jueves, 1 de enero de 2015

PREPARANDONOS PARA LO QUE VIENE PARA EL FUTURO PARA EL CIELO.

PREPARANDONOS PARA LO QUE VIENE PARA EL FUTURO PARA EL CIELO.
APOCALIPSIS.
El cielo nuevo y la tierra nueva; el Jerusalén celestial; la segunda venida de Cristo
CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA  ES LA PROMESA.
El Señor no nos dejó en la inseguridad sobre lo que habrá después del sepulcro. Todos los seguidores verdaderos de Cristo morarán en «un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellos; y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios» (Apocalipsis 21:1-3).
PERO LAS BATALLAS AUN CONTINÚAN Y ES NECESARIO SEGUIR PREDICANDO EL EVANGELIO DE JESUCRISTO.
Nuestra batalla contra el pecado pronto terminará «y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron» (21:4).
ES NECESARIO QUE EL HOMBRE TENGA EL ENCUENTRO CON JESUCRISTO EL SALVADOR.
¡Vamos a pensar en esto! Ya no habrá más llanto, ni angustia física, y no habrán más sufrimientos; ni ninguna condenación que aprisione nuestras consciencias. No habrá tampoco más temor del mal, porque «(no) entrará en ella (en la santa ciudad, el nuevo Jerusalén) ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira (cosas sucias y detestables), sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero» (21:27) estarán allí.
LIMPIARNOS DE TODA INMUNDICIA Y PECADO, ES HORA DE PEDIR PERDÓN.
¡Oh! Que gran gozo nos espera cuando todo se cumpla. ¡Alabemos a Su admirable Nombre! Pronto nuestro maravilloso Señor nos dará las bienvenidas a nuestro hogar celestial. «Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. . . . (Vivamos) derribando argumentos y toda altivez (orgullo) que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo» (II de Corintios 7:1; 10:5).
HOY ES DÍA DE SALVACIÓN Y USTED ¿ QUÉ ESPERA PARA VENIR A LOS BRAZOS DE JESUCRISTO EL SEÑOR Y DIOS TODOPODEROSO?.
Terminamos esta gloriosa revelación de Jesucristo, (la Biblia) para la Vida (eterna) que el mismo Dios nos ha dado. «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente» (Apocalipsis 22:17).
ÉL ESTÁ A LA PUERTA Y LLAMA, ¿ QUIERE USTED ABRIR EL CORAZÓN PARA JESUCRISTO?.
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).
 ¿Sabe usted cuál es el pedido más común en las oraciones? Sanidad física. “Por favor, ore por mi tía que es creyente y está a punto de morir.” “Oren por mi tío que va a tener una operación del corazón.” ¿En cuántas reuniones de oración ha estado usted, en donde se pida oración por tal o cual vecino que va camino al infierno? Por lo general estamos más interesados en mantener a los santos fuera del cielo, que en mantener a los perdidos fuera del infierno. No es una tragedia el morir e ir al cielo. Es una tragedia el morir e ir al infierno. Amigo, es tiempo de elevar nuestras oraciones fuera del contexto físico de la vida, y ponerlas en el plano espiritual.
ES TIEMPO DE ORAR POR EL MUNDO Y COMPARTIRLES AL SALVADOR JESUCRISTO. OREMOS POR TODOS LOS PECADORES PARA QUE VENGAN AL ARREPENTIMIENTO Y VIVAN PARA SIEMPRE.
Examine su lista de oración: ¿En dónde están los perdidos que necesitan salvarse? ¿Qué es lo que usted va a hacer el próximo año para que ellos encuentren esa salvación?.
NOS TOCA ENTONCES ESCOGER ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA.
ESCOGER ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA.

Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho.

Filipenses 1:23

Todo cristiano debe sentir el fuerte deseo de estar con Cristo, pero también el deseo de edificar su iglesia. Si el Señor me dijera "Tienes cinco minutos para escoger entre estar en el cielo o seguir en la tierra", sería difícil para mí tomar esa decisión. Y me gustaría estar seguro de que estoy decidiendo por las razones debidas. Tendría que preguntarme: ¿puedo glorificar más a Cristo en el cielo o en la tierra?

Pablo la consideró una decisión difícil. No obstante, la mayoría de las personas optarían por quedarse en la tierra. Cuando se les preguntara por qué, casi todas darían alguna razón egoísta, como "Estamos comprando una nueva casa" o "No quiero dejar a mis hijos". Para Pablo nada era más importante que glorificar a Cristo. Cuando se enfrentaba a los asuntos más esenciales de la vida, si era mejor vivir o morir, su respuesta era: "Quiero glorificar a Cristo en el cielo o en la tierra. Si se me da a escoger, no puedo escoger". Como glorificar a Cristo era la motivación de Pablo, el problema no era dónde él glorificaba a Cristo. Eso debe ser así para usted también.



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