74. UN DIÁLOGO EN SILENCIO PUEDE SOLUCIONAR MUCHOS PROBLEMAS.
EL DIÁLOGO SILENCIOSO.
Por el Hermano Pablo.
Aquel fue un diálogo dramático. Una vida estaba en juego. Fue
un diálogo sobrecargado de emoción. Un diálogo en la cornisa de un edificio de
Nueva York, a veinte pisos de altura. Fue, sin embargo, un diálogo totalmente
silencioso.
Lo sostuvo Lillian Pérez, una señorita hispana de diecisiete
años de edad, con Nicole Dean, una niña negra de la misma edad. Nicole había
sufrido varios desengaños y, desesperada de la vida, intentaba suicidarse.
Como Nicole era sordomuda, Lillian, que practicaba el
lenguaje de gestos, tras dos horas de arduos intentos logró su objetivo. No
gritaron en ningún momento. Fue un diálogo de vida o muerte, dramático, serio,
pero sin que se emitiera sonido alguno. Al fin las dos bajaron juntas de las
cornisas del edificio, salvas y sanas.
Un diálogo, para tener intensidad, no precisa de gritos. Los
gritos, más bien, enturbian la comunicación. Si dos personas que quieren
dialogar se acaloran, en lugar de dar razones, dan insultos; y en lugar de comunicarse,
cierran la puerta.
¿En dónde se ve más esto? En las comunicaciones entre marido
y mujer. Si dialogaran sin esa emoción mórbida que añade el grito, y
especialmente sin los golpes físicos que a veces acompañan la emoción, lo cual
es imperdonable, se entenderían. El diálogo en paz y en armonía traería el
provecho que se busca.
Por algo será que San Pablo recomienda que se elimine toda
gritería. «Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias», les dice
a los efesios (Efesios 4:31). Esas emociones envenenan la comunicación,
mientras que las palabras delicadas suavizan toda conversación, y la armonía y
el bien surgen de ellas.
¿Cómo hallar calma en medio de la tormenta? En primer lugar,
ningún capitán levanta velas cuando ruge la tempestad. Antes de entablar alguna
comunicación que pueda ser seria, esperemos que nuestros ánimos estén
tranquilos. Ceder, para mantener la paz y por amor al cónyuge, es mil veces más
importante y muestra mayor madurez que salir ganando en cualquier altercado.
Además, hablar con calma produce mucho mejor efecto. Así es
como Dios habla con nosotros. Por cierto, un diálogo con Cristo les da a todos
los demás diálogos de nuestra vida el provecho que buscamos.
DIOS NOS INVITA A RECIBIR SU PAZ.
Cristo quiere conversar con nosotros. Aceptemos su
invitación. Él nos dará la paz que traerá armonía a todas nuestras relaciones.
Recibamos la paz de Dios.
75! DIOS TE AMA! NO LO OLVIDES NUNCA.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida
eterna. Juan 3:16.
La mayoría de nosotros interpretamos este versículo de una
manera muy amplia, pero si analizamos detenidamente, nos daremos cuenta que
Jesús murió por cada uno de nosotros. ¡El murió por ti! , y si hubieras sido el
único habitante de éste planeta, El hubiera soportado todo el sufrimiento
solamente por ti, porque te ama con amor eterno. Te escogió a ti porque “Eres
Especial”. No es que los demás no lo sean, es que todos nosotros somos personas
especiales para El, con dones y habilidades particulares, diferentes a los
demás y al mismo tiempo únicos.
Mira fijamente el ojo de alguien desde cierta distancia,
seguro que verás allí una minúscula figura humana. Eres tú mismo. Los romanos
denominaban a esa figura como la “muñequita” del ojo, esto es la “pupila”. La
pupila o niña del ojo, es la parte más sensible, tanto así que cuando algo
entra a los ojos parpadeamos para protegerla. De ese mismo modo Dios te cuida y
protege, para que nada te dañe, porque eres lo más preciado para Él, “eres la
Niña de los Ojos de Dios”.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas
las cosas? Romanos 8:32.
La próxima vez que estés preocupado(a) por tu salud, por tu
familia o tus finanzas, emprende un viaje mental al monte y pasa allí unos
momentos mirando de nuevo las cosas relacionadas con la pasión. Encontrarás
sangre que derramó por ti. La lanza que le clavaron por ti. Los clavos cuyo
dolor sintió por ti. El letrero que dejó allí por ti. Todo esto lo hizo por ti.
Sabiendo esto, sabiendo todo lo que hizo por ti allí, ¿todavía piensas que no
tendrá cuidado de ti aquí y ahora?
Autora: Brisna Bustamante.
76. DIOS SIGUE MOSTRANDO SU AMOR.
Romanos 8:30c: “A los que justificó, a éstos también
glorificó.”
¿Qué significa ser justificado? Significa ser declarado
justo. La justificación no es ser bueno, aun cuando el ser bueno glorifica a
Dios. Cuando usted pone su fe en donde Dios pone sus pecados, Dios pone el
sello de “Justo” sobre su nombre en el libro de la vida del Cordero. No es por
lo que usted ha hecho o hará, sino por haber sido justificado. Ninguna corte
humana lo puede justificar. Sin embargo, lo que Dios hace no es solamente tomar
al pecador y perdonarle sus pecados, sino que hace al culpable justo como si
nunca jamás hubiera pecado. Eso es justificación.
Si usted viviera cada momento creyendo en la justificación
que Dios le ha dado, ¿cómo se fortalecería su fe? ¿Tendría más disposición para
compartir el regalo del amor de Dios?
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