lunes, 30 de marzo de 2015

MÁS FE MÁS FRUTOS MÁS SERVICIO MÁS GOZO MÁS LIBERTAD EN CRISTO.

MÁS FE MÁS FRUTOS MÁS SERVICIO MÁS GOZO MÁS LIBERTAD EN CRISTO.
Más Fe y más de sus Frutos.

Leer: Salmo 119:17-24
Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros. —Salmo 119:24
La Palabra de Dios nos llega de muchas maneras. Las predicaciones bíblicas, la lectura, las canciones, los grupos de estudio y los artículos devocionales nos presentan las verdades del Señor contenidas en las Escrituras. Sin embargo, no podemos pasar por alto la lectura y el estudio personal.
Hace poco, mi corazón se conmovió con un estudio minucioso y párrafo por párrafo de Deuteronomio en paralelo con el Sermón del monte, en Mateo 5–7. Ambos pasajes contienen códigos de fe: los Diez Mandamientos (Deuteronomio 5:6-21) y las Bienaventuranzas (Mateo 5:3-12). Deuteronomio nos muestra el antiguo pacto: la ley que Dios quería que siguiera su pueblo. En Mateo, Jesús nos muestra cómo vino Él a cumplir esa ley y establecer los principios del nuevo pacto, el cual nos libera del peso de la ley. Deuteronomio repasa la Ley, porque el pueblo tiene la tendencia a olvidarla. Mateo nos muestra a Aquel que cumplió, vivió y practicó la ley más difícil, la Ley del Amor.
Cuando estudiamos la Biblia, recordemos que el Espíritu Santo nos ministra por la Palabra de Dios para enseñarnos, darnos poder, instruirnos, convencernos y purificarnos. El resultado es entendimiento, arrepentimiento, guía, iluminación, renovación, restauración y crecimiento en Cristo. Un teólogo y escritor escribió: «Cuanto más a gusto estemos con la Palabra de Dios, tendremos más fe y más de sus frutos». Oremos con el salmista: «Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley» (Salmo 119:18), para que podamos poner estas cosas en práctica en nuestra vida.

Cuando la Palabra de Dios está en nuestro interior, fluye a través nuestra vida y produce frutos para la Gloria de Dios.

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