LA INVITACIÓN
DEL QUE LE SIRVE A JESUCRISTO ES SUFRIR PENALIDADES Y GOZAR POR LOS QUE SE
BENEFICIAN.
“Tú, pues,
sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (2 Timoteo 2:3).
Muchos de
nosotros sabemos hablar muy bien religiosamente. Somos como el jovencito que
llamó a su enamorada para decirle: “Cariño, tú eres preciosa para mí. Te amo
tanto que pelearía con bestias salvajes con tal de estar a tu lado. Caminaría
sobre vidrios rotos con tal de sostener tu mano...Y si es que no llueve, te iré
a ver mañana por la noche.” Muchos creyentes son intensamente sentimentales,
pero pobres en cuanto a sacrificio. No sabemos lo que es luchar por el Señor
Jesucristo. Si usted está buscando una manera fácil de servir al Señor,
¡olvídelo! Somos llamados a soportar penalidades como buenos soldados de la
cruz. ¿Cuántas penalidades soportaría usted?
He aquí una
pequeña prueba: ¿Cuándo fue la última vez que usted ayunó? ¿Cuándo fue la
última vez que usted pasó una hora en oración? ¿Cuándo fue la última vez que
usted pasó sus vacaciones en un corto viaje misionero? ¿Cuándo fue la última
vez que usted fue perseguido por su fe? ¿Cuándo fue la última vez que pasó una
noche encarcelado por haber compartido su fe? ¿Cuándo fue la última vez que prestó un servicio?
EL SERVICIO
A DIOS POR MEDIO DE” UN GESTO DE AMOR”
El alma
generosa será prosperada, el que sacie a otros será también saciado. -
Proverbios 11:25.
Llovía
fuerte y era de noche, cuando Renato se dio cuenta que una señora, de avanzada
edad, estaba con su coche parado al costado de la carretera necesitando ayuda.
Así que, inmediatamente, detuvo su vehículo y se acercó. La señora pensó, que
podía tratarse de un ladrón, pues él no inspiraba confianza, tenía el aspecto
de un hombre pobre y hambriento. Renato rápidamente percibió el temor de la
mujer y le dijo: “Estoy aquí para ayudarla, no se preocupe. ¿Por qué no entra a
su auto mientras lo reviso? Le extendió la mano y le dijo: un gusto, mi nombre
es Renato”.
Al
inspeccionar lo que pasaba, inmediatamente se dio cuenta, que la rueda estaba
pinchada entonces se agachó, colocó el gato mecánico, levantó el coche, cambió
la rueda y cuando estaba en la tarea de apretar las tuercas, ella abrió la
ventana y comenzó a conversar con él. Le contó que no era del lugar, que sólo
estaba de paso por allí y de lo agradecida que estaba por su valiosa ayuda.
Renato apenas sonrió mientras se levantaba. Ella le preguntó cuánto le debía,
reflexionando íntimamente en todas las cosas terribles que podían haber pasado
si él no se hubiese detenido para socorrerla. Renato era un hombre que no
pensaba solo en el dinero, le gustaba ayudar a las personas. Este era su modo
de vivir. Y le respondió: “Si realmente quisiera pagarme, la próxima vez que se
encuentre con alguien que tiene una necesidad, bríndele a esa persona la ayuda
que necesite y en dicho momento, acuérdese de mí”.
Después de
andar algunos kilómetros, bajo una lluvia torrencial, la anciana decidió parar
en un pequeño restaurant al costado del camino. Rápidamente se le acercó una camarera quien le trajo una toalla limpia
para que pudiera secar su cabello. La señora notó que la joven que la atendía,
estaba con casi ocho meses de embarazo, pero a pesar de eso, tenía una muy
buena actitud de amoroso servicio. Esto despertó la curiosidad de la señora,
quien se preguntó, ¿cuál será la razón, para que ésta joven que no me conoce,
me trate tan bien? En ese instante vino a su mente la imagen de Renato y lo
bien que él había procedido con ella.
Al terminar
de comer, y mientras la camarera buscaba el cambio, la señora se retiró. Cuando
la joven volvió, ya no la encontró y mientras empezaba a preparar la mesa para
el próximo cliente, encontró una nota en la servilleta y 4 billetes de 1.000
euros. Entre sorprendida y conmovida por semejante generosidad, sus lágrimas
comenzaron a bañar sus ojos, mientras leía lo que la señora tiernamente le
había escrito: “Hoy tuve un problema y alguien me ayudó, de la misma forma yo
quiero ayudarte a tí. Si tú realmente quisieras reembolsarme este dinero, no dejes
que este círculo de amor termine contigo, ayuda también a alguien más y
acuérdate de mí”.
Aquella
noche, la joven llegó a su casa cansada, después de un largo día de trabajo, se
acostó y mientras observaba a su esposo quien ya se había dormido, se quedó pensando
en el dinero, en las palabras que le había escrito la señora y en lo bien que
les venía este regalo, porque el nacimiento de su hijo sería aproximadamente en
un mes. Se dibujó en su rostro una gran sonrisa, agradeció a Dios, se volvió
hacia su esposo que dormía a su lado, le dio un beso suave y susurró: -Todo
estará bien: ¡Te Amo Renato!
Esta es la
actitud que deberíamos tener todas las personas que hemos recibido a Jesús en
nuestro corazón, como nuestro único Señor y Salvador, porque aun enfrentando
momentos difíciles en nuestras vidas, deberíamos tener una sonrisa en nuestros
labios y paz en nuestros corazones, porque Dios prometió estar con nosotros
todos los días de nuestras vidas y jamás desampararnos.
Jamás
olvidemos que todo lo que damos, vuelve a nosotros. Si sembramos el bien, eso
mismo recogeremos. Acordémonos de Renato.
Autora.
Brisna Bustamante S.
Sub
Coordinadora Call Center.
DIOS NOS HA
DADO EL PODER PARA SERVIRLE A ÉL Y A LOS HOMBRES.
“He aquí os
doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del
enemigo, y nada os dañará” (Lucas 10:19).
¿Alguna vez
ha pensado en “La Gran Comisión” como una misión imposible? Sin embargo, no lo
es debido a las bases sobre las cuales Jesús la dio. Verá, Jesús dijo que todo
poder, autoridad y dominio le fue dada en el cielo y en la tierra (ver Mateo
28:18-20). El dominio le fue dado primero al hombre, pero el hombre se lo
entregó al diablo en el Huerto de Edén. Jesús lo recibió de nuevo de su Padre,
y a todo creyente nos ha dado esa autoridad. ¿Posee Jesús autoridad sobre el
diablo? ¡Por supuesto! Por lo tanto, usted también la posee. ¿Tiene Jesús la
victoria? ¡Claro que sí! Entonces, usted también tiene la victoria. ¿Está Jesús
en el trono? ¡Absolutamente! Y usted también lo está. La victoria es nuestra
por medio de Jesucristo.
Pídale al
Espíritu Santo que le muestre cuáles son sus temores, y confiéselos como
pecado. Arrepiéntase, y extienda su mano para asir la mano de Jesús, que está
extendida para sostenerle y darle la victoria.
EL SERVICIO
A DIOS PUEDE COMENZAR ANDANDO Y LLORANDO.
Salmos
126:6: “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; más volverá a
venir con REGOCIJO, trayendo sus gavillas.”
¿Sabe lo que
hace en la mañana cuando tiene un tiempo a solas con el Señor? Está desyerbando
su jardín. Está limpiando de malezas el jardín de su mente para que la BUENA
SEMILLA de la Palabra de Dios pueda multiplicarse. Ahora, el próximo paso es
plantar la semilla y cultivar la cosecha de Dios. Y cuando vaya a ganar almas,
riegue los cultivos con sus lágrimas. Lea en Juan 17 cómo el corazón del Señor
se quebrantó por las personas que Él anhelaba abrazar y amar. Aprenda este tipo
de compasión en el jardín que Dios le ha dado a cultivar para su Reino.
Pídale a
Dios que le ponga en sus campos de servicio. Ruéguele que le haga firme, pero
compasivo y sabio para compartir sus Buenas Nuevas.
DIOS NOS
LLAMA A SER DISCIPULOS, PARA HACER DISCIPULOS,
EN UNA
COMPLETA COMUNIÓN CON CRISTO.
Primera
Corintios 1:9: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con
su Hijo Jesucristo nuestro Señor.”
Juan Calvino
fue uno de los más grandes teólogos que hayan vivido. Él dijo: “He dejado todo
por Cristo, y ¿qué he encontrado? He encontrado todo en Cristo.” ¿Desearía
usted poder decir lo mismo? Usted puede. Solamente no se confunda con lo que
significa “dejarlo todo” por encontrar a Cristo. Tantos piensan que ser
discípulos significa unirse a algún movimiento, o ir al campo misionero, o
estudiar en un seminario. Amigo (a), ser un discípulo es tener comunión con el
Señor Jesucristo. Es conocer a Jesús íntimamente y seguirle doquiera Él le
guíe. La comunión con Cristo precede el servicio por Jesús. Antes de poder
ministrar a otra persona debemos tener comunión con Jesús.
¿Está usted
orando para saber dónde calza como discípulo en el cuerpo de Cristo? Dedique
algún tiempo esta semana para estar en comunión con Cristo y la respuesta
vendrá.
EL SERVICIO
ES PREOCUPARNOS POR OTROS.
Nehemías era
la clase de persona que sí se preocupaba por otros y manifestó su actitud de
interés en cuatro formas diferentes. Veamos la primera:
Nehemías: Se
preocupó lo suficiente como para preguntar (Neh. 1:1-3).
Nehemías era
un laico, un copero del gran rey "Artajerjes Longimano", que reinó en
Persia desde el año 464 al 423 A.c. Aparece identificado como el hijo de
Hacalías con el fin de distinguirlo de otros judíos con el mismo nombre (Neh.
3:16; Esd. 2:2). Nehemías significa "Jehová consuela". Un copero era
mucho más que un simple " criado que servía el vino" (véase Gn. 40).
Era una posición de gran responsabilidad y privilegio. Probaba el vino del rey
en cada comida para estar seguro de que no estaba envenenado. Un hombre que
estaba tan cerca del rey en público tenía que ser bien parecido, culto,
conocedor de las normas de la corte y capaz de conversar con el rey y
aconsejarle si se lo pedía (véase Gn. 41:1-13). Debido a su relación con el
rey, el copero era un hombre de gran influencia que podía usarla para bien o
para mal.
Que
Nehemías, un judío, disfrutara de esa posición importante en el palacio habla
bien de su carácter y habilidad (Dn. 1:1-4). Un remanente judío había regresado
a su propia tierra y llevaba viviendo allí casi un siglo. Nehemías pudo haberse
unido a ellos, pero prefirió permanecer en el palacio.
Resultó que
Dios tenía una tarea para que él la hiciera que no podía realizarla en ninguna
otra parte. Dios puso a Nehemías en Susa como lo había hecho con Ester.
¿Por qué iba
Nehemías a preguntar acerca de un remanente que vivía a cientos de kilómetros
de distancia? Después de todo, él era el copero del rey y disfrutaba de
comodidad y seguridad en su propia vida. No era su culpa que sus antepasados
hubieran pecado contra Dios y fueran los causantes del juicio divino contra la
ciudad de Jerusalén y el reino de Judá. ¡Nehemías era el hombre escogido por
Dios para hacer exactamente eso! Nehemías preguntó acerca de Jerusalén y de los
judíos que vivían allí porque tenía un corazón que se interesaba por las
personas.
Cuando de
verdad nos preocupamos por las personas, queremos conocer los hechos, sin
importar cuán dolorosos pueden ser. Cerrar nuestros ojos y oídos a la verdad
puede ser el primer paso hacia la tragedia para nosotros y también para otros.
Autor: W.
Wiersbe.
EL SALMO 97
Y EL 100 NOS INVITAN SERVIR A DIOS CON ALEGRÍA.
“Alegraos,
justos, en Jehová, y alabad la memoria de su santidad” - (Salmo 97:12).
Años atrás,
la revista Selecciones publicó un artículo en el que se decía que para que una
persona sea feliz y tenga satisfacción, tres cosas eran necesarias.
1. Primero,
necesitaban algo en qué creer.
2. Segundo, necesitaban alguien a quien amar
3. y,
tercero, necesitaban algo que valga la pena realizar.
Eso es verdad, no porque la revista lo haya
mencionado, sino porque la Palabra de Dios lo afirma. Debe haber algo más en la
vida que el siguiente aliento o el próximo paso. Y su nombre es Jesucristo.
Él es, por
cierto, el cumplimiento de esas tres necesidades.
1. Jesús es
el único en quien creer,
2. Él es a
quien debemos amar,
3. Y a quien
vale la pena servir.
¿Usted anhela la felicidad? Jesucristo
satisface toda necesidad en su vida.
¿En qué
gastó sus energías la semana pasada, tratando de ser feliz? ¿En los centros
comerciales? ¿En el estadio de fútbol? ¿En la playa o en las montañas? No hay
nada de malo en estas cosas si están balanceadas por una vida de oración, de
estudio de la Palabra de Dios y de servicio a otros menos afortunados que
usted, o evangelizando a los perdidos. Haga un compromiso hoy de re-dedicar su
vida a Dios.
PRIMERO AMAR
A DIOS PARA SERVIRLE.
“Y nosotros
hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor;
y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él” - (1 Juan 4:16).
Si usted le
pregunta a un hermano o hermana creyente porqué Dios nos creó, ellos
probablemente responderán que fuimos hechos para servir a Dios. Pero, no lo
crea. Si Dios quisiera sirvientes, Él podría tener mucho más que los simples
mortales a su servicio. Cuando los escribas le preguntaron a Jesús que cuál era
el primer mandamiento, “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es:
Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus
fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Marcos 12:29-30). El primer
mandamiento no es hacer algo para Dios, sino amar a Dios. Él nos hizo a usted y
a mí a su imagen, para que Él pudiese tener compañerismo con nosotros y que le
adoremos.
¿Cómo define
usted la palabra “amor”? ¿Es un verbo o un sustantivo? ¿Qué está haciendo ahora mismo para
demostrarle a Dios que usted le ama?
“Fiel es
Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo
nuestro Señor” (1 Corintios 1:9).
Discipulado
es compañerismo con Cristo, conocer a Cristo, amar a Cristo, morar en Cristo.
Muchos se han unido al movimiento llamado cristianismo, en vez de haberse
rendido al hombre que es la causa del cristianismo. Estas personas están
“haciendo cosas por Cristo”, en vez de estar a los pies de Cristo,
escuchándole. Ahora, no hay nada de malo en el servicio y por cierto debemos
servir a Dios, pero necesitamos aprender que debemos ministrar a Jesucristo,
como sus discípulos, antes de que podamos ministrar a otros. Jesús valora el
tiempo que usted pasa con Él mucho más que las cosas que puede hacer por Él.
¿Sabía usted eso?
Antes de que
salga esta mañana o antes de que se acueste esta noche, asegúrese tener una
cita con Jesús: siéntese con Él, piense acerca de su amor por usted, y hable
con Él.
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