viernes, 12 de enero de 2018

LA TENTACIÓN ESTÁ MUY CERCA PERO PODEMOS CORRER.

LA TENTACIÓN ESTÁ MUY CERCA PERO PODEMOS CORRER.
Regocíjese en las bendiciones del Señor para con su vida. Corte de raíz esa tentación de quejarse y murmurar en su vida hoy.
Salmo 103:14: “Porque Él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.”
Un mecánico de una fábrica construye un camión. Él conoce el chasis de ese camión y cuánto puede cargar. En la misma forma, Dios conoce su chasis y sabe cuánto usted puede sobrellevar y “fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir”. Nada llega a usted sino sólo aquello que pasa por Dios. Incluso lo que hace Satanás, él únicamente puede actuar si Dios se lo permite. Entonces, usted podrá decir que la tentación fue tan fuerte que no pudo soportarla, no obstante no es verdad. Dios proveerá la salida de escape.
Cuando usted sea tentado hoy (no “si” es tentado, sino cuando lo sea), pídale a Dios la salida de escape. Luego, confíe en Él y obedezca.
Efesios 4:25: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.”
Cuando la tentación le inste a mentir, atrápese a sí mismo y diga la verdad.
Hebreos 4:16: “ACERQUÉMONOS, pues, confiadamente al TRONO de la GRACIA, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Cuando está siendo tentado, recuerde que no es un pecado el ser tentado. La tentación no es pecado. Si la tentación fuese pecado entonces el Señor Jesús es pecador. Hebreos 4:15 enseña: “Porque no tenemos un SUMO SACERDOTE que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue TENTADO en todo según nuestra semejanza, pero SIN PECADO.”
Cristo fue tentado en todas las áreas tal y como nosotros lo somos, más Él no pecó. Jesucristo sintió lo que usted siente. Él fue completamente hombre como si no hubiese sido Dios. A su vez, fue totalmente Dios como si no hubiese sido hombre. Él fue el Dios Hombre. ¡Gloria a Dios! Cristo nunca pecó, aunque sí fue tentado.
¿Está enfrentando actualmente una tentación y piensa que nadie jamás la ha enfrentado? ACUDA al Señor y Él le AYUDARÁ a VENCERLA.
Primera Corintios 10:13: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero FIEL el Dios, que nos os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la SALIDA, para que podáis SOPORTAR.”
Winston Churchill dirigiéndose a los representantes de estado les dio el siguiente consejo: “Debemos estar siempre LISTOS para ENFRENTAR en todo momento, cualquier ataque que algún posible enemigo pudiese lanzar en nuestra contra en el momento que éste elija.”
Satanás podría mandarnos una tentación mortal en cualquier instante. El teléfono podría sonar con noticias terribles acerca de un amigo. Un policía podría tocar a su puerta para informarle de una tragedia familiar. Las pruebas pueden llegar con tanta fuerza que nos podrían desviar de nuestro rumbo. ¡Las tentaciones pueden infiltrarse y sorprenderle tan repentinamente como una bofetada! No es la VOLUNTAD de Dios que usted carezca de tentaciones, ni de pruebas, sino que seamos VENCEDORES en éstas.
¿Está usted listo para recibir lo que Satanás le mande? ¿O lo que Dios permita?
“Pues en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:18).
Después que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, “entonces fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1). Él no derrotó a Satanás como Dios, sino como un hombre ungido por el poder de Dios. Él pudo haber dicho: “Satanás, quiero que sepas que porque Yo soy Dios, voy a aniquilarte en este momento .” Si Él hubiera ejercitado su poder como Dios, entonces cuando nos pide que resistamos al diablo, bien podríamos decirle: “¡Claro! Es fácil para Usted decirlo. Usted es Dios. No espere que yo haga lo que Usted hizo.” Jesús no impone su rango sobre nosotros. Más bien, Dios ungió a Jesús como hombre para hacer lo que nosotros –seres humanos- también podamos hacer con su unción. Usted y yo tenemos lo que se necesita para enfrentar toda tentación. Porque estamos en Cristo, y Cristo está en nosotros.
Descubra más acerca de la humanidad de Jesucristo leyendo Hebreos 2:10-18 y 4:14 - 5:10.
“Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria” - (Mateo 6:13).
¿Por qué piensa que repetitivamente acudimos a Dios para que nos perdone? Tal vez es porque omitimos orar la otra parte del Padre Nuestro: “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.” Nos despertamos en la mañana y al finalizar el día decimos: “Dios, perdóname. Fallé.” Y Él nos perdona. Sin embargo, ¿sabe por qué fracasamos? Porque aprendimos a orar: “Señor, perdóname.” Pero, no estamos clamando: “Señor, protégeme.” Usted no finaliza su día y ora: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” El día se ha acabado. Esta no es una oración para finalizar el día, sino es una oración para iniciar su día. Señor, protégeme.
Por favor ore: “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria” (Mateo 6:13).
“Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca” (1 Juan 5:18).
¿Sabe por qué el diablo no pudo vencer a Jesús durante los 40 días de ayuno cuando Él estaba hambriento? Él estaba ya satisfecho. Verá, Jesús no tenía ninguna comezón que el diablo pudiese rascar. La tentación se resume en: Una tentación es una incitación del diablo para satisfacer un deseo legítimo de una forma ilegítima. Eso es todo lo que es. Tome un deseo dado por Dios y satisfágalo en una forma prohibida por Dios. El diablo dice: “Mira, tú tienes una necesidad y yo puedo satisfacerla.” Cuando sea tentado, a usted se le da una opción. ¿Es su necesidad satisfecha por el diablo o por el Señor? Verá, el diablo es un pervertido. Él no tiene materia prima. Todo lo que él puede hacer es tomar lo que Dios ha creado y pervertirlo.
¿Tiene una tentación que es más difícil de vencer que otras? Busque la forma legítima de satisfacer ese deseo, así usted no necesitará la forma ilegítima.
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:14).
Una historia favorita del pastor Rogers acerca de la tentación, es la de un padre que un sábado por la tarde deja a su hijo en casa, porque el muchacho no se sentía bien. Al salir, el padre le dijo: “No vayas al lago a nadar con tus amigos.” Y el muchacho respondió: “¡Entendido, señor!” Al regresar a casa, el papá pasó junto al lago, y vio a su hijo divirtiéndose con sus amigos en el agua. El padre detiene el carro, llama a su hijo y le dice: “¿No te dije que no vinieras a nadar?” Y el hijo responde: “Pero, papá, no tenía la intención de nadar. Sólo vine a mirar, pero me caí en el agua.” Cuando el padre empezó a sentir lástima por su hijo, notó que su hijo vestía su traje de baño. Y su hijo le explicó: “Yo cargue mi traje de baño, por si acaso era tentado.”
¡Amigo, no haga ninguna provisión para la carne!
Pídale a Dios que prevenga el que usted sea tentado hoy. Pídale fortaleza para vencer la tentación, si es que Él la permitiera. Y no sólo cuando ocurre la tentación, sino a lo largo del camino cuando tiene que tomar decisiones.
“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino Uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).
Cuando la gente lee que Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”,algunos lo cuestionan. Quizás usted no dice nada en voz alta, pero piensa: “¿Fue Él verdaderamente tentado en toda forma? ¿Fue tentado a tener sexo? No leí donde Él fue tentado a pasarse una luz roja... o fumar marihuana.”  Con todo, la Biblia es muy clara al decir que Él fue tentado en todo. De hecho, existen sólo tres tentaciones y Jesús fue tentado en las tres. Primera Juan 2:16 las menciona: “los deseos de la carne” (la tentación para que hagamos algo: nuestras pasiones), “los deseos de los ojos” (la tentación para que tengamos algo: nuestra posesiones), “y la vanagloria de la vida” (la tentación para que seamos alguien: nuestro orgullo). Si usted lo duda, entonces lea acerca de la tentación que Él enfrentó en Lucas 4:1-13.
Alabe a Dios que su Hijo fue el sacrificio perfecto por sus pecados (lea Efesios 5:2 e Isaías 53:4-5). Alabe a Dios que usted posee su Espíritu para liberarlo (lea Hebreos 2:18). Alabe a Dios que usted posee su Palabra para vencer a Satanás (lea Hebreos 4:12).
“Ni deis lugar al diablo” (Efesios 4:27).
¿Alguna vez ha discutido con un familiar en camino a la Iglesia? ¡No se haga el santurrón! ¡Todo predicador sabe que el diablo tratará de atacar a los hijos de Dios antes y después de la iglesia rumbo a casa! Aquí existe un principio espiritual que debemos aprender. Es lo que llamo el principio de “el diablo detrás de la paloma”. Tal y como cuando el Señor Jesús fue bautizado y la paloma descendió, luego inmediatamente Él fue guiado al desierto y tentado. Cuando Dios hace algo grande o cuando usted recibe la aprobación de Dios acerca de algo, usted puede esperar el ataque del enemigo. Leonard Ravenhill dijo: “Cuando Dios abre las ventanas del cielo para bendecirnos, el diablo abrirá las puertas del infierno para bombardearnos.”
¿Ha tenido una experiencia espiritual maravillosa recientemente? Entonces, es mejor que no se deje deslizarse cuesta abajo sin motor. Si el diablo tentó a Jesús, esté seguro que igualmente le tentará a usted. Ruéguele a Dios la fortaleza para vencer la tentación hoy.
“En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra Ti” (Salmo 119:11).
El hogar es un buen lugar para la Biblia. Las manos son un buen lugar, a su vez. No obstante, les afirmo, el corazón y la cabeza son los mejores lugares donde guardar la Biblia. Se ha preguntado alguna vez: “¿Por qué siempre accedo cuando surge la tentación? ¿Por qué no puedo ser un vencedor? ¿Dónde está mi victoria?” Bueno, permítame preguntarle: ¿Cuánto tiempo invierte usted leyendo, meditando y estudiando la Palabra de Dios?
Le desafiamos esta semana. Por cada hora que usted pasa viendo televisión, pase una hora leyendo la Biblia. Por cada hora que hace ejercicio en el gimnasio, pase una hora en la Biblia. Luego, escríbanos y cuéntenos qué diferencia Dios ha hecho en su vida.
HAGA UN EXCELENTE EJERCICIO. CORRER.
José era un joven muy apuesto, fornido y estaba siendo presionado para adulterar por la esposa de Potifar, su jefe. Seguramente se trataba de una bella mujer, ella le dijo: “Ven y acuéstate conmigo", pero José se negó firmemente, dando una respuesta que expresa su gran amor por Dios, le dijo: mi amo confía en mí y me puso a cargo de todo lo que hay en su casa. Nadie aquí tiene más autoridad que yo. Él no me ha negado nada, con excepción de usted, porque es su esposa. ¿Cómo podría yo cometer semejante maldad? Sería un gran pecado contra Dios.
Sin embargo, ella día tras día, seguía presionándolo, pero José permanecía firme en su postura de no acostarse con ella, por lo cual trataba de evitarla, tanto como le fuera posible. Sin embargo, cierto día José entró a hacer su trabajo y no había nadie más allí y llegó ella, lo agarró del manto y le ordenó: « ¡Vamos, acuéstate conmigo!». José se zafó de un tirón, pero dejó su manto en manos de ella al salir corriendo de la casa. (Génesis 39: 6-12 NTV.)
Nótese que la mujer de Potifar ejercía presión sobre José día tras día, para tener intimidad con él y es así como funciona la tentación, que viene sobre nosotros de manera persuasiva, y muchas veces de manera mas persistente que nuestras propias convicciones. Sin embargo a pesar de que José “la evitó tanto como podía” mostró una actitud de santidad y sabiduría: corrió y se zafó de un tirón, porque sabía que si se quedaba allí era muy peligroso para él y posiblemente podía caer.
Vemos que José perdió su ropa pero no su buena conciencia, hoy es mejor que nosotros perdamos lo que el pecado pinta como “lindo” en apariencia, qué nuestra santidad.
El profundo amor a Dios es lo que impulsa a correr y apartarnos de lo malo y  seguir el camino libres de las consecuencias que trae el pecado, sigamos desarrollando ese amor con un corazón dispuesto a obedecer.
Que como Daniel podamos proponer en nuestro corazón no contaminarnos.
Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. - Daniel 1:7-9.
Hay situaciones, que simplemente son para huir, por eso corre, huye de la tentación al igual que José, y como Daniel, mantente puro aún en un mundo lleno de presiones, que solo quieren hacerte caer.

Autora. Soraida Fuentes.

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