LA INVITACIÓN QUE NOS HACE DIOS ES A RECIBIRLO, ACEPTARLO Y VIVIR CON ÉL Y PARA ÉL.
LA CAJA DE
LA HUMANIDAD.
PORQUE EN ÉL
HABITA CORPORALMENTE TODA LA PLENITUD DE LA DEIDAD. JESUCRISTO ES DIOS CON TODO
EL PODER Y LA GLORIA QUE EL PADRE CELESTIAL LE HA DADO.
Colosenses
2:9
Si
consideráramos este mundo como una dimensión de tiempo y espacio, entonces una
caja cerrada pudiera representarlo, con Dios fuera de la caja. Es imposible que
la humanidad escape de la caja porque, por definición, lo natural no puede
entrar en lo sobrenatural. Lo que está confinado al tiempo y al espacio no
puede escapar a la eternidad ni a lo infinito.
Como hay
algo dentro del hombre que anhela saber lo que hay fuera de la caja, él inventa
deidades, que es la forma en la que proliferan las religiones. Las distintas
religiones se convierten en una extensión del deseo del hombre de escapar de su
caja, pero el anhelo del hombre de trascender la caja no puede resolverse
porque él está confinado a la caja por su propia naturaleza.
¿Hay una
forma de escapar de esa caja? Sí, las buenas noticias son que hay una manera, y
es por medio de Cristo. El cristianismo reconoce que usted no puede salir de su
caja, pero proclama que Dios ha invadido la caja desde afuera. Jesucristo ha
entrado en su mundo para mostrarle cómo puede morar con Dios para siempre. ¿No
aceptará su invitación?.
¿ CUÁL DEBE
SER LA RESPUESTA A ESA INVITACIÓN?.
Hechos 9:6:
“Señor, ¿qué quieres que yo haga?”.
Muchísimos
creyentes desean ser llenos del Espíritu Santo. No obstante, ¿alguna vez se han
preguntado por qué Dios debe llenarlos con su Espíritu? Imagínese a un hombre
que empuja un automóvil en una estación de servicio. Éste no tiene batería. El
coche tiene las cuatro llantas pinchadas, un agujero en el tanque de gas, y la
mitad de los alambres están desconectados. Un ayudante sale, mira la carcacha,
y pregunta: “¿Le puedo servir en algo?” Y el hombre responde: “Sí, llene el
tanque.” ¿Qué piensa que diría él? “¿Para qué?”
El pastor
Rogers pensaba que en ocasiones Dios dice: “¿Para qué?” Nosotros simplemente
necesitamos firmar el contrato al pie de la página y decir: “Señor, Tú llénalo.
” Arrodíllese
ante el Señor, eleve sus manos y dígale: “Señor, todo en mi vida es tuyo. Sólo
soy un vaso para tu uso. Úsame como Tú desees.”
LA
OBEDIENCIA ES UN PRINCIPIO QUE AGRADA A DIOS.
“Y Samuel
dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se
obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel
15:22).
El gozo y la
obediencia están intrínsecamente juntos. Cuando usted aprende a obedecer al
Señor, usted tendrá el gozo del Señor. Es como John Sammis lo dice en su himno:
“Confiar y obedecer, no hay ningún otro camino. Para ser felices con Jesús, hay
que confiar y obedecer.” Confianza y obediencia son las dos manos que sostienen
las promesas de Dios. Son los dos pies que le mantienen caminando en el camino
del Rey. Son los oídos que le capacitan para escuchar la verdad de la Palabra
de Dios. ¿Quiere usted experimentar el dulce gozo y contentamiento que Pablo
tuvo en lo profundo de una prisión romana, o que Corrie Ten Boom tuvo en los
oscuros confines de un campo de concentración nazi? Entonces, confíe y
obedezca.
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