martes, 1 de septiembre de 2015

VIVIR BAJO EL GOBIERNO DE CRISTO Y EN OBEDIENCIA A DIOS.

VIVIR BAJO EL GOBIERNO DE CRISTO Y EN OBEDIENCIA  A DIOS.
“Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor.”
Juan 15: 10.
Permanecer en obediencia y permanecer en el amor de Jesús, son cosas que no pueden separarse. Una vida bajo el gobierno de Cristo es lo único que podría demostrar que somos los objetos del deleite de nuestro Señor. Debemos guardar el mandamiento de nuestro Señor, si queremos recibir el sol de Su amor. Si vivimos en pecado, no podríamos vivir en el amor de Cristo. Sin la santidad que agrada a Dios, no podríamos agradar a Jesús. Quien no le da ninguna importancia a la santidad, no sabe nada del amor de Jesús.
 SANTIDAD Y OBEDIENCIA, AMOR  Y PERDÓN SON INSEPARABLES.
El disfrute consciente del amor de nuestro Señor es un asunto delicado. Es mucho más sensible al pecado y a la santidad que el mercurio lo es al frío y al calor. Cuando somos tiernos de corazón, y prudentes de pensamiento, labios y vida, para honra de nuestro Señor Jesús, entonces recibimos señales incontables de Su amor. Si deseamos perpetuar esta bienaventuranza, debemos perpetuar la santidad. El Señor Jesús no esconderá Su rostro de nosotros a menos que nosotros escondamos nuestro rostro de Él. El pecado forma la nube que oscurece a nuestro Sol: si somos diligentemente obedientes y completamente consagrados, podremos caminar en la luz, como Dios está en la luz, y tendremos una permanencia segura en el amor de Jesús como Jesús la tiene en el amor del Padre. Aquí tenemos una dulce promesa con un solemne “si”. Señor, pon este “si” en mi mano; pues, como una llave, abre este estuche de joyas.
Mire el siguiente consejo que San Pablo les dio a los efesios: «Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.»2. Todos necesitamos el perdón, tanto el darlo como el recibirlo. Los que no somos perdonadores somos perdedores. Y los que no recibimos el perdón de Dios perdemos la vida eterna que Él nos dio al morir en la cruz. Para recibir ese perdón divino y la vida eterna que lo acompaña, basta con que oremos el padrenuestro así como Cristo nos enseñó que hiciéramos: «Padre, ... perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos ofenden.»3.
2         Ef 4:3132
3         Lc 11:4
Primera Juan 4:19: “Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero.”
Cuando el Pastor Rogers estaba en sexto grado, le escribió una notita de amor a Joyce Louice Gentry, quien llegó a ser su amada esposa. Ella todavía conserva esa nota. Pero desde entonces ella empezó a tener interés en el Pastor Rogers. ¿Sabe por qué ella le amó? Porque él le amó primero.
LA CARTA DE AMOR QUE DIOS NOS ESCRIBIÓ
¿Sabe usted qué es la Biblia? Es una carta de amor que Dios le escribió a usted. Es Dios diciéndole: “He fijado mi mirada en ti. ¡Te amo!”
LA GRACIA DE DIOS, ES EL AMOR DE DIOS.
Usted no puede ser salvo por llevar acabo buenas obras, ni por hacerse miembro de una iglesia. Usted es salvo por la gracia de Dios que afirma: “Yo te amé primero.”
¿Cuándo fue la última ocasión que usted recibió una carta de amor? ¿Cuándo fue la última vez que escribió una? Dedique un tiempo hoy para escribirle una carta de amor al Señor.
UNA PROMESA DE DIOS A SUS HIJOS: NADIE LAS ARREBATARÁ DE MI MANO.
Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Juan 10:28
El versículo de hoy es una promesa admirable del Señor Jesucristo mismo de que la salvación del creyente está para siempre segura en Él. Además, las primeras tres palabras de Romanos 8:28, "Y sabemos", expresa la absoluta certeza que usted puede tener, confirmada por el Espíritu Santo, de que usted nunca perderá su salvación.
ESTAMOS SEGUROS EN LAS MANOS DE DIOS.
Basándose en la autoridad divinamente revelada, el apóstol Pablo le afirma a la iglesia de Roma y nos afirma a nosotros que, como cristianos, podemos saber sin lugar a dudas que estamos seguros en las manos de Dios. A medida que usted camine con Él, Dios mostrará su gloria en su salvación y lo hará todo en su santificación para su bendición definitiva.
BUSQUEMOS A DIOS EN ORACIÓN.
“Si tú le buscares, lo hallarás. 1 Crónicas 28: 9.
Necesitamos a nuestro Dios, y Él puede ser encontrado si le buscamos; Él no se ocultará a ninguno de nosotros si buscamos personalmente Su rostro. No es, si lo merecen, o si compran Su favor, sino simplemente si le “buscan”. Quienes ya conocen al Señor deben seguir buscando Su rostro por medio de la oración, del servicio diligente, y de la santa gratitud: a esos Él no rehusará Su favor ni Su comunión. Aquellos que todavía no le han conocido para descanso de sus almas, deben comenzar de inmediato a buscarlo, y no deben cesar de hacerlo hasta que lo encuentren como su Salvador, su Amigo, su Padre, y su Dios.
¡Cuán grande garantía ofrece esta promesa al que le busca! “El que busca, halla.” Tú, sí, tú, si buscas a tu Dios, le encontrarás. Cuando le encuentres, habrás encontrado vida, perdón, santificación, preservación, y gloria. ¿No querrás buscar, y seguir buscando, puesto que no buscarías en vano?
Querido amigo, busca al Señor de inmediato. Este es el lugar, y ahora es el momento. Dobla esa rodilla; sí, inclina esa cerviz todavía más rebelde, y clama a Dios, al Dios vivo. En el nombre de Jesús, busca la purificación y la justificación. No serás rechazado. Aquí tenemos el testimonio de David a su hijo Salomón, y es también el testimonio personal de este escritor al lector. Créelo, y actúa de conformidad, por Cristo nuestro Señor.
LA ORACIÓN CORRECTA DEL HOMBRE CORRECTO.
Efesios 5:20: “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.”
Hay cuatro tipos de individuos. Existen los que siempre están quejándose y renegando. ¿Ha conocido usted a alguno de ellos? Son capaces de iluminar una habitación con tan sólo salir de ésta. Ese es el nivel más bajo de vida. Hay otros que llevan vidas de ingratitud. No se quejan, pero nunca le agradecen a Dios las bendiciones tan obvias que reciben. Eso está un poco mejor, más no mucho. Luego existen los que le agradecen a Dios las bendiciones innegables que reciben de Él. Cuando algo bueno sucede, están agradecidos. Ese es un mejor nivel. Sin embargo el más alto de todos los niveles, es estar agradecido por todo y en todo tiempo. Ese es el secreto de una vida feliz y productiva.
Incline su rostro ante el Señor y piense en cada situación difícil que está enfrentando. Ahora, agradézcale a Dios por cada una de esas dificultades.
NO DEJES DE CLAMAR A DIOS CON TODO TU CORAZÓN.
“En cuanto a mí, a Dios clamaré; y Jehová me salvará.” Salmo 55: 16.
Sí, debo orar y lo haré. ¿Qué otra cosa podría hacer? Traicionado, abandonado, acongojado, frustrado, oh mi Dios, clamo a Ti.
Pero yo aliento a mi corazón en el Señor, que me sostendrá en esta prueba como me ha sostenido en otras muchas pruebas. Jehová me salvará; estoy seguro que lo hará, y yo declaro mi fe.

El Señor me salvará y nadie más. No deseo ninguno otro ayudador, y no confiaría en un brazo de carne aun si pudiera. Clamaré a Él en la noche, y en la mañana, y al mediodía, y no clamaré a nadie más, pues Él es Todo-suficiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario