NACER DE
NUEVO, ES NACER DE LA PALABRA, DEL ESPÍRITU.
“¡Fariseo
ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de
fuera sea limpio” - (Mateo 23:26).
¿Qué sucede
cuando usted trata de ayudar a otros? Siempre comenzamos desde “afuera”.
Pensamos que si podemos cambiar el medio ambiente del hombre (su hogar,
vestimenta, alimentos, educación, etc.), entonces podemos crear un nuevo
hombre. Esto no se puede hacer. No hay que olvidar que fue en el Huerto de Edén
en donde el hombre se metió en problemas. El “limpiar” lo exterior, lo de
afuera, es sólo reformar. Más cuando usted limpia lo interior, eso es
regenerar. Jesús les dijo a los fariseos que no necesitaban otro baño;
necesitaban un nuevo nacimiento. Preste atención, no estamos diciendo que no
debemos ayudar a otros. Debemos hacerlo. Pero el ser humano necesita algo más
que jabón y jamón. ¡Necesita salvación! Necesita nacer “de arriba”, y no sólo
un empujoncito desde abajo.
EMPIECE HOY
A VIVIR DE NUEVO.
Juan 3:7: “No te maravilles de que te dije: Os
es necesario nacer de nuevo.”
¿Alguna vez
ha conocido a alguien que haya nacido físicamente dos veces? ¿Ha conocido a una
persona que ha nacido espiritualmente dos veces? En ningún lugar de la Biblia
encontrará un pasaje donde alguien haya recibido la salvación dos veces. Una
vez que usted llega a ser parte de la familia, ya está dentro de la familia.
En una
ocasión el pastor Rogers explicó: “Hubo ocasiones en las que defraudé a mis
padres. Hubo momentos en los que mi padre me disciplinó; con todo, seguía
siendo un Rogers. Seré un Rogers por toda la eternidad; no podré ser nada más
de lo que fui al nacer.”
Es lo mismo
en su vida espiritual. Cuando usted nace en la familia de Dios, su nombre se
registra en el libro de la vida del Cordero. Es un hecho establecido.
Primera
Pedro 1:23: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de
incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.”
Una niña
tenía que llevar su certificado de nacimiento a la escuela. La mamá le había
advertido enfáticamente que no perdiera ese documento porque era tremendamente
importante. Con todo, la niña lo perdió. Estaba sentada en los escalones de la
escuela, llorando, cuando el conserje se le acercó y le preguntó qué pasaba.
Ella contestó: “Perdí mi excusa de haber nacido.” Esto tal vez le parecerá algo
divertido, mas posee una analogía muy importante. Usted no necesita ninguna
excusa para nacer de nuevo. Usted tiene un Salvador y Él le está llamando por
su nombre.
¿Ha nacido
usted de nuevo? ¿Ha experimentado el poder limpiador de la sangre de Jesucristo
que quita todo pecado? Si no lo ha hecho, le invito a que se acerque a Él en
arrepentimiento y fe.
DIOS NOS
HACE COMPRENDER LA SABIDURÍA. HOY PUEDE NACER DE NUEVO.
Salmo 51:6:
“He aquí, Tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho
comprender sabiduría.”
Si tiene la
oportunidad de visitar un aserradero, observe cómo cortan la madera. Ellos
sacan un gran árbol del bosque que puede tener deformaciones y nudos, lo ponen
en la mesa de corte, lo pasan por la sierra cortándole un lado. Luego le dan
vuelta y le cortan el otro lado. Cuando ellos terminan de aserrarlo si lo mira
de perfil, quedó perfectamente recto. Más si usted observa sus extremos o los
añillos de la madera verá que el corazón todavía está torcido. Es igual con
algunos individuos que están viviendo exteriormente la vida cristiana.
Jeremías
17:9 advierte que “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso”.
Necesitamos la regeneración. Nosotros debemos nacer de nuevo.
Le invitamos
a leer el Salmo 19:14. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi
corazón delante de ti,
Oh Jehová,
roca mía, y redentor mío.
Y ore de corazón que hoy usted desee ser puro
en pensamiento, palabra y obra.
UNA NUEVA
VISIÓN NOS TRAE EL NUEVO NACIMIENTO.
Proverbios
29:18: “Sin profecía [visión]el pueblo se desenfrena; mas el que guarda la ley
es bienaventurado.”
Helen Keller
a la tierna edad de 19 meses perdió su vista, pero ella tenía visión. Un
reportero le preguntó a la Srta. Keller: “¿Existe algo peor que nacer ciego?”
“Sí contestó ella es tener vista y no tener visión.”
¿Tiene usted
una visión para su vida?
El pastor
Rogers compartía: “En el Día a Día, evalúo las metas para mi vida. Éstas son
metas espirituales, intelectuales, físicas, financieras y de mi trato con
otros. Oro por éstas y pido a Dios que se haga su voluntad en cada una. Las
elevo con manos abiertas y le suplico a Dios que me dé sabiduría acerca de la
dirección que Él desea que mi vida tome. No quiero ser una persona sin visión.
Ni tampoco deseo que usted sea una.”
Empiece a
pensar acerca de algunas metas que le agradarían para su vida. Ore y busque el rostro
del Señor al meditar acerca del futuro.
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