viernes, 11 de mayo de 2018

A JESUCRISTO EL HIJO DEL HOMBRE CON GRAN PODER Y GLORIA, LO VEREMOS.


A JESUCRISTO EL HIJO DEL HOMBRE CON GRAN PODER Y GLORIA, LO VEREMOS.
“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria” (Marcos 13:26).
Cuando llegamos a un momento en el cual no entendemos lo que está sucediendo. Cuando todo parece que se desmorona y se viene abajo...tenemos a Jesús.
JESUCRISTO NOS BRINDA:
1. Siempre tenemos el perdón de la cruz.
 2. La victoria de la tumba vacía.
3. Y la esperanza del inminente regreso de Cristo.
 Cuando vamos donde el doctor y nos dice que tenemos cierta enfermedad; cuando escuchamos que, como pareja, somos estériles y no podemos tener hijos; cuando nos tenemos que declarar en bancarrota; cuando nos despiden del trabajo; cuando leemos una carta de nuestro cónyuge diciéndonos que nos abandona; cuando un ser amado muere debido a un acto terrorista...¡Tenemos un Salvador!, y es nuestra la opción de creer o no creer. En esos momentos podemos murmurar, criticar, refunfuñar o desesperarnos. O podemos ceder ante el Salvador y escucharle decir: “Hijo mío, no importa lo que está sucediendo, quiero que sepas que te amo.
1. Mira a la cruz.
 2. Mira la tumba vacía.
 3. Espérame. Regresaré nuevamente.”
Póngase en una posición de humildad. Si puede, arrodíllese. Si no puede, incline su cabeza y cierre sus ojos. Imagínese la cruz de Cristo. Medite en la vergüenza que Él experimentó, el dolor que soportó y la victoria que aseguró con Su muerte.
DIOS NOS OFRECE UN VEDADERO PERDÓN.
“Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” (Hebreos 8:12).
 ¿Alguna vez ha sentido como si ya hubiese usado todas las reservas del perdón de Dios? Tal vez ha pensado: “No tengo el derecho de venir y pedir que me perdone otra vez.” Amigo, no importa cuántas veces haya pecado. Suponga que viene a Dios por la milésima vez con el mismo pecado. ¿Le perdonará Él? ¡Sí, por supuesto que lo hará! En lo que a Dios concierne, es como si viniera a Él la primera vez. ¿Por qué? Porque Él ha enterrado en el olvido todas las otras veces. Dios castiga el pecado, pero no guarda resentimientos. El Dios de Jonás, David, Marcos, Pedro y Jacob es su Dios y nuestro Dios. Nos hemos acercado a Él tantas veces, pidiéndole una segunda oportunidad, ¿y sabe qué? ¡Él nos la ha dado! Y sé que si Él puede darnos una segunda oportunidad, de seguro que le dará a usted otra oportunidad. ¡El fracaso no es final!
¿Ha estado usted indeciso de ir a Dios y pedirle su perdón acerca de algo? Amigo, ¡corra hacia Él ahora mismo!

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