martes, 31 de agosto de 2010

LA RELIGIÓN : EL CAMINO AL INFIERNO

Romanos 2:25-28
La religión y el camino al infierno –Parte 4 “El ultimo grito de la moda en hojas de higuera”
Introducción.
Abra por favor su Biblia en el libro de Génesis, me gustaría mostrarle el primer acto religioso en la historia de la humanidad. Me gustaría emplear al menos la mitad de este programa en el libro de Génesis, comenzando con el capitulo 2, preparando así el escenario para lo que Pablo va a decir, siglos después, en Romanos capitulo 2.

Satanás se le apareció a Eva en el huerto para tentarla. Adán y Eva recibieron instrucciones de Dios de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Adán y Eva fueron creados por Dios en inocencia, pero tenían la habilidad de escoger, de tomar decisiones. Dios no creo robots que lo amaban y lo obedecían sin tener la habilidad de escoger. El nos creo con la posibilidad de elegir y cumplir con el mandamiento mas importante jamás dado a la humanidad; al cual lo hayamos en Mateo, capitulo 22, versículo 37,
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”

Y una de las evidencias del verdadero amor a Dios es la obediencia de sus mandamientos. De hechos, en I Juan, capitulo 2, versículos 3 al 5 leemos:
“Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.”

Usted dirá “Nadie pude ser perfecto en guardar los mandamientos.”
Bueno, es verdad. Sin embargo, el verdadero creyente desea guardarlos, mientras el incrédulo, no. Y el verdadero creyente admite su culpa y vergüenza, mientras el incrédulo la justifica o la cubre y hasta, en ocasiones, la niega. La marca del creyente no es la perfección en la vida, sino un patrón de vida que desea y escoge obedecer a Cristo y caminar tras El.
Dios le advirtió a Adán en Génesis, capitulo 2, versículos 16 y 17,
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

Adán tuvo la opción de obedecer o desobedecer.
En este pasaje también podemos ver que el hombre era inmortal. Adán aun no había pecado pero, Dios le advierte, que si escoge pecar, la consecuencia será la muerte física. Esa consecuencia existe en la actualidad y, a propósito, en Romanos capitulo 6, versículo 23 leemos:
Porque la paga del pecado es muerte…
En otras palabras, una de las pruebas innegables de que tenemos la naturaleza de Adan y escogimos pecar también, es que todos experimentamos la misma consecuencia –todos un día vamos a morir físicamente.

El capitulo 3 de Génesis comienza con la serpiente, poseída por Satanás, tentando a Eva. El revela la belleza y las bondades de este fruto del árbol del cual Dios les dijo que no comieran.
¿No es como la tentación? Uno puede comer de todos los árboles excepto de uno -¿y tras cual va?
Dígale a un niño: “Puedes comer las galletitas de esta lata, y los dulces de esta otra, pero no se te ocurra comer los chocolates de esa caja.”
De repente, el deseo mayor de ese niño pasan a ser los chocolates.

Hace poco vi un programa de televisión en el que uno observaba a niños siendo tentados. Los llevaban de a uno a una habitación en donde se sentaban y alguien les ponía un plato con dulces. Luego la persona adulta les decía, “tengo que salir por un momento. No comas nada, cuando yo regrese podrás comer todo lo que quieras.”
La persona mayor salía y la cámara captaba la lucha del niño con la tentación.
• Una niña miraba el plato y hablaba sola, tratando de dejar de pensar en la tentación.
• Otra pequeña miraba el plato mientras balanceaba sus piernas, hasta que no podía más y se cubrió los ojos.
• Un muchachito miraba los dulces, se movía de un lado al otro, y luego se puso a cantar para poder dejar de pensar en las golosinas.
• Otro se levanto de su asiento y se alejo lo más que pudo, hablándose a si mismo una y otra vez.

¡Esas fueron buenas soluciones! Creo que el mejor fue el niño que se levanto y se fue. En otras palabras, si uno no ve, no va a desear.
Lo que la Biblia nos dice de Eva es que ella no se fue, sino que se entrego. Se puso a mirar con más atención. Fíjese en el capítulo 3, versículo 6.
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.”
La tentación esta dividida en tres partes:
• La atracción física “…era bueno para comer…”
• La atracción emocional “…era agradable a los ojos…”
• La atracción intelectual: “…el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduria…”

Este pecado tiene sentido.

A traes de los años, he hablado con personas que tienen las excusas casi perfectas para defender su pecado –razonamientos físicos, sentimientos, emociones y hasta defensas intelectuales. “lo que estoy haciendo no puede estar mal.”
Eso solo revela la profundidad de su engaño, ya que han sido segados por el dios de este mundo y no ven que las consecuencias de su pecado están a la vuelta de la esquina.

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