MUCHOS SOMOS
ADICTOS AL PECADO PERO JESUCRISTO QUIERE PERDONARNOS.
«ADICTO A LA
PORNOGRAFÍA»
Por Carlos
Rey.
«Me siento
frustrado al no poder vencer un hábito que adquirí desde los quince años. Tengo
veintitrés, y soy adicto a la pornografía. No la puedo evitar.... Estoy
luchando día a día para tratar de evitar este vergonzoso hábito.»
Este es el
consejo que le dio mi esposa:
»Nos
alegramos de que nos haya contado su caso como el primer paso que da para
superar este vicio destructivo. Para algunos, la pornografía es un mal hábito
esporádico que hace que se sientan culpables, avergonzados y frustrados en las
relaciones humanas. Pero según muchos expertos, es probable que ese mal hábito
se convierta en un vicio. Cada vez más exposición a la pornografía hace que el
cerebro emita sustancias químicas (llamadas neurotransmisores) que el cuerpo
comienza a ansiar, muy parecido a la manera en que los adictos a las drogas
ansían la droga que les gusta. Pero al igual que con las drogas callejeras, el
cerebro pronto emite la señal de que necesita esas sustancias químicas para
sobrevivir. Esa señal de parte del cerebro es el vicio. Y cuanto más uno se
entrega a las ansias de consumir, más se emiten las sustancias químicas,
produciendo un círculo vicioso que nunca queda satisfecho....
»Comience a
guardar un registro de todas las veces que se siente tentado a ver imágenes
pornográficas.... ¿Sintoniza programas de televisión o ve películas que
contienen imágenes tentadoras? ¿Emplea usted una computadora en un lugar
privado? ... Esas situaciones desencadenan las ansias que siente. Examine el
registro que lleva de lo que está haciendo, y conciba una manera de evitar cada
situación que lo induce a ser tentado...
»Muchas
veces al vicio de la pornografía lo avivan las emociones negativas. ¿Se
entristece o se deprime usted, y busca consuelo en la pornografía? ¿Con
frecuencia siente que ha fracasado o ha sido rechazado? ... Esos sentimientos
también desencadenan la tentación, y para ponerlos al descubierto usted tiene
que consultar con un consejero profesional o un amigo de confianza con el que
pueda hablar con toda franqueza.
»El apóstol
Pablo escribió: “La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten
de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de
una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen
los paganos, que no conocen a Dios.”1.
Con eso San Pablo le está dando a usted una
solución y esperanza para superar su problema. Él dijo que usted debe “aprender
a controlar su propio cuerpo”. Es posible aprender a dominar su cuerpo, pero
será mucho menos difícil si usted decide aceptar a Jesucristo, el Hijo de Dios,
como su Salvador personal. Él puede ayudarlo de una manera integral. Lo ama y
conoce sus problemas, y conoce su cuerpo mejor que usted mismo. ¡Dele la
oportunidad hoy mismo!»
1 1Ts 4:3-5. Pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación; que os apartéis de fornicación;
4:4 que cada
uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;
4:5 no en
pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;
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