jueves, 26 de marzo de 2015

HALLADOS EN CRISTO JESÚS SEÑOR NUESTRO. LIBERTADOS DEL PECADO Y HECHOS SIERVOS DE DIOS PARA SIEMPRE.

HALLADOS EN CRISTO JESÚS SEÑOR NUESTRO.
LIBERTADOS DEL PECADO Y HECHOS SIERVOS DE DIOS PARA SIEMPRE.
Romanos 6:22: “Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.”
Cuando Jesucristo entra en su vida, Él le cambia. Quizás usted tiene problemas con las drogas o el alcohol. Tal vez lucha contra la lujuria, el miedo, la duda o autocompasión. Quizás es esclavo de la opinión pública o del perfeccionismo. Con todo, el mismo Jesucristo que liberó Rigoberto Gómez, es el mismo Jesucristo que le liberará a usted. Aunque la libertad en Jesucristo no significa el privilegio de hacer lo que nosotros queramos, sí es el poder glorioso, abundante y sobrenatural para llevar acabo lo que debemos hacer. Es la gracia salvadora la que nos libera. Es la gracia sustentadora la que nos mantiene libres.
Póstrese ante el Señor y agradézcale la libertad que se le ha dado a través del enorme precio pagado en el Calvario.
Segunda Samuel 22:50: “Por tanto, yo te CONFESARÉ entre las naciones, oh Jehová, y CANTARÉ a tu Nombre.”
Si tenemos un accidente automovilístico y escapamos con vida, normalmente le damos gracias a Dios por habernos salvado la vida. Más, ¿alguna vez le ha agradecido a Dios el salvarle la vida al manejar de regreso del trabajo a su casa y no tener ningún accidente? ¿No es eso muchísimo mejor?
Una historia ilustra esto de una manera conmovedora. Una familia escuchó que una persona en su iglesia dio una ofrenda de amor muy significativa en memoria de su hijo quien había muerto en el campo de batalla. Camino a casa, la esposa le preguntó a su marido: “¿Por qué no damos una ofrenda por nuestro hijo?” Él preguntó: “¿Por qué? Nuestro hijo no ha fallecido.” Ella respondió: “¿No crees que esa es una buena razón para hacerlo?”
¿Qué es lo que debe hacer en toda circunstancia, ya sea que esté a salvo o apesadumbrado?
Salmos 17:8: “Guárdeme como la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas.”
Charles Wesley caminaba por el bosque un día nublado cuando se vino una tormenta con relámpagos y se desató una lluvia caudalosa. La luz de un rayo iluminó el cielo, y un pajarito estaba tan asustado que voló hacia Wesley y trató de esconderse bajo su abrigo. Esta escena lo conmovió tanto que compuso el himno: “Jesús, amante de mi alma, déjame volar a tu regazo, mientras las aguas impetuosas cercanas estén, mientras la tempestad acose. Escóndeme, oh mi Salvador, escóndeme hasta que la tormenta de la vida haya pasado, seguro guiado a tu refugio. Oh, al concluir recibe mi alma.” Eso es lo que nuestro Señor hace. Nos esconde, sostiene y guarda.
¿Están las tormentas de la vida desatándose furiosamente a su derredor? Escóndase bajo las alas de Dios. Filipenses 3:10: “A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte.
” Un día el pastor Rogers fue con un amigo a visitar a un hombre de negocios. Este apreciado amigo y varón de Dios empezó compartiendo su testimonio de cómo el Señor lo había salvado. Luego añadió algo que le dejó atónito, boquiabierto. Él dijo: “Yo solía creer que Jesucristo murió en la cruz, que fue sepultado y que resucitó de entre los muertos. Pero ya no creo eso.” El pastor Rogers estaba estupefacto. Después con una sonrisa en su rostro, explicó: “Sí, ya no creo eso. Ahora lo sé.”
¡Qué cambio de parecer! Pasar de creer a conocer al Salvador. ¡Qué revelación y transformación más gloriosa!
¿Conoce usted a Jesucristo? ¿Le conoce realmente o sólo cree que Él murió, fue sepultado y resucitó?

 Primera Corintios 1:30: “Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.”
El apóstol Pablo creía que la mayor bendición era ser “hallado en Él.” Pablo cambió una serie de reglamentos por un Amigo. ¿No preferiría usted tener un amigo que una serie de reglamentos? Antes de su salvación, Pablo tenía la ley, mas ahora tiene al Señor. ¡Qué diferencia! Qué lugar tan seguro es el ser hallado en Cristo.

Si usted es salvo no es tan sólo un miembro de la iglesia, sino que está en Cristo. Usted está en su cuerpo (la iglesia) y Él está en usted. ¡Qué comunión divina! Puede ser que no tenga a nadie a su derredor, pero nunca estará solo otra vez, porque el Señor Jesucristo está en usted y usted en Él.

El apóstol Pablo creía que la mayor bendición era ser “hallado en Él.” Pablo cambió una serie de reglamentos por un Amigo. ¿No preferiría usted tener un amigo que una serie de reglamentos? Antes de su salvación, Pablo tenía la ley, mas ahora tiene al Señor. ¡Qué diferencia! Qué lugar tan seguro es el ser hallado en Cristo.
Efesios 3:20: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.”
El ser hallado en Jesús, enseña Pablo, es más valioso que toda su religión, raza y rituales. Es una relación con el Dios Todopoderoso: Jesús. El apóstol Pablo dice: “Estoy cansado de estar tratando, voy a empezar a confiar.” Básicamente, Pablo vivía tratando de ganarse su entrada al cielo por medio de sus obras, antes de su encuentro con Jesucristo camino a Damasco (ver Hechos 9). El legalismo es algo terrible. Es un amo tosco de arduas tareas bajo el cual nadie triunfa. La libertad, no el legalismo, es lo que el Señor Jesucristo ofrece. Libertad, no esclavitud. Relación, no religión. Nosotros no abandonamos nada por lo que Jesús no nos ofrezca abundantemente mucho más de lo que esperamos o nos imaginamos.
Lea Colosenses 3:11. ¿Qué significa que Cristo sea su “todo”?.
Donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
Si usted es salvo no es tan sólo un miembro de la iglesia, sino que está en Cristo. Usted está en su cuerpo (la iglesia) y Él está en usted. ¡Qué comunión divina! Puede ser que no tenga a nadie a su derredor, pero nunca estará solo otra vez, porque el Señor Jesucristo está en usted y usted en Él.

Le invitamos a meditar en esta verdad. A su vez lea Filipenses 3:9.

 Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;

 Romanos 8:2: “Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”
El pastor Rogers siempre encontró fascinante la aviación. ¡Los aviones son tan pesados, no obstante vuelan! El piloto toma los controles, mueve el acelerador y esos poderosos motores empiezan a rugir. Cuando uno se da cuenta, ya está volando.
¿Acaso la ley de gravedad ha sido abolida?

No, pero hay otra ley que entra en efecto, es la ley de aerodinámica, que es una ley más poderosa que la ley de gravedad.

Cuando usted se pone en paz con Dios, la ley del pecado y de la muerte aún está presentes, mas existe una nueva ley. Esta es la ley de la vida en Cristo Jesús que le libera de la ley del pecado y de la muerte. Mientras usted permanezca en Jesucristo, usted es libre de la ley del pecado y de la muerte.

¿Ha sido usted liberado? Entonces, es su turno de liberar a otro cautivo con las Buenas Nuevas de salvación. Vaya y comparta este regalo gratuito de la salvación con alguien.
¿CUÁL FUE LA ÚLTIMA VEZ QUE USTED LE HABLÓ A ALGUIEN DE JESUCRISTO?. Filipenses 3: 20- 21.
3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

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