LA TENTACIÓN
ESTÁ MUY CERCA PERO PODEMOS CORRER.
Regocíjese
en las bendiciones del Señor para con su vida. Corte de raíz esa tentación de
quejarse y murmurar en su vida hoy.
Salmo
103:14: “Porque Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.”
Un mecánico
de una fábrica construye un camión. Él conoce el chasis de ese camión y cuánto
puede cargar. En la misma forma, Dios conoce su chasis y sabe cuánto usted
puede sobrellevar y “fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que
podéis resistir”. Nada llega a usted sino sólo aquello que pasa por Dios.
Incluso lo que hace Satanás, él únicamente puede actuar si Dios se lo permite.
Entonces, usted podrá decir que la tentación fue tan fuerte que no pudo
soportarla, no obstante no es verdad. Dios proveerá la salida de escape.
Cuando usted
sea tentado hoy (no “si” es tentado, sino cuando lo sea), pídale a Dios la
salida de escape. Luego, confíe en Él y obedezca.
Efesios
4:25: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo;
porque somos miembros los unos de los otros.”
Cuando la
tentación le inste a mentir, atrápese a sí mismo y diga la verdad.
Hebreos
4:16: “ACERQUÉMONOS, pues, confiadamente al TRONO de la GRACIA, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Cuando está
siendo tentado, recuerde que no es un pecado el ser tentado. La tentación no es
pecado. Si la tentación fuese pecado entonces el Señor Jesús es pecador.
Hebreos 4:15 enseña: “Porque no tenemos un SUMO SACERDOTE que no pueda compadecerse
de nuestras debilidades, sino uno que fue TENTADO en todo según nuestra
semejanza, pero SIN PECADO.”
Cristo fue
tentado en todas las áreas tal y como nosotros lo somos, más Él no pecó. Jesucristo
sintió lo que usted siente. Él fue completamente hombre como si no hubiese sido
Dios. A su vez, fue totalmente Dios como si no hubiese sido hombre. Él fue el
Dios Hombre. ¡Gloria a Dios! Cristo nunca pecó, aunque sí fue tentado.
¿Está
enfrentando actualmente una tentación y piensa que nadie jamás la ha enfrentado?
ACUDA al Señor y Él le AYUDARÁ a VENCERLA.
Primera
Corintios 10:13: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;
pero FIEL el Dios, que nos os dejará ser tentados más de lo que podéis
resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la SALIDA, para que
podáis SOPORTAR.”
Winston
Churchill dirigiéndose a los representantes de estado les dio el siguiente
consejo: “Debemos estar siempre LISTOS para ENFRENTAR en todo momento,
cualquier ataque que algún posible enemigo pudiese lanzar en nuestra contra en
el momento que éste elija.”
Satanás podría
mandarnos una tentación mortal en cualquier instante. El teléfono podría sonar
con noticias terribles acerca de un amigo. Un policía podría tocar a su puerta
para informarle de una tragedia familiar. Las pruebas pueden llegar con tanta
fuerza que nos podrían desviar de nuestro rumbo. ¡Las tentaciones pueden
infiltrarse y sorprenderle tan repentinamente como una bofetada! No es la
VOLUNTAD de Dios que usted carezca de tentaciones, ni de pruebas, sino que
seamos VENCEDORES en éstas.
¿Está usted
listo para recibir lo que Satanás le mande? ¿O lo que Dios permita?
“Pues en
cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son
tentados” (Hebreos 2:18).
Después que
Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, “entonces fue llevado por el Espíritu
al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1). Él no derrotó a
Satanás como Dios, sino como un hombre ungido por el poder de Dios. Él pudo
haber dicho: “Satanás, quiero que sepas que porque Yo soy Dios, voy a
aniquilarte en este momento .” Si Él hubiera ejercitado su poder como Dios,
entonces cuando nos pide que resistamos al diablo, bien podríamos decirle:
“¡Claro! Es fácil para Usted decirlo. Usted es Dios. No espere que yo haga lo
que Usted hizo.” Jesús no impone su rango sobre nosotros. Más bien, Dios ungió
a Jesús como hombre para hacer lo que nosotros –seres humanos- también podamos
hacer con su unción. Usted y yo tenemos lo que se necesita para enfrentar toda
tentación. Porque estamos en Cristo, y Cristo está en nosotros.
Descubra más
acerca de la humanidad de Jesucristo leyendo Hebreos 2:10-18 y 4:14 - 5:10.
“Y no nos
metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder,
y la gloria” - (Mateo 6:13).
¿Por qué
piensa que repetitivamente acudimos a Dios para que nos perdone? Tal vez es
porque omitimos orar la otra parte del Padre Nuestro: “Y no nos metas en
tentación, mas líbranos del mal.” Nos despertamos en la mañana y al finalizar
el día decimos: “Dios, perdóname. Fallé.” Y Él nos perdona. Sin embargo, ¿sabe
por qué fracasamos? Porque aprendimos a orar: “Señor, perdóname.” Pero, no estamos
clamando: “Señor, protégeme.” Usted no finaliza su día y ora: “El pan nuestro
de cada día, dánoslo hoy.” El día se ha acabado. Esta no es una oración para
finalizar el día, sino es una oración para iniciar su día. Señor, protégeme.
Por favor
ore: “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria” (Mateo 6:13).
“Sabemos que
todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue
engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca” (1 Juan 5:18).
¿Sabe por
qué el diablo no pudo vencer a Jesús durante los 40 días de ayuno cuando Él
estaba hambriento? Él estaba ya satisfecho. Verá, Jesús no tenía ninguna
comezón que el diablo pudiese rascar. La tentación se resume en: Una tentación
es una incitación del diablo para satisfacer un deseo legítimo de una forma
ilegítima. Eso es todo lo que es. Tome un deseo dado por Dios y satisfágalo en
una forma prohibida por Dios. El diablo dice: “Mira, tú tienes una necesidad y
yo puedo satisfacerla.” Cuando sea tentado, a usted se le da una opción. ¿Es su
necesidad satisfecha por el diablo o por el Señor? Verá, el diablo es un
pervertido. Él no tiene materia prima. Todo lo que él puede hacer es tomar lo
que Dios ha creado y pervertirlo.
¿Tiene una
tentación que es más difícil de vencer que otras? Busque la forma legítima de
satisfacer ese deseo, así usted no necesitará la forma ilegítima.
“Sino
vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”
(Romanos 13:14).
Una historia
favorita del pastor Rogers acerca de la tentación, es la de un padre que un
sábado por la tarde deja a su hijo en casa, porque el muchacho no se sentía
bien. Al salir, el padre le dijo: “No vayas al lago a nadar con tus amigos.” Y
el muchacho respondió: “¡Entendido, señor!” Al regresar a casa, el papá pasó
junto al lago, y vio a su hijo divirtiéndose con sus amigos en el agua. El
padre detiene el carro, llama a su hijo y le dice: “¿No te dije que no vinieras
a nadar?” Y el hijo responde: “Pero, papá, no tenía la intención de nadar. Sólo
vine a mirar, pero me caí en el agua.” Cuando el padre empezó a sentir lástima
por su hijo, notó que su hijo vestía su traje de baño. Y su hijo le explicó:
“Yo cargue mi traje de baño, por si acaso era tentado.”
¡Amigo, no
haga ninguna provisión para la carne!
Pídale a
Dios que prevenga el que usted sea tentado hoy. Pídale fortaleza para vencer la
tentación, si es que Él la permitiera. Y no sólo cuando ocurre la tentación,
sino a lo largo del camino cuando tiene que tomar decisiones.
“Porque no
tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino Uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”
(Hebreos 4:15).
Cuando la
gente lee que Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”,algunos
lo cuestionan. Quizás usted no dice nada en voz alta, pero piensa: “¿Fue Él
verdaderamente tentado en toda forma? ¿Fue tentado a tener sexo? No leí donde
Él fue tentado a pasarse una luz roja... o fumar marihuana.” Con todo, la Biblia es muy clara al decir que
Él fue tentado en todo. De hecho, existen sólo tres tentaciones y Jesús fue
tentado en las tres. Primera Juan 2:16 las menciona: “los deseos de la carne”
(la tentación para que hagamos algo: nuestras pasiones), “los deseos de los
ojos” (la tentación para que tengamos algo: nuestra posesiones), “y la
vanagloria de la vida” (la tentación para que seamos alguien: nuestro orgullo).
Si usted lo duda, entonces lea acerca de la tentación que Él enfrentó en Lucas
4:1-13.
Alabe a Dios
que su Hijo fue el sacrificio perfecto por sus pecados (lea Efesios 5:2 e
Isaías 53:4-5). Alabe a Dios que usted posee su Espíritu para liberarlo (lea
Hebreos 2:18). Alabe a Dios que usted posee su Palabra para vencer a Satanás
(lea Hebreos 4:12).
“Ni deis
lugar al diablo” (Efesios 4:27).
¿Alguna vez
ha discutido con un familiar en camino a la Iglesia? ¡No se haga el santurrón!
¡Todo predicador sabe que el diablo tratará de atacar a los hijos de Dios antes
y después de la iglesia rumbo a casa! Aquí existe un principio espiritual que
debemos aprender. Es lo que llamo el principio de “el diablo detrás de la
paloma”. Tal y como cuando el Señor Jesús fue bautizado y la paloma descendió,
luego inmediatamente Él fue guiado al desierto y tentado. Cuando Dios hace algo
grande o cuando usted recibe la aprobación de Dios acerca de algo, usted puede
esperar el ataque del enemigo. Leonard Ravenhill dijo: “Cuando Dios abre las
ventanas del cielo para bendecirnos, el diablo abrirá las puertas del infierno
para bombardearnos.”
¿Ha tenido
una experiencia espiritual maravillosa recientemente? Entonces, es mejor que no
se deje deslizarse cuesta abajo sin motor. Si el diablo tentó a Jesús, esté
seguro que igualmente le tentará a usted. Ruéguele a Dios la fortaleza para
vencer la tentación hoy.
“En mi
corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra Ti” (Salmo 119:11).
El hogar es
un buen lugar para la Biblia. Las manos son un buen lugar, a su vez. No
obstante, les afirmo, el corazón y la cabeza son los mejores lugares donde
guardar la Biblia. Se ha preguntado alguna vez: “¿Por qué siempre accedo cuando
surge la tentación? ¿Por qué no puedo ser un vencedor? ¿Dónde está mi
victoria?” Bueno, permítame preguntarle: ¿Cuánto tiempo invierte usted leyendo,
meditando y estudiando la Palabra de Dios?
Le
desafiamos esta semana. Por cada hora que usted pasa viendo televisión, pase
una hora leyendo la Biblia. Por cada hora que hace ejercicio en el gimnasio,
pase una hora en la Biblia. Luego, escríbanos y cuéntenos qué diferencia Dios
ha hecho en su vida.
HAGA UN
EXCELENTE EJERCICIO. CORRER.
José era un
joven muy apuesto, fornido y estaba siendo presionado para adulterar por la
esposa de Potifar, su jefe. Seguramente se trataba de una bella mujer, ella le
dijo: “Ven y acuéstate conmigo", pero José se negó firmemente, dando una
respuesta que expresa su gran amor por Dios, le dijo: mi amo confía en mí y me
puso a cargo de todo lo que hay en su casa. Nadie aquí tiene más autoridad que
yo. Él no me ha negado nada, con excepción de usted, porque es su esposa. ¿Cómo
podría yo cometer semejante maldad? Sería un gran pecado contra Dios.
Sin embargo,
ella día tras día, seguía presionándolo, pero José permanecía firme en su
postura de no acostarse con ella, por lo cual trataba de evitarla, tanto como
le fuera posible. Sin embargo, cierto día José entró a hacer su trabajo y no
había nadie más allí y llegó ella, lo agarró del manto y le ordenó: « ¡Vamos,
acuéstate conmigo!». José se zafó de un tirón, pero dejó su manto en manos de ella
al salir corriendo de la casa. (Génesis 39: 6-12 NTV.)
Nótese que
la mujer de Potifar ejercía presión sobre José día tras día, para tener
intimidad con él y es así como funciona la tentación, que viene sobre nosotros
de manera persuasiva, y muchas veces de manera mas persistente que nuestras
propias convicciones. Sin embargo a pesar de que José “la evitó tanto como
podía” mostró una actitud de santidad y sabiduría: corrió y se zafó de un
tirón, porque sabía que si se quedaba allí era muy peligroso para él y
posiblemente podía caer.
Vemos que
José perdió su ropa pero no su buena conciencia, hoy es mejor que nosotros
perdamos lo que el pecado pinta como “lindo” en apariencia, qué nuestra
santidad.
El profundo
amor a Dios es lo que impulsa a correr y apartarnos de lo malo y seguir el camino libres de las consecuencias
que trae el pecado, sigamos desarrollando ese amor con un corazón dispuesto a
obedecer.
Que como
Daniel podamos proponer en nuestro corazón no contaminarnos.
Y Daniel
propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni
con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le
obligase a contaminarse. - Daniel 1:7-9.
Hay
situaciones, que simplemente son para huir, por eso corre, huye de la tentación
al igual que José, y como Daniel, mantente puro aún en un mundo lleno de
presiones, que solo quieren hacerte caer.
Autora.
Soraida Fuentes.
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