. No comas nada, cuando yo regrese podrás comer todo lo que quieras.”
La persona mayor salía y la cámara captaba la lucha del niño con la tentación.
• Una niña miraba el plato y hablaba sola, tratando de dejar de pensar en la tentación.
• Otra pequeña miraba el plato mientras balanceaba sus piernas, hasta que no podía más y se cubrió los ojos.
• Un muchachito miraba los dulces, se movía de un lado al otro, y luego se puso a cantar para poder dejar de pensar en las golosinas.
• Otro se levanto de su asiento y se alejo lo más que pudo, hablándose a si mismo una y otra vez.
¡Esas fueron buenas soluciones! Creo que el mejor fue el niño que se levanto y se fue. En otras palabras, si uno no ve, no va a desear.
Lo que la Biblia nos dice de Eva es que ella no se fue, sino que se entrego. Se puso a mirar con más atención. Fíjese en el capítulo 3, versículo 6.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.”
La tentación esta dividida en tres partes:
• La atracción física “…era bueno para comer…”
• La atracción emocional “…era agradable a los ojos…”
• La atracción intelectual: “…el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduria…”
Este pecado tiene sentido.
A traes de los años, he hablado con personas que tienen las excusas casi perfectas para defender su pecado –razonamientos físicos, sentimientos, emociones y hasta defensas intelectuales. “lo que estoy haciendo no puede estar mal.”
Eso solo revela la profundidad de su engaño, ya que han sido segados por el dios de este mundo y no ven que las consecuencias de su pecado están a la vuelta de la esquina.
sábado, 28 de agosto de 2010
LA ESTATUA DE VENECIA
En Venecia hay una estatua reconocida por su belleza artística y sus líneas estéticas. La estatua se esculpió hace muchos siglos, y con el tiempo y el descuido se quebró en más de mil fragmentos.
Un día, un artista con suma paciencia encontró esos fragmentos y comenzó, poco a poco, a unirlos uno con otro. Invirtió muchos años de su vida en la restauración de la imagen quebrada. Cuando al fin terminó, aquello que había sido sólo basura volvió a ser una obra de arte que era objeto de admiración universal.
Si aquel artista en Venecia tuvo a bien dedicar tanto tiempo y trabajar con tanto esmero en la restauración de una imagen tallada inicialmente por otro, con mayor razón Dios, como el Artista por excelencia que es, siempre está dispuesto a invertir tiempo y a laborar con esmero en la restauración de seres humanos que Él mismo ha creado a su imagen. Y más aún cuando se considera que Dios es el único Artista que tiene tanto el interés como la capacidad que se requieren para hacerlo. Porque si bien otros escultores tenían la capacidad para restaurar esa estatua en Venecia y obtener los mismos resultados que el artista que lo hizo, no hay ningún otro Escultor, fuera de Dios, que pueda cambiar el corazón humano. Y si bien el escultor en Venecia estuvo dispuesto a sacrificarse para terminar el trabajo de restauración, invirtiendo muchos años de su vida, Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, no sólo estaba dispuesto a sacrificarse sino que dio su vida misma para terminar su obra de renovación.
Todo lo que hacemos por nuestra cuenta en beneficio propio tal vez produzca cultura o disciplina, pero no transforma nuestro corazón. En cambio, cuando nos ponemos en las manos del Escultor divino y le pedimos que perdone nuestros pecados y arregle así nuestras imperfecciones, algo sucede. Aquellos fragmentos de nuestra vida desilusionada, llena de amargura y de resentimiento, llena de odio y de rencor, y llena de vicios incontrolables, Dios los une y los restaura a su imagen y semejanza. Esa vida antigua nuestra, totalmente perdida, se vuelve nueva por su intervención divina. Y lo mejor de todo es que no hay persona alguna, por más descuidada y quebrada que esté su vida, que Él no pueda restaurar a la obra de arte que era cuando la creó.
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre esa estatua de Venecia y la vida de cada uno de nosotros. La estatua de Venecia no tenía voluntad propia, mientras que nosotros sí la tenemos. La estatua de Venecia no podía decidir si habría de ser restaurada o no. En cambio, en el caso nuestro somos nosotros los que decidimos si hemos de ser restaurados. Dios está dispuesto a emprender la obra. Él no sólo puede sino que quiere transformar nuestra vida. Él tiene la habilidad, el poder y la voluntad para hacerlo, pero nunca impone su voluntad. La decisión es nuestra.
En Venecia hay una estatua reconocida por su belleza artística y sus líneas estéticas. La estatua se esculpió hace muchos siglos, y con el tiempo y el descuido se quebró en más de mil fragmentos.
Un día, un artista con suma paciencia encontró esos fragmentos y comenzó, poco a poco, a unirlos uno con otro. Invirtió muchos años de su vida en la restauración de la imagen quebrada. Cuando al fin terminó, aquello que había sido sólo basura volvió a ser una obra de arte que era objeto de admiración universal.
Si aquel artista en Venecia tuvo a bien dedicar tanto tiempo y trabajar con tanto esmero en la restauración de una imagen tallada inicialmente por otro, con mayor razón Dios, como el Artista por excelencia que es, siempre está dispuesto a invertir tiempo y a laborar con esmero en la restauración de seres humanos que Él mismo ha creado a su imagen. Y más aún cuando se considera que Dios es el único Artista que tiene tanto el interés como la capacidad que se requieren para hacerlo. Porque si bien otros escultores tenían la capacidad para restaurar esa estatua en Venecia y obtener los mismos resultados que el artista que lo hizo, no hay ningún otro Escultor, fuera de Dios, que pueda cambiar el corazón humano. Y si bien el escultor en Venecia estuvo dispuesto a sacrificarse para terminar el trabajo de restauración, invirtiendo muchos años de su vida, Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, no sólo estaba dispuesto a sacrificarse sino que dio su vida misma para terminar su obra de renovación.
Todo lo que hacemos por nuestra cuenta en beneficio propio tal vez produzca cultura o disciplina, pero no transforma nuestro corazón. En cambio, cuando nos ponemos en las manos del Escultor divino y le pedimos que perdone nuestros pecados y arregle así nuestras imperfecciones, algo sucede. Aquellos fragmentos de nuestra vida desilusionada, llena de amargura y de resentimiento, llena de odio y de rencor, y llena de vicios incontrolables, Dios los une y los restaura a su imagen y semejanza. Esa vida antigua nuestra, totalmente perdida, se vuelve nueva por su intervención divina. Y lo mejor de todo es que no hay persona alguna, por más descuidada y quebrada que esté su vida, que Él no pueda restaurar a la obra de arte que era cuando la creó.
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre esa estatua de Venecia y la vida de cada uno de nosotros. La estatua de Venecia no tenía voluntad propia, mientras que nosotros sí la tenemos. La estatua de Venecia no podía decidir si habría de ser restaurada o no. En cambio, en el caso nuestro somos nosotros los que decidimos si hemos de ser restaurados. Dios está dispuesto a emprender la obra. Él no sólo puede sino que quiere transformar nuestra vida. Él tiene la habilidad, el poder y la voluntad para hacerlo, pero nunca impone su voluntad. La decisión es nuestra.
En Venecia hay una estatua reconocida por su belleza artística y sus líneas estéticas. La estatua se esculpió hace muchos siglos, y con el tiempo y el descuido se quebró en más de mil fragmentos.
Un día, un artista con suma paciencia encontró esos fragmentos y comenzó, poco a poco, a unirlos uno con otro. Invirtió muchos años de su vida en la restauración de la imagen quebrada. Cuando al fin terminó, aquello que había sido sólo basura volvió a ser una obra de arte que era objeto de admiración universal.
Si aquel artista en Venecia tuvo a bien dedicar tanto tiempo y trabajar con tanto esmero en la restauración de una imagen tallada inicialmente por otro, con mayor razón Dios, como el Artista por excelencia que es, siempre está dispuesto a invertir tiempo y a laborar con esmero en la restauración de seres humanos que Él mismo ha creado a su imagen. Y más aún cuando se considera que Dios es el único Artista que tiene tanto el interés como la capacidad que se requieren para hacerlo. Porque si bien otros escultores tenían la capacidad para restaurar esa estatua en Venecia y obtener los mismos resultados que el artista que lo hizo, no hay ningún otro Escultor, fuera de Dios, que pueda cambiar el corazón humano. Y si bien el escultor en Venecia estuvo dispuesto a sacrificarse para terminar el trabajo de restauración, invirtiendo muchos años de su vida, Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, no sólo estaba dispuesto a sacrificarse sino que dio su vida misma para terminar su obra de renovación.
Todo lo que hacemos por nuestra cuenta en beneficio propio tal vez produzca cultura o disciplina, pero no transforma nuestro corazón. En cambio, cuando nos ponemos en las manos del Escultor divino y le pedimos que perdone nuestros pecados y arregle así nuestras imperfecciones, algo sucede. Aquellos fragmentos de nuestra vida desilusionada, llena de amargura y de resentimiento, llena de odio y de rencor, y llena de vicios incontrolables, Dios los une y los restaura a su imagen y semejanza. Esa vida antigua nuestra, totalmente perdida, se vuelve nueva por su intervención divina. Y lo mejor de todo es que no hay persona alguna, por más descuidada y quebrada que esté su vida, que Él no pueda restaurar a la obra de arte que era cuando la creó.
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre esa estatua de Venecia y la vida de cada uno de nosotros. La estatua de Venecia no tenía voluntad propia, mientras que nosotros sí la tenemos. La estatua de Venecia no podía decidir si habría de ser restaurada o no. En cambio, en el caso nuestro somos nosotros los que decidimos si hemos de ser restaurados. Dios está dispuesto a emprender la obra. Él no sólo puede sino que quiere transformar nuestra vida. Él tiene la habilidad, el poder y la voluntad para hacerlo, pero nunca impone su voluntad. La decisión es nuestra.
En Venecia hay una estatua reconocida por su belleza artística y sus líneas estéticas. La estatua se esculpió hace muchos siglos, y con el tiempo y el descuido se quebró en más de mil fragmentos.
Un día, un artista con suma paciencia encontró esos fragmentos y comenzó, poco a poco, a unirlos uno con otro. Invirtió muchos años de su vida en la restauración de la imagen quebrada. Cuando al fin terminó, aquello que había sido sólo basura volvió a ser una obra de arte que era objeto de admiración universal.
Si aquel artista en Venecia tuvo a bien dedicar tanto tiempo y trabajar con tanto esmero en la restauración de una imagen tallada inicialmente por otro, con mayor razón Dios, como el Artista por excelencia que es, siempre está dispuesto a invertir tiempo y a laborar con esmero en la restauración de seres humanos que Él mismo ha creado a su imagen. Y más aún cuando se considera que Dios es el único Artista que tiene tanto el interés como la capacidad que se requieren para hacerlo. Porque si bien otros escultores tenían la capacidad para restaurar esa estatua en Venecia y obtener los mismos resultados que el artista que lo hizo, no hay ningún otro Escultor, fuera de Dios, que pueda cambiar el corazón humano. Y si bien el escultor en Venecia estuvo dispuesto a sacrificarse para terminar el trabajo de restauración, invirtiendo muchos años de su vida, Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, no sólo estaba dispuesto a sacrificarse sino que dio su vida misma para terminar su obra de renovación.
Todo lo que hacemos por nuestra cuenta en beneficio propio tal vez produzca cultura o disciplina, pero no transforma nuestro corazón. En cambio, cuando nos ponemos en las manos del Escultor divino y le pedimos que perdone nuestros pecados y arregle así nuestras imperfecciones, algo sucede. Aquellos fragmentos de nuestra vida desilusionada, llena de amargura y de resentimiento, llena de odio y de rencor, y llena de vicios incontrolables, Dios los une y los restaura a su imagen y semejanza. Esa vida antigua nuestra, totalmente perdida, se vuelve nueva por su intervención divina. Y lo mejor de todo es que no hay persona alguna, por más descuidada y quebrada que esté su vida, que Él no pueda restaurar a la obra de arte que era cuando la creó.
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre esa estatua de Venecia y la vida de cada uno de nosotros. La estatua de Venecia no tenía voluntad propia, mientras que nosotros sí la tenemos. La estatua de Venecia no podía decidir si habría de ser restaurada o no. En cambio, en el caso nuestro somos nosotros los que decidimos si hemos de ser restaurados. Dios está dispuesto a emprender la obra. Él no sólo puede sino que quiere transformar nuestra vida. Él tiene la habilidad, el poder y la voluntad para hacerlo, pero nunca impone su voluntad. La decisión es nuestra.
UN AMOR INCONDICIONAL Y UNA PAZ DURARERA ES LO QUE DIOS NOS OFRECE:
Gracia, misericordia y paz
Bendice...a Jehová...El que te corona de favores y misericordias. —Salmo 103:1,4
Las palabras gracia y paz se encuentran en todos los saludos de Pablo en sus cartas del Nuevo Testamento a las iglesias. Además, en las epístolas a Timoteo y a Tito, también incluye la misericordia: «Gracias, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor» (2 Timoteo 1:2). Examinemos cada uno de estos términos.
Gracia es lo que nuestro Dios Santo concede y que nosotros, por ser pecadores, no merecemos. Hechos 17:25 nos enseña que «él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas». Sus dádivas incluyen hasta nuestra próxima respiración. Aun en nuestra hora más oscura, Dios nos da fuerzas para que podamos soportar.
Misericordia es lo que el Señor retiene, pero que sí merecemos. Lamentaciones 3:22 dice: «Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos». Incluso cuando nos desviamos, Dios nos da tiempo y nos ayuda a regresar a Él.
Paz es lo que Dios concede a Su pueblo. Jesús dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da» (Juan 14:27). Aun en los peores momentos, tenemos tranquilidad interior porque nuestro Dios tiene el control. Podemos cobrar ánimo al saber que, a lo largo de nuestra vida, el Señor nos dará la gracia, la misericordia y la paz que necesitamos para vivir para Él.
La Gracia de Dios es inconmensurable; Su Misericordia, inagotable; Su Paz, inenarrable.
Autor: Editores "Nuestro Pan Diario".
Un día, un artista con suma paciencia encontró esos fragmentos y comenzó, poco a poco, a unirlos uno con otro. Invirtió muchos años de su vida en la restauración de la imagen quebrada. Cuando al fin terminó, aquello que había sido sólo basura volvió a ser una obra de arte que era objeto de admiración universal.
Si aquel artista en Venecia tuvo a bien dedicar tanto tiempo y trabajar con tanto esmero en la restauración de una imagen tallada inicialmente por otro, con mayor razón Dios, como el Artista por excelencia que es, siempre está dispuesto a invertir tiempo y a laborar con esmero en la restauración de seres humanos que Él mismo ha creado a su imagen. Y más aún cuando se considera que Dios es el único Artista que tiene tanto el interés como la capacidad que se requieren para hacerlo. Porque si bien otros escultores tenían la capacidad para restaurar esa estatua en Venecia y obtener los mismos resultados que el artista que lo hizo, no hay ningún otro Escultor, fuera de Dios, que pueda cambiar el corazón humano. Y si bien el escultor en Venecia estuvo dispuesto a sacrificarse para terminar el trabajo de restauración, invirtiendo muchos años de su vida, Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, no sólo estaba dispuesto a sacrificarse sino que dio su vida misma para terminar su obra de renovación.
Todo lo que hacemos por nuestra cuenta en beneficio propio tal vez produzca cultura o disciplina, pero no transforma nuestro corazón. En cambio, cuando nos ponemos en las manos del Escultor divino y le pedimos que perdone nuestros pecados y arregle así nuestras imperfecciones, algo sucede. Aquellos fragmentos de nuestra vida desilusionada, llena de amargura y de resentimiento, llena de odio y de rencor, y llena de vicios incontrolables, Dios los une y los restaura a su imagen y semejanza. Esa vida antigua nuestra, totalmente perdida, se vuelve nueva por su intervención divina. Y lo mejor de todo es que no hay persona alguna, por más descuidada y quebrada que esté su vida, que Él no pueda restaurar a la obra de arte que era cuando la creó.
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre esa estatua de Venecia y la vida de cada uno de nosotros. La estatua de Venecia no tenía voluntad propia, mientras que nosotros sí la tenemos. La estatua de Venecia no podía decidir si habría de ser restaurada o no. En cambio, en el caso nuestro somos nosotros los que decidimos si hemos de ser restaurados. Dios está dispuesto a emprender la obra. Él no sólo puede sino que quiere transformar nuestra vida. Él tiene la habilidad, el poder y la voluntad para hacerlo, pero nunca impone su voluntad. La decisión es nuestra.
En Venecia hay una estatua reconocida por su belleza artística y sus líneas estéticas. La estatua se esculpió hace muchos siglos, y con el tiempo y el descuido se quebró en más de mil fragmentos.
Un día, un artista con suma paciencia encontró esos fragmentos y comenzó, poco a poco, a unirlos uno con otro. Invirtió muchos años de su vida en la restauración de la imagen quebrada. Cuando al fin terminó, aquello que había sido sólo basura volvió a ser una obra de arte que era objeto de admiración universal.
Si aquel artista en Venecia tuvo a bien dedicar tanto tiempo y trabajar con tanto esmero en la restauración de una imagen tallada inicialmente por otro, con mayor razón Dios, como el Artista por excelencia que es, siempre está dispuesto a invertir tiempo y a laborar con esmero en la restauración de seres humanos que Él mismo ha creado a su imagen. Y más aún cuando se considera que Dios es el único Artista que tiene tanto el interés como la capacidad que se requieren para hacerlo. Porque si bien otros escultores tenían la capacidad para restaurar esa estatua en Venecia y obtener los mismos resultados que el artista que lo hizo, no hay ningún otro Escultor, fuera de Dios, que pueda cambiar el corazón humano. Y si bien el escultor en Venecia estuvo dispuesto a sacrificarse para terminar el trabajo de restauración, invirtiendo muchos años de su vida, Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, no sólo estaba dispuesto a sacrificarse sino que dio su vida misma para terminar su obra de renovación.
Todo lo que hacemos por nuestra cuenta en beneficio propio tal vez produzca cultura o disciplina, pero no transforma nuestro corazón. En cambio, cuando nos ponemos en las manos del Escultor divino y le pedimos que perdone nuestros pecados y arregle así nuestras imperfecciones, algo sucede. Aquellos fragmentos de nuestra vida desilusionada, llena de amargura y de resentimiento, llena de odio y de rencor, y llena de vicios incontrolables, Dios los une y los restaura a su imagen y semejanza. Esa vida antigua nuestra, totalmente perdida, se vuelve nueva por su intervención divina. Y lo mejor de todo es que no hay persona alguna, por más descuidada y quebrada que esté su vida, que Él no pueda restaurar a la obra de arte que era cuando la creó.
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre esa estatua de Venecia y la vida de cada uno de nosotros. La estatua de Venecia no tenía voluntad propia, mientras que nosotros sí la tenemos. La estatua de Venecia no podía decidir si habría de ser restaurada o no. En cambio, en el caso nuestro somos nosotros los que decidimos si hemos de ser restaurados. Dios está dispuesto a emprender la obra. Él no sólo puede sino que quiere transformar nuestra vida. Él tiene la habilidad, el poder y la voluntad para hacerlo, pero nunca impone su voluntad. La decisión es nuestra.
En Venecia hay una estatua reconocida por su belleza artística y sus líneas estéticas. La estatua se esculpió hace muchos siglos, y con el tiempo y el descuido se quebró en más de mil fragmentos.
Un día, un artista con suma paciencia encontró esos fragmentos y comenzó, poco a poco, a unirlos uno con otro. Invirtió muchos años de su vida en la restauración de la imagen quebrada. Cuando al fin terminó, aquello que había sido sólo basura volvió a ser una obra de arte que era objeto de admiración universal.
Si aquel artista en Venecia tuvo a bien dedicar tanto tiempo y trabajar con tanto esmero en la restauración de una imagen tallada inicialmente por otro, con mayor razón Dios, como el Artista por excelencia que es, siempre está dispuesto a invertir tiempo y a laborar con esmero en la restauración de seres humanos que Él mismo ha creado a su imagen. Y más aún cuando se considera que Dios es el único Artista que tiene tanto el interés como la capacidad que se requieren para hacerlo. Porque si bien otros escultores tenían la capacidad para restaurar esa estatua en Venecia y obtener los mismos resultados que el artista que lo hizo, no hay ningún otro Escultor, fuera de Dios, que pueda cambiar el corazón humano. Y si bien el escultor en Venecia estuvo dispuesto a sacrificarse para terminar el trabajo de restauración, invirtiendo muchos años de su vida, Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, no sólo estaba dispuesto a sacrificarse sino que dio su vida misma para terminar su obra de renovación.
Todo lo que hacemos por nuestra cuenta en beneficio propio tal vez produzca cultura o disciplina, pero no transforma nuestro corazón. En cambio, cuando nos ponemos en las manos del Escultor divino y le pedimos que perdone nuestros pecados y arregle así nuestras imperfecciones, algo sucede. Aquellos fragmentos de nuestra vida desilusionada, llena de amargura y de resentimiento, llena de odio y de rencor, y llena de vicios incontrolables, Dios los une y los restaura a su imagen y semejanza. Esa vida antigua nuestra, totalmente perdida, se vuelve nueva por su intervención divina. Y lo mejor de todo es que no hay persona alguna, por más descuidada y quebrada que esté su vida, que Él no pueda restaurar a la obra de arte que era cuando la creó.
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre esa estatua de Venecia y la vida de cada uno de nosotros. La estatua de Venecia no tenía voluntad propia, mientras que nosotros sí la tenemos. La estatua de Venecia no podía decidir si habría de ser restaurada o no. En cambio, en el caso nuestro somos nosotros los que decidimos si hemos de ser restaurados. Dios está dispuesto a emprender la obra. Él no sólo puede sino que quiere transformar nuestra vida. Él tiene la habilidad, el poder y la voluntad para hacerlo, pero nunca impone su voluntad. La decisión es nuestra.
En Venecia hay una estatua reconocida por su belleza artística y sus líneas estéticas. La estatua se esculpió hace muchos siglos, y con el tiempo y el descuido se quebró en más de mil fragmentos.
Un día, un artista con suma paciencia encontró esos fragmentos y comenzó, poco a poco, a unirlos uno con otro. Invirtió muchos años de su vida en la restauración de la imagen quebrada. Cuando al fin terminó, aquello que había sido sólo basura volvió a ser una obra de arte que era objeto de admiración universal.
Si aquel artista en Venecia tuvo a bien dedicar tanto tiempo y trabajar con tanto esmero en la restauración de una imagen tallada inicialmente por otro, con mayor razón Dios, como el Artista por excelencia que es, siempre está dispuesto a invertir tiempo y a laborar con esmero en la restauración de seres humanos que Él mismo ha creado a su imagen. Y más aún cuando se considera que Dios es el único Artista que tiene tanto el interés como la capacidad que se requieren para hacerlo. Porque si bien otros escultores tenían la capacidad para restaurar esa estatua en Venecia y obtener los mismos resultados que el artista que lo hizo, no hay ningún otro Escultor, fuera de Dios, que pueda cambiar el corazón humano. Y si bien el escultor en Venecia estuvo dispuesto a sacrificarse para terminar el trabajo de restauración, invirtiendo muchos años de su vida, Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo, no sólo estaba dispuesto a sacrificarse sino que dio su vida misma para terminar su obra de renovación.
Todo lo que hacemos por nuestra cuenta en beneficio propio tal vez produzca cultura o disciplina, pero no transforma nuestro corazón. En cambio, cuando nos ponemos en las manos del Escultor divino y le pedimos que perdone nuestros pecados y arregle así nuestras imperfecciones, algo sucede. Aquellos fragmentos de nuestra vida desilusionada, llena de amargura y de resentimiento, llena de odio y de rencor, y llena de vicios incontrolables, Dios los une y los restaura a su imagen y semejanza. Esa vida antigua nuestra, totalmente perdida, se vuelve nueva por su intervención divina. Y lo mejor de todo es que no hay persona alguna, por más descuidada y quebrada que esté su vida, que Él no pueda restaurar a la obra de arte que era cuando la creó.
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre esa estatua de Venecia y la vida de cada uno de nosotros. La estatua de Venecia no tenía voluntad propia, mientras que nosotros sí la tenemos. La estatua de Venecia no podía decidir si habría de ser restaurada o no. En cambio, en el caso nuestro somos nosotros los que decidimos si hemos de ser restaurados. Dios está dispuesto a emprender la obra. Él no sólo puede sino que quiere transformar nuestra vida. Él tiene la habilidad, el poder y la voluntad para hacerlo, pero nunca impone su voluntad. La decisión es nuestra.
UN AMOR INCONDICIONAL Y UNA PAZ DURARERA ES LO QUE DIOS NOS OFRECE:
Gracia, misericordia y paz
Bendice...a Jehová...El que te corona de favores y misericordias. —Salmo 103:1,4
Las palabras gracia y paz se encuentran en todos los saludos de Pablo en sus cartas del Nuevo Testamento a las iglesias. Además, en las epístolas a Timoteo y a Tito, también incluye la misericordia: «Gracias, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor» (2 Timoteo 1:2). Examinemos cada uno de estos términos.
Gracia es lo que nuestro Dios Santo concede y que nosotros, por ser pecadores, no merecemos. Hechos 17:25 nos enseña que «él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas». Sus dádivas incluyen hasta nuestra próxima respiración. Aun en nuestra hora más oscura, Dios nos da fuerzas para que podamos soportar.
Misericordia es lo que el Señor retiene, pero que sí merecemos. Lamentaciones 3:22 dice: «Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos». Incluso cuando nos desviamos, Dios nos da tiempo y nos ayuda a regresar a Él.
Paz es lo que Dios concede a Su pueblo. Jesús dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da» (Juan 14:27). Aun en los peores momentos, tenemos tranquilidad interior porque nuestro Dios tiene el control. Podemos cobrar ánimo al saber que, a lo largo de nuestra vida, el Señor nos dará la gracia, la misericordia y la paz que necesitamos para vivir para Él.
La Gracia de Dios es inconmensurable; Su Misericordia, inagotable; Su Paz, inenarrable.
Autor: Editores "Nuestro Pan Diario".
sábado, 21 de agosto de 2010
LA PRACTICA DE LA ORACION.
¿Qué enseña la Biblia sobre la oración? No puede haber progresos en ningún aspecto de la vida cristiana sin oración. Es por lo tanto importante para el nuevo creyente saber lo que la Biblia enseña sobre el tema. El siguiente desarrollo intenta responder algunas preguntas básicas:
A. ¿Por qué orar?
Porque la Biblia nos manda que lo hagamos (I Timoteo 2:8). El Señor Jesús fue un hombre de oración. Si Él sentía la necesidad de hacerlo, ¡cuánto más nosotros! I Tesalonicenses 5:17-18; Efesios 6:18.
B. ¿Cuán a menudo?
Deberíamos orar varias veces cada día. Es un buen plan orar al levantarse a la mañana y al ir a descansar a la noche. Entonces durante el día, deberíamos buscar al Señor cuando surgen los problemas, cuando necesitamos ayuda o sabiduría o cuando queremos agradecerle por algo. Nehemías a menudo elevó al cielo “oraciones en pequeñas frases” mientras estaba en la lucha de la edificación de los muros. Ciertamente cada cristiano debería inclinar su cabeza y dar gracias antes de comer sus alimentos, sea en público o en su hogar.
C. ¿En qué posición?
Daniel se arrodillaba cuando oraba (Daniel 6:10). Así también hizo el Señor Jesús (Lucas 22:41). Nehemías, por otro lado, oró mientras estaba parado delante del Rey (Nehemías 2:4). En general, los cristianos se arrodillan cuando están en casa, pero es aún su privilegio hablar con Dios mientras caminan por la calle o están en sus actividades diarias.
D. ¿Para qué?
Entre las Escrituras que responden esta pregunta están Filipenses 4:6; I Timoteo 2:1-3; y Mateo 9:38. No hay nada demasiado pequeño ni demasiado grande para orar. Muchos creyentes encuentran ayuda teniendo una lista de oración sobre la cual registran ítems como: (1) nombres de parientes y amigos no salvos. (2) nombres de aquellos que están enfermos o en necesidad. (3) nombres de aquellos que están sirviendo al Señor, tales como misioneros, evangelistas, y maestros.
No olvides incluir también alabanzas al Señor en tus oraciones y asegurarte que nuestro enfoque sea “la Gloria de Dios”. Cuando tus requerimientos sean específicos, verás respuestas específicas; si oras por la gente en general, sin nombrarles, no tendrás manera de saber si tus oraciones fueron respondidas.
A. ¿Por qué orar?
Porque la Biblia nos manda que lo hagamos (I Timoteo 2:8). El Señor Jesús fue un hombre de oración. Si Él sentía la necesidad de hacerlo, ¡cuánto más nosotros! I Tesalonicenses 5:17-18; Efesios 6:18.
B. ¿Cuán a menudo?
Deberíamos orar varias veces cada día. Es un buen plan orar al levantarse a la mañana y al ir a descansar a la noche. Entonces durante el día, deberíamos buscar al Señor cuando surgen los problemas, cuando necesitamos ayuda o sabiduría o cuando queremos agradecerle por algo. Nehemías a menudo elevó al cielo “oraciones en pequeñas frases” mientras estaba en la lucha de la edificación de los muros. Ciertamente cada cristiano debería inclinar su cabeza y dar gracias antes de comer sus alimentos, sea en público o en su hogar.
C. ¿En qué posición?
Daniel se arrodillaba cuando oraba (Daniel 6:10). Así también hizo el Señor Jesús (Lucas 22:41). Nehemías, por otro lado, oró mientras estaba parado delante del Rey (Nehemías 2:4). En general, los cristianos se arrodillan cuando están en casa, pero es aún su privilegio hablar con Dios mientras caminan por la calle o están en sus actividades diarias.
D. ¿Para qué?
Entre las Escrituras que responden esta pregunta están Filipenses 4:6; I Timoteo 2:1-3; y Mateo 9:38. No hay nada demasiado pequeño ni demasiado grande para orar. Muchos creyentes encuentran ayuda teniendo una lista de oración sobre la cual registran ítems como: (1) nombres de parientes y amigos no salvos. (2) nombres de aquellos que están enfermos o en necesidad. (3) nombres de aquellos que están sirviendo al Señor, tales como misioneros, evangelistas, y maestros.
No olvides incluir también alabanzas al Señor en tus oraciones y asegurarte que nuestro enfoque sea “la Gloria de Dios”. Cuando tus requerimientos sean específicos, verás respuestas específicas; si oras por la gente en general, sin nombrarles, no tendrás manera de saber si tus oraciones fueron respondidas.
ENÓS: INVOCANDO A DIOS
Gn. 4:26; 5:6-11)
Set tenía 105 años de edad cuando le nació su hijo Enós (5:6). "Enós” significa “hombre” y proviene de una palabra hebrea que significa “frágil”, “débil”. Es la palabra para referirse a hombre lo que hace énfasis en lo frágil y débil que somos realmente en nosotros mismos. Algo sobresaliente se registra aquí en conexión con el nacimiento de este niño; es que en este tiempo, la gente empezó a reunirse para adorar a Dios, proclamar su nombre y orar. Hubo un avivamiento de la adoración pública y la oración de fe a medida que los descendientes de Set se empezaron a reunir en el nombre del Señor. Mientras los mundanos cainitas hacían alarde de su fuerza y arrojo (4:23-24), los piadosos setitas estaban dando gloria al nombre del Señor. A través de la historia sagrada, siempre ha sido un remanente temeroso de Dios el que ha mantenido funcionando la obra del Señor en este mundo. Vez tras vez, la nación de Israel se desviaba hacia la idolatría y el letargo espiritual, pero un remanente de creyentes se levantaba para mantener ardiendo la llama. Estas personas valientes clamaban a Dios por liberación, y Él les escuchó y contestó sus oraciones. Después del Diluvio, la pequeña familia de Noé fue el remanente que Dios usó para repoblar la tierra. El profeta Elías pensaba que era el único que estaba sirviendo a Jehová, pero había siete mil personas en la tierra que seguían siendo fieles al Señor (1 R. 19:9-18). Quienquiera que haya escrito el Salmo 119 era parte de un remanente fiel (v. 63), y los profetas escribieron acerca del remanente de creyentes que había en sus días (Is. 10:20-23; 37:31-32; Jer. 11:23; Mi. 4:7; Mal. 3:16). Isaías le puso como nombre a uno de sus hijos “Un remanente volverá” (Is. 7:3), y de hecho hubo un remanente que regresó a su tierra después del cautiverio babilónico. Dios los utilizó para reconstruir el templo y la ciudad de Jerusalén y para restaurar la nación judía como entidad política. ¿Cuántas personas necesita Dios para que el trabajo se realice? Tan sólo diez personas justas en Sodoma podrían haber salvado la ciudad de su destrucción (Gn. 18:16ss), y Jesús dijo que Él estaba presente si apenas dos o tres estuvieran reunidos en su nombre (Mt. 18:20). Jesús envió el Espíritu Santo en el Pentecostés para llenar de poder a 120 creyentes, y Pablo evangelizó el imperio romano con un diminuto equipo de hombres y mujeres que estaban completamente dedicados al Señor. Dios siempre, ha puesto su mirada en el remanente para que ore, confíe en Él y se encargue de hacer el trabajo. Así que, cuando la obra del Señor parezca estar fallando, y usted sienta que es el único que queda para servir al Señor, recuerde a Enós y al remanente piadoso de sus días que clamó al Señor. También recuerde este pasaje “Pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos” (1 S. 14:6).
Set tenía 105 años de edad cuando le nació su hijo Enós (5:6). "Enós” significa “hombre” y proviene de una palabra hebrea que significa “frágil”, “débil”. Es la palabra para referirse a hombre lo que hace énfasis en lo frágil y débil que somos realmente en nosotros mismos. Algo sobresaliente se registra aquí en conexión con el nacimiento de este niño; es que en este tiempo, la gente empezó a reunirse para adorar a Dios, proclamar su nombre y orar. Hubo un avivamiento de la adoración pública y la oración de fe a medida que los descendientes de Set se empezaron a reunir en el nombre del Señor. Mientras los mundanos cainitas hacían alarde de su fuerza y arrojo (4:23-24), los piadosos setitas estaban dando gloria al nombre del Señor. A través de la historia sagrada, siempre ha sido un remanente temeroso de Dios el que ha mantenido funcionando la obra del Señor en este mundo. Vez tras vez, la nación de Israel se desviaba hacia la idolatría y el letargo espiritual, pero un remanente de creyentes se levantaba para mantener ardiendo la llama. Estas personas valientes clamaban a Dios por liberación, y Él les escuchó y contestó sus oraciones. Después del Diluvio, la pequeña familia de Noé fue el remanente que Dios usó para repoblar la tierra. El profeta Elías pensaba que era el único que estaba sirviendo a Jehová, pero había siete mil personas en la tierra que seguían siendo fieles al Señor (1 R. 19:9-18). Quienquiera que haya escrito el Salmo 119 era parte de un remanente fiel (v. 63), y los profetas escribieron acerca del remanente de creyentes que había en sus días (Is. 10:20-23; 37:31-32; Jer. 11:23; Mi. 4:7; Mal. 3:16). Isaías le puso como nombre a uno de sus hijos “Un remanente volverá” (Is. 7:3), y de hecho hubo un remanente que regresó a su tierra después del cautiverio babilónico. Dios los utilizó para reconstruir el templo y la ciudad de Jerusalén y para restaurar la nación judía como entidad política. ¿Cuántas personas necesita Dios para que el trabajo se realice? Tan sólo diez personas justas en Sodoma podrían haber salvado la ciudad de su destrucción (Gn. 18:16ss), y Jesús dijo que Él estaba presente si apenas dos o tres estuvieran reunidos en su nombre (Mt. 18:20). Jesús envió el Espíritu Santo en el Pentecostés para llenar de poder a 120 creyentes, y Pablo evangelizó el imperio romano con un diminuto equipo de hombres y mujeres que estaban completamente dedicados al Señor. Dios siempre, ha puesto su mirada en el remanente para que ore, confíe en Él y se encargue de hacer el trabajo. Así que, cuando la obra del Señor parezca estar fallando, y usted sienta que es el único que queda para servir al Señor, recuerde a Enós y al remanente piadoso de sus días que clamó al Señor. También recuerde este pasaje “Pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos” (1 S. 14:6).
EL ETERNO YO SOY
“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. Hebreos 12:2
Mientras sus ojos estén fijos en el Señor, usted podrá resistir los días que van de mal en peor. ¡Fije sus ojos en el Señor! Hágalo una vez. Hágalo a diario. Hágalo diez mil veces. Hágalo constantemente. Cuando su calendario le pone presión, cuando sus perspectivas se diluyen, cuando su esperanza se apagan, cuando la gente lo desilusiona, cuando los sucesos se vuelven en su contra, cuando los sueños mueren, cuando las paredes se estrechan, cuando el pronóstico se ve lúgubre, cuando su corazón se parte,… mire al Señor, y siga mirándolo a Él.
¿Quién es Él? Él es Jehová, el eterno YO SOY, el soberano Señor del Universo. Él nunca ha perdido el control. Siempre es Fiel, Inmutable, Todopoderoso, Bueno, Compasivo, lleno de Gracia, Sabio, lleno de Amor, Soberano, y siempre Confiable. ¡Fije sus ojos en el Señor!
Autor: Charles Swindoll.
Mientras sus ojos estén fijos en el Señor, usted podrá resistir los días que van de mal en peor. ¡Fije sus ojos en el Señor! Hágalo una vez. Hágalo a diario. Hágalo diez mil veces. Hágalo constantemente. Cuando su calendario le pone presión, cuando sus perspectivas se diluyen, cuando su esperanza se apagan, cuando la gente lo desilusiona, cuando los sucesos se vuelven en su contra, cuando los sueños mueren, cuando las paredes se estrechan, cuando el pronóstico se ve lúgubre, cuando su corazón se parte,… mire al Señor, y siga mirándolo a Él.
¿Quién es Él? Él es Jehová, el eterno YO SOY, el soberano Señor del Universo. Él nunca ha perdido el control. Siempre es Fiel, Inmutable, Todopoderoso, Bueno, Compasivo, lleno de Gracia, Sabio, lleno de Amor, Soberano, y siempre Confiable. ¡Fije sus ojos en el Señor!
Autor: Charles Swindoll.
martes, 17 de agosto de 2010
OTRA AVALANCHA DEVASTADORA : EL PECADO
Ocurrió un 6 de junio mientras transcurría tranquilo el tiempo de la siesta. Las nubes en el cielo azul flotaban suavemente, y los habitantes de la región, ubicados entre los cafetales del valle del Río Páez, a unos 400 kilómetros al sudoeste de Bogotá, Colombia, descansaban en completa calma.
De repente se sintió el remezón del volcán vecino, y tras el temblor, una avalancha de piedras, nieve, barro y tierra, que bajaban de la cumbre a casi seis mil metros de altura. En pocos momentos mil doscientas personas quedaron sepultadas.
Los pueblos que viven en las márgenes de la Cordillera de los Andes conocen este tipo de tragedias. En 1985 la ciudad de Armero, al pie del Nevado del Ruiz, también en Colombia, quedó sepultada por una avalancha. Murieron veintitrés mil personas. En 1970, en Yungay, Perú, una avalancha de barro y piedras sepultó el poblado entero, matando, en cuestión de segundos, a veinticinco mil personas.
Sin embargo, no por conocidas dejan estas tragedias colectivas de sobrecoger el ánimo, angustiar el corazón y despertar perpetuos temores e incertidumbres. ¿Cuándo se producirá la próxima? ¿A qué pueblo de Colombia, de Ecuador, de Perú, de Bolivia, de Chile o de Argentina le tocará?
Usamos la palabra «avalancha» para denotar algo que se produce en forma inevitable, masiva y rápida. El diccionario define «avalancha», o su sinónimo «alud», como «lo que se precipita súbita e impetuosamente». De ahí las expresiones «avalancha de votos», «avalancha de gente» y «avalancha de aplausos».
No sólo en Los Andes hay avalanchas. Las hay, también, en la sociedad en todo el mundo. El vocablo «avalancha» puede describir las violencias que hay en muchas partes de la tierra. Tenemos avalanchas de abortos en los países más civilizados; avalanchas de drogas introducidas por conducto de aeropuertos, fronteras y playas; y avalanchas de amor libre, de sexo ilícito y de homosexualidad y lesbianismo, que sin hacer ruido destruyen a millones de personas.
¿Qué hacer para librarnos de esas avalanchas? Simplemente ubicarnos fuera de su camino. No tenemos que estar en el paso de las avalanchas de drogas, alcohol, infidelidad, deshonestidad y engaño. Hay Alguien que nos puede librar de esos aludes. Es Jesucristo, el Hijo de Dios. Él desea librarnos tanto del mal como de sus consecuencias, pero sólo lo hace si le damos nuestro corazón y nos sometemos a su divina voluntad. Entreguémosle nuestra vida a Cristo. Él nos librará de esas avalanchas.
De repente se sintió el remezón del volcán vecino, y tras el temblor, una avalancha de piedras, nieve, barro y tierra, que bajaban de la cumbre a casi seis mil metros de altura. En pocos momentos mil doscientas personas quedaron sepultadas.
Los pueblos que viven en las márgenes de la Cordillera de los Andes conocen este tipo de tragedias. En 1985 la ciudad de Armero, al pie del Nevado del Ruiz, también en Colombia, quedó sepultada por una avalancha. Murieron veintitrés mil personas. En 1970, en Yungay, Perú, una avalancha de barro y piedras sepultó el poblado entero, matando, en cuestión de segundos, a veinticinco mil personas.
Sin embargo, no por conocidas dejan estas tragedias colectivas de sobrecoger el ánimo, angustiar el corazón y despertar perpetuos temores e incertidumbres. ¿Cuándo se producirá la próxima? ¿A qué pueblo de Colombia, de Ecuador, de Perú, de Bolivia, de Chile o de Argentina le tocará?
Usamos la palabra «avalancha» para denotar algo que se produce en forma inevitable, masiva y rápida. El diccionario define «avalancha», o su sinónimo «alud», como «lo que se precipita súbita e impetuosamente». De ahí las expresiones «avalancha de votos», «avalancha de gente» y «avalancha de aplausos».
No sólo en Los Andes hay avalanchas. Las hay, también, en la sociedad en todo el mundo. El vocablo «avalancha» puede describir las violencias que hay en muchas partes de la tierra. Tenemos avalanchas de abortos en los países más civilizados; avalanchas de drogas introducidas por conducto de aeropuertos, fronteras y playas; y avalanchas de amor libre, de sexo ilícito y de homosexualidad y lesbianismo, que sin hacer ruido destruyen a millones de personas.
¿Qué hacer para librarnos de esas avalanchas? Simplemente ubicarnos fuera de su camino. No tenemos que estar en el paso de las avalanchas de drogas, alcohol, infidelidad, deshonestidad y engaño. Hay Alguien que nos puede librar de esos aludes. Es Jesucristo, el Hijo de Dios. Él desea librarnos tanto del mal como de sus consecuencias, pero sólo lo hace si le damos nuestro corazón y nos sometemos a su divina voluntad. Entreguémosle nuestra vida a Cristo. Él nos librará de esas avalanchas.
lunes, 16 de agosto de 2010
CARACTERISTICAS DEL LIDERAZGO DE JESÚS
Se ha dicho que en los últimos años ha habido crisis de liderazgo en el mundo especialmente en el ámbito
político; no se puede negar también que esa misma crisis se ha dado en la iglesia evangélica.
En la Biblia nosotros encontramos líderes que siguen siendo verdaderos referentes no sólo para la iglesia,
sino también para el mundo empresarial y político. Entre estos líderes podemos mencionar a José, Moisés,
Daniel, David, Jesús y Pablo.
Para la iglesia, Jesús es el líder modelo a quien intentamos imitar. No ha habido ni habrá un líder como lo
fue Jesús, un líder que estableció un nuevo paradigma de liderazgo.
A continuación menciono algunas de las características que desde mi punto de vista son las más
impresionantes y que se convierten en un desafío para los líderes actuales.
1) Su liderazgo se basó en la humildad, no en la petulancia que da el estatus quo. (Mateo 11:29;
Filipenses 2:5-8). (Mateo 4: 1- 11)
Una persona humilde generalmente ha de ser modesta y vivir sin mayores pretensiones: alguien
que no piensa que él o ella es mejor o más importante que otros.
“El modelo de liderazgo que prevalece en el mundo es el piramidal, jerárquico y gerencial. El
liderazgo es cristiano en la medida en que renuncia a ese modelo de la sociedad pagana y acata
como norma el ejemplo de Jesucristo, el modelo del líder/siervo, caracterizado, entre otras cosas,
por el amor y la humildad. En otras palabras, el liderazgo es cristiano en la medida en que toma
en serio la palabra de Jesucristo a sus discípulos, la palabra que se hizo carne en su propia
persona”. (René Padilla).
Juan el Bautista dijo: “Es necesario que él crezca y que yo mengüe”. Sin embargo, Jesús no quiso
exaltarse a sí mismo.
2) Nunca promovió su imagen, a pesar de que esta sea una estrategia del marketing. (Mateo 8:4,
Mateo 9:30, Marcos 7:35-36, Marcos 9:25-26).
Hizo una infinidad de milagros y prodigios y en cada uno de ellos prefirió el anonimato, se lo
ordenó hasta rigurosamente a muchas personas beneficiarias de su poder que no lo dijeran a
nadie.
Oración de Teresa de Calcuta
“Líbranos, Jesús mío, del deseo de ser alabados
del deseo de ser venerados, del deseo de ser preferidos,
del deseo de ser consultados, del temor de ser humillados,
del temor de ser despreciados, del temor de ser ofendidos,
del temor de ser ridiculizados.”
3) Su mayor satisfacción era estar con la gente, especialmente con los marginados de la sociedad.
(Mateo 11:19, Lucas 7:34). Defendió a la viuda (Juan 8: 1-11) Levantó la autoestima de la mujer
samaritana (Juan 4). Fue el único que tuvo la valentía de abrazar a leprosos. (Marcos 8: 1-4)
2
Comió con publicanos y pecadores (Mateo 9: 9-13), valoró a los niños y niñas aun en contra de la
voluntad de sus discípulos (Lucas 18:15-17)
4) Su mensaje estaba en total coherencia con su estilo de vida. A diferencia de los escribas y fariseos
que imponían cargas que ni ellos podían llevar. (Lucas 23: 4, 47, Hebreos 4:15) (Mateo 23).
Como bien dice el dicho popular: “Las palabras convencen pero el ejemplo arrastra”. Las
multitudes tenían motivos de sobra para seguir a Jesús, siendo uno de los motivos que más pesaba
el hecho de que Jesús, practicaba lo que enseñaba. Por eso la gente se admiraba que Jesús
enseñaba con autoridad. (Lucas 4:32)
5) Su liderazgo se caracterizó por el servicio desinteresado al prójimo sin hacer acepción de
personas. (Juan 13:1-20). (Mateo 20:28).
Ser siervo es una decisión
• Es un cambio de paradigma
• Es un proceso de desaprendizaje y de aprendizaje
• Tiene que ver con un cambio de actitud
“Sino que se despojó así mismo, tomando forma de siervo hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló así mismo, hasta lo sumo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz”. (Filipenses 2:7-8)
Para ser líder primero se debe ser siervo
“El siervo, es por definición, un ser humano total. El siervo-líder es un ser funcionalmente superior ya que
está más cerca de la tierra- él escucha, ve, conoce y su inspiración intuitiva es excepcional. Por eso se
puede confiar y depender de él”. (Robert K. Greenleaf)
Conclusión
Estas y otras características no creo que las hayan poseído hombres como Platón, Cicerón, Aristóteles,
Mahoma, Confucio, Lenin, Hitler, o los líderes más recientes que se conocen en la historia de la
humanidad.
Sólo Jesús es el modelo por excelencia de quien tenemos que seguir aprendiendo cada día y procurando
imitar en nuestro andar diario.
El liderazgo del que nos habla Jesús es radicalmente distinto del que nos ofrece el
mundo. En el que el líder es un servidor vulnerable, que necesita de las personas,
tanto como las personas necesitan de él.
político; no se puede negar también que esa misma crisis se ha dado en la iglesia evangélica.
En la Biblia nosotros encontramos líderes que siguen siendo verdaderos referentes no sólo para la iglesia,
sino también para el mundo empresarial y político. Entre estos líderes podemos mencionar a José, Moisés,
Daniel, David, Jesús y Pablo.
Para la iglesia, Jesús es el líder modelo a quien intentamos imitar. No ha habido ni habrá un líder como lo
fue Jesús, un líder que estableció un nuevo paradigma de liderazgo.
A continuación menciono algunas de las características que desde mi punto de vista son las más
impresionantes y que se convierten en un desafío para los líderes actuales.
1) Su liderazgo se basó en la humildad, no en la petulancia que da el estatus quo. (Mateo 11:29;
Filipenses 2:5-8). (Mateo 4: 1- 11)
Una persona humilde generalmente ha de ser modesta y vivir sin mayores pretensiones: alguien
que no piensa que él o ella es mejor o más importante que otros.
“El modelo de liderazgo que prevalece en el mundo es el piramidal, jerárquico y gerencial. El
liderazgo es cristiano en la medida en que renuncia a ese modelo de la sociedad pagana y acata
como norma el ejemplo de Jesucristo, el modelo del líder/siervo, caracterizado, entre otras cosas,
por el amor y la humildad. En otras palabras, el liderazgo es cristiano en la medida en que toma
en serio la palabra de Jesucristo a sus discípulos, la palabra que se hizo carne en su propia
persona”. (René Padilla).
Juan el Bautista dijo: “Es necesario que él crezca y que yo mengüe”. Sin embargo, Jesús no quiso
exaltarse a sí mismo.
2) Nunca promovió su imagen, a pesar de que esta sea una estrategia del marketing. (Mateo 8:4,
Mateo 9:30, Marcos 7:35-36, Marcos 9:25-26).
Hizo una infinidad de milagros y prodigios y en cada uno de ellos prefirió el anonimato, se lo
ordenó hasta rigurosamente a muchas personas beneficiarias de su poder que no lo dijeran a
nadie.
Oración de Teresa de Calcuta
“Líbranos, Jesús mío, del deseo de ser alabados
del deseo de ser venerados, del deseo de ser preferidos,
del deseo de ser consultados, del temor de ser humillados,
del temor de ser despreciados, del temor de ser ofendidos,
del temor de ser ridiculizados.”
3) Su mayor satisfacción era estar con la gente, especialmente con los marginados de la sociedad.
(Mateo 11:19, Lucas 7:34). Defendió a la viuda (Juan 8: 1-11) Levantó la autoestima de la mujer
samaritana (Juan 4). Fue el único que tuvo la valentía de abrazar a leprosos. (Marcos 8: 1-4)
2
Comió con publicanos y pecadores (Mateo 9: 9-13), valoró a los niños y niñas aun en contra de la
voluntad de sus discípulos (Lucas 18:15-17)
4) Su mensaje estaba en total coherencia con su estilo de vida. A diferencia de los escribas y fariseos
que imponían cargas que ni ellos podían llevar. (Lucas 23: 4, 47, Hebreos 4:15) (Mateo 23).
Como bien dice el dicho popular: “Las palabras convencen pero el ejemplo arrastra”. Las
multitudes tenían motivos de sobra para seguir a Jesús, siendo uno de los motivos que más pesaba
el hecho de que Jesús, practicaba lo que enseñaba. Por eso la gente se admiraba que Jesús
enseñaba con autoridad. (Lucas 4:32)
5) Su liderazgo se caracterizó por el servicio desinteresado al prójimo sin hacer acepción de
personas. (Juan 13:1-20). (Mateo 20:28).
Ser siervo es una decisión
• Es un cambio de paradigma
• Es un proceso de desaprendizaje y de aprendizaje
• Tiene que ver con un cambio de actitud
“Sino que se despojó así mismo, tomando forma de siervo hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló así mismo, hasta lo sumo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz”. (Filipenses 2:7-8)
Para ser líder primero se debe ser siervo
“El siervo, es por definición, un ser humano total. El siervo-líder es un ser funcionalmente superior ya que
está más cerca de la tierra- él escucha, ve, conoce y su inspiración intuitiva es excepcional. Por eso se
puede confiar y depender de él”. (Robert K. Greenleaf)
Conclusión
Estas y otras características no creo que las hayan poseído hombres como Platón, Cicerón, Aristóteles,
Mahoma, Confucio, Lenin, Hitler, o los líderes más recientes que se conocen en la historia de la
humanidad.
Sólo Jesús es el modelo por excelencia de quien tenemos que seguir aprendiendo cada día y procurando
imitar en nuestro andar diario.
El liderazgo del que nos habla Jesús es radicalmente distinto del que nos ofrece el
mundo. En el que el líder es un servidor vulnerable, que necesita de las personas,
tanto como las personas necesitan de él.
LAS 3 " P" DEL LIDERAZGO DE JESÚS
Las tres “P” del Liderazgo de Jesús
Introducción: Hace exactamente una semana estaba viendo un canal deportivo en el cable y de pronto me sorprendí con un reportaje en el que hablaban de los seguidores de Diego Armando Maradona. Algunos de ellos comenzaron un movimiento que hoy en día se le llama la Iglesia Maradoniana. Fue triste para mí, (aunque me gusta el fútbol y me gustaba ver jugar a Maradona), darme cuenta que hay algunos 10,000 seguidores de Maradona que establecieron formalmente una Iglesia en la que se endiosa a este hombre, se le rinde culto. El libro sagrado es una biografía de Maradona, la “Santa Cena” la toman comiendo un pedazo de la pizza favorita de Maradona y tomando el vino favorito de Maradona. El rito de iniciación es meter un gol con la “mano de Dios” (gol contra Inglaterra en el Mundial de México 86). En fin, si quiere ver incluso una boda en el nombre de Maradona y el Padre Nuestro de Maradona, etc., véalo en la Internet www.iglesiamaradoniana.com, no le estoy dando publicidad, es solo para que tenga más información si así desea.
Le cuento esto porque quiero preguntarle: ¿A quién está siguiendo Ud.? Por supuesto, como creyentes nosotros somos seguidores de Jesús, a El seguimos, a El servimos y a El únicamente adoramos. Somos sus discípulos y aprendemos de su liderazgo. En ese sentido, nosotros debemos ser por un lado seguidores y por otro líderes. Seguidores de Jesús, discípulos de nuestros líderes espirituales que tienen más conocimiento y más experiencia en la vida cristiana que nosotros, pero también podemos y debemos ser líderes que ejerzan influencia en la vida de otros..
Hoy descubriremos el plan del liderazgo de Jesús, la estrategia exitosa que Jesús usó en el discipulado con los doce, los principios de su liderazgo y tantas cosas más que aplicaremos a nuestras vidas y ministerios con la ayuda de Dios. Vamos a usar 3 frase claves en el liderazgo de Jesús que comienzan con letra “P”, la primera representa el hecho de que Jesús era el:
I. PARADIGMA PERFECTO (Jn. 13:14,15; 15:12)
Antes de comentar sobre estos pasajes quiero decir que Jesucristo ha sido el líder más grande de toda la historia de la humanidad. Desde su nacimiento en un establo de Belén, hasta su muerte en la cruz del Calvario. Vivió apenas 33 años sobre esta tierra, pero fue tiempo suficiente para completar la obra de redención y dejarnos el modelo del verdadero liderazgo. Nunca escribió un libro, nunca enseñó en una institución teológica, nunca viajó más de 150 kilómetros de su lugar de nacimiento, su ministerio público duró solamente tres años y medio. Pero entrenó a un puñado de seguidores y les dijo que cambiaran el mundo. Así lo hicieron Han pasado veinte siglos y el mundo todavía está cambiando por lo que ellos hicieron después de que él se fue. Sus seguidores iniciales fueron 12. Actualmente suman algunos 1,500 millones con millones más que se suman cada año. Los cristianos tenemos a Jesucristo no sólo como nuestro Salvador y Señor, sino como nuestro ejemplo, modelo o paradigma en todas las áreas de la vida. Es necesario entonces conocer por un lado a la persona de Jesús y por el otro, los principios que El puso en marcha. El poder combinado de estas dos influencias nos llevará a gozar de una vida cristiana victoriosa y de un liderazgo cristiano victorioso.
En realidad Jesús es el paradigma o prototipo perfecto. Poresa razón, El tenía la autoridad para decirle a sus discípulos: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”. Ahora bien, quiero hacerles una pregunta: ¿Si Ud. tuviera que lavarle los pies a alguien, qué posición física adoptaría, cómo se colocaría? Arrodillado. Jesús se arrodilló para lavar los pies de sus discípulos y entonces les enseñó varias lecciones. Prácticamente les estaba diciendo: Yo les enseñé la humildad con mi ejemplo, sean Uds. también humildes, les enseñe a servir a otros al lavarle los pies, sirvan ustedes también a otros y no esperen que les sirvan, yo les enseñé a amar con mi vida misma, amen Uds. también, yo les instruí, instruyan Uds. también a nuevos discípulos, yo los inspiré, inspiren Uds. también a otros, yo los involucré, involucren Uds. también a otros.
Y claro: El hecho de que Jesús es el paradigma perfecto, hizo que sus discípulos le siguieran. Con sus discípulos Jesús uso las tres íes: Los Instruyó, los Inspiró y los Involucró. Nosotros también tenemos que formar un equipo, debemos instruirlos, debemos inspirarlos y debemos involucrarlos en el servicio cristiano.
De modo que Jesús era y es el paradigma perfecto, el ejemplo a seguir. Como líderes nosotros también debemos ser paradigmas en conducta, en fe, en capacidad, en experiencia. Así que Jesús fue el paradigma perfecto, pero también el Señor tenía un propósito claro. Esa es la segunda “P” de Propósito.
II. PROPÓSITO CLARO (Jn. 10:14-18; 19:30)
Al venir a esta tierra Jesús tenía dos metas principales, tenía claro su propósito: 1- Ir a la cruz y 2- Entrenar 12 hombres para edificar una iglesia que nunca pereciera. Como buen pastor, como conocedor de sus ovejas, sabía que era necesario entregar su vida y volverla a tomar para poder rescatar a las ovejas perdidas. Note que el plan de Jesucristo incluía, desde la eternidad, el misterio de la resurrección: “Pongo mi vida para volverla a tomar”. El Señor siguió firme en su propósito, hasta llegar a la cruz y decir: “Consumado es”. El trabajo de la obra redentora está terminado, está completo, he pagado el precio de rescate por la humanidad pecadora. Esto me llama mucho la atención, porque Jesús fue una persona que terminaba lo que empezaba. Terminó el trabajo “Consumado es”. Pudo unir al hombre pecador con el Dios santo.
Tristemente muchos de nosotros tenemos el mal hábito de comenzar algo y no terminarlo. Por eso es que hay muchos que desistieron de sus estudios y no tienen el título que los acredite como profesionales universitarios por ejemplo. Muchas veces comenzamos un proyecto ministerial y no lo terminamos, porque no somos persistentes o perseverantes, nos desviamos de nuestros propósitos. Cómo líderes debemos tener propósitos claros.
No olvide: El propósito de Jesús era ir a la cruz y entrenar doce hombres para establecer su iglesia. Nosotros no tenemos que ir a la cruz, aunque sí tenemos que llevar nuestra cruz cada día y seguirle. Además, debemos entrenar líderes. ¿A quién ha equipado Ud. que va a continuar su trabajo?. Esa es la pregunta del millón. ¿A influenciado Ud. positivamente en la vida de alguien, ha discipulado a alguien, ha entrenado ministerialmente a alguien? Jesús sabía que esto era importante. Jesús formó un equipo y trabajo en equipo con sus discípulos y les ofreció calor humano, por esa razón Juan se recostaba en el pechodel Maestro. Jesús tenía una amistad sincera con ellos, había un ambiente familiar.
Jesús preparó a su equipo al dedicarse a los negocios de su Padre. Cuando realizó el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, le dio dichos panes y peces a los discípulos para que ellos los distribuyeran entre la multitud. Era más efectivo y rápido que ellos le ayudará a hacer ese trabajo a que El mismo lo hubiera hecho solo. Los discípulos no podían multiplicar los panes y peces, no tenían la fe suficiente, solo Jesús podía hacerlo, pero si podían sacar con sus manos los panes y peces de los canastos y distribuirlos. Jesús necesitó del trabajo de todos.
De la misma manera para que podamos avanzar en la obra de Dios, necesitamos el trabajo de todos. Unos orando, otros ofrendando, otros trabajando yendo, evangelizando, planificando. Todos haciendo la obra del Señor.
Me parece que debemos entender que cada uno de nosotros, Ud. y yo nacimos por la voluntad de Dios y para su propósito. Jesús tenía claro su propósito, nosotros debemos tener claro nuestro propósito que debe ser vivir para glorificar a Dios.
Así que tenemos el paradigma perfecto de Jesús, hemos visto su propósito que era claro, pero también el Señor tuvo un plan que era aplicable..... Esa es la tercera “P”, su plan.
III. SU PLAN, APLICABLE (Mt. 28:18-20)
El plan de Jesús para alcanzar el mundo fue sencillo: hacer discípulos y formarlos en grupos pequeños. La palabra discípulo viene del latín discipulus que significa alumno o aprendiz. De modo que el discípulo es alguien que aprende bajo la tutela de un maestro. Los seguidores de Jesucristo nos convertimos en sus discípulos, recibimos su enseñanza y su ejemplo.
Pero aparte de ser discípulos del Señor, él mismo nos pidió que fuéramos a las naciones e hiciéramos discípulos. En otras palabras, es función de la iglesia, es tarea de la iglesia, de cada seguidor de Jesús hacer nuevos discípulos, alcanzar a otras personas.
Déjeme ponerlo en estas palabras: TODO CRISTIANO DEBE SER Y DEBE HACER DISCÍPULOS.
Por supuesto hay variedad de métodos para discipular, en algunas iglesias trabajan uno a uno. Es decir, el tutor trabaja con una sola personas hasta que esta muestra la iniciativa y la capacidad para trabajar a su vez con otra. Jesús usó el método de elegir a un grupo pequeño, a 12 para ser exactos y se relacionó estrechamente con ellos para sí discipularlos. Ese fue su plan.
En el liderazgo la planificación de nuestro trabajo es de vital importancia. Piense por un momento. Dios programó el nacimiento, la crucifixión y la resurrección de su Hijo antes de la fundación del mundo. Jesús planeó su futuro y también el nuestro. El ya ha preparado el camino a la vida eterna y se fue a preparar un lugar para nosotros en la eternidad, mientras nos dejó a nosotros aquí llevando a cabo su obra.
¿Qué es un plan? Un plan es una lista escrita de acciones ordenadas y fechadas para lograr la meta deseada. Habacuc recibió la orden: “Escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido” (Habacuc 2:2 NVI). La planificación es el punto de partida para todo sueño o meta, para todo éxito ministerial. A mi me parece fascinante que Dios programe una comida, la cena de las bodas del Cordero ¡seis mil años por anticipado!
(Apoc. 19:9)
Dios siempre honró a los hombres que planificaronNoé planificó la edificación del arca. No lo hubiera logrado, sino si hubiera tomado el tiempo para planear. Salomón, el hombre más sabio que haya existido en la Tierra, dedicó tiempo para planificar la construcción del templo. Moisés, el libertador que sacó a los israelitas de Egipto, se tomó el tiempo necesario para planificar el tabernáculo. Pablo planificó sus viajes misioneros y la implantación de iglesias en las ciudades que visitó.
Recuerde: Un plan es una lista escrita de acciones ordenadas y fechadas para lograr la meta deseada. Sin un plan no podemos lograr nuestras metas. Por ejemplo: David tenía una meta, su meta era matar a Goliat, aquel filisteo gigante que estaba burlándose del pueblo de Dios. Es interesante que Saúl y su gente ni siquiera tenían esa meta, ellos pensaban que era imposible matar al gigante. En cambio, David pensaba que era imposible fallar al lanzarle una piedra a Goliat con semejante tamaño. Noten la diferencia en la manera de pensar.
Muy bien, entonces David elaboró un plan para lograr su meta. ¿qué hubiera pasado si David solamente hubiera soñado y deseado matar al gigante y no preparar ningún plan para alcanzar esa meta? Lo que hubiera pasado es que Goliat lo hubiera matado. Pero David elaboró un plan.
Dijo tomaré estas cinco piedras, las colocaré en mi saco pastoril, voy a poner una de estas piedras en mi honda y se la voy a lanzar al gigantón en la mera frente, si fallo tomo otra piedra y lo intento de nuevo. La Biblia nos muestra que no necesitó un segundo intento, porque al primer intento mató a Goliat, porque supo planificar adecuadamente.
Saben, hay cristianos que no agarran la honda, esto de agarrar la honda es bíblico, porque David agarró la honda y con ella mató al gigante.
De modo que hay que planificar y recuerde: Nadie formula planes para fracasar, pero muchos fracasan porque no formulan planes.
Jesús tuvo un plan y dicho plan es aplicable en cualquier parte del mundo y en cualquier momento de la historia de la humanidad. Jesús no quería únicamente llenar la cabeza de sus discípulos de información, sino lograr una transformación en sus vidas. Eso se logra solamente a través de una relación personal entre maestro y discípulo. Cada uno de nosotros debemos desarrollar los planes que se pueden aplicar en nuestro contexto, para que la obra del Señor siga adelante.
Conclusión: ¿Eres un líder paradigma, con propósitos claros y con planes definidos?.....
No olvide: Si Ud. es líder, a Ud. lo están siguiendo y ven su ejemplo. Ud. debe compartir sus propósitos con los demás y también los planes, transmitir la visión. Sea Ud. el líder que Jesús quiere que sea.
Introducción: Hace exactamente una semana estaba viendo un canal deportivo en el cable y de pronto me sorprendí con un reportaje en el que hablaban de los seguidores de Diego Armando Maradona. Algunos de ellos comenzaron un movimiento que hoy en día se le llama la Iglesia Maradoniana. Fue triste para mí, (aunque me gusta el fútbol y me gustaba ver jugar a Maradona), darme cuenta que hay algunos 10,000 seguidores de Maradona que establecieron formalmente una Iglesia en la que se endiosa a este hombre, se le rinde culto. El libro sagrado es una biografía de Maradona, la “Santa Cena” la toman comiendo un pedazo de la pizza favorita de Maradona y tomando el vino favorito de Maradona. El rito de iniciación es meter un gol con la “mano de Dios” (gol contra Inglaterra en el Mundial de México 86). En fin, si quiere ver incluso una boda en el nombre de Maradona y el Padre Nuestro de Maradona, etc., véalo en la Internet www.iglesiamaradoniana.com, no le estoy dando publicidad, es solo para que tenga más información si así desea.
Le cuento esto porque quiero preguntarle: ¿A quién está siguiendo Ud.? Por supuesto, como creyentes nosotros somos seguidores de Jesús, a El seguimos, a El servimos y a El únicamente adoramos. Somos sus discípulos y aprendemos de su liderazgo. En ese sentido, nosotros debemos ser por un lado seguidores y por otro líderes. Seguidores de Jesús, discípulos de nuestros líderes espirituales que tienen más conocimiento y más experiencia en la vida cristiana que nosotros, pero también podemos y debemos ser líderes que ejerzan influencia en la vida de otros..
Hoy descubriremos el plan del liderazgo de Jesús, la estrategia exitosa que Jesús usó en el discipulado con los doce, los principios de su liderazgo y tantas cosas más que aplicaremos a nuestras vidas y ministerios con la ayuda de Dios. Vamos a usar 3 frase claves en el liderazgo de Jesús que comienzan con letra “P”, la primera representa el hecho de que Jesús era el:
I. PARADIGMA PERFECTO (Jn. 13:14,15; 15:12)
Antes de comentar sobre estos pasajes quiero decir que Jesucristo ha sido el líder más grande de toda la historia de la humanidad. Desde su nacimiento en un establo de Belén, hasta su muerte en la cruz del Calvario. Vivió apenas 33 años sobre esta tierra, pero fue tiempo suficiente para completar la obra de redención y dejarnos el modelo del verdadero liderazgo. Nunca escribió un libro, nunca enseñó en una institución teológica, nunca viajó más de 150 kilómetros de su lugar de nacimiento, su ministerio público duró solamente tres años y medio. Pero entrenó a un puñado de seguidores y les dijo que cambiaran el mundo. Así lo hicieron Han pasado veinte siglos y el mundo todavía está cambiando por lo que ellos hicieron después de que él se fue. Sus seguidores iniciales fueron 12. Actualmente suman algunos 1,500 millones con millones más que se suman cada año. Los cristianos tenemos a Jesucristo no sólo como nuestro Salvador y Señor, sino como nuestro ejemplo, modelo o paradigma en todas las áreas de la vida. Es necesario entonces conocer por un lado a la persona de Jesús y por el otro, los principios que El puso en marcha. El poder combinado de estas dos influencias nos llevará a gozar de una vida cristiana victoriosa y de un liderazgo cristiano victorioso.
En realidad Jesús es el paradigma o prototipo perfecto. Poresa razón, El tenía la autoridad para decirle a sus discípulos: “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”. Ahora bien, quiero hacerles una pregunta: ¿Si Ud. tuviera que lavarle los pies a alguien, qué posición física adoptaría, cómo se colocaría? Arrodillado. Jesús se arrodilló para lavar los pies de sus discípulos y entonces les enseñó varias lecciones. Prácticamente les estaba diciendo: Yo les enseñé la humildad con mi ejemplo, sean Uds. también humildes, les enseñe a servir a otros al lavarle los pies, sirvan ustedes también a otros y no esperen que les sirvan, yo les enseñé a amar con mi vida misma, amen Uds. también, yo les instruí, instruyan Uds. también a nuevos discípulos, yo los inspiré, inspiren Uds. también a otros, yo los involucré, involucren Uds. también a otros.
Y claro: El hecho de que Jesús es el paradigma perfecto, hizo que sus discípulos le siguieran. Con sus discípulos Jesús uso las tres íes: Los Instruyó, los Inspiró y los Involucró. Nosotros también tenemos que formar un equipo, debemos instruirlos, debemos inspirarlos y debemos involucrarlos en el servicio cristiano.
De modo que Jesús era y es el paradigma perfecto, el ejemplo a seguir. Como líderes nosotros también debemos ser paradigmas en conducta, en fe, en capacidad, en experiencia. Así que Jesús fue el paradigma perfecto, pero también el Señor tenía un propósito claro. Esa es la segunda “P” de Propósito.
II. PROPÓSITO CLARO (Jn. 10:14-18; 19:30)
Al venir a esta tierra Jesús tenía dos metas principales, tenía claro su propósito: 1- Ir a la cruz y 2- Entrenar 12 hombres para edificar una iglesia que nunca pereciera. Como buen pastor, como conocedor de sus ovejas, sabía que era necesario entregar su vida y volverla a tomar para poder rescatar a las ovejas perdidas. Note que el plan de Jesucristo incluía, desde la eternidad, el misterio de la resurrección: “Pongo mi vida para volverla a tomar”. El Señor siguió firme en su propósito, hasta llegar a la cruz y decir: “Consumado es”. El trabajo de la obra redentora está terminado, está completo, he pagado el precio de rescate por la humanidad pecadora. Esto me llama mucho la atención, porque Jesús fue una persona que terminaba lo que empezaba. Terminó el trabajo “Consumado es”. Pudo unir al hombre pecador con el Dios santo.
Tristemente muchos de nosotros tenemos el mal hábito de comenzar algo y no terminarlo. Por eso es que hay muchos que desistieron de sus estudios y no tienen el título que los acredite como profesionales universitarios por ejemplo. Muchas veces comenzamos un proyecto ministerial y no lo terminamos, porque no somos persistentes o perseverantes, nos desviamos de nuestros propósitos. Cómo líderes debemos tener propósitos claros.
No olvide: El propósito de Jesús era ir a la cruz y entrenar doce hombres para establecer su iglesia. Nosotros no tenemos que ir a la cruz, aunque sí tenemos que llevar nuestra cruz cada día y seguirle. Además, debemos entrenar líderes. ¿A quién ha equipado Ud. que va a continuar su trabajo?. Esa es la pregunta del millón. ¿A influenciado Ud. positivamente en la vida de alguien, ha discipulado a alguien, ha entrenado ministerialmente a alguien? Jesús sabía que esto era importante. Jesús formó un equipo y trabajo en equipo con sus discípulos y les ofreció calor humano, por esa razón Juan se recostaba en el pechodel Maestro. Jesús tenía una amistad sincera con ellos, había un ambiente familiar.
Jesús preparó a su equipo al dedicarse a los negocios de su Padre. Cuando realizó el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, le dio dichos panes y peces a los discípulos para que ellos los distribuyeran entre la multitud. Era más efectivo y rápido que ellos le ayudará a hacer ese trabajo a que El mismo lo hubiera hecho solo. Los discípulos no podían multiplicar los panes y peces, no tenían la fe suficiente, solo Jesús podía hacerlo, pero si podían sacar con sus manos los panes y peces de los canastos y distribuirlos. Jesús necesitó del trabajo de todos.
De la misma manera para que podamos avanzar en la obra de Dios, necesitamos el trabajo de todos. Unos orando, otros ofrendando, otros trabajando yendo, evangelizando, planificando. Todos haciendo la obra del Señor.
Me parece que debemos entender que cada uno de nosotros, Ud. y yo nacimos por la voluntad de Dios y para su propósito. Jesús tenía claro su propósito, nosotros debemos tener claro nuestro propósito que debe ser vivir para glorificar a Dios.
Así que tenemos el paradigma perfecto de Jesús, hemos visto su propósito que era claro, pero también el Señor tuvo un plan que era aplicable..... Esa es la tercera “P”, su plan.
III. SU PLAN, APLICABLE (Mt. 28:18-20)
El plan de Jesús para alcanzar el mundo fue sencillo: hacer discípulos y formarlos en grupos pequeños. La palabra discípulo viene del latín discipulus que significa alumno o aprendiz. De modo que el discípulo es alguien que aprende bajo la tutela de un maestro. Los seguidores de Jesucristo nos convertimos en sus discípulos, recibimos su enseñanza y su ejemplo.
Pero aparte de ser discípulos del Señor, él mismo nos pidió que fuéramos a las naciones e hiciéramos discípulos. En otras palabras, es función de la iglesia, es tarea de la iglesia, de cada seguidor de Jesús hacer nuevos discípulos, alcanzar a otras personas.
Déjeme ponerlo en estas palabras: TODO CRISTIANO DEBE SER Y DEBE HACER DISCÍPULOS.
Por supuesto hay variedad de métodos para discipular, en algunas iglesias trabajan uno a uno. Es decir, el tutor trabaja con una sola personas hasta que esta muestra la iniciativa y la capacidad para trabajar a su vez con otra. Jesús usó el método de elegir a un grupo pequeño, a 12 para ser exactos y se relacionó estrechamente con ellos para sí discipularlos. Ese fue su plan.
En el liderazgo la planificación de nuestro trabajo es de vital importancia. Piense por un momento. Dios programó el nacimiento, la crucifixión y la resurrección de su Hijo antes de la fundación del mundo. Jesús planeó su futuro y también el nuestro. El ya ha preparado el camino a la vida eterna y se fue a preparar un lugar para nosotros en la eternidad, mientras nos dejó a nosotros aquí llevando a cabo su obra.
¿Qué es un plan? Un plan es una lista escrita de acciones ordenadas y fechadas para lograr la meta deseada. Habacuc recibió la orden: “Escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido” (Habacuc 2:2 NVI). La planificación es el punto de partida para todo sueño o meta, para todo éxito ministerial. A mi me parece fascinante que Dios programe una comida, la cena de las bodas del Cordero ¡seis mil años por anticipado!
(Apoc. 19:9)
Dios siempre honró a los hombres que planificaronNoé planificó la edificación del arca. No lo hubiera logrado, sino si hubiera tomado el tiempo para planear. Salomón, el hombre más sabio que haya existido en la Tierra, dedicó tiempo para planificar la construcción del templo. Moisés, el libertador que sacó a los israelitas de Egipto, se tomó el tiempo necesario para planificar el tabernáculo. Pablo planificó sus viajes misioneros y la implantación de iglesias en las ciudades que visitó.
Recuerde: Un plan es una lista escrita de acciones ordenadas y fechadas para lograr la meta deseada. Sin un plan no podemos lograr nuestras metas. Por ejemplo: David tenía una meta, su meta era matar a Goliat, aquel filisteo gigante que estaba burlándose del pueblo de Dios. Es interesante que Saúl y su gente ni siquiera tenían esa meta, ellos pensaban que era imposible matar al gigante. En cambio, David pensaba que era imposible fallar al lanzarle una piedra a Goliat con semejante tamaño. Noten la diferencia en la manera de pensar.
Muy bien, entonces David elaboró un plan para lograr su meta. ¿qué hubiera pasado si David solamente hubiera soñado y deseado matar al gigante y no preparar ningún plan para alcanzar esa meta? Lo que hubiera pasado es que Goliat lo hubiera matado. Pero David elaboró un plan.
Dijo tomaré estas cinco piedras, las colocaré en mi saco pastoril, voy a poner una de estas piedras en mi honda y se la voy a lanzar al gigantón en la mera frente, si fallo tomo otra piedra y lo intento de nuevo. La Biblia nos muestra que no necesitó un segundo intento, porque al primer intento mató a Goliat, porque supo planificar adecuadamente.
Saben, hay cristianos que no agarran la honda, esto de agarrar la honda es bíblico, porque David agarró la honda y con ella mató al gigante.
De modo que hay que planificar y recuerde: Nadie formula planes para fracasar, pero muchos fracasan porque no formulan planes.
Jesús tuvo un plan y dicho plan es aplicable en cualquier parte del mundo y en cualquier momento de la historia de la humanidad. Jesús no quería únicamente llenar la cabeza de sus discípulos de información, sino lograr una transformación en sus vidas. Eso se logra solamente a través de una relación personal entre maestro y discípulo. Cada uno de nosotros debemos desarrollar los planes que se pueden aplicar en nuestro contexto, para que la obra del Señor siga adelante.
Conclusión: ¿Eres un líder paradigma, con propósitos claros y con planes definidos?.....
No olvide: Si Ud. es líder, a Ud. lo están siguiendo y ven su ejemplo. Ud. debe compartir sus propósitos con los demás y también los planes, transmitir la visión. Sea Ud. el líder que Jesús quiere que sea.
EL ENFOQUE DEL LIDERAZGO DE JESÚS: FORMAR PERSONAS
¿Cómo podríamos evaluar humanamente los resultados del ministerio de Jesús?: «No tuvo resultados perfectos (tuvo un traidor, multitudes que lo seguían pero demandantes y cambiantes, discípulos —amigos íntimos— que lo abandonaron en su hora más difícil). Bíblicamente su ministerio fue muy sencillo pero profundo.
¿Qué lo hizo posible ese combinación de sencillez y profundidad?, su meta y su método. La meta de Jesús fue las personas. Él buscaba conducirlas a la salvación eterna y formarlos a su propia imagen. El método para alcanzar su meta fue: Involucrarse personalmente en sus vidas, discipularlos para que fueran como él y, después, enviarlos para que hicieran a otros lo que él hizo con ellos.
El ministerio de Jesús y sus resultados
Juan 17.7–12, 18; Mateo 2819; 1 Juan 1.2–3
El mayor milagro de Jesús no fue realizado mientras caminó sobre esta tierra. Fue el resultado de incontables horas dedicadas a la capacitación de sus doce discípulos, hecho lo cual y una vez que partió, y los instruyó que fueran y practicaran este mismo arte de preparación y liderazgo. El milagro consistió en que esos hombres prácticamente fracasados prosiguieron su milagroso ministerio de tal manera que alcanzaron toda Asia en dos años (Hechos 19.10). Jesús pasó la mayor parte de su tiempo con los Doce, no con las masas. Él estaba empeñado en la formación de hombres que dirigirían la iglesia en la siguiente generación; hombres en quienes usted y yo no hubiéramos perdido nuestro tiempo. Jesús sabía dónde se encontraría su legado. Su ingenio no se encuentra en sus milagros divinos, ni siquiera en su directo ministerio. Se encuentra en su multiplicación deliberada.
Su enfoque primordial fue tratar personalmente con sus discípulos.
Observaciones sobre este enfoque de jesús
La idea de Jesús sobre el discipulado (involucrase con las personas y formarlas para que ellas hicieran lo que él hizo)
Instrucción ... en un contexto relacionado con la vida.
«Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos» (Mateo 51).
«Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar» (Lucas 111).
Demostración ... en un contexto relacionado con la vida.
«Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestro pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis» (Juan 13.12–15).
Experiencia... en un contexto relacionado con la vida.
«Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos» (Marcos 6.7).
«Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente» (Lucas 9,16).
Asesoramiento ... en un contexto relacionado con la vida
«Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno» (Lucas 17.18–21).
Jesús empleó doce factores para poder involucrarse con sus discípulos y así formarlos como él:
1. Iniciativa (Lucas 6:12, 13)
«... él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos».
2. Proximidad (Marcos 3:14, Lucas 8:1)
«Y estableció a doce, para que estuviesen con él...»
3. Amistad (Juan 15:15)
«Ya no os llamaré siervos .... pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer».
4. Ejemplo (Juan 13:15)
«Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis».
5. Compromiso (Mateo 16:24, Juan 13:1)
«Jesús ...como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin».
«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame».
6. Responsabilidad (Marcos 6:7)
«Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos».
7. Conocimiento (Lucas 8:9, 10)
«Y los discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola? Y él dijo: A vosotros os he dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan».
8. Visión (Mateo 4:19, Juan 4:35)
«Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres».
«¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega».
9. Confianza (Mateo 10:1-8)
«Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Y yendo, predicad ... sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia».
10. Evaluación (Lucas 10:17-24)
«Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos».
11. Poder (Juan 20:22, Hechos 1:8)
«Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo».
«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra».
12. Impulso (Mateo 28:18, 20)
«Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones ...»
Cómo se vive según el enfoque se Jesús
El logro viene cuando alguien es capaz de hacer grandes cosas para sí mismo.
El éxito viene cuando esa persona da el poder a los seguidores de hacer grandes cosas con él.
La importancia viene cuando esa persona desarrolla líderes para hacer grandes cosas para él.
El legado viene cuando prepara su organización para hacer grandes cosas sin él.
AUTOEVALUACIÓN:
1. Cuando pienso en formar personas, ¿Qué viene a mi mente? ¿A quién formaré?
2. ¿Cómo podré dejar a alguien formado? ¿Qué papel tengo yo en aquello que en un futuro pueda superar lo que yo hice?
3. ¿De qué manera estoy imitando a Jesús, así como él lo hacía con sus doce, para dejar un movimiento de personas después de su partida?
4. ¿Qué pasos puedo tomar esta semana para asegurar el impacto que ha de tener mi legado —las personas que yo forme— en el futuro?
5. ¿Qué necesito ser para ser un formador de personas?
¿Qué lo hizo posible ese combinación de sencillez y profundidad?, su meta y su método. La meta de Jesús fue las personas. Él buscaba conducirlas a la salvación eterna y formarlos a su propia imagen. El método para alcanzar su meta fue: Involucrarse personalmente en sus vidas, discipularlos para que fueran como él y, después, enviarlos para que hicieran a otros lo que él hizo con ellos.
El ministerio de Jesús y sus resultados
Juan 17.7–12, 18; Mateo 2819; 1 Juan 1.2–3
El mayor milagro de Jesús no fue realizado mientras caminó sobre esta tierra. Fue el resultado de incontables horas dedicadas a la capacitación de sus doce discípulos, hecho lo cual y una vez que partió, y los instruyó que fueran y practicaran este mismo arte de preparación y liderazgo. El milagro consistió en que esos hombres prácticamente fracasados prosiguieron su milagroso ministerio de tal manera que alcanzaron toda Asia en dos años (Hechos 19.10). Jesús pasó la mayor parte de su tiempo con los Doce, no con las masas. Él estaba empeñado en la formación de hombres que dirigirían la iglesia en la siguiente generación; hombres en quienes usted y yo no hubiéramos perdido nuestro tiempo. Jesús sabía dónde se encontraría su legado. Su ingenio no se encuentra en sus milagros divinos, ni siquiera en su directo ministerio. Se encuentra en su multiplicación deliberada.
Su enfoque primordial fue tratar personalmente con sus discípulos.
Observaciones sobre este enfoque de jesús
La idea de Jesús sobre el discipulado (involucrase con las personas y formarlas para que ellas hicieran lo que él hizo)
Instrucción ... en un contexto relacionado con la vida.
«Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos» (Mateo 51).
«Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar» (Lucas 111).
Demostración ... en un contexto relacionado con la vida.
«Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestro pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis» (Juan 13.12–15).
Experiencia... en un contexto relacionado con la vida.
«Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos» (Marcos 6.7).
«Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente» (Lucas 9,16).
Asesoramiento ... en un contexto relacionado con la vida
«Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno» (Lucas 17.18–21).
Jesús empleó doce factores para poder involucrarse con sus discípulos y así formarlos como él:
1. Iniciativa (Lucas 6:12, 13)
«... él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos».
2. Proximidad (Marcos 3:14, Lucas 8:1)
«Y estableció a doce, para que estuviesen con él...»
3. Amistad (Juan 15:15)
«Ya no os llamaré siervos .... pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer».
4. Ejemplo (Juan 13:15)
«Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis».
5. Compromiso (Mateo 16:24, Juan 13:1)
«Jesús ...como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin».
«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame».
6. Responsabilidad (Marcos 6:7)
«Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos».
7. Conocimiento (Lucas 8:9, 10)
«Y los discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola? Y él dijo: A vosotros os he dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan».
8. Visión (Mateo 4:19, Juan 4:35)
«Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres».
«¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega».
9. Confianza (Mateo 10:1-8)
«Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Y yendo, predicad ... sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia».
10. Evaluación (Lucas 10:17-24)
«Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos».
11. Poder (Juan 20:22, Hechos 1:8)
«Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo».
«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra».
12. Impulso (Mateo 28:18, 20)
«Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones ...»
Cómo se vive según el enfoque se Jesús
El logro viene cuando alguien es capaz de hacer grandes cosas para sí mismo.
El éxito viene cuando esa persona da el poder a los seguidores de hacer grandes cosas con él.
La importancia viene cuando esa persona desarrolla líderes para hacer grandes cosas para él.
El legado viene cuando prepara su organización para hacer grandes cosas sin él.
AUTOEVALUACIÓN:
1. Cuando pienso en formar personas, ¿Qué viene a mi mente? ¿A quién formaré?
2. ¿Cómo podré dejar a alguien formado? ¿Qué papel tengo yo en aquello que en un futuro pueda superar lo que yo hice?
3. ¿De qué manera estoy imitando a Jesús, así como él lo hacía con sus doce, para dejar un movimiento de personas después de su partida?
4. ¿Qué pasos puedo tomar esta semana para asegurar el impacto que ha de tener mi legado —las personas que yo forme— en el futuro?
5. ¿Qué necesito ser para ser un formador de personas?
EL LIDERAZGO CRISTIANO
Apoyamos a nuestros líderes
¿Qué ayuda podrían necesitar nuestros líderes para cumplir eficazmente con su tarea? Los siguientes pasajes pueden hacer un aporte a nuestra discusión.
* La ayuda de Dios (Exodo 3:11-12; Jueces 6:15-16)
* La ayuda de otros (Exodo 4:10-16; Exodo 17:12; Hechos 6:1-7)
* Oración (Hechos 6:6 y 13:3; 1 Tesalonicenses 5:25)
* Recursos y obreros (Exodo 36:2-3; Nehemías 4:6)
* Capacitación junto a otros que tienen más experiencia, siguiendo el ejemplo de Josué (Exodo 24:13; 33:11); Eliseo (1 Reyes 19:19-21); Timoteo (Filipenses 2:22).
Compartamos cómo podemos apoyar, animar y orar mejor por nuestros líderes.
Las cualidades de los líderes
Leamos 1 Timoteo 3:1-10
Este pasaje describe las cualidades que Pablo consideró importantes para los líderes en la iglesia.
* ¿Qué dice Pablo de la persona que aspira a un puesto de dirigente? (versículo 1)
* ¿Cuáles de las cualidades que se mencionan para dirigentes y
diáconos (versículos 2-5 y 7-9) podrían ser importantes para los líderes de nuestro grupo? ¿Por qué?
* ¿Cuál es el peligro de elegir como líder a un recién convertido (versículo 6)? ¿Podría existir el mismo peligro para nuestro grupo si elegimos como líder a un miembro nuevo?
* ¿Qué dice el versículo 10 acerca de los diáconos?
Dios elige a los líderes
Leamos Exodo 3:11, Jueces 6:15, 1 Samuel 9:21, 1 Reyes 3:7 y Jeremías 1:6
* ¿Qué clase de personas elige Dios aquí para ocupar roles de liderazgo?
* ¿Qué actitudes tienen?
* ¿Qué modelo de liderazgo nos muestra Jesús en Juan 13:3-5?
* ¿Qué es lo que Dios dice que mira cuando está seleccionando a un líder? (1 Samuel 16:7)
Después de repasar las cualidades y actitudes que debe tener un líder y el trabajo que debe realizarse, muchas personas podrían sentirse inadecuadas e incapaces de ocupar un rol de liderazgo (como ocurrió en algunos de estos ejemplos). Esta actitud puede ser saludable si se encara de la manera correcta, porque significa que el líder buscará apoyo y no se llenará de orgullo.
Los líderes cristianos
Leamos 1 Pedro 5:1-4
* Hagamos una lista de las características de un buen líder que se mencionan en este pasaje.
Leamos 1 Timoteo 3:1-13
Aquí Pablo habla de las cualidades requeridas de los líderes de la iglesia.
* Hagamos una lista de las cualidades que Pablo menciona aquí. ¿Son éstas cualidades que deben caracterizar a todos los cristianos?
* ¿Estas cualidades las pueden tener mujeres que tienen capacidad para el liderazgo?
* ¿Qué recompensa espera a aquellos que sirven bien a otros?
* ¿Cómo se elige a las personas para desempeñar responsabilidades dentro de nuestra iglesia? ¿Qué habilidades y formación necesitan tener?
* ¿Las personas que tienen la responsabilidad de liderar a otros deben tener una buena educación y ser letrados?
Siervos del Rey
Leamos Mateo 20:20-28
Cada uno de nosotros necesitamos desarrollar la humildad y el servicio en nuestras vidas cristianas. Debemos ser testigos con lo que hacemos — no solo con lo que decimos – aunque quienes nos rodean actúen de manera distinta.
* ¿Por qué pensamos que Santiago, Juan y su madre pidieron un favor especial?
* ¿Cómo respondió Jesús a su pedido? ¿Qué nos dice ésto acerca de la idea que tiene Jesús del liderazgo?
* ¿Qué efecto tuvo este pedido sobre los otros discípulos? ¿Hemos visto situaciones parecidas en nuestro trabajo o en nuestra iglesia?
* ¿A qué tipo de liderazgo se refiere Jesús en el versículo 28? ¿Es éste el modelo de liderazgo que hemos encontrado en nuestra iglesia?
* Compartan qué forma tomaría este modelo de liderazgo en los siguientes espacios:
• en el trabajo
• en la familia
• en la iglesia
• en la comunidad
* ¿Cuáles son las características principales de un líder siervo?
* ¿En qué aspectos debemos cambiar como individuos y como iglesia para reflejar mejor la actitud de siervo que tuvo Jesús?
Desarrollamos habilidades de liderazgo
Leamos Marcos 6:7-13
Compartamos de qué maneras capacitó Jesús a los discípulos antes de enviarlos al mundo.
* ¿Los discípulos realmente entendían quién era Jesús cuando él los envió por primera vez? ¿Lo conocían en profundidad?
* ¿Cómo los preparó Jesús para esta labor?
* ¿Qué recursos necesitaron?
* ¿Por qué los habrá enviado Jesús de dos en dos?
* Como iglesia, ¿tardamos a veces en actuar y en mostrar un amor auténtico, esperando estar más preparados? ¿Tiene importancia esto?
* ¿Cuáles fueron los resultados?
Líderes siervos
¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús en su servicio a otros? ¿Por qué puede resultar particularmente difícil hacer esto cuando uno ocupa un rol de liderazgo?
Leamos Juan 13:1-17 que describe el ejemplo de liderazgo de Jesús.
* ¿Qué modelo de liderazgo muestra Jesús aquí?
* ¿Cómo nos sentiríamos si fuéramos uno de los discípulos
* ¿Cuál debe ser nuestra respuesta a la acción de Jesús?
* ¿Qué características de liderazgo muestra Jesús aquí?
Vamos a lavarnos físicamente los pies unos a otros.
* ¿Cómo se sintieron las personas que lavaron los pies?
* ¿Cómo se sintieron las personas cuyos pies fueron lavados?
* ¿Qué nos enseña esto acerca del liderazgo?
El rol de los líderes nunca es fácil. ¿Apoyamos y oramos por nuestros líderes en la medida en que deberíamos?
Ver también
Filipenses 2:6-7 Aunque era de naturaleza divina
Mateo 20:24-28 Líderes siervos
Mateo 12:18-20 Aquí está mi siervo
Mateo 10:1 Jesús llamó a sus doce discípulos
¿Qué ayuda podrían necesitar nuestros líderes para cumplir eficazmente con su tarea? Los siguientes pasajes pueden hacer un aporte a nuestra discusión.
* La ayuda de Dios (Exodo 3:11-12; Jueces 6:15-16)
* La ayuda de otros (Exodo 4:10-16; Exodo 17:12; Hechos 6:1-7)
* Oración (Hechos 6:6 y 13:3; 1 Tesalonicenses 5:25)
* Recursos y obreros (Exodo 36:2-3; Nehemías 4:6)
* Capacitación junto a otros que tienen más experiencia, siguiendo el ejemplo de Josué (Exodo 24:13; 33:11); Eliseo (1 Reyes 19:19-21); Timoteo (Filipenses 2:22).
Compartamos cómo podemos apoyar, animar y orar mejor por nuestros líderes.
Las cualidades de los líderes
Leamos 1 Timoteo 3:1-10
Este pasaje describe las cualidades que Pablo consideró importantes para los líderes en la iglesia.
* ¿Qué dice Pablo de la persona que aspira a un puesto de dirigente? (versículo 1)
* ¿Cuáles de las cualidades que se mencionan para dirigentes y
diáconos (versículos 2-5 y 7-9) podrían ser importantes para los líderes de nuestro grupo? ¿Por qué?
* ¿Cuál es el peligro de elegir como líder a un recién convertido (versículo 6)? ¿Podría existir el mismo peligro para nuestro grupo si elegimos como líder a un miembro nuevo?
* ¿Qué dice el versículo 10 acerca de los diáconos?
Dios elige a los líderes
Leamos Exodo 3:11, Jueces 6:15, 1 Samuel 9:21, 1 Reyes 3:7 y Jeremías 1:6
* ¿Qué clase de personas elige Dios aquí para ocupar roles de liderazgo?
* ¿Qué actitudes tienen?
* ¿Qué modelo de liderazgo nos muestra Jesús en Juan 13:3-5?
* ¿Qué es lo que Dios dice que mira cuando está seleccionando a un líder? (1 Samuel 16:7)
Después de repasar las cualidades y actitudes que debe tener un líder y el trabajo que debe realizarse, muchas personas podrían sentirse inadecuadas e incapaces de ocupar un rol de liderazgo (como ocurrió en algunos de estos ejemplos). Esta actitud puede ser saludable si se encara de la manera correcta, porque significa que el líder buscará apoyo y no se llenará de orgullo.
Los líderes cristianos
Leamos 1 Pedro 5:1-4
* Hagamos una lista de las características de un buen líder que se mencionan en este pasaje.
Leamos 1 Timoteo 3:1-13
Aquí Pablo habla de las cualidades requeridas de los líderes de la iglesia.
* Hagamos una lista de las cualidades que Pablo menciona aquí. ¿Son éstas cualidades que deben caracterizar a todos los cristianos?
* ¿Estas cualidades las pueden tener mujeres que tienen capacidad para el liderazgo?
* ¿Qué recompensa espera a aquellos que sirven bien a otros?
* ¿Cómo se elige a las personas para desempeñar responsabilidades dentro de nuestra iglesia? ¿Qué habilidades y formación necesitan tener?
* ¿Las personas que tienen la responsabilidad de liderar a otros deben tener una buena educación y ser letrados?
Siervos del Rey
Leamos Mateo 20:20-28
Cada uno de nosotros necesitamos desarrollar la humildad y el servicio en nuestras vidas cristianas. Debemos ser testigos con lo que hacemos — no solo con lo que decimos – aunque quienes nos rodean actúen de manera distinta.
* ¿Por qué pensamos que Santiago, Juan y su madre pidieron un favor especial?
* ¿Cómo respondió Jesús a su pedido? ¿Qué nos dice ésto acerca de la idea que tiene Jesús del liderazgo?
* ¿Qué efecto tuvo este pedido sobre los otros discípulos? ¿Hemos visto situaciones parecidas en nuestro trabajo o en nuestra iglesia?
* ¿A qué tipo de liderazgo se refiere Jesús en el versículo 28? ¿Es éste el modelo de liderazgo que hemos encontrado en nuestra iglesia?
* Compartan qué forma tomaría este modelo de liderazgo en los siguientes espacios:
• en el trabajo
• en la familia
• en la iglesia
• en la comunidad
* ¿Cuáles son las características principales de un líder siervo?
* ¿En qué aspectos debemos cambiar como individuos y como iglesia para reflejar mejor la actitud de siervo que tuvo Jesús?
Desarrollamos habilidades de liderazgo
Leamos Marcos 6:7-13
Compartamos de qué maneras capacitó Jesús a los discípulos antes de enviarlos al mundo.
* ¿Los discípulos realmente entendían quién era Jesús cuando él los envió por primera vez? ¿Lo conocían en profundidad?
* ¿Cómo los preparó Jesús para esta labor?
* ¿Qué recursos necesitaron?
* ¿Por qué los habrá enviado Jesús de dos en dos?
* Como iglesia, ¿tardamos a veces en actuar y en mostrar un amor auténtico, esperando estar más preparados? ¿Tiene importancia esto?
* ¿Cuáles fueron los resultados?
Líderes siervos
¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Jesús en su servicio a otros? ¿Por qué puede resultar particularmente difícil hacer esto cuando uno ocupa un rol de liderazgo?
Leamos Juan 13:1-17 que describe el ejemplo de liderazgo de Jesús.
* ¿Qué modelo de liderazgo muestra Jesús aquí?
* ¿Cómo nos sentiríamos si fuéramos uno de los discípulos
* ¿Cuál debe ser nuestra respuesta a la acción de Jesús?
* ¿Qué características de liderazgo muestra Jesús aquí?
Vamos a lavarnos físicamente los pies unos a otros.
* ¿Cómo se sintieron las personas que lavaron los pies?
* ¿Cómo se sintieron las personas cuyos pies fueron lavados?
* ¿Qué nos enseña esto acerca del liderazgo?
El rol de los líderes nunca es fácil. ¿Apoyamos y oramos por nuestros líderes en la medida en que deberíamos?
Ver también
Filipenses 2:6-7 Aunque era de naturaleza divina
Mateo 20:24-28 Líderes siervos
Mateo 12:18-20 Aquí está mi siervo
Mateo 10:1 Jesús llamó a sus doce discípulos
LA RESPUESTA DE DIOS PARA LA IRA
Existen personas que tratan de justificar su ira. Dicen: “Es característica de familia.” Son como un rifle cargado con un sensible gatillo. Cada vez que son empujados, ¡se disparan! Y luego dicen: “Oh, mi ira dura muy poco.” Bueno, lo mismo pasa con los tornados [o terremotos], ¡y mire el daño que causan!
Veamos lo que la Biblia, especialmente el libro de Proverbios, tiene que decir acerca de ser rápidos para encolerizarse:
“La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa. Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, y su favor como el rocío sobre la hierba” (Proverbios 19:11-12).
“El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla” (Proverbios 15:18).
“No entres apresuradamente en pleito, No sea que no sepas qué hacer al fin, después que tu prójimo te haya avergonzado” (Proverbios 25:8).
Cuando usted se enoja fácilmente, puede perder mucho: su trabajo, sus amigos, su cónyuge, sus hijos, su salud, su testimonio. No hay nada más contraproducente para su testimonio cristiano que el perder rápidamente su domino propio.
Confesar nuestra ira
Si reprimimos nuestra ira en vez de confesarla, ésta puede producir toda clase de daños. Usted puede decir que no está airado, pero su estómago llevará la cuenta. Por lo tanto, lo primero que debe hacer para controlar su ira, es confesarla al Señor. Dígale: “Hay algo dentro de mí que no me gusta. Necesito que Tú me controles para que yo no actúe incontrolablemente o injustamente”
Alguien muy bien dijo que si usted reprime la ira, eso es como encender un basurero, guardarlo en un closet [o ropero], y cerrar la puerta. Pudiera ser que se consuma solo o que queme toda la casa. Si usted quiere controlar la ira, lo primero que debe hacer es abrir la puerta del closet y decir: “Ahí está, Señor. Ahí está. Apaga el fuego.”
Considerar nuestra ira
Cuando usted da un paso atrás en su ira y comienza a buscar el entendimiento que proviene de Dios, Él le mostrará la respuesta. Es muy importante analizar la fuente de su ira, a fin de no quedarse a medio camino. El Salmo 4:4 dice: “Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad.”
Dios ha prometido mostrarnos el camino si es que le buscamos. “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:8). Y no mire hacia el mundo para ver cómo maneja el asunto. Mire a Dios. Romanos 12:2 enseña:” No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Controle su ira
Bien. Usted está listo para trabajar en controlar su ira. Usted responde: “¡No puedo controlar mi ira!” Oh, sí puede. Un día usted está teniendo una de esas discusiones que se puede escuchar a medio kilómetro de distancia. De pronto suena el teléfono. Uno de ustedes se lanza furioso contra el teléfono, prácticamente lo arranca de la base y contesta [apaciblemente]: “¡Hola!”. Así que no me diga que usted no puede “encenderse” y “apagarse”. ¡Lo puede hacer! Proverbios 29:11 dice: “El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega.” Los necios vociferan lo que sea, pero el hombre sabio escoge controlar su lengua.
Entonces tenemos, confesión, consideración y control. Ahora, no le garantizo que usted ya no tendrá problemas por su ira, pero si puede aprender estas bases, estará en camino a lograrlo.
Veamos lo que la Biblia, especialmente el libro de Proverbios, tiene que decir acerca de ser rápidos para encolerizarse:
“La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa. Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, y su favor como el rocío sobre la hierba” (Proverbios 19:11-12).
“El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla” (Proverbios 15:18).
“No entres apresuradamente en pleito, No sea que no sepas qué hacer al fin, después que tu prójimo te haya avergonzado” (Proverbios 25:8).
Cuando usted se enoja fácilmente, puede perder mucho: su trabajo, sus amigos, su cónyuge, sus hijos, su salud, su testimonio. No hay nada más contraproducente para su testimonio cristiano que el perder rápidamente su domino propio.
Confesar nuestra ira
Si reprimimos nuestra ira en vez de confesarla, ésta puede producir toda clase de daños. Usted puede decir que no está airado, pero su estómago llevará la cuenta. Por lo tanto, lo primero que debe hacer para controlar su ira, es confesarla al Señor. Dígale: “Hay algo dentro de mí que no me gusta. Necesito que Tú me controles para que yo no actúe incontrolablemente o injustamente”
Alguien muy bien dijo que si usted reprime la ira, eso es como encender un basurero, guardarlo en un closet [o ropero], y cerrar la puerta. Pudiera ser que se consuma solo o que queme toda la casa. Si usted quiere controlar la ira, lo primero que debe hacer es abrir la puerta del closet y decir: “Ahí está, Señor. Ahí está. Apaga el fuego.”
Considerar nuestra ira
Cuando usted da un paso atrás en su ira y comienza a buscar el entendimiento que proviene de Dios, Él le mostrará la respuesta. Es muy importante analizar la fuente de su ira, a fin de no quedarse a medio camino. El Salmo 4:4 dice: “Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad.”
Dios ha prometido mostrarnos el camino si es que le buscamos. “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:8). Y no mire hacia el mundo para ver cómo maneja el asunto. Mire a Dios. Romanos 12:2 enseña:” No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Controle su ira
Bien. Usted está listo para trabajar en controlar su ira. Usted responde: “¡No puedo controlar mi ira!” Oh, sí puede. Un día usted está teniendo una de esas discusiones que se puede escuchar a medio kilómetro de distancia. De pronto suena el teléfono. Uno de ustedes se lanza furioso contra el teléfono, prácticamente lo arranca de la base y contesta [apaciblemente]: “¡Hola!”. Así que no me diga que usted no puede “encenderse” y “apagarse”. ¡Lo puede hacer! Proverbios 29:11 dice: “El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega.” Los necios vociferan lo que sea, pero el hombre sabio escoge controlar su lengua.
Entonces tenemos, confesión, consideración y control. Ahora, no le garantizo que usted ya no tendrá problemas por su ira, pero si puede aprender estas bases, estará en camino a lograrlo.
sábado, 14 de agosto de 2010
LA OBEDIENCIA DE ABRAHAM
Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció; y salió sin saber a dónde iba. —Hebreos 11:8
¿Alguna vez Dios te pidió que hicieras algo aparentemente irracional o que te llevaba al terreno de lo desconocido? ¿Qué pasaría si te pidiera que rechazaras un largamente ansiado ascenso en el trabajo o una anhelada relación sentimental con alguien? ¿Y si te llamara para ir a un lugar remoto de la tierra o te pidiera dejar que tu hijo le sirva en un sitio lejano?
Lo desconocido está lleno de interrogantes atormentadores, tales como: «¿Y si pasa esto o aquello…?» Aun así, cuando seguimos al Señor, Él suele llamarnos a recorrer territorio desconocido. Obedecer Sus mandamientos de perdonar, entregar nuestros tesoros o abandonar las cosas que nos brindan seguridad y placer nos deja a menudo en el terreno atemorizante del qué irá a pasar. Imagínate cómo se habrá sentido Abraham cuando Dios le pidió que trasladara a toda su familia y no le dijo adónde irían (Génesis 12:1-3). También le demandó perseverancia; es decir, que se quedara en una tierra desconocida, aunque las atractivas comodidades del pasado amenazaran seducirlos, tanto a él como a su familia, al regresar al entorno seguro de Ur. El miedo a lo desconocido podría impedir que siguiéramos la guía de Dios en los días que están por delante. Pero, como Abraham, cuando nos aferramos a Aquel que sabe todas las cosas, estamos en buenas manos… no importa el destino.
Nunca tengas temor de confiarle el futuro desconocido al Dios omnisciente.
BIBIOGRAFÍA:
-http://www.enbuscadedios.com
-http://www.ibrcvirtual.org
atb@transmundial.org
-www.elamorquevale.org
-http://guardianesdelmuro.com
¿Alguna vez Dios te pidió que hicieras algo aparentemente irracional o que te llevaba al terreno de lo desconocido? ¿Qué pasaría si te pidiera que rechazaras un largamente ansiado ascenso en el trabajo o una anhelada relación sentimental con alguien? ¿Y si te llamara para ir a un lugar remoto de la tierra o te pidiera dejar que tu hijo le sirva en un sitio lejano?
Lo desconocido está lleno de interrogantes atormentadores, tales como: «¿Y si pasa esto o aquello…?» Aun así, cuando seguimos al Señor, Él suele llamarnos a recorrer territorio desconocido. Obedecer Sus mandamientos de perdonar, entregar nuestros tesoros o abandonar las cosas que nos brindan seguridad y placer nos deja a menudo en el terreno atemorizante del qué irá a pasar. Imagínate cómo se habrá sentido Abraham cuando Dios le pidió que trasladara a toda su familia y no le dijo adónde irían (Génesis 12:1-3). También le demandó perseverancia; es decir, que se quedara en una tierra desconocida, aunque las atractivas comodidades del pasado amenazaran seducirlos, tanto a él como a su familia, al regresar al entorno seguro de Ur. El miedo a lo desconocido podría impedir que siguiéramos la guía de Dios en los días que están por delante. Pero, como Abraham, cuando nos aferramos a Aquel que sabe todas las cosas, estamos en buenas manos… no importa el destino.
Nunca tengas temor de confiarle el futuro desconocido al Dios omnisciente.
BIBIOGRAFÍA:
-http://www.enbuscadedios.com
-http://www.ibrcvirtual.org
atb@transmundial.org
-www.elamorquevale.org
-http://guardianesdelmuro.com
domingo, 8 de agosto de 2010
EL GUSANO ATRAPADO
Un indígena oriundo de Centroamérica había hallado la paz en Dios. Había cambiado radicalmente, de una vida de depravación, borracheras e infidelidad, a una vida de verdadera satisfacción y paz. Siempre hablaba de su salvación y de lo que Jesucristo había hecho por él. No le importaba dónde estuviera ni quién estuviera viéndolo o escuchándolo. A todos les daba el testimonio de su conversión.
Un día un amigo suyo le preguntó:
—Churunel, ¿por qué hablas tanto de Cristo?
Churunel no respondió de inmediato, sino que comenzó a recoger palitos y hojas secas que fue colocando uno sobre otro en un círculo. Entonces buscó hasta hallar un gusanito, y lo puso en el centro del círculo. Todavía sin decir palabra, encendió un fósforo y lo acercó a las hojas y a los palitos secos.
El fuego dio la vuelta al combustible seco, y el gusanito atrapado comenzó a buscar locamente cómo salir, pero no podía.
Por fin el fuego avanzó hacía el centro, y el calor se fue acercando al gusano. Éste, desesperado, levantó en alto la cabeza como para respirar, cuando menos, un poco de aire fresco. El gusanito sabía que su único refugio tendría que venir de arriba.
Al verlo así, Churunel se inclinó y le extendió sus dedos. El gusano se asió de ellos y el indígena sacó el gusano de en medio del fuego. Fue hasta entonces que emitió su primera palabra.
«Esto —explicó Churunel— es lo que Cristo hizo por mí. Yo estaba atrapado en los vicios del pecado, y no había esperanza de salida. Había tratado, por todos los medios posibles, de salvarme a mí mismo, pero me era imposible.
»Entonces el Señor se inclinó hacia mí y me extendió su mano. Lo único que tuve que hacer fue asirme de Él. Cristo me sacó de esa prisión. Por eso no puedo dejar de contarles a todos lo que hizo por mí.»
Lo cierto es que aquel indígena describió a la perfección lo que Cristo puede y quiere hacer por cada uno de nosotros. Sin Cristo estamos atrapados. Más vale que reconozcamos de una vez por todas que la vida real no respalda el argumento popular que dice: «El día que yo quiera dejar el vicio, puedo dejarlo.» De no ser por una ayuda que venga de arriba, moriremos en nuestros pecados.
Cristo está cerca de nosotros y nos extiende la mano. Sólo tenemos que asirnos de ella. Churunel lo hizo y encontró paz. Así como él lo han hecho millones más, y han hallado la paz. ¿Por qué no hacerlo nosotros también? Cristo quiere rescatarnos y darnos su paz.
Un día un amigo suyo le preguntó:
—Churunel, ¿por qué hablas tanto de Cristo?
Churunel no respondió de inmediato, sino que comenzó a recoger palitos y hojas secas que fue colocando uno sobre otro en un círculo. Entonces buscó hasta hallar un gusanito, y lo puso en el centro del círculo. Todavía sin decir palabra, encendió un fósforo y lo acercó a las hojas y a los palitos secos.
El fuego dio la vuelta al combustible seco, y el gusanito atrapado comenzó a buscar locamente cómo salir, pero no podía.
Por fin el fuego avanzó hacía el centro, y el calor se fue acercando al gusano. Éste, desesperado, levantó en alto la cabeza como para respirar, cuando menos, un poco de aire fresco. El gusanito sabía que su único refugio tendría que venir de arriba.
Al verlo así, Churunel se inclinó y le extendió sus dedos. El gusano se asió de ellos y el indígena sacó el gusano de en medio del fuego. Fue hasta entonces que emitió su primera palabra.
«Esto —explicó Churunel— es lo que Cristo hizo por mí. Yo estaba atrapado en los vicios del pecado, y no había esperanza de salida. Había tratado, por todos los medios posibles, de salvarme a mí mismo, pero me era imposible.
»Entonces el Señor se inclinó hacia mí y me extendió su mano. Lo único que tuve que hacer fue asirme de Él. Cristo me sacó de esa prisión. Por eso no puedo dejar de contarles a todos lo que hizo por mí.»
Lo cierto es que aquel indígena describió a la perfección lo que Cristo puede y quiere hacer por cada uno de nosotros. Sin Cristo estamos atrapados. Más vale que reconozcamos de una vez por todas que la vida real no respalda el argumento popular que dice: «El día que yo quiera dejar el vicio, puedo dejarlo.» De no ser por una ayuda que venga de arriba, moriremos en nuestros pecados.
Cristo está cerca de nosotros y nos extiende la mano. Sólo tenemos que asirnos de ella. Churunel lo hizo y encontró paz. Así como él lo han hecho millones más, y han hallado la paz. ¿Por qué no hacerlo nosotros también? Cristo quiere rescatarnos y darnos su paz.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)