sábado, 20 de junio de 2015

VIVAMOS EL MENSAJE DEL EVANGELIO PORQUE EL SIGNIFICA LA VIDA ETERNA.PRINCIPIOS PARA COMPRENDER EL MENSAJE DE DIOS Y PONERLO EN PRÁCTICA.

VIVAMOS EL MENSAJE DEL EVANGELIO PORQUE EL SIGNIFICA LA VIDA ETERNA.
Vivir nuestro mensaje.

Todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.

Colosenses 3:17

Los incrédulos prestarían más atención a nuestro mensaje evangélico si le diéramos algo especial a observar. Pudiéramos comenzar por no mentir y por decir siempre la verdad. ¿Qué sucedería si nunca nos enojáramos hasta pecar, sino que siempre obráramos con amor; que nunca robáramos, sino que siempre compartiéramos lo nuestro; y que nunca dijéramos vulgaridades, sino que siempre pronunciáramos palabras edificantes? ¿Puede imaginarse cómo reaccionarían los perdidos si nunca nos amargáramos, ni enojáramos, ni mostráramos resentimiento, ni fuéramos violentos, ni calumniadores, sino que siempre nos caracterizara la bondad, la compasión y el perdón? Tal vez entonces prestarían más atención.

Examine su conducta. ¿Dice usted la verdad? ¿Controla usted su enojo de tal modo que solo actúa con justicia? ¿Comparte con otros lo que tiene? ¿Habla con misericordia? ¿Es usted bondadoso, compasivo y clemente? Si usted es un nuevo hombre o una nueva mujer en Cristo, vivirá de esa manera.
DIOS ESTABLECE NORMAS DE VIDA.
La norma de Dios.

Seréis, pues, santos, porque yo soy santo.

Levítico 11:45

La vida cristiana pudiera resumirse en esta declaración: Ser imitadores de Dios. Jesús dij "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mt. 5:48). El apóstol Pedro reiteró esa norma elevada cuando dij "Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".

Cuanto más se conoce a Dios, tanto más se entiende quién Él quiere que seamos, de modo que lo primero que el creyente debe procurar es conocer a Dios (Fil. 3:10). Eso puede lograrse solo cuando estudiamos el carácter de Dios como se revela en las Escrituras. 
EL PERDÓN Y SU SIGNIFICADO EN EL CRISTIANO.
Una perspectiva del perdón.

Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Efesios 4:32

Dios fue bondadoso y compasivo con usted, perdonándolo aun cuando no lo merecía. Si basa su actitud hacia los demás en lo que ellos merecen, no ha entendido bien. No grite a los demás, ni los desacredite ni se enoje con ellos, aun cuando lo merezcan. Quienes ejemplifican el carácter de Dios son amorosos, bondadosos, considerados y clementes. Esa es la actitud que Dios espera de los que son sus nuevas criaturas en Cristo.
DEBEMOS ACTUAR CON UN  ESPÍRITU MISERICORDIOSO.
Nuestro espíritu misericordioso.

No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Efesios 4:30

El Espíritu Santo se entristece cuando los creyentes no cambian su antigua manera de vivir y adoptan la nueva. Siente dolor cuando los creyentes mienten y ocultan la verdad, cuando se enojan y son implacables, cuando roban y se niegan a compartir, y cuando dicen palabras obscenas y no tienen un espíritu misericordioso.

Cuando usted fue salvo, el Espíritu de Dios puso en usted un sello, que declara que usted es de Dios para siempre. Como Él ha sido tan misericordioso que le dio salvación eterna, lo selló para siempre, y ha guardado su salvación hasta el día de la redención, ¿cómo es posible que lo contriste? Él ha hecho tanto por usted que, como muestra de gratitud, no debe contristarlo.
NUESTRAS PALABRAS DEBEN AYUDAR A CRECER AL HERMANO.
Palabras de edificación.

La que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Efesios 4:29

Si permite que Cristo guarde sus labios, todo lo que diga ha de beneficiar a otras personas. Usted debe estimular y fortalecer espiritualmente a las demás personas. ¿Es eso lo que ocurre cuando habla con ellas? ¿Se van edificadas en Jesucristo? Madres, cuando están con sus hijos durante todo el día, ¿los edifican las palabras de usted? Padres, cuando saca a pasear a sus hijos, ¿sus conversaciones con ellos son edificantes y estimulantes?

El versículo de hoy también indica que debemos dar a los demás la "necesaria" edificación, lo que significa que nuestras palabras satisfagan la necesidad. Cuando yo era niño, cada vez que le decía a mi mamá "¿Sabes lo que hizo fulano?", ella me respondía: "¿Es necesario saberlo?" A menudo lo que yo quería decir era interesante, pero sin duda no era necesario.

Por último, nuestras palabras deben "dar gracia a los oyentes". ¿Bendicen sus palabras a quienes las oyen? ¿Hay gracia en lo que usted dice? Puede estar seguro de que, si permite que el Señor ponga guarda a su boca y deja que su Palabra more en usted, entonces sus palabras serán las palabras de gracia de Dios.
UTILICEMOS UN LENGUAJE QUE MOTIVE AL OYENTE.
El lenguaje inútil.

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca.

Efesios 4:29

Las frutas podridas huelen muy mal y son inservibles. No queremos estar cerca de ellas, y mucho menos comerlas. Lo mismo ocurre con el lenguaje corrompido. Sean chistes de color subido, palabras obscenas, cuentos sucios o lenguaje grosero, de ninguna manera debe caracterizar eso a un cristiano.

El Salmo 141:3 nos dice cómo eliminar tal lenguaje: "Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios". Si Jesucristo es el guarda de nuestros labios, Él será quien determine lo que sale por ellos.
ES TIEMPO DE CAMBIAR LOS ACTOS DESONESTOS, POR ACCIONES HONESTAS.
El trabajo arduo.

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Efesios 4:28

El robo es un problema común en nuestro mundo. El robo en los centros comerciales ha llegado a convertirse en un problema tan grande que un porcentaje del precio de los artículos cubre la cantidad perdida por los bienes robados. Sea un gran robo o robo de tonterías, el robar de la tienda, robar dinero de un rico o de un miembro de la familia, todo es robo.

Que el cristiano "trabaje", se refiere a trabajo manual, de esfuerzo físico. El trabajo arduo es honorable. Los cristianos debemos esforzarnos en el trabajo para que tengamos lo suficiente para dar a los necesitados, no para que tengamos más de lo que necesitamos. El enfoque mundano de la riqueza es acumular lo que adquirimos. Pero el principio neotestamentario es trabajar duro para que podamos hacer el bien y dar a los necesitados.
PRACTIQUEMOS EL DOMINIO PROPIO.
El justo enojo.

Airaos, pero no pequéis.

Efesios 4:26

Pudiera sorprenderse de que hay tal cosa como el justo enojo, es decir, enojarse por lo que aflige a Dios y estorba sus principios. Pero no debemos enojarnos tanto que cometamos pecado.

No se enoje por sus propios principios. No se enoje cuando alguien lo ofenda. Y no permita que su enojo degenere en resentimiento, amargura o malhumor. Eso está prohibido. El único enojo justificable defiende el grande, glorioso y santo carácter de nuestro Dios.

El enojo egoísta, apasionado, indisciplinado y sin dominio es pecaminoso, inútil y dañino. Debe desterrarse de la vida cristiana. Pero el enojo disciplinado que busca la justicia de Dios es puro, desinteresado y dinámico. Debemos enojarnos por el pecado en el mundo y en la iglesia. Pero no podemos dejar que el enojo se convierta en pecado.
HABLAR SOLO CON LA VERDAD. MARCAR LA DIFERENCIA CON EL MUNDO.
La importancia de la verdad

Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

Efesios 4:25

¿Por qué es tan importante decir la verdad? Porque somos miembros los unos de los otros. Cuando no decimos la verdad entre nosotros, dañamos nuestra comunión. Por ejemplo, ¿qué sucedería si el cerebro le dijera que lo frío es caliente y lo caliente es frío? Cuando se bañara, ¡moriría congelado o se cocería en agua hirviendo! Si su ojo decidiera enviar falsas señales a su cerebro, una peligrosa curva de la carretera pudiera parecer una recta, y se estrellaría. Dependemos de la sinceridad del sistema nervioso y de cada órgano del cuerpo.

El cuerpo de Cristo no puede funcionar con menos exactitud que eso. No podemos ocultar la verdad a los demás y esperar que la iglesia funcione debidamente. ¿Cómo podemos servirnos los unos a los otros, llevar las cargas los unos de los otros, cuidarnos mutuamente, amarnos, edificarnos, enseñarnos y orar los unos por los otros si no sabemos lo que está ocurriendo en la vida de los demás? Así que sea sincero, "siguiendo la verdad en amor" (Ef. 4:15).
BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA DEBEMOS MENTIR.
Sea veraz.

No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

Éxodo 20:16

Un cristiano nunca debe mentir. La mentira más conocida es decir algo que no es cierto. Pero hay otros tipos de mentiras, como la exageración. Una vez oí la historia de un cristiano que daba un testimonio convincente, pero un día dejó de recitarlo. Cuando se le preguntó por qué, dijo que a través de los años lo había embellecido tanto que había olvidado lo que era cierto y lo que él había inventado.

Cometer fraude en la escuela, en los negocios, en el trabajo y en la declaración de impuestos es una manera de mentir. También lo es el traicionar la confianza, la adulación, el presentar excusas y el quedarse callado cuando debe decirse la verdad. No hay lugar para la mentira en la vida cristiana. Debemos decir la verdad.
NUEVOS PENSAMIENTO, NUEVOS COMPORTAMIENTOS, NUEVAS ACTITUDES.
Una nueva actitud.

Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Efesios 4:24

Cuando usted se entregó a Cristo, reconoció que era pecador y decidió abandonar su pecado y las cosas malvadas de este mundo. Pero Satanás hará brillar al mundo y su pecado delante de usted para tentarlo a que regrese a él. Pablo nos advierte que no volvamos al mundo, sino que más bien nos vistamos de la justicia y santidad de la verdad.

Eso no es algo que se hace una sola vez; es algo que se hace cada día. Una manera de hacerlo se describe en 2 Timoteo 3:16, que dice: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia". Si quiere vivir rectamente, lea la Palabra de Dios. Lo ayudará a enfrentarse a los vestigios del mundo todavía presentes en su vida.
UN NUEVO HOMBRE CON UNA MENTE RENOVADA.
Una mente renovada.

Renovaos en el espíritu de vuestra mente.

Efesios 4:23

Cuando usted se hace cristiano, Dios le da una nueva mente; pero usted debe llenarla de nuevos pensamientos. Un bebé nace con una mente nueva y fresca, y entonces se van haciendo impresiones en la mente del bebé que determinan el curso de su vida. Lo mismo ocurre con un cristiano. Cuando usted entra en el reino de Dios, recibe una mente nueva y fresca. Entonces tiene que formar los buenos pensamientos en su nueva mente. Por eso Filipenses 4:8 dice: "Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad". Tenemos una mente renovada, no una mente depravada.

En vez de tener una mente depravada, vil, lasciva, avara, sucia, tenemos una mente llena de justicia y santidad. Y eso debe caracterizar naturalmente nuestro modo de vivir.
UNA VIDA CENTRADA EN EL SALVADOR, EL SEÑOR JESUCRISTO.
Una vida centrada en Cristo.

Vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído.

Efesios 4:20-21

Los cristianos ya no estamos dominados por una mente ególatra; aprendemos de Cristo. Cristo piensa por nosotros, obra por medio de nosotros, ama por medio de nosotros, siente por medio de nosotros y sirve por medio de nosotros. La vida que tenemos no es nuestra, sino que es Cristo viviendo en nosotros (Gá. 2:20). Filipenses 2:5 dice: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús". Un inconverso anda en la vanidad de su mente, pero una persona salva anda conforme a la mente de Cristo.


Dios tiene un plan para el universo, y mientras Cristo esté obrando en nosotros, Él está realizando una parte de ese plan por medio de nosotros. Pablo observó que Él "es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros" (Ef. 3:20). Cada día debiera ser una aventura fantástica para nosotros porque estamos en medio del plan de Dios para los siglos.

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