sábado, 21 de junio de 2014

LA OBECIENCIA ES UN PRINCIPIO QUE DETERMINA NUESTRO ÉXITO EN LA VIDA CRISTIANA.

LA OBECIENCIA ES UN PRINCIPIO QUE DETERMINA NUESTRO ÉXITO EN LA VIDA CRISTIANA.
“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número” (1 Corintios 9:19).
Existen tres razones para la obediencia: un esclavo obedece  porque tiene que hacerlo. Un empleado obedece porque necesita hacerlo. Pero un hijo amoroso obedece porque quiere hacerlo. Muchos de nosotros vivimos como esclavos, a pesar de que Jesús dijo: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15:15).

El pastor Rogers testificó: “Yo no trabajo para alcanzar mi salvación. Ese trabajo ya fue hecho por mi Señor. Pero trabajaré como un esclavo por el amor a Dios.”
¿Y qué de usted?.
¿Qué es lo que usted está tratando de hacer hoy para “ganar” la salvación de Dios para su alma? El sacrificio expiatorio de Jesús, por su pecado, fue completado en la cruz hace más de 2.000 años. Pase este día alabando a Dios por haber enviado a su Hijo para que muera en lugar suyo.
EN OTRAS PALABRAS A JEHOVÁ SIEMPRE OBEDECERÉIS.
¿Qué es lo que usted está tratando de hacer hoy para “ganar” la salvación de Dios para su alma? El sacrificio expiatorio de Jesús, por su pecado, fue completado en la cruz hace más de 2.000 años. Pase este día alabando a Dios por haber enviado a su Hijo para que muera en lugar suyo.
Cuando leemos un mandamiento en la Biblia, sea que lo entendamos o no, debemos obedecerlo. La Biblia no es principalmente un libro que debe ser explicado; más bien es un libro que debe ser creído y obedecido. Cuántas veces nosotros queremos decirle a Dios cómo Él debe hacer las cosas. Puedo imaginarme a esos primeros apóstoles cuando por primera vez conocieron a Pablo, perseguidor de los creyentes. Esos bien intencionados creyentes podían haber estado orando a Dios para que elimine a Pablo. Pero, ¿qué es lo que Dios hizo? ¡Le dio a Pablo una nueva vida! ¿No se alegra usted de que así lo haya hecho? Amigo, no substituya razonamiento humano por obediencia.
Lea Isaías55:8-9 y Proverbios3:5-6. Busque el perdón de Dios si es que usted está confiando en su propia manera de hacer las cosas, en lugar de hacerlas a Su manera. Pídale fortaleza para confiar por completo en Él.
Isaías55:8-9. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
55:9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Proverbios3:5-6. Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
3:6 Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
LA OBEDIENCIA SE CONVIERTE EN UNA NORMA ESTANDAR MUY ALTA DELANTE DE DIOS.
La norma de Dios.

Seréis, pues, santos, porque yo soy santo.

Levítico 11:45

La vida cristiana pudiera resumirse en esta declaración: Ser imitadores de Dios. Jesús dijo "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mt. 5:48). El apóstol Pedro reiteró esa norma elevada cuando dijo "Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".

Cuanto más se conoce a Dios, tanto más se entiende quién Él quiere que seamos, de modo que lo primero que el creyente debe procurar es conocer a Dios (Fil. 3:10). Eso puede lograrse solo cuando estudiamos el carácter de Dios como se revela en las Escrituras.
 La norma de Dios

Seréis, pues, santos, porque yo soy santo.

Levítico 11:45

La vida cristiana pudiera resumirse en esta declaración: Ser imitadores de Dios. Jesús dijo "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mt. 5:48). El apóstol Pedro reiteró esa norma elevada cuando dijo "Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".

Cuanto más se conoce a Dios, tanto más se entiende quién Él quiere que seamos, de modo que lo primero que el creyente debe procurar es conocer a Dios (Fil. 3:10). Eso puede lograrse solo cuando estudiamos el carácter de Dios como se revela en las Escrituras. 
3:10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
IMITAR A DIOS ES OBEDECERLO EN TODO.

Sea imitador de Dios.

Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

Efesios 5:1

El imitar a Dios pudiera ser fácil de analizar, pero es difícil de hacer. No puede hacerlo con su propia fuerza. Pero Jesús nos dio en el Sermón del Monte el punto de partida para imitar a Dios. Tenemos que llorar por nuestro pecado con un espíritu quebrantado y contrito. Cuando estemos abrumados por nuestro carácter pecaminoso, tendremos hambre y sed de justicia. Así que hay una paradoja: "Debemos ser como Dios, pero tenemos que reconocer que no podemos ser como Él por nuestro propio esfuerzo".

Una vez que estemos conscientes de la paradoja, entonces sabemos que debe de haber algún otro poder para hacer posible el imitar a Dios. El apóstol Pablo pedía a Dios que nos fortaleciera "con poder en el hombre interior por su Espíritu" (Ef. 3:16). El Espíritu Santo da la fortaleza para que seamos "llenos de toda la plenitud de Dios" (v. 19). Podemos ser como Dios (desde el punto de vista de su carácter), pero no podemos lograrlo por nuestra cuenta. Esa es la obra del Espíritu.



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