ADORACIÓN
HONRA Y GLORIA A DIOS.
“Porque el
Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2
Corintios 3:17).
Formalismo y
adoración son dos cosas muy distintas. Cuando usted adora al Señor, debe haber
libertad y orden. Adoración no es música suave y todos sentados, muy quietos,
sin sonreír siquiera. Eso no es adoración. Alguna gente dice: “Bueno, ese fue
un servicio dignificado.” Anteriormente lo hemos dicho: “Ellos no saben la
diferencia entre reverencia y ‘rigor mortis’.” Si usted estudia la adoración en
la Biblia, descubrirá que estaba marcada por la vivacidad, espontaneidad y
gozo. Los primeros creyentes tenían algo que el fuego no podía quemar, la
espada no podía matar, el agua no podía ahogar y las cárceles no podían
detener. Ellos conocieron la santidad, el amor y la gloria de Dios en una forma
que transformó sus vidas.
Por favor
lea los Salmos 5:7. Más yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu
casa;
Adoraré
hacia tu santo templo en tu temor.
Y Salmo
29:2. Dad a Jehová la
gloria debida a su nombre;
Adorad a
Jehová en la hermosura de la santidad.
Y tome un tiempo hoy para adorar a Dios con
gozo y verdad.
“Más la hora
viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren” - (Juan 4:23).
El Padre
desea tener comunión con usted en adoración. Él no busca ni su dinero, ni su
gloria, ni su fortaleza. Él busca su corazón. C.S.Lewis dijo: “Es en el proceso
de ser adorado que Dios comunica su presencia a los hombres.” Si usted no adora
a Dios, pero le está sirviendo (o por lo menos así lo cree), usted está
cometiendo un gran error. El orar sin adorar es una burla. El cantar sin adorar
es como metal que resuena. El trabajar sin adorar es un insulto a Dios. El
enseñar sin adorar es ignorancia. El servir sin adorar es hipocresía. El
testificar sin adorar es perjurio. Dios quiere su genuina adoración.
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