CREER Y ENSEÑAR
LA PALABRA Y VIVIR LA PALABRA.
Una gran
carga en mi corazón es que los pastores y ancianos de todas las iglesias sean
el tipo de ejemplos que Dios les ordena que sean. Es muy importante enseñar la
verdad, pero es igualmente importante que esa verdad sea apuntalada por una
vida virtuosa.
“Más la
palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el
evangelio os ha sido anunciada.” 1 Pedro 1: 25.
LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO PARA EL SEÑOR.
El enemigo siempre busca perturbarnos,
distraernos, desanimarnos para que bajemos los brazos y dejemos de estudiar las
Escrituras. En muchas ocasiones atenta contra nosotros, para que perdamos el
enfoque y nos entretengamos con cosas pasajeras. Como menciona un pastor: "varios son los enemigos que Satanás
utiliza para impedir el propósito de Dios en nuestras vidas":
ENEMIGOS QUE
DESVÍAN LA ATENCIÓN.
1- El
Secularismo: es decir el mal uso de las prioridades en la vida, darle mayor
importancia al estudio o al trabajo antes que a la obra de Dios (Mateo 6:33).
DIOS NOS
LLAMA A SERVIRLE.
2- El
Materialismo: es decir la búsqueda desmedida de lo material, o la búsqueda
desenfrenada de comodidad, de condición social, o placer como la ambición
suprema de la vida.
SOMOS
CIUDADANOS DEL CIELO.
3- El
Mundanalidad: es decir conformarse a este siglo y seguir la corriente del
mundo, lo que lleva a un corazón indiferente hacia las cosas de Dios (1Juan
2:15-17).
NO PODEMOS
SER AMIGOS DEL MUNDO.
4- El
Romanticismo: es decir colocar una relación antes que a Dios; enamorarse o
elegir al compañero/a incorrecto, esto
lleva al creyente a desviarse de la Voluntad de Dios.
SIN FE ES
IMPOSIBLE AGRADAR A DIOS.
5- El Temor:
es decir la falta de confianza en que Dios proveerá para que cumplamos con su
deseo. Hacer la obra de Dios, siempre requiere fe.
AVANZAR A LA
META Y AL SUPREMO LLAMAMIENTO DE CRISTO.
Amigo te
animamos a ganar la batalla, y seguir firme estudiando la Biblia, porque eso te
ayudará a conocer a Dios y su Voluntad. Por favor también ayuda a otros
cristianos,
Toda
enseñanza humana, y, en verdad, todos los seres humanos, llegarán a su fin como
la hierba del campo; pero aquí se nos asegura que la palabra del Señor es de
una naturaleza muy diferente, pues permanecerá para siempre.
Tenemos aquí
un Evangelio divino; pues, ¿cuál palabra podría permanecer para siempre sino la
palabra que es hablada por el Dios eterno?
Tenemos aquí
un Evangelio que vive para siempre, tan lleno de vitalidad como cuando salió
por primera vez de los labios de Dios; tan poderoso para convencer y convertir,
para regenerar y consolar, para sostener y santificar, como lo fue desde sus
primeros días en que obró maravillas.
Tenemos un
Evangelio inmutable, pues no es hierba verde hoy, y mañana paja seca; sino que
siempre es la verdad permanente del inmutable Jehová. Las opiniones cambian,
pero la verdad certificada por Dios no puede cambiar, como no cambia el Dios inmutable
que la expresó.
Entonces,
aquí tenemos un Evangelio en el que nos regocijamos, una palabra del Señor en
la que podemos apoyar todo nuestro peso. “Para siempre” incluye vida, muerte,
juicio y eternidad. Gloria sea dada a Dios en Cristo Jesús por la consolación
eterna. Aliméntense de la palabra hoy, y todos los días de su vida.
LÍDERES O
MEJORES SIERVOS DE DIOS.
EL FRACASO
DE LOS LÍDERES.
MUCHOS
BUSCANDO SU PROPIA GLORIA.
A ninguno
tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros.
Filipenses
2:20
LÍDERES QUE
BUSCAN RECONOCIMIENTOS.
La historia
de la Iglesia pudiera referirse a nuestra época como la del desastroso fracaso
en el liderazgo de la iglesia. Se han bajado las normas del liderazgo, y
millares han perdido trágicamente su camino.
SIERVOS QUE
ORAN Y TRABAJAN POR LA OBRA CON UN PERFIL BAJO.
¿Dónde están
los hombres piadosos y veraces? ¿Dónde están los humildes y desinteresados
modelos de virtud? ¿Dónde están los ejemplos de la victoria sobre la tentación?
¿Dónde están quienes nos muestren cómo orar y vencer las pruebas o la
adversidad?
SIERVOS QUE
HACEN LA TAREA DE DIOS.
Tenemos una
iglesia estancada y deformada porque hemos perdido de vista a Cristo, su
Palabra y al Espíritu. Hemos perdido de vista nuestro claro ejemplo de
crecimiento en la vida del apóstol Pablo. Y hemos tolerado una norma de
liderazgo más baja que la permitida por la Biblia. La esencia del cristianismo
es ser más semejante a Cristo. Se atenderán asuntos tales como las buenas
relaciones, el servicio y la evangelización si procuramos alcanzar esa meta
santa.
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