85. ¡EL GRAN
SECRETO!
Porque donde
esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:21.
Hace
muchísimos años, vivía en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en
un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los
aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del
mundo. Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron
robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo
intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. Así
pasaban los años y el sabio era cada día más feliz.
Un día llego
ante él un niño y le dijo: - Señor, al igual que tú, también quiero ser
inmensamente feliz. ¿Por qué no me enseñas qué debo hacer para conseguirlo?. El
sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: - A ti te enseñaré el
secreto para ser feliz.
Ven conmigo
y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto
para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón y el gran secreto no es otro
que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida.
1.El primer
paso, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al
acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy
inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda
vencer: Este paso se llama autoestima alta.
2. El segundo paso, es que debes poner
en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres
inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te
propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no
hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha
por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
3. El tercero paso, es que no debes
envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta,
logra tú las tuyas.
4. El cuarto paso, es que no debes
albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser
feliz, tú perdona y olvida.
5. El quinto paso, es que no debes tomar
las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la
naturaleza, mañana te quitaran algo de más valor.
6. El sexto paso, es que no debes
maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos
respete y se nos quiera.
7. Y lo más importante, levántate
siempre con una sonrisa en los labios y agradece a Dios por todo lo que tienes
y eres, pues si no fuera por su amor y misericordia hoy no estarías vivo.
Observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito;
piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los
demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y
descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para
triunfar y ser felices".
Este día
traigamos a la memoria todas las oraciones respondidas de parte de Dios y los
milagros que Él hizo en nuestra vida y con un corazón agradecido, bendigamos su
nombre porque cuando agradecemos, se apodera de nuestro interior un sentimiento
de paz y satisfacción, al punto de reconocer que todo es bueno, aun cuando estamos
enfrentando la dificultad más dura.
Que todo lo
que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por
mí. Salmo 103:2 (NTV).
Brisna
Bustamante S.
Sub
Coordinadora Call Center.
86. DIOS
SORPRENDE AL HOMBRE.
«Un Dios
desconcertante»
Por Carlos
Rey.
«No sólo el
pueblo judío... sino el hombre de todos los países y edades concebía la
manifestación de Dios como... una refulgente manifestación de gloria, de
grandeza y de poder. Sin embargo, el Dios anunciado por los profetas y por las
Escrituras un día decide cumplir su promesa de amor. Un día decide que el Hijo
de Dios sea el Hijo del Hombre. Y se le anuncia a María; pero..., en vez de la
imaginada grandeza y de la fastuosa teofanía, lo que nace es un niño pobrísimo
a quien no le dan posada en la ciudad y tiene que ser alumbrado en un
maloliente pesebre.
»Después
de... miles de años de concebirse la grandeza de Dios con la mente del hombre,
una mujer lo concibe en la mayor impotencia, abandono y marginación. Y ¿a quién
más de cerca podía punzarle con sus interrogaciones la corona de dudas que a
María? ¿A quién más de cerca le tocó la desconcertante contradicción sino a la
Madre? El Evangelio lo dice en una frase tremendamente simple: “Y el niño fue arre
costado en un pesebre.” Ninguna madre ha sido sometida a una prueba tan
desigual entre lo esperado y su realidad. ¿Puede ser Dios, el Dios esperado por
mi pueblo, ese hijo de mis entrañas, que no encuentra posada y viene a nacer en
un lugar inmundo? ¿Estaré soñando que me visitó un Ángel cuando este niño me grita
su hambre y es un niño pobre que ni siquiera pudo nacer bajo un techo propio y
digno? ¿Por qué esta humillación?
»Entonces
afuera los ángeles cantan. Pero, ¿quiénes llegan con la historia sino unos
sucios, ignorantes pastores con miedo y con ingenua admiración? ¿El Dios
esperado era ése? ¿Es que Dios no es grandeza (como la concibe el hombre),
sino humildad? Israel esperaba al León de Judá, y llega, enredado entre las
zarzas, un cordero... ese cordero... que Dios envió a Abraham para que lo
sacrificara en vez de su hijo Isaac...
»... No es
un Rey fastuoso. No es siquiera el piadoso Dios imaginado por el piadoso
hombre, rodeado, como Júpiter, de rayos y truenos. Es un Dios desconcertante.»1.
Es así como,
desde el punto de vista de la Virgen María, el ideólogo nicaragüense Pablo
Antonio Cuadra contrasta al Dios ideado por Dios con el Dios ideado por el
hombre. Lo hace en el discurso de inauguración de la Universidad Católica
«Redemptoris Mater» en calidad de rector, el día primero de marzo de 1993. Y
tiene toda la razón al representar al Niño Dios como el cordero que tomó el
lugar de Isaac. Porque así como el patriarca Abraham no se negó a darle su
único hijo a Dios, tampoco Dios se negó a darnos su único Hijo a todos
nosotros, que somos los descendientes espirituales de Abraham.2. Y para que no
quedara ninguna duda de que esa era su intención desde el principio, Dios se lo
reveló por adelantado a Juan el Bautista, quien al comienzo del ministerio
público de su primo Jesús lo presenta con la proclamación: «¡Aquí tienen al
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!»3.
Más vale que
permitamos que ese Dios desconcertante se manifieste entre nosotros como Él lo
ha concebido, como el Cordero sin mancha y sin defecto provisto como sacrificio
en nuestro lugar,4 para que quienes lo aceptemos como tal podamos disfrutar del
perdón de pecados y de la vida nueva y eterna que lo acompaña.
1 Pablo Antonio Cuadra, discurso de
inauguración de la Universidad Católica «Redemptoris Mater», 1 marzo 93
(Managua, Nicaragua: Hispamer, 1993), pp. 5-7.
2 Gn 22:1-18; Gá 3:7-9.
3 Jn 1:29.
4 1P 1:18-20.
87. PERMITA
QUE LA MANO DEL SEÑOR LO DISCIPLINE.
Hebreos
12:6: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por
hijo.”
Cuando era
niño (a), ¿alguna vez le dieron una paliza inmerecida? Quizás en ocasiones su
mamá o su papá andaban con ganas de dar palizas, y le daban a todo el que le
pudiesen poner la mano encima. ¡Qué ofensa! No hay nada peor para un niño (a)
que darse cuenta: “Me pegaron y no lo merecía.” ¿No es algo chistoso? En
aquellos tiempos nunca nos detuvimos para pensar en todos las otras ocasiones
que sí merecíamos la paliza y no la recibimos. Nuestro Padre es
misericordiosamente amoroso y bondadosamente sabio para darnos siempre lo que
necesitamos en nuestras vidas. Y a veces necesitamos su mano amorosa de
consuelo y a veces su mano de disciplina.
Dele gracias
a Dios que su mano de misericordia se la extiende cuando usted no lo merece. Y
que su mano de disciplina la extiende cuando sí.
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