TODOS
TENEMOS PROBLEMAS PERO HAY QUIEN DESEA AYUDARNOS.SALMO
146.JESUCRISTO ES NUESTRA AYUDA, ¿ LE CREES?.
¿Está usted
plagado (a) de dudas? ¿La depresión, la soledad y la inferioridad se mantienen
sobre usted como una nube tenebrosa? ¿Crea la tensión diaria de la vida un pozo
de ira en lo íntimo de su ser? ¿Se encuentra paralizado (a) por el temor? ¿Está
experimentando la enfermedad de la amargura?,¿ tiene celos y esto lo está matando?, ¿ la envidia no lo deja tranquilo?.
Hay un texto
en este salmo que puede hacernos decidir entregar todo a Dios y es el
siguiente: v. 7 “Que hace justicia a los
agraviados.”
Nos
remitiremos al comienzo del salmo para estudiarlo adecuadamente.
Vs. 1-2 El
método de alabanza y cántico a Dios exalta la grandeza del salmista, porque a
pesar de estar sufriendo o haber sufrido, alaba a Dios. Teniendo ante nosotros
esta gloriosa perspectiva, ¡cuán bajas parecen las situaciones terrenales y
cuán grandes los beneficios celestiales! Y analicemos porqué.
v. 3 “No confiéis en los príncipes, ni en hijo de
hombre”. Somos dados a descansar en hombres importantes de la tierra antes que
en Dios, tenemos la tendencia a poner en manos humanas nuestras contrariedades,
cuando tenemos un Dios que se yergue como poderoso Gigante, un Salvador que ha
dado su vida por nosotros inyectándola también en nuestro ser y un Consolador
que nos acompaña como amigo inseparable. Mira mi amigo, mi hermano; el Espíritu
Santo es mi amigo, yo un día le dije: “si tú eres mi consolador, estando a mi
lado, guiándome, ¿por qué no eres mi amigo entonces?... Hagamos un trato, tú
serás mi amigo, iremos de la mano, y platicaremos juntos de todo lo que me
acontece” y desde ese día yo fui una persona diferente, más confiada, más
estable, más entregada. Aprendí a confiar en Él y no confiar en príncipe ni
creer que de los hijos de los hombres puede venir alguna salvación, pues de
ellos “sale su aliento, y vuelven a la tierra; en ese mismo día perecen sus
pensamientos” (v. 4) Entonces el salmista aconseja a su auditorio a que no
confíe en gobernantes mortales transitorios y transfiera todo en alabanza a
Dios a manera de experimentar bienaventuranza como estudiaremos a continuación.
Salmos
55:22: “Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre
caído al justo.”
Una anécdota
relata que un hombre tenía un perro al cual le fascinaba el agua. Un día el
perro jugaba en el lago cuando el hombre decidió que era hora de marcharse. Él
llamó al perro, mas éste no hizo caso. Le llamó varias veces y el perro no
obedecía. Era un perro muy bien entrenado, pero aun así no venía a su amo.
Finalmente el hombre lanzó un palo en el agua. El perro lo vio, nadó hacia
éste, lo recogió y lo llevó a los pies de su amo. Puede ser que Dios le haya
dado una carga porque Él no logra que usted le preste atención. Él desea que
usted vaya y ponga esa carga a los pies del Maestro.
¿Está usted
hoy apesadumbrado? Deposite sus cargas a los pies del Maestro y permita que su
paz inunde su corazón.
«PÉGATE UN
TIRO»
Por el
Hermano Pablo.
MUCHOS TOMAN
DECISIONES FATALES Y ¿USTED, QUÉ HARÁ?
Fue una
conversación muy emotiva entre madre e hijo, una conversación realizada por
teléfono en una de las grandes ciudades del mundo. El hijo, de treinta y siete
años de edad, lloraba. Lloraba como cuando era niño.
DESESPERACIÓN-
ANGUSTIA- DOLOR- MIEDO.
— ¿Qué hago,
mamá, qué hago? —decía entre sollozos.
Y la madre,
sollozando también, y con el alma partida en dos, sin hallar una palabra de
consuelo le dijo:
MIRA HIJO
MÍO.
—Antes que
sigas matando gente, hijo, pídele perdón a Dios por lo que has hecho, y pégate
un tiro.
¿SERÁ ÉSTE
UN BUEN CONSEJO, ENVIADO POR UNA MADRE?
A los diez
segundos, la madre oyó en su auricular el disparo. Se trataba de Dean Hemrick,
hijo de Sara Carpenter. Dean había matado a cuatro personas, y estaba encerrado
en su apartamento, rodeado de policías. Había perdido toda esperanza.
EL DESENLACE FINAL DE UNA CARRERA DE PECADO.
He aquí otro
drama de pasiones descontroladas. Dean Hemrick, loco de celos, había matado a
su esposa y a tres personas más. Luego se había encerrado en su apartamento, y
desde allí había llamado desesperadamente a su madre. La anciana, con el
corazón desgarrado, no le dio más consejo que: «Pégate un tiro.»
NUESTROS
HECHOS PECAMINOSOS AFECTAN NUESTRA RELACIÓN CON UN DIOS SANTO Y JUSTO Y TRAEN
DOLOR, TRISTEZA A NUESTROS PADRES.
Cuando se ha
esfumado toda esperanza, nuestras decisiones nunca son racionales. Cuando hemos
perdido la fe, hemos perdido también el rumbo. Sin fe y sin esperanza no
sabemos qué hacer. Cuando no tenemos luz ni guía el mundo nos parece un
gigantesco laberinto. Todo lo que hacemos y pensamos nos confunde y nos
trastorna. Somos como un barco en alta mar sin brújula y sin timón. Esa es la
vida del que no tiene esperanza. Esa es la vida del que no tiene fe.
NECESITAMOS
DE UNA FE FUERTE EN CRISTO JESÚS.
Sin embargo,
nadie en este mundo tiene que vivir sin fe. Al contrario, la fe es parte
natural del ser humano. Nacimos con fe. Nacimos con la capacidad de confiar. Si
así no fuera, ningún bebé sobreviviría. La fe es parte de nuestra herencia
divina.
¿ POR QUÉ
ESTAMOS PERDIENDO LA FE?.
¿Qué es
entonces lo que nos ocurre? Que con los años y las traiciones, con las mentiras
y los artificios, nos volvemos ariscos. Perdemos la candidez. Se nos va la fe.
Le tenemos miedo a todo, y nuestra vida entera es un constante huir.
HAY
ESPERANZA PARA EL HOMBRE EN PECADO: JESUCRISTO ES LA RESPUESTA, HOY ES EL DÍA
PARA BUSCARLO Y PEDIRLE PERDÓN.
A Dios
gracias que esa no tiene que ser nuestra condición. Ninguno de nosotros tiene
por qué vivir así. Para cada uno hay un mejor destino que ese. La venida de
Jesucristo a este mundo es la solución de Dios para esa condición desesperada
del ser humano. Cristo mismo dijo: «Vengan a mí todos ustedes que están
cansados y agobiados, y yo les daré descanso» (Mateo 11:28). Si nuestra vida
está llena de desasosiego y confusión, busquemos a Cristo. Él es la solución.
Él nos está esperando.
LA ENVIDIA
ESTÁ ACABANDO CON MI VIDA.
PODRIDO DE
ENVIDIA.
La envidia
pudrirá tu razonamiento y arruinará tus relaciones interpersonales.
La envidia
es el común denominador que destruye cada amistad. Destruye familias, negocios,
iglesias y vecindarios. Fomenta el tipo de mentalidad que dice "yo me lo
merezco". Se alimenta de sospechas y suposiciones. Enciende el chisme y la
calumnia. Muchas de las veces se disfrazan como espiritualidad.
Es
importante señalar que la envidia NO es tener una meta, un deseo o un sueño.
La envidia
NO es desear algo bueno o anhelar algo por el cual hayas trabajado o
ahorrado. En cambio, la envidia es el
resentimiento de alguien que ya tiene lo que tú quieres. La envidia, por
ejemplo, ve a alguien que ha sido bendecido con belleza y dice: "¿Por qué
ella y yo no?" La envidia ve a alguien que nació rico o talentoso y se
pregunta: "¿Por qué él y yo qué?"
Es muy fácil
ver los privilegios de otros y pensar: "Deben pasársela bien".
La envidia
no toma en consideración lo duro que otros trabajaron para merecerse lo que
tienen o para llegar al puesto que tienen. La envidia no está interesada en los
sacrificios que alguien hizo para llegar al lugar donde se encuentra. La envida
pudre el razonamiento.
El Filósofo
y escritor español Miguel de Unamuno dijo "La envidia es mil veces más
terrible que el hambre, porque es hambre espiritual".
NOS PONEMOS
EN CONTRA DE DIOS. SOMOS ENVIDIOSOS.
Cada vez que
somos envidiosos entablamos en guerra con Dios. En el fondo, el problema no es
la persona a la que le tenemos envidia. Si somos honestos, la envida se molesta
por la decisión que Dios tomó de bendecir a alguien más con lo que nosotros
queremos.
RESISTIR LAS
DECISIONES DE DIOS ES PECADO.
La envidia
es resentirse de la bondad de Dios hacia otros. ¿Sabes por qué? Porque si tú lo
tienes, cualquier cosa que sea, es porque Dios te lo dio. Y si otros lo tienen,
cualquier cosa que sea, es porque Dios se lo dio a ellos. De manera que si
otros lo tienen y tú lo resientes; ¿A quién estás resintiendo? - a Dios. ¿Lo
ves? Pero La envidia no comprende eso.
NO ES SOLO
LA ENVIDIA, SINO EL DESEAR EL MAL PARA OTROS, ARRUINAR LA RELACIÓN PERSONAL CON
OTRAS PERSONAS Y SEGUIR AMARGADO.
Tendemos a
pensar que la envidia no es tan mala como creemos. La realidad es que es
bastante dañina y nociva porque nunca está contenta con el simple hecho de
sentir celos. ¡No! La envida desenfrenada, literalmente desea que les sucedan
cosas malas a otras personas y se regocija en las calamidades de otros. Desea
ver a otras personas pisoteadas, y hundidas. No se conforma con sentir celos.
La envidia es enfermiza e insensata. La envidia es cruel. Lo peor de todo es
que la envidia pudrirá tu razonamiento y
arruinará tus relaciones interpersonales.
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