sábado, 25 de diciembre de 2010

YO ESTOY A LA PUERTA

Él es Jesús.

Él es Aquel que a lo suyo vino y los suyos no le recibieron.

Es Aquel que fue acostado por María en un pesebre porque no había lugar para ellos en el mesón.

Aquel a quien muchos convidados a la gran cena rechazaron, despreciando la invitación que el Padre les había extendido.

Aquel que fuera de la iglesia en Laodicea dice “he aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo“.

El Señor Jesucristo seguirá fuera de la vida de la mayoría, pocos hallarán este Camino.

Mas ¿sigue Él fuera, también, de usted que se hace llamar cristiano? ¿Sigue fuera, de manera inconcebible, de muchas que dicen ser “su iglesia”?

¿Habrá lugar para él en usted, o seguirá él afuera porque tiene usted el corazón muy ocupado en sí mismo o en otros, o en las cosas del mundo, de modo que no hay sitio disponible?

¿Despreciará usted vez tras vez Su invitación a la gran cena? ¿Podrá usted oír la voz del Señor para abrirle la puerta y que él entre a usted y cene con usted y usted con él? ¿O se perderá usted la única cena realmente importante en la vida, no una de Navidad, sino la única que nadie debería perderse y de la que, sin embargo, muchos serán excluidos?

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