sábado, 15 de febrero de 2014

LA SALVACIÓN LE PERTENECE SOLO A DIOS.

LA SALVACIÓN LE PERTENECE SOLO A DIOS.
“Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Corintios 2:11).
Sidlow Baxter una vez dijo: “Sus emociones son la parte más superficial de su naturaleza. La salvación es el trabajo profundo de Dios. Y Él no va a hacer su trabajo más profundo en la parte superficial.” El Pastor Rogers solía decir: “Usted puede pensar que me conoce porque escucha mi voz o lee mis palabras, pero usted no puede mirar a lo profundo de mi espíritu. Desde el momento que le di mi corazón a Jesucristo, hay un sello de autenticidad en mi corazón que afirma: ‘Adrián, tú me perteneces’. No es un sentimiento emocional, porque las emociones nada tienen que ver con mi salvación.” La salvación tampoco es algo intelectual porque la salvación no puede razonarse. Ésta es un asunto de Dios.
Su salvación fue asegurada por la sangre expiatoria de Jesucristo. Alabe a Dios por esta verdad que permanece firme, independiente de sus sentimientos. Lea Colosenses 2:13-14 y agradezca a Dios por su Espíritu que le dio la vida en Cristo.
2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
2:14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
“Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios” (2 Corintios 1:21).
¿Qué es lo que Dios hará por usted, si se lo permite? Él lo establecerá. En otras palabras, Él lo hará estable, seguro, confiable e inamovible para que no sea zarandeado por todo viento de doctrina. Este verbo está en tiempo presente participio, lo cual significa que su acción es continua. No significa que es una sola vez y basta. Dios está en el proceso de establecerlo. Ahora, ¿en dónde lo establece? En Cristo. Él le está moviendo cerca y más cerca a Cristo, la Roca de su salvación. Cuando usted es salvo, Dios lo pone en Cristo y entonces, días tras día, lo acerca más y más a Él.
Examine su caminar con Dios. ¿Qué cosas específicas usted ve en su vida que son indicativas que está más cerca de Dios que lo que estuvo hace un año atrás, o hace un mes, o hace una semana o hace un día?
“Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia” - (2 Pedro 1:4).
Algunos destruyen la doctrina que cuando una persona es salva siempre es salva. Ellos piensan que si eso fuese verídico, entonces podría pecar todo lo que quisieran. Como decía el pastor Rogers: “Yo peco todo lo que quiero. ¡Yo no quiero pecar!” Si lo único que evita que usted peque es el temor de perder su salvación, nos preguntamos si verdaderamente se ha entregado totalmente a Dios y le ha pedido que le salve. Pedro nos enseña que hemos llegado “a ser participantes de la naturaleza divina”. ¿Significa eso que usted no pecará más? No. Sin embargo, antes de ser salvos, corremos al pecado, una vez salvos nos alejamos corriendo del pecado. Podemos resbalar, pero somos salvos. El deseo del creyente es vivir pura y limpiamente para la gloria de Dios.
¿Y qué de usted? ¿Posee el deseo de ser santo? ¿O trata la doctrina de la seguridad de la salvación como una licencia para llevar un estilo de vida pecadora?.
“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” (Romanos 3:28).
Si Dios el Padre nos eligió y el Espíritu Santo nos separa para su santo propósito, entonces, ¿qué parte tenemos usted y yo? Existe la soberanía divina y la responsabilidad humana. Usted ha sido santificado para obedecer. La salvación es gratis, pero usted debe obedecer. La soberanía divina de Dios en elegirnos no nulifica nuestra responsabilidad a su llamado. Usted ha sido salvado de este mundo, enviado de regreso al mundo a testificar al mundo, y esa es la única labor que usted tiene en este mundo. Recuerde, usted no trabaja para lograr la salvación, sino trabaja o sirve porque es salvo. Alguien bien dijo: “Yo no trabajaré para salvar mi alma, esa labor la ha hecho mi Señor. Sin embargo, trabajaré como un esclavo por amor al Hijo amado de Dios.”
Existen 24 horas entre este instante y mañana a la misma hora. Ahora mismo, comprométase a usar una de esas horas en oración por otros. Ruéguele a Dios que salve a aquellos familiares que están perdidos, su vecindario, sus compañeros de estudio o trabajo. Ore país por país, pidiéndole a Él que envíe misioneros y los capacite para discipular a quienes Él salva.
“Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo” (1 Tesalonicenses 5:8).
Un predicador se alejaba despidiéndose de un amigo, cuando su amigo le dijo: “¡Nos vemos! Ama a Dios  .Odia el pecado. ¡Y ten cuidado con los camiones!”¿Dijo él: “¡Ten cuidado con los camiones!”? ¡Sí! ¿Y sabe qué? Es un buen consejo. Usted puede ser lastimado si un camión choca contra usted, sin importar si es salvo o no. Ahora, ¿por qué es eso importante? Porque como el hombre dijo, todos necesitamos amar a Dios y todos necesitamos odiar el pecado, pero todos somos humanos y necesitamos estar alerta de aquellas cosas en la vida que nos pueden hacer daño. Dios nos ha dado la mente de Cristo y necesitamos usar esa mente.
Primero Corintios 2:16 revela: “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”

¿Anda distraído hoy? ¿Está atento a las cosas de este mundo que pueden hacerle daño? Sea sobrio, esté alerta, y tenga cuidado de los camiones.

“Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:4).

Cuando Jesucristo murió, Él no sólo murió por nosotros, sino que nosotros también morimos con Él. Quizás usted diga: “Bueno, ¿qué diferencia tiene que Él haya muerto por mí o que yo haya muerto con Él? Es simplemente un juego  de palabras. ”¡De ninguna manera! Cuando usted está muerto, la muerte no tiene dominio sobre usted. No se puede matar a un hombre que ya está muerto. Supongamos un hombre es ejecutado por cometer un crimen de pena de muerte, no obstante, de alguna forma él resucita. ¿Cree que él puede ser arrestado nuevamente por su crimen? Rotundamente no. Eso sería doble      castigo. Él ya pagó la sentencia de su crimen. Es necesario que usted entienda que cuando Jesús murió, usted murió, y ¡la ley no posee más poder sobre usted! La sentencia de su pecado fue totalmente pagada porque Él murió por usted. Usted murió con Él.

Encuentre a alguien hoy y cuéntele las mejores nuevas que jamás nunca se han contado. Jesús recibió la ira de Dios. Él murió para que ella o él puedan vivir. ¡Vaya, compártalo!

Apocalipsis 1:18: “Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.”
Cuando el pastor Rogers estuvo en Moscú visitó la tumba de Lenin. Él está en una caja de cristal sellada. Usted puede observar su cara maquillada y su barba bien recortada. Y sobre esa tumba está escrito lo siguiente: “Él fue el mayor líder de todos los pueblos, de todas las naciones, de todos los tiempos. Él fue el señor de la nueva humanidad. Él fue el salvador del mundo.” ¿Notó que todo está en pretérito? Él fue. En cambio, Jesús está vivo. Él es el gran YO SOY. Lo que hace la diferencia en nuestras vidas es un encuentro con el Cristo viviente. Servimos a un Salvador que está vivo y está escuchando todas nuestras oraciones. Él está embotellando toda lágrima y regocijándose con toda victoria.

Dele gracias a Dios por su plan de salvación al enviar a su Hijo a morir por usted. ¡Alabe a Dios porque Jesús vive para siempre!

Salmos 78:7: “A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; que guarden sus mandamientos.”

El 8 de junio de 1845, Andrew Jackson dijo: “La Biblia es la roca sobre la cual descansa nuestra República. ”Unos cuantos años antes en 1820, otro de nuestros estadistas, Daniel Webster declaró: “Que no olvidamos el carácter religioso de nuestro origen.” En los días de nuestros antepasados, la gente no contendía con respecto a la importancia de la Biblia. Nuestros antepasados proclamaron por todos lados su gran reverencia por el cristianismo, habiendo viajado en su luz y trabajado en su esperanza. Buscaron incorporar, escuchar e implantar su influencia en todas las instituciones: civiles, políticas y literarias.

La herencia nacional es importante, pero también lo es su herencia espiritual como creyente y como familia. ¿Por qué no toma un tiempo esta semana y se sienta a escribir la herencia espiritual de su familia?.
Salmos 71: 17: “Oh, Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas.”

Satanás está en medio de una matanza: él quiere asesinar nuestra memoria y sumergirnos en el mar del olvido sin recolección de la herencia cristiana que poseemos como nación. Trágicamente está dirigiendo su artillería a nuestros hijos y particularmente en el lugar donde en tiempos pasados crecían en el conocimiento de lo bueno: las escuelas públicas. En éstas se sacó la oración, mas entró la policía. Se sacó la Biblia, pero entró el programa de aclaración de valores. Se sacaron los Diez Mandamientos, mas entró la ingeniería social. Se sacó la creación, pero entró la evolución. Se sacó la historia correcta, mas entró el revisionismo. Dios dice que debemos recordar la generación por venir.

Usted tiene una labor importante: influenciar las vidas de los que vendrán después de usted. Enséñeles a andar en los caminos del Señor e ir contra la marea del mundo.
Colosenses 3:1: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.”

Primera Pedro 2:11 dice que somos “extranjeros y peregrinos” en este mundo. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Los creyentes hemos nacidos dos veces en un mundo de personas nacidas sólo una vez. Y en la mayoría de las circunstancias nos encontraremos nadando contra la corriente. Es como un buceador de aguas profundas que está sumergido y fuera de su medio ambiente natural. Él no podría sobrevivir si no estuviera conectado a su fuente de vida en la superficie. Nosotros necesitamos vivir de esa forma. Si vamos a sobrevivir, necesitamos permanecer conectados a Jesús quien es nuestra fuente de vida. Por ello, la Biblia nos enfatiza que no pongamos nuestra mirada en las cosas de abajo, sino en “las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”.

Es tiempo de revisar su salvavidas... ¿está confiando en algo mundano? ¿Está desarrollando amistades con las cosas de este mundo?.

Segunda Corintios 5:8: “Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.”

Un hombre llamado Salomón Capullo murió. Su lápida en Londres lee: “Bajo estas nubes y bajo estos árboles yace el cuerpo de Salomón Capullo. Mas lo que está aquí no es Salomón: es sólo su capullo, porque él salió y ascendió a Dios.” Nos gusta eso. Nuestro cuerpo es sólo un capullo.

¿Qué le sucede a un hijo de Dios que ha recibido a Cristo como su salvador personal? Cuando cierra sus ojos en esta vida, los abre en la vida futura. Jesús no dijo: “Después de dos o tres mil años estarás conmigo en el paraíso.” Jesús enseñó: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”(Lucas 23:43).

¿Posee usted la seguridad que si muriera hoy estaría con Jesús en el paraíso? Si no, entonces confiese sus pecados, crea en su nombre y será salvo. Luego, ¡vaya y compártalo con alguien! .
Salmos 119:34: “Dame entendimiento, y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón.”

¿Es Dios justo? ¡Sí! Entonces, ¿cómo se revela la justicia de Dios? De fe en fe. Dios le da una verdad. Usted cree en esa verdad, por lo tanto Dios le da más verdad. Entre más obedece la luz, más luz usted recibirá. La razón por la que algunos de nosotros no entendemos más la Biblia, es porque no hemos estado viviendo conforme a la luz que Dios ya nos ha dado. Si usted desea entender esa parte de la Biblia que no entiende, empiece a obedecer la parte que sí entiende y entonces entenderá aquello que no entendía. ¿Entendió?.

Pídale a Dios que le dé una fe que le revele las verdades ocultas de su Palabra y que le son difíciles de comprender en este momento.
Juan 14.6: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.”

El materialismo dice: “Compre su éxito.” El político dice:  “Legisle.” El ejército dice: “Pelee.” La industria dice: “Trabaje.” El filósofo dice: “Piense.” Mas Jesús dice: “No existe ninguna otra salida, sino es a través de Mí.” Jesús le salvará por medio de su gracia y lo hará Él solo. O usted rotundamente no se salvará. Cuando usted es salvo por la gracia de Dios, usted se salva instantáneamente y eternamente. Su propia virtud no es suficiente para salvarlo, ni su maldad es suficiente para impedírselo. Jesús le ama tanto, que murió para salvarle.

¿Cree usted plenamente en la veracidad de las palabras de Jesús y ha seguido la forma en que Él nos enseña que podemos ser salvos? Quizá usted tiene un amigo que necesita esta verdad hoy. Compártala, no la borre.

CREER EN EL SEÑOR JESUCRISTO.

Mateo 1:21: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.”
¿Somos los creyentes ingenuos por creer en Jesús? ¿Estamos sirviendo a un Dios falso? Si usted va a la tumba de Confucio, encontrará que está ocupada. Si va a la tumba de Buda, encontrará que está ocupada. Si va a la tumba de Jesús, usted la encontrará vacía. Él es un Salvador resucitado. Eso es importantísimo, porque usted puede sacar a Confucio del confucionismo y aún tener el confucionismo. Puede sacar a Buda del budismo y todavía tener el budismo. Pero usted no puede sacar a Jesucristo del cristianismo y aún tener el cristianismo, porque el cristianismo no es un código, no es un credo, no es una causa. Es el mismo Cristo.

Usted tiene una esperanza que el mundo necesita escuchar. ¿Con quién puede compartir esa esperanza hoy?



Apocalipsis 3:20: “He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”

Una y otra vez, la gente pregunta: “¿Si existe un Dios, por qué hay tanto sufrimiento?” Nunca hay una respuesta fácil a dicha pregunta cuando alguien está angustiado o sufriendo, pero Dios le enseñó al pastor Rogers que el universo tiene una enfermedad. Y Dios no puede quitar el dolor hasta que el último vestigio de pecado desaparezca. Lo peor que podría pasarle a la humanidad sería que viviésemos en un mundo maldito por el pecado, mas sin embargo que éste pareciese ser aún un paraíso. Si fuese así, nosotros nunca vendríamos a Dios.

Dios ha colmado este mundo con misericordias inmensurables. Concéntrese hoy, no en el dolor, sino en la provisión de la gracia de Dios.
SALMO 2. JESUCRISTO ES EL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
En él nos predice el Espíritu Santo: I. La oposición que había de hacerse al Reino del Mesías (vv. 1-4). II. La represión y el castigo de tal oposición (vv. 4, 5).III. La erección del reino de Cristo a pesar de dicha oposición (v. 6). IV. La confirmación y el establecimiento del reino mesiánico (v. 7). V. La promesa de su ampliación y éxito (vv. 8, 9). VI. Un llamamiento y una exhortación a los reyes y príncipes a que se sometan voluntariamente a ser súbditos de este reino (vv. 10.12).

1. El reino del Mesías está fundado sobre un decreto eterno de Dios el Padre (v. 7). No ha sido una súbita resolución, ni la prueba de un experimento, sino el resultado de los consejos de la sabiduría divina .

2. El decreto se publica para conocimiento y satisfacción de todos los que son llamados a someterse al rey como súbdito, y para dejar sin excusa a los que no quieren que Cristo reine sobre ellos. Cristo presenta aquí un doble título para su reino:

A)           El título de herencia (v. 7): «Mi hijo eres tú; yo te he engendrado hoy.» En He. 1:5 se cita esta Escritura para mostrar que Cristo tiene más excelente nombre que los ángeles, y lo tiene por herencia (He. 1:4). "El Padre ama al Hijo, y todas las cosas las ha entregado en su mano» (Jn. 3:35). Siendo el Hijo, e Hijo único, es el heredero de todas las riquezas del Padre.
B)           El título de mutuo acuerdo (vv. 8,9), que consiste en que el Hijo se compromete a tomar las riendas del gobierno que Yahveh pone en sus manos.
3.            Se le prometen al Mesías las naciones hasta los confines de la tierra (v. 8); no sólo los judíos, sino también los gentiles. Gran parte del mundo de la gentilidad recibieron el Evangelio cuando fue predicado por primera vez, pero esta Escritura tendrá cumplimiento final y pleno cuando los reinos de este mundo pasen a ser los reinos de nuestro Señor y de su Cristo (Ap. 11: 15). Es entonces cuando con cetro de hierro (v. 9) quebrantará a los que no se le sometan por amor. Esto se cumplió en parte cuando fue destruida Jerusalén por el poder romano y, cuando más tarde, fue establecida la religión cristiana con la destrucción oficial del paganismo, pero no se cumplirá plenamente hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies (1 Co. 15:24,25. V. Sal. 110:5,6).
                Al cantar esto, y orar por ello, hemos de glorificar a Cristo como al Hijo de Dios y Señor legítimo nuestro, tomando aliento con esta promesa de que el reino del Mesías será establecido triunfante de toda oposición.
                HEBREOS 1:6 – 8, 13.
1:6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
                Adórenle todos los ángeles de Dios.
                1:7 Ciertamente de los ángeles dice:
                El que hace a sus ángeles espíritus,
                Y a sus ministros llama de fuego.
                1:8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
                Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
                1:13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
                Siéntate a mi diestra,
                Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?.
Primera Pedro 3:18: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.”
¡Suponga que alguien le da un puñetazo en la nariz! E imagínese que en un acto de compasión, usted le dice a esa persona que le pegó: “Le perdono.” Y suponga que le responde: “No hay necesidad de que usted me perdone. Yo ya me he perdonado.” Usted se sentiría un poco estafado. Sólo el que fue golpeado puede perdonar al golpeador. El pecado es un puño ante Dios, y sólo Dios puede perdonar el pecado. Primera Pedro 3:18 contiene suficiente dinamita del Evangelio para apagar el pecado, el odio, el dolor, y la enfermedad en la vida de alguien, mas esa dinamita debe encenderse con la chispa de la fe. ¿Hay alguien en su vida que usted necesita perdonar? ¿Quizá alguien a quien usted necesita pedirle perdón? Hágalo ahora mismo. Mañana quizás nunca llegue.
Proverbios 3:5-6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.”
Debe existir confianza completa en que el Señor cuidará de nosotros. Porque esta confianza completa conlleva al contentamiento constante.

Proverbios 3:5-6 nos dice que debemos confiar con todo nuestro corazón. No sólo en parte. Y debemos reconocerlo en todos nuestros caminos, no sólo en algunos de ellos. Dios no será partícipe de sólo una parte. Usted no puede decirle: “Señor, deseo tu voluntad en mi vida social, pero no en mis negocios.” Ni tampoco: “Señor, deseo tu voluntad en mi vida dentro de la iglesia, mas no la quiero con mis amistades. ”Usted simplemente no puede hacer eso. Si vale la pena que Él esté en parte de su vida, entonces vale la pena que esté en TODA su vida.

¿A qué se está aferrando hoy? Déselo todo a Jesús. La obediencia instantánea traerá bendición increíble.

Jeremías 29.11: “Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”

¿Ama usted a Cristo? ¿Anhela agradarle con todo su corazón? Entonces, recuerde esto: los retrasos de Dios no son rechazos de Dios.

Muchos creyentes piensan que están en medio del desierto: que todo lo que hacen es ser llevados en círculos. Quizá Dios está preparándole. Él no está listo aún para ponerle en medio de fuertes responsabilidades. Él le tiene en espera para su santo propósito. La vida es una jornada que no acaba. Dios está preparando algo maravilloso para usted. Él no desea que usted se resigne con menos que su propósito óptimo para su vida y su labor.

¡Memorice Jeremías 29:11-13 esta semana, luego comparta esta verdad con un amigo. 

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