"Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" 1 Corintios 15:57
Una de las cosas que más teme oír un paciente es: "Usted tiene cáncer". Estas palabras petrifican el corazón de cualquiera. Aunque se ha progresado mucho en el tratamiento de esta enfermedad, la recuperación puede ser larga y dolorosa, y mucha gente no sobrevive. Aunque es doloroso aceptarlo es así, en nuestras vidas y aun en la de un ser amado. Dan Richardson, un entusiasta creyente en Cristo, perdió su batalla contra el cáncer, pero su vida demostró que aunque la enfermedad es capaz de destruir el cuerpo físico, el espíritu puede permanecer triunfante. Este poema se distribuyó en el culto conmemorativo que le hicieron:
El cáncer o cualquier enfermedad son limitados…
No puede debilitar el amor,
Ni destrozar las esperanzas,
Ni corroer la fe,
Ni acabar con la paz,
Ni destruir la confianza,
Ni matar la amistad,
Ni borrar los recuerdos,
Ni silenciar el valor,
Ni invadir el alma,
Ni reducir la vida eterna,
Ni apagar el Espíritu,
Ni disminuir el poder de la resurrección.
Si una enfermedad ha invadido tu vida, no permitas que toque tu espíritu. Tu cuerpo puede quedar gravemente afectado, débil y aun con deficiencias y tal vez enfrentes una gran lucha. Pero no es así con el ser interior, el apóstol dijo: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”. Posiblemente Pablo sufría una enfermedad, ante esto dijo: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”.
Nuestro cuerpo puede estar abatido, por lo cual nos sentimos débiles y se desgasta aun sin una enfermedad, pero nuestro espíritu se puede renovar y fortalecer diariamente cuando invertimos tiempo con el Señor Jesús, el Autor de la vida. Como hijos de Dios en cualquier situación, no debemos aferrarnos a la vida, sino a Cristo Jesús para poder decir como Pablo: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia (Fil. 1:21)
Reflexión: Nuestro mayor enemigo no es la enfermedad, sino desespéranos, y peder la perspectiva de los planes de Dios.
Autor: Editores de Nuestro Pan Diario
Claves para soportar una enfermedad: Recuerde que…
- Su cuerpo físico está diseñado para deteriorarse (Gn. 3:19)
- Dios permite las aflicciones para instruirnos (Sal.119:71).
- Dios nos ayuda a resistir las tentaciones (1 Co. 10:13).
- Los sufrimientos nos permiten ver a Dios por la fe (Job 42:5).
- Por medio del sufrimiento su vida moldeada a la imagen de Cristo (Ro. 8:28–29)
- Dios nos ayuda en nuestra debilidad (2 Co.12:10)
- Sus problemas físicos son temporales — la gloria es eterna. (2 Co. 4:16–18)
Versículo para memorizar: “Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra” (Sal. 119:28).
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