miércoles, 31 de octubre de 2012

LA CONFIANZA DEBE ESTAR EN LA ROCA QUE ES DIOS

Rut, la Hija Fiel


Confiando en Dios en Momentos de Oscuridad

Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo?

¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? Rt. 1:11





Maria KatrinaDespués de la muerte de su marido e hijos, Noemí decidió volver a Belén con sus dos nueras. Las tres viudas lo pasaron mal por la hambruna en Moab, pero anticipaban un futuro mejor en Belén. Solo habían viajado poco cuando Noemí no pudo más. Le dijo a sus nueras que no había esperanza si seguían con ella. No tendrían a nadie con quien casarse. Tampoco podrían tener hijos. Noemí les animó a que volvieran a Moab con la esperanza de casarse de nuevo y tener un futuro. Noemí les dijo, “vuelvan a casa, vuelvan atrás”.



El dolor y la tristeza nos llegan de diferentes lugares en nuestras vidas y ministerios: pérdida física, problemas económicos, el fracaso, y las heridas emocionales. Lo que surge de estas pérdidas puede causar que cuestionemos como Dios guía nuestras vidas. Son una tentación a rendirse y dar la espalda a los planes que Dios tiene para nosotros.



Los Hebreos anhelaban la comodidad en Egipto después de que Moisés los libró de la esclavitud (Éx. 16:3). Noemí creía que el futuro en Moab sería mejor para sus nueras que un futuro en Belén con ella. Al enfrentarnos a la desesperación y los reverses, el pasado conocido, a menudo es más atractivo que un futuro incierto. Cuando inevitablemente vienen momentos de oscuridad, fácilmente huimos de los planes que Dios tiene para nosotros. Le damos la espalda a Dios y volvemos a la comodidad conocida del pasado. Un amigo recientemente me recordó de una cita del Dr. Raymond Edman: “nunca dudes en la oscuridad lo que Dios te ha revelado en la luz”.



Orfa escogió volver a Moab; Rut no. No se dejó llevar por las palabras de Noemí sobre un futuro incierto. Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios (Rt. 1:16). Rut no solamente declaró su lealtad a Noemí, pero también al único verdadero Dios. Ella fue constante, fiel, y verdadera aun cuando el futuro parecía oscuro.



Necesitamos mantenernos fieles a Dios cuando la vida nos trae perdidas físicas y espirituales. Pérdidas que son una tentación para darle la espalda a Dios y Su plan.

A veces Dios nos lleva a través de la tragedia e incertidumbre para demostrar Su control absoluto. Cuando no tenemos ni idea por qué y por donde nos guía Dios, la única opción es seguir confiando en Él, cada paso del camino. Mantente leal a Dios. Se constante en tu devoción a Él. No vuelvas atrás cuando el futuro parece desolado. Se fiel a Él y Él te llevará a través de la oscuridad.





Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.

Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Is. 43:2





-- Maria Katrina Jauchen3353 – Rut (revisa toda la cadena)Devocionales Pasados

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