jueves, 27 de febrero de 2014

ORANDO POR LA SALVACIÓN DE TODOS LOS HOMBRES. HEBREOS 10: 1- 21.

ORANDO POR LA SALVACIÓN DE TODOS LOS HOMBRES. Hebreos 10: 1- 21.
10:1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
El anhelo de nuestro corazón debe ser por nuestra familia, los vecinos, los compañeros de estudio, de trabajo, por nuestra ciudad; por las personas que no saben, o no han reconocido a Jesucristo como su Señor y Salvador. Muchos de ellos son religiosos, pero sin compromiso para ceder sus vidas a él.
10:2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
Parce que cada uno quiere presentar su propio Dios, a su manera y no de la forma correcta como Dios lo hace, a través de su Hijo, de Jesucristo, a quien ha constituido Heredero de todo.
10:3 Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
La Palabra nos trae la Verdad, entonces por qué existen tantas religiones, movimientos espirituales, sectas y grupos, muchas veces cada uno siguiendo a sus Líderes, sus propios escritos, a sus propios profetas, con normas, reglamentos, directrices personales o colectivas y entonces  ¿ dónde quedan las Sagradas Escrituras, la Biblia.?
10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Si el fin de la ley es Cristo, entonces porque seguir en el cumplimiento de leyes impuestas; que se convierten muchas veces en amenazas, que no traen paz al corazón, sino que dejan dudas, divisiones.
10:5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas.
Se ha dicho que el hombre no está en condiciones de cumplir la ley; Cristo cumple toda la ley, él la cumplió por nosotros, entonces basta con acercarnos a él, vivir para él y obedecerle a él.
10:6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);
10:7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
10:8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
Es necesario cambiar mi posición. Cristo es mi Señor y lo que yo no puedo hacer, él lo hace por mí. ¿ Tienes fe .?, entonces cree en Jesucristo y allí aplicas tu fe.
10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
10:11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
Si cree en Jesucristo, él no te dejará solo, estará a tu lado siempre, su Espíritu está allí lo más cercano, en el corazón.
10:12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;
10:13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? .
¿Cómo van a invocar el nombre de nuestro Señor Jesucristo, si tú no le hablas, si no los llevas a conocerlo, si no se los presentas; seguirán creyendo lo que siempre les han dicho, que él no es Dios, que es solo un hombre muy humilde, que enseñó muchas cosas, que es un profeta; Dios dice de él en Hebreos 1: 8- 13.
 1:8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
1:9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.
1:10 Y:
Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra,
Y los cielos son obra de tus manos.
1:11 Ellos perecerán, mas tú permaneces;
Y todos ellos se envejecerán como una vestidura,
1:12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados;
Pero tú eres el mismo,
Y tus años no acabarán.
1:13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?

10:15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!.
10:16 Más no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
10:18 Pero digo: ¿No han oído? Antes bien,
Por toda la tierra ha salido la voz de ellos,
Y hasta los fines de la tierra sus palabras.
10:19 También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice:
Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo;
Con pueblo insensato os provocaré a ira.
10:20 E Isaías dice resueltamente:
Fui hallado de los que no me buscaban;
Me manifesté a los que no preguntaban por mí.
10:21 Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.
APLICACIÓN DE PRINCIPIOS CRISTIANOS.

Crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.

Efesios 4:15

El crecimiento espiritual es sencillamente cuestión de aplicar los principios bíblicos, pero hay muchos que creen que solamente los gigantes espirituales experimentan un gran aumento de fe.

He leído acerca de místicos que se arrodillaban y oraban de ocho a diez horas, haciendo huecos en los pisos de madera. He leído acerca de Robert Murray McCheyne, que empapaba las páginas de su Biblia y la madera de su púlpito con sus lágrimas. Y he leído Power Through Prayer [Poder mediante la oración] de E. M. Bounds, quien dedicaba muchas horas a la oración. Cuando supe de esas personas, lo único que pude pensar fue que nunca alcanzaría ese nivel. Pero Dios nos usa a cada uno de nosotros de maneras distintas.

El crecimiento espiritual no es una proeza mística por un grupo selecto que está en un plano espiritual superior. Más bien, es sencillamente cuestión de glorificar a Dios confesando el pecado, confiando en Él, llevando fruto, alabándolo, obedeciendo y proclamando su Palabra, orando y guiando a otros a Cristo. Esas son las características que todo cristiano necesita a fin de crecer en la fe. Cuando se concentre en ellas, el Espíritu de Dios lo transformará a usted a la imagen de Cristo, de un nivel de gloria al siguiente.
“Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” (1 Pedro 2:12).
Frecuentemente escucho a creyentes quejarse por la inmoralidad en las películas y en la televisión, pero ¿quién está haciendo algo al respecto?¿Es usted parte de la solución? ¿Tiene en su lista de oración los nombres de productores, directores, escritores, actores o periodistas? ¿Testifica usted a estas personas? ¿Las ama en el Señor Jesucristo? ¿Está escribiendo cartas a los productores, en respaldo por su buena programación? ¿Respalda usted a los patrocinadores que promueven programas morales? Debemos ser sal y luz. Mateo 5:16 dice:
 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Está usted alumbrando en su vecindario, en la empresa, en el colegio, universidad, en el club.
¿Cuáles son sus obras: Haga una lista de las cosas que está haciendo en su comunidad y que estén impactando; también puede empezar hoy, únase a otros cristianos o hermanos de la Iglesia y empiece a actuar. Dios espera ser Glorificado por lo que nosotros hacemos.
¿CUÁNDO EMPEZARÁS A PREDICAR LA PALABRA?
Hágase la siguiente pregunta: “¿Cómo impacta mi vida la inmoralidad en el mundo? ¿Cómo sacrifico mi propia vida a fin de que otros puedan conocer la salvación que Jesús ofrece?” ¡Entregue su vida para la gloria de Dios!.
¿QUÉ HAY DE TÚ TESTIMONIO?
13:5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;
13:6 de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.
Debemos preguntarnos cada uno de nosotros como cristianos, si verdaderamente tenemos la mirada en las cosas de arriba, en el Cielo, como dice la Escritura, o también vamos como el mundo tras las riquezas, en el afán, siguiendo las corrientes y buscando la solución de nuestros problemas en las personas y no en Dios.
El salmo 46: 10 nos dice: 46:10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;

Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

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