TENGO UNA
RABIECITA MENUDITA QUE SE CONVIERTE EN IRA HACIA MI HERMANO.
Efesios
4:26: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.”
La Palabra
de Dios nos dice que debemos ser “tardos para airarnos” (Proverbios 14:29,
Santiago 1:19). No hay nada que le hará más daño a su trato con otros que la
ira innecesaria. Si usted es dado a la ira, permítame decirle un par de cosas
que la Biblia menciona y éstas no son halagadoras. 1. Primero, la Biblia dice
que usted es un necio. Eclesiastés 7:9 enseña: “No te apresures en tu espíritu
a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.”
2. Segundo,
usted posee un carácter débil. Proverbios 16:32 dice: “Mejor es el que tarda en
airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma
una ciudad.” La ira sin control es como tirar una piedra a un panal de avispas.
¿Se enoja
usted fácilmente? Si es así, confiéselo. No permita que Satanás construya una
fortaleza en su vida. Si usted se enoja hoy, pregúntese qué necesidad no está
siendo suplida y póngala en las manos del Señor.
ES TIEMPO DE
PEDIR PERDÓN EN ORACIÓN.
“Crea en mí,
oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me
eches de delante de Ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu. Vuélveme el gozo
de tu salvación, y espíritu noble me sustente” (Salmos 51:10-12).
DEBEMOS
TENER SUMO GOZO EN MEDIO DE PRUEBAS Y NO OPTAR POR EL ENOJO.
“Hermanos
míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que
la prueba de vuestra fe produce paciencia” - (Santiago 1:2-3).
Santiago 1:2
es un versículo interesante porque tiene la palabra “cuando” en vez de la
palabra “si”. Verá, alguna gente cree que la vida siempre va a ser “color de
rosa”, acolchonada con pétalos y días soleados. Si yo asegurara tal cosa,
estaría hablando con la Biblia cerrada y una cabeza vacía. Sea usted salvo o
no, la vida le garantiza una cosa: ¡dificultades! Habrá pruebas, opresión,
malentendidos. Y cuando usted se entrega a Cristo, no se torna inmune a estas
cosas. Las pruebas son parte de la vida, pero cómo los creyentes se comportan
en respuesta a esas pruebas motiva a que un mundo incrédulo se detenga y lo
note. Usted puede hablar de la fortaleza de un creyente por lo que se necesita
para detenerle.
Decida, por
usted mismo, ser responsable. Si es casado, pida a su esposa que conteste la
siguiente pregunta. Si es soltero, pida la ayuda de un amigo de confianza:
¿Cómo calificarías la forma en que he respondido a las pruebas en mi vida, el
año pasado, en una escala del 1 al 10? Significando 1 que he agradecido la
oportunidad de aprender a ser paciente, y 10 que me he enojado por cada
piedrita que la vida puso en mi camino. ¿Aprendió algo nuevo acerca de sí
mismo? ¿Algo en lo cual debe mejorar el próximo año?
PRIMERO EL
PERDÓN QUE LA OFRENDA.
“Deja allí
tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda” - (Mateo 5:24).
Jesús nos
dice que debemos dejar nuestra ofrenda a un lado y hacer la paz con algún
hermano enojado, antes de que podamos adorar. Nadie puede estar “bien con
Dios”, y conscientemente estar mal con su hermano. Pero note que Jesús no está
diciendo que usted necesita dejar su ofrenda e ir y reconciliarse con su
hermano si es que usted tiene algo en contra de él (o ella), (vea Mateo
18:15-20). Aquí Jesús está diciendo que usted necesita “hacer la paz” con algún
hermano o hermana que tiene algo en contra suya. Antes de que cante, antes de
que ore, antes de que enseñe, antes de que ofrende, antes de que adore, la
Biblia dice que primero debe reconciliarse con su hermano (a). No hay ofrenda
sobre la tierra que pueda substituir el estar en paz con los otros.
De lo que usted sabe, ¿hay alguna
persona que está guardando sentimientos negativos en su contra? Entonces, el
Señor le dice: “Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate
primero con tu hermano.”
Antes de que
usted haga ninguna otra cosa, ahora mismo, este minuto, pídale a Dios que le
enseñe si hay alguien con quien usted necesita reconciliarse. Luego, ¡vaya y
hágalo!
APRENDAMOS A
TENER GOZO EN TODO.
“Y la
multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía
ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en
común” - (Hechos 4:32).
Usted puede
saber mucho acerca de una persona por lo que le entristece, alegra y enoja.
¿Correcto? En muchas ocasiones esto puede ser la escasez de abundancia de
posesiones o riquezas. Sin embargo, cuando una persona tiene el gozo del Señor,
nada puede robarle ese gozo.
¿Ha
aprendido a tener gozo en el Señor y no en las cosas de este mundo? ¿Se
mantiene sin aferrarse a las cosas de este mundo? Si no, pueda ser que Dios le
enseñe a hacerlo. Para confiar completamente en el Señor:
1. primero,
debe existir una confianza que depende del Señor.
2. Segundo,
debe existir una comunión que se regocija en el Señor.
3. Tercero,
debe existir un compromiso que transfiere las cargas al Señor.
¿Dónde está
su confianza: en sus posesiones, su posición, su auto-estima? ¿Cuánto tiempo
invierte diariamente en comunión con el Señor? ¿Cómo definiría su compromiso de
confiar en Dios en toda área de su vida?
EL SEÑOR
DICE:” ESTÁS EN MIS MANOS”
Cuenta una
antigua leyenda que en la Edad Media, un hombre muy virtuoso fue injustamente
acusado de asesinato. Sucedía, que el verdadero culpable era una persona muy
influyente del reino, y por eso desde el primer momento procuró hallar un chivo
expiatorio quien cargase con su culpa y dejar así encubierto su delito. El
hombre acusado, fue llevado a juicio y comprendió que tendría escasas
oportunidades de escapar de la horca, sabiendo que se enfrentaba a personas muy
poderosas que se habían puesto de acuerdo en condenarlo.
El juez,
aunque también estaba confabulado, se cuidó de mantener todas las apariencias
de un juicio justo. Por eso le dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre
justo, voy a dejar tu suerte en manos de Dios: escribiré en dos papeles
separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás, y será la
Providencia la que decida tu destino”. Por supuesto, el perverso funcionario
había preparado dos papeles con la misma leyenda: “Culpable”. La víctima, aun
sin conocer los detalles, se dio cuenta de que el sistema era una trampa.
Cuando el juez lo conminó a tomar uno de los papeles, el hombre respiró
profundamente y permaneció en silencio unos segundos con los ojos cerrados.
Cuando la
sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con una sonrisa, tomó uno
de los papeles, se lo metió a la boca y lo engulló rápidamente. Sorprendidos e
indignados, los presentes le reprocharon. --Pero, ¿qué ha hecho? ¿Ahora cómo
vamos a saber el veredicto? --Es muy sencillo --replicó el hombre--. Es
cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.
Con refunfuños y un enojo imposible de disimular, debieron liberar al acusado,
y jamás volvieron a molestarlo.
Esta
historia me hace pensar, que aunque el
enemigo quiera destruirte y devorarte, debes estar seguro al igual que aquel
hombre, que Dios tomará el control de tu situación. Aun cuando todas las
circunstancias muestren que no hay salida y no veas luz al final del túnel,
Dios se hará cargo, por lo cual puedes descansar confiadamente en sus manos.
Tal vez
atraviesas una injusticia, una persecución, pero Dios es el juez, quien tiene la última palabra y no
permitirá que sus hijos sean destruidos.
Nunca
dejemos de luchar hasta el último momento. En momentos de crisis, sólo la
fe y la confianza en Cristo, es más
importante que cualquier otra salida.
“Pero
tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de
Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en
apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero
no destruidos” - 2 Corintios 4:7-9.
Autora.
Telma Céspedes.
2 Corintios
4:7-9.
La Buena
Parte del Día - 1 Corintios 2:7-102 Corintios 4:7-9. "Pero tenemos este
tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de
nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas
no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no
destruidos".
El apóstol
Pablo inicia este pasaje mostrándonos que podemos ser movidos por el orgullo
cuando tenemos algunos privilegios. Pero nuestra vida en Cristo está diseñada
para vivir libres del orgullo. Por muy altos que sean nuestros logros, por
grandes que sean nuestras victorias habrá circunstancias propias de la
humanidad a las cuales aún estaremos sujetos, como son los momentos difíciles,
el dolor, las contradicciones de la vida y sobre todo a una característica
propia del ser humano: La debilidad.
FRÁGILES Y
DÉBILES.
Somos
comparados a vasijas de barro, totalmente frágiles, débiles, (2 Corintios 4:7)
en el que guardamos un tesoro valioso, un corazón redimido por Jesús y su
Espíritu que mora en nosotros cuando hemos tenido un encuentro genuino con El.
En este
tiempo se exalta mucho el poder en las personas por el control que ejerce en
sus propias fuerzas sobre su vida y la de quienes lo rodean, su
autosuficiencia, y su alto nivel de control sobre lo que puede tener o hacer,
lo lleva a pensar que todo lo que posee y ha logrado es por su propio esfuerzo,
que a quienes ha provisto dependen solo de su mano, pero se olvida que lo más
característico del ser humano no es su poder sino su debilidad, porque solo en
ella se glorifica el poder de Dios. (2Cor 12:9) "Y me ha dicho: Bástate mi
gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad".
Entonces
solo cuando derribamos esta manera de pensar y reconocemos quien es el que
realmente debe ser glorificado podemos llegar a ver la diferencia entre nuestra
debilidad y el poder de Dios, por esto el apóstol Pablo quería enseñar a través
de estas realidades humanas que en nuestra vida tenemos este contraste que no
podemos negar y el cual debemos siempre reconocer para que nuestra dependencia
sea únicamente de Dios.
DIOS NOS DA
UNA SALIDA.
1. Estaremos
atribulados (debilidad), pero no angustiarnos (poder de Dios). Es natural que
el hombre pase por tribulaciones, pero es característico de Dios darnos siempre
una salida. Aunque nuestra debilidad nos produzca tribulación, nuestro espíritu
puede ir más allá en una comunión con Dios y recibir dirección de El para
hallar salida.
DIOS TRAE
PAZ Y REPOSO.
2. Podremos
estar en apuro (debilidad), pero no desesperarnos (poder de Dios). Hay momentos
en los que no sabemos qué hacer en nuestra humanidad ante ciertas situaciones;
pero Dios trae paz y reposo, entonces nuestro espíritu no duda en la espera que
pronto llega la solución.
DIOS NO NOS
DEJA SOLOS.
3. Podremos
ser perseguidos por el hombre (debilidad), pero no desamparados por Dios,
(Poder de Dios). (Josué 1:5), dice "Nadie te podrá hacer frente en todos
los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni
te desampararé". Nada puede cambiar la fidelidad de Dios, pero solo
nuestra autosuficiencia, puede negarse a recibirla.
DIOS NOS
LEVANTA DEL SUELO.
4. Podremos
estar derribados (debilidad), pero no destruidos (poder de Dios), Nuestra
debilidad puede llevarnos a caer, pero el poder de Dios nos levanta para El
glorificarse en nuestras vidas y ser testimonios vivos de su poder.
LA MANO DE
DIOS ESTÁ ALLÍ.
El miedo a
las circunstancias difíciles solo puede desaparecer cuando reconocemos que no
podemos hacer las cosas solos, sino de la mano de Dios, estrictamente bajo su
dirección. (2Cor. 3:4-5).
LA GLORIA,
EL PODER Y LA FURZA SON DE DIOS.
Aunque la
vida nos rodea de debilidad Cristo nos rodea de su gloria, para que no
olvidemos que la debilidad es cosa nuestra y la gloria y el poder son de Dios,
de esta manera siempre tendremos total y absoluta dependencia de Él. Cuanto más
reconocemos nuestra debilidad más se glorifica Dios en nuestras vidas.
Oración.
Señor gracias por tu palabra
que nos da esperanza en medio de nuestras debilidades, que nos recuerda que en
ellas tu perfeccionas tu poder. Amen. Bendiciones.
Autora.
Por: Rosana Quevedo Ángel.
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