viernes, 3 de febrero de 2017

MUCHOS SOMOS ADICTOS AL PECADO PERO JESUCRISTO QUIERE PERDONARNOS.

MUCHOS SOMOS ADICTOS AL PECADO PERO JESUCRISTO QUIERE PERDONARNOS.
«ADICTO A LA PORNOGRAFÍA»
Por Carlos Rey.
«Me siento frustrado al no poder vencer un hábito que adquirí desde los quince años. Tengo veintitrés, y soy adicto a la pornografía. No la puedo evitar.... Estoy luchando día a día para tratar de evitar este vergonzoso hábito.»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
»Nos alegramos de que nos haya contado su caso como el primer paso que da para superar este vicio destructivo. Para algunos, la pornografía es un mal hábito esporádico que hace que se sientan culpables, avergonzados y frustrados en las relaciones humanas. Pero según muchos expertos, es probable que ese mal hábito se convierta en un vicio. Cada vez más exposición a la pornografía hace que el cerebro emita sustancias químicas (llamadas neurotransmisores) que el cuerpo comienza a ansiar, muy parecido a la manera en que los adictos a las drogas ansían la droga que les gusta. Pero al igual que con las drogas callejeras, el cerebro pronto emite la señal de que necesita esas sustancias químicas para sobrevivir. Esa señal de parte del cerebro es el vicio. Y cuanto más uno se entrega a las ansias de consumir, más se emiten las sustancias químicas, produciendo un círculo vicioso que nunca queda satisfecho....
»Comience a guardar un registro de todas las veces que se siente tentado a ver imágenes pornográficas.... ¿Sintoniza programas de televisión o ve películas que contienen imágenes tentadoras? ¿Emplea usted una computadora en un lugar privado? ... Esas situaciones desencadenan las ansias que siente. Examine el registro que lleva de lo que está haciendo, y conciba una manera de evitar cada situación que lo induce a ser tentado...
»Muchas veces al vicio de la pornografía lo avivan las emociones negativas. ¿Se entristece o se deprime usted, y busca consuelo en la pornografía? ¿Con frecuencia siente que ha fracasado o ha sido rechazado? ... Esos sentimientos también desencadenan la tentación, y para ponerlos al descubierto usted tiene que consultar con un consejero profesional o un amigo de confianza con el que pueda hablar con toda franqueza.
»El apóstol Pablo escribió: “La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios.”1.
 Con eso San Pablo le está dando a usted una solución y esperanza para superar su problema. Él dijo que usted debe “aprender a controlar su propio cuerpo”. Es posible aprender a dominar su cuerpo, pero será mucho menos difícil si usted decide aceptar a Jesucristo, el Hijo de Dios, como su Salvador personal. Él puede ayudarlo de una manera integral. Lo ama y conoce sus problemas, y conoce su cuerpo mejor que usted mismo. ¡Dele la oportunidad hoy mismo!»
1         1Ts 4:3-5. Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
4:4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;

4:5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;

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