miércoles, 20 de diciembre de 2017

LA MEJOR MANERA DE COMUNICARNOS CON DIOS. LA VEINTIDOSAVA PARTE.

85. ¡EL GRAN SECRETO!
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:21.
Hace muchísimos años, vivía en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo. Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz.
Un día llego ante él un niño y le dijo: - Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. ¿Por qué no me enseñas qué debo hacer para conseguirlo?. El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: - A ti te enseñaré el secreto para ser feliz.
Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida.
1.El primer paso, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: Este paso se llama autoestima alta.
2. El segundo paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
3. El tercero paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
4. El cuarto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz, tú perdona y olvida.
5. El quinto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitaran algo de más valor.
6. El sexto paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
7. Y lo más importante, levántate siempre con una sonrisa en los labios y agradece a Dios por todo lo que tienes y eres, pues si no fuera por su amor y misericordia hoy no estarías vivo. Observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para triunfar y ser felices".
Este día traigamos a la memoria todas las oraciones respondidas de parte de Dios y los milagros que Él hizo en nuestra vida y con un corazón agradecido, bendigamos su nombre porque cuando agradecemos, se apodera de nuestro interior un sentimiento de paz y satisfacción, al punto de reconocer que todo es bueno, aun cuando estamos enfrentando la dificultad más dura.
Que todo lo que soy alabe al Señor; que nunca olvide todas las cosas buenas que hace por mí. Salmo 103:2 (NTV).
Brisna Bustamante S.
Sub Coordinadora Call Center.
86. DIOS SORPRENDE AL HOMBRE.
«Un Dios desconcertante»
Por Carlos Rey.
«No sólo el pueblo judío... sino el hombre de todos los países y edades concebía la manifestación de Dios como... una refulgente manifesta­ción de gloria, de grandeza y de poder. Sin embargo, el Dios anunciado por los profetas y por las Escrituras un día decide cumplir su promesa de amor. Un día decide que el Hijo de Dios sea el Hijo del Hombre. Y se le anuncia a María; pero..., en vez de la imaginada grandeza y de la fastuosa teofanía, lo que nace es un niño pobrísimo a quien no le dan posada en la ciudad y tiene que ser alumbrado en un maloliente pesebre.
»Después de... miles de años de concebirse la grandeza de Dios con la mente del hombre, una mujer lo concibe en la mayor impotencia, abandono y marginación. Y ¿a quién más de cerca podía punzarle con sus interrogaciones la corona de dudas que a María? ¿A quién más de cerca le tocó la desconcertante contradicción sino a la Madre? El Evangelio lo dice en una frase tremendamente simple: “Y el niño fue arre costado en un pesebre.” Ninguna madre ha sido sometida a una prueba tan desigual entre lo esperado y su realidad. ¿Puede ser Dios, el Dios esperado por mi pueblo, ese hijo de mis entrañas, que no encuentra posada y viene a nacer en un lugar inmundo? ¿Estaré soñando que me visitó un Án­gel cuando este niño me grita su hambre y es un niño pobre que ni siquiera pudo nacer bajo un techo propio y digno? ¿Por qué esta humillación?
»Entonces afuera los ángeles cantan. Pero, ¿quiénes llegan con la historia sino unos sucios, ignorantes pastores con miedo y con ingenua ad­miración? ¿El Dios esperado era ése? ¿Es que Dios no es grandeza (como la concibe el hom­bre), sino humildad? Israel esperaba al León de Judá, y llega, enredado entre las zarzas, un cordero... ese cordero... que Dios envió a Abraham para que lo sacrificara en vez de su hijo Isaac...
»... No es un Rey fastuoso. No es siquiera el piadoso Dios imaginado por el piadoso hombre, rodeado, como Júpiter, de rayos y truenos. Es un Dios desconcertante.»1.
Es así como, desde el punto de vista de la Virgen María, el ideólogo nicaragüense Pablo Antonio Cuadra contrasta al Dios ideado por Dios con el Dios ideado por el hombre. Lo hace en el discurso de inauguración de la Universidad Católica «Redemptoris Mater» en calidad de rector, el día primero de marzo de 1993. Y tiene toda la razón al representar al Niño Dios como el cordero que tomó el lugar de Isaac. Porque así como el patriarca Abraham no se negó a darle su único hijo a Dios, tampoco Dios se negó a darnos su único Hijo a todos nosotros, que somos los descendientes espirituales de Abraham.2. Y para que no quedara ninguna duda de que esa era su intención desde el principio, Dios se lo reveló por adelantado a Juan el Bautista, quien al comienzo del ministerio público de su primo Jesús lo presenta con la proclamación: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!»3.
Más vale que permitamos que ese Dios desconcertante se manifieste entre nosotros como Él lo ha concebido, como el Cordero sin mancha y sin defecto provisto como sacrificio en nuestro lugar,4 para que quienes lo aceptemos como tal podamos disfrutar del perdón de pecados y de la vida nueva y eterna que lo acompaña.
1       Pablo Antonio Cuadra, discurso de inauguración de la Universidad Católica «Redemptoris Mater», 1 marzo 93 (Managua, Nicaragua: Hispamer, 1993), pp. 5-7.
2       Gn 22:1-18; Gá 3:7-9.
3       Jn 1:29.
4       1P 1:18-20.
87. PERMITA QUE LA MANO DEL SEÑOR LO DISCIPLINE.
Hebreos 12:6: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.”

Cuando era niño (a), ¿alguna vez le dieron una paliza inmerecida? Quizás en ocasiones su mamá o su papá andaban con ganas de dar palizas, y le daban a todo el que le pudiesen poner la mano encima. ¡Qué ofensa! No hay nada peor para un niño (a) que darse cuenta: “Me pegaron y no lo merecía.” ¿No es algo chistoso? En aquellos tiempos nunca nos detuvimos para pensar en todos las otras ocasiones que sí merecíamos la paliza y no la recibimos. Nuestro Padre es misericordiosamente amoroso y bondadosamente sabio para darnos siempre lo que necesitamos en nuestras vidas. Y a veces necesitamos su mano amorosa de consuelo y a veces su mano de disciplina.

Dele gracias a Dios que su mano de misericordia se la extiende cuando usted no lo merece. Y que su mano de disciplina la extiende cuando sí.

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