¿QUÉ
SIGNIFICA PARA USTED CORRER RIESGOS EN SU VIDA?
«Me gusta
correr riesgos»
Por el
Hermano Pablo.
Helena y su
esposo Manuel comenzaron felices su luna de miel. Se fueron a la costa de su
país, Portugal. Para Helena, todo era el cumplimiento de una ilusión, la feliz
conclusión de todo lo que deseaba. En medio de tal felicidad, Helena y Manuel
entraron al mar a bucear.
Helena vio
pasar un buque, y nadó debajo del agua hasta casi rozar el casco. Manuel le
indicó por señas que se apartara del buque, pero la frase de ella siempre había
sido: «Me gusta correr riesgos.» Acto seguido, Helena se hundió bajo la quilla
del barco y nunca la hallaron. Tenía veinticinco años de edad.
Su noviazgo
con Manuel había sido a la carrera. Y su explicación simplemente era: «Me gusta
correr riesgos.» Se casó a los dos meses de haber conocido a Manuel. Al
defender su impetuosidad, sólo decía: «Me gusta correr riesgos.» Así llevaba
Helena su vida. Todo para ella era riesgos. Tarde o temprano tenía que
ocurrirle alguna tragedia.
Es
inevitable correr riesgos en esta vida. Algunos hasta sirven para el desarrollo
del carácter y de la fe. Nunca arriesgar nada es nunca lograr nada. Pero hay
una gran diferencia entre un riesgo y otro. Hay riesgos sanos, así como los hay
inútiles. La vida sabia y saludable no está compuesta de azares, de accidentes,
de pálpitos y de riesgos. A la vida sabia la rigen la inteligencia, la cordura
y la sensatez.
Al mundo
mismo lo gobiernan leyes lógicas, sabias y prudentes. Dios, Creador supremo, lo
hizo todo con inteligencia, y lo supeditó a ciertas leyes. Desde las partículas
atómicas más diminutas hasta el gran cosmos universal que no tiene límite, todo
está gobernado por leyes definidas.
De igual
forma, Dios no diseñó la vida nuestra para que cada día corramos riesgos.
Virtudes morales, como la justicia y la integridad, mezcladas con cualidades
mentales, como el entendimiento y la razón, deben ser las que nos guíen a
través de esta vida. Y si a la sabiduría y a la moralidad añadimos virtudes
espirituales, eso garantiza nuestra supervivencia.
Tal vez la
mayor de éstas sea la fe. Cuando ejercitamos la fe —fe en el Señor Jesucristo,
fe que nos une a nuestro Creador y nos hace actuar de acuerdo con sus leyes
divinas—, nos produce protección, satisfacción y sosiego. No vivamos como
esclavos a los riesgos. Sometámonos más bien a la voluntad de Dios. Con Él no
hay riesgos sino seguridad. Entreguémonos al señorío de Cristo.
SIN VUELTA
ATRÁS.
Siempre
están sobre [la tierra] los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año
hasta el fin. Deuteronomio 11:12.
Ray Stedman,
pastor por muchos años, una vez le dijo a su congregación: «En la víspera de
Año Nuevo nos damos cuenta, como en ningún otro mejor momento de nuestras
vidas, que jamás podremos retroceder el tiempo…, podemos mirar atrás y
recordar, pero es imposible volver a ninguna instancia del año que pasó». El
pastor Stedman luego hizo referencia a los israelitas cuando estuvieron en el
umbral de una nueva oportunidad. Después de cuatro décadas de deambular por el
desierto, es probable que la nueva generación se preguntara si tenía la fe y la
fortaleza necesarias para poseer la tierra prometida. Su líder, Moisés, les
recordó que ellos habían visto «todas las grandes obras que Jehová ha hecho»
(Deuteronomio 11:7) y que su destino era la «tierra de la cual Jehová tu Dios
cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio
del año hasta el fin» (v.12).Puede que en la víspera de Año Nuevo tengamos
temor del futuro debido a los acontecimientos del pasado. Pero no tenemos que
permanecer encadenados a nuestros viejos recuerdos, porque podemos avanzar con
la mente centrada en Dios. Así como el Señor cuidaba de la tierra y de Su
pueblo, Sus ojos estarán sobre nosotros también.
Podemos
estar seguros que el cuidado fiel del Señor abarcará cada día del nuevo año.
Podemos contar con esa promesa.
El «qué» de
nuestro futuro lo determina, el «Quién» de la eternidad.
Autores:
Editores de Nuestro Pan Diario.
LEA EL
ENTORNO Y HAGA UN ANÁLISIS SERIO.
“Mirad,
pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando
bien el tiempo”. - Efesios 5:15-16
A mi esposa le
gusta hacer compras, aunque no siempre puede hacerlas. Cuando compra alimentos,
lee todas las etiquetas y se fija en el precio por unidad para determinar cuál
conviene adquirir. Pero su mejor costumbre es mirar la fecha de «vencimiento».
Ella no toma el primer envase de leche que ve, sino que se lleva el que tiene
la fecha más tardía, de modo que pueda traer a casa la más fresca del
supermercado.
En cierto
modo, nuestra vida está marcada con una fecha de «vencimiento», excepto que
nadie sabe exactamente cuándo se nos parará el corazón ni cuando respiraremos
por última vez en este planeta. Ante esta realidad, ¿no deberíamos esforzarnos
un poquito más por capturar los momentos que se nos han brindado? Capturar el
momento significa que haremos cosas como amar más profundamente, perdonar con
más rapidez, escuchar más atentamente y hablar de manera más positiva. Pablo
nos da este buen consejo: «Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como
necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son
malos» (Efesios 5:15-16). También nos instruye, diciendo: «… andad como hijos
de luz…, comprobando lo que es agradable al Señor» (vs. 8-10). Como ninguno de
nosotros sabe cuál es su fecha de «vencimiento», ¡debemos aprovechar las
oportunidades de iluminar hoy nuestro mundo con el amor de Cristo!
Reflexión:
Vive cada día como si fuera el último de tu vida.
Autor:
Editores de Nuestro Pan Diario.
APRENDA A
DISCIPLINARSE.
3. Aprenda a Disciplinar su Voluntad: Sus
acciones son importantes, las mismas perjudican o benefician a aquellos que le
rodean. No actúe por impulsos o solo por aquello que desea (Pr. 15:19 - 16:9 -
20:25 - 23:4 - 24:10).
¡Mantenga un
equilibrio entre ser y hacer. Procure ser mejor cada día!
Examínese
para ser más disciplinado:
- Revise y analice sus prioridades
personales, familiares y laborales. Vea si están en conformidad con la Palabra
de Dios.
- Revise sus hábitos de pensamiento. Qué
ocupa su mente. Cuánto tiempo invierte en la meditación de la Biblia. Cuántos
libros cristianos ha leído.
- Revise sus hábitos de trabajo: Alguien
dijo que disciplina es hacer las cosas correctas en el momento correcto y por
la razón correcta. Por ejemplo: Analice, Cómo invierte su tiempo. Es diligente
en su trabajo. Se coloca metas y las logra.
- Revise sus relaciones. Invierta el tiempo
suficiente especialmente con su esposa, hijos, suegros, padres, familia,
amigos.
RENOVANDO LA
CONFIANZA EN DIOS, MIENTRAS ESPERAS.
Mi Desafió:
Hoy deseo animarte a confiar y descansar en Dios, esperar en Su Tiempo.
1- Primer
paso: No esté Ansioso/a - busque a Dios y así tendrá su Paz.
"Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa
todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús. Fil. 4:6,7
2- Segundo
Paso: Renueve diariamente sus pensamientos- y Dios le guiará por senderos de
paz. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay
virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y
recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con
vosotros Fil. 4:8,9
3- Tercer
Paso: Aprenda a contentarse en la situación que Dios le tiene, aprenda a ser
humilde y a disfrutar la vida abundante que Dios le da, aproveche bien su
tiempo que es vida, crezca en Dios. "No lo digo porque tenga escasez, pues
he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir
humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así
para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para
padecer necesidad". Fil. 4:11,12
4- Cuarto
Paso: Fortalézcase en Dios, no dependa de sus fuerzas porque fracasará, aprenda a estar firme en su convicción de
esperar en Dios, espere Su voluntad y Su Tiempo, no se maneje por caprichos,
impulsos o deseos. Entregue el Control de su vida a Dios en toda situación.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Fil. 4:13.
NO TOME
RIESGOS, LLEVE TODO AL CORAZÓN DE DIOS.
“Esperad en
él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es
nuestro refugio”. - Salmo 62:8
Un empleado
que me ayudó mientras yo compraba una pequeña grabadora digital de voz me contó
que él tenía una igual cuando trabajaba en otra ciudad. Me contó que «Cuando
comenzaba el camino de regreso a casa, después del trabajo, la encendía», y
gravaba sobre todo lo que había sucedido ese día, lo bueno y lo malo; cuando
entraba el coche al garaje, apretaba el botón para borrar todo. Luego sonrió_
Después de contarle todo a mi grabadora de voz, no tenía necesidad de hablar de
los problemas del día con mi esposa, ni con la familia.
DESARROLLANDO
EL DOMINIO PROPIO. NO VIVA POR SUS INSTINTOS, NI TOME RIESGOS.
Siempre me
han impresionado las artes marciales. Esos expertos, cinturones negros, saben
cómo usar aquello que han aprendido para defenderse, sin embargo se contienen
de no hacerlo.
Nosotros
como cristianos, debemos también disciplinarnos y tener dominio propio para
vivir una vida bajo la autoridad de Dios y no nuestros propios instintos,
deseos o emociones. Debemos depender de Dios para aprender a refrenar nuestra
lengua, nuestro temperamento, nuestros pensamientos y nuestras acciones.
Debemos aprender a vivir bajo el control del Espíritu Santo y permitámosle que
Él nos dirija. Esa es la forma más segura de no hacernos daño, ni dañar a
otros. Esa es la forma en que Dios puede transformarnos y hacernos cada vez
más, a su imagen.
El apóstol
nos da su consejo para aplicar esto, sería muy bueno memorizar y aplicar diariamente
esta verdad: Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la
carne (Gá. 5:16). Todo creyente tiene la presencia y morada del Espíritu Santo
en su interior, es decir poseemos la persona y el poder del Espíritu Santo para
vivir una vida agradable a Dios. La palabra “andad” indica una acción que debe
ser continua, un andar o un estilo de vida habitual.
Otro consejo
del apóstol es el siguiente: porque si vivís conforme a la carne, habréis de
morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis
(Ro. 8:13). El Espíritu Santo nos da la energía y el poder para considerarnos
muertos al pecado de forma continua y gradual, y este es un proceso que nunca
termina en la vida. El medio por el cual opera el Espíritu Santo es, nuestra
obediencia a los mandatos sencillos de la Escritura.
Debemos
recordar que la guía, dependencia, control y ayuda del Espíritu Santo son
vitales para que desarrollemos el dominio propio y no vivamos de cualesquier
manera.
Autor: C.
Swindoll.
AYUDAS PARA EL
DOMINIO PROPIO.
Versículo
clave para memorizar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Fil 4:13)
Pasaje clave
para leer y meditar: (1 Cor. 6:9–20)
Pasos para
conseguir dominio propio:
- Empiece
haciendo un compromiso con Dios. (Dt. 32:4)
- Sepárese
del pecado. (Ro. 6:1–2)
- Ponga
nuevas metas. (2 Co. 5:9–10)
- Recuerde
quien es usted en Cristo, apóyese y viva en esa verdad. (Ro. 6:6)
- Sustituya
sus pensamientos por los de Dios. (Ro. 12:1–2)
- Someta su
voluntad a Dios. (Ro. 6:19)
- Procure
vivir en el poder de Cristo. (Ro. 5:1–2)
Enfóquese en
solucionar y mejorar su relación con Dios:
- Un nuevo
Propósito -“Deseo reflejar el carácter de Cristo en lo que veo y hago”. (Ro.
8:29)
- Una nueva
Prioridad -“Haré lo que sea para tener una vida y corazón puros”. (Ro. 12:2)
- Un nuevo
Plan -“Dependeré del poder de Jesucristo y no de mis fuerzas”. (Fil. 4:13)
Autor:
Esperanza para el Corazón.
¿QUÉ
SIGNIFICA LA PALABRA RIESGO?
¡Es mejor
que usted aprenda a tratar el pecado como el pecado lo trataría a usted! El
pecado será despiadado con usted, y usted necesita ser despiadado con el
pecado. Segunda Timoteo 2:19 manda:
“Apártese de
iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”.
Hebreos 12:1: “Por tanto, nosotros
también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, DESPOJÉMONOS
de todo peso y del PECADO que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera
que tenemos por delante.”
Romanos
6:11: “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios
en Cristo Jesús, Señor nuestro.”
Una mujer se
despertó una mañana. Sintió que apenas se había acostado a descansar. Se dijo:
“¡No pueden ser las seis de la mañana!” No obstante, la radio decía que eran
las seis, el reloj decía que eran las seis, el amanecer decía que eran las
seis. Ahora bien, la pregunta es: ¿Importaba cómo se sentía ella?
Necesitamos
dejar de basar nuestra salvación en los altibajos emocionales y comenzar a
considerar los hechos y promesas de Dios para cimentarnos en éstas. Cada mañana
al despertar, dígase: “Estoy muerto al pecado. Estoy vivo en Cristo. Sé que es
un hecho. Él murió por mí. En eso creo.”
¿AHORA QUE
SABE TODO ESTO, SEGUIRÁ TOMANDO RIESGOS?
Busque el
significado de la palabra “considerar”. ¿Considera usted que está muerto al
pecado y vivo en Cristo?
¿QUÉ
SIGNIFICA LA PALABRA RIESGO?
Riesgo es
una posibilidad de que algo desagradable acontezca. Se asocia generalmente a
una decisión que conlleva a una exposición o a un tipo de peligro.
Riesgo es
sinónimo de peligro, azar, fortuna, eventualidad y antónimo de seguridad,
confianza, certeza.
Las
situaciones de riesgo son aquellas decisiones que llevan a situaciones de
peligro.
Los factores
de riesgo son todas las cosas que hacen aumentar la probabilidad de dañar los
puntos más vulnerables de un sistema, ya sea de negocios o de una enfermedad.
Los factores
que componen el riesgo son la amenaza y la vulnerabilidad. La capacidad de
superar la amenaza y la vulnerabilidad se llama resiliencia.
DIOS NOS
ENSEÑA QUE AHORA EN CRISTO NO ES NECESARIO TOMAR RIESGOS, YA QUE ÉL VENCIÓ AL
MALIGNO Y ESTAMOS SEGUROS EN SUS MANOS.
Efesios
2:16: “Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo,
matando en ella las enemistades.”
Arriba en el
cielo está Dios Santo, abajo en la Tierra está el hombre pecador. Y el pecado
es el abismo que nos separa. El hombre posee un vacío, por ello constantemente
trata de alcanzar a Dios, más él continúa rebotando en la muralla del pecado.
Dios, al ver la situación conmovedora del hombre pecador, en su misericordia
dijo: “Haré algo.” Dios envió a su Hijo el Señor Jesús, para abrir un camino. Y
sobre los toscos troncos de la cruz, Jesús entregó su vida para que usted y yo
pudiésemos vivir eternamente y vivir perdonados. Jesús construyó un puente
entre el hombre y Dios. Es un puente que el hombre jamás hubiese podido
construir, es un puente que el hombre nunca podrá derribar. Dios edificó una
entrada que nosotros no podíamos construir... para nosotros... y para usted.
Dado que el
Señor Jesús erigió un puente de amor para que usted se reconciliara con Dios,
es su turno de construir un puente de amor para alguien que está perdido y
busca el camino a Cristo.
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