LA DECISIÓN
ES PERSONAL USTED PUEDE ELEGIR LA BENDICIÓN O LA MALDICIÓN.
“He aquí Yo
pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si
oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que Yo os prescribo hoy, y la
maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os
apartareis del camino que Yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que
no habéis conocido” - (Deuteronomio 11:26-28).
SEGUIR ESTOS
PRINCIPIOS NOS LLEVA POR EL CAMINO CORRECTO.
Dios pone
delante de usted, este día, una bendición y una maldición. ¿Qué es lo que determina
que usted reciba la bendición? Si usted obedece. ¿Qué es lo que determina si
usted recibe o no una maldición? Si usted desobedece. Existen seis bendiciones
que Dios quiere darle hoy a cambio de su obediencia: abundancia (Isaías
1:19-20); paz (Jeremías 26:13); protección (Éxodo 23:22); poder (Hechos 5:32);
pureza (1 Pedro 1:22) y percepción (Salmo 119:100). ¿Quiere que Jesús sea real
para usted, y no sea solamente alguien sobre quien ha leído algo? Quizás usted
quisiera algo más que “orar” a Él. Tal vez quisiera conversar con Él y
relacionarse con Él. Bien puede hacerlo.
Lea Juan
14:23. Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi
Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
¿Qué es lo que Jesús dijo que sería el resultado
de su amor por Él? ¿Y qué es lo que Dios ha prometido hacer, como resultado de
su acción?
HAY COSAS
QUE SON LÍCITAS, PERO NO ME CONVIENEN.
“Todas las
cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas,
más yo no me dejaré dominar de ninguna” - (1 Corintios 6:12).
Hay ciertas
cosas que un atleta resuelve dejar de lado. Estas cosas no son malas para otras
personas, pero son muy negativas para el atleta, son una pesada carga. En el
plano espiritual, es lo mismo con los creyentes. Pablo claramente dice que no
todas las cosas convienen. Verá, los creyentes nos dirigimos hacia un lugar, y
si algo NO nos ayuda a ir más rápidamente, entonces eso es exceso de equipaje.
Debemos deshacernos de todo lo que no es conveniente.
Pregúntele a
Dios: “¿Tengo alguna cosa legítima que puede ser usada de mejor manera, y que
me está impidiendo correr una mejor carrera por Ti? Si es así, revélame qué es,
para que pueda vivir una vida completamente entregada a la causa de Cristo.”
Pudiera ser un vehículo, una casita vacacional en la playa, un anillo de
diamantes, arte o colecciones antiguas. Estas cosas no son malas en sí mismas,
pero hable con Dios acerca de ellas. Tal vez Él quiera que usted las venda y
utilice ese dinero para ayudar a las misiones.
DIOS TIENE
PROPÓSITOS PARA QUE SE CUMPLAN EN NOSOTROS.
“Más el Dios
de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que
hayáis padecido un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca
y establezca” (1 Pedro 5:10).
¿No es
maravilloso saber que las obras del Señor son perfectas? ¿Qué los caminos del
Señor son perfectos? ¿Y que su voluntad es perfecta? Ahora, sé que alguien al
leer esto puede pensar: “Pero yo no estoy muy seguro acerca de la voluntad del
Señor. Yo no quiero entregarme totalmente a Él, porque me puede enviar como
misionero a algún remoto desierto.” Permítame aclarar: la voluntad de Dios no
es algo a lo cual usted se somete, sino es algo en lo cual usted participa.
Dios escogerá para usted lo que escogería para sí mismo si tuviera el
suficiente sentido común para escogerlo.
Pregúntese
si ha entregado todo completamente a Dios. ¿Hay algo que todavía está
reteniendo? ¿Realiza aún alguna actividad que no le agrada a Dios? ¿Posee algo
que deshonra a Dios? Es ya tiempo de “limpiar la casa”, tanto literal como
figurativamente.
EL ALIMENTO
DIARIO DE LA IGLESIA ES LA PALABRA DE DIOS.
“Él
respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la BOCA de DIOS” (Mateo 4:4).
Creemos que
muchas iglesias sufren de hambre porque sus púlpitos no alimentan a sus rebaños
con el pan celestial. Si no se está alimentando diariamente con la Biblia,
usted o no es salvo, o está muriendo de malnutrición espiritual. La única
FUERZA que poseemos se encuentra cuando nos ALIMENTAMOS de la PALABRA de DIOS.
Job dijo: “Guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12b). En
otras palabras, Job afirmó que si él tuviese que escoger entre comer pan físico
o pan espiritual, él escogería la Palabra de Dios. Oramos que se comprometan a
una rutina diaria de ejercitar sus rodillas en oración y ALIMENTARSE con el
nutritivo PAN de la PALABRA de DIOS.
EN CRISTO
SOMOS MÁS QUE VENCEDORES.
“Porque las
armas de nuestra milicia no son carnales, sino PODEROSAS en Dios para la
destrucción de fortalezas” - (2 Corintios 10:4).
Creemos que
muchos experimentamos victoria limitada o ninguna porque no hemos aprendido a
encaminar la batalla hasta la victoria. “Un momento ―dirá usted―, yo quiero
victoria.” ¿Verdaderamente la quiere? Entonces, necesita saber esto: Primero,
Dios desea que usted tenga VICTORIA. Segundo, la taza para medir su VICTORIA
está en la palma de su mano. Eso es, usted es tan VICTORIOSO como desee serlo.
El diablo no posee ninguna fortaleza que nosotros no podamos derribar si usamos
las armas de Dios. El problema es que quizás estemos usando las armas
espirituales, pero tratamos de emplearlas en nuestras propias fuerzas.
Efesios 6:17
revela: “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
Palabra de Dios” ¿Cuál es su espada? ¿De quién es la espada? ¿Puede pensar en
alguna batalla que le espera? ¿Cómo va a usar esta espada?
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