jueves, 15 de marzo de 2018

LA CREACIÓN DEL TODOPODEROSO DIOS PADRE DIOS HIJO Y DIOS ESPÍRITU SANTO.


LA CREACIÓN DEL TODOPODEROSO DIOS PADRE DIOS HIJO Y DIOS ESPÍRITU SANTO.
TE SORPRENDERÁ.
“Después Dios dijo: «Que de la tierra brote vegetación: toda clase de plantas con semillas y árboles que den frutos con semillas. Estas semillas producirán, a su vez, las mismas clases de plantas y árboles de los que provinieron»; y eso fue lo que sucedió.” Entonces Dios dijo: «Que las aguas se colmen de peces y de otras formas de vida. Que los cielos se llenen de aves de toda clase». Entonces Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de animales, que cada uno produzca crías de la misma especie: animales domésticos, animales pequeños que corran por el suelo y animales salvajes»; y eso fue lo que sucedió. -  Génesis 1:11, 14, 24 NTV.
La diversidad biológica en el mundo siempre llamó mi atención y según la BBC Mundo se calculan 8,7 millones el número de especies del planeta, de las cuales solo se conocen 1.3 millones según el autor del estudio.
Saber que solo se conoce una pequeña porción, hace pensar ¿Qué especies más podrían existir, si ya hay tanta diversidad? A lo mejor el hombre no podrá descubrir totalmente lo que tiene alrededor del mundo, pero sí al quien lo creó; eso me parece formidable y único.
Es justamente la diversidad de Dios que opera en cuanto a las respuestas que da a quienes le buscan, sin perder su esencia u objetivo, por ejemplo: la mayoría ha llegado a tener una relación con él en diferentes circunstancias, parecidas en algunos detalles pero nunca iguales. También cuando uno escucha diferentes testimonios de cómo conocieron a sus conyugues y como Dios les confirmó la decisión para llegar a ser un matrimonio, uno se sorprende.
Pero pasa, que muchas veces al escuchar un testimonio o un relato similar a la circunstancias de uno, creemos que será igual la respuesta que Dios nos dará, y al ver que no sucede nos sentimos frustrados, y muchas veces pensamos que Dios no nos quiere.
 Sin duda, como indiqué anteriormente el objetivo o su esencia es la misma pero la manera de proceder de Dios no, porque somos seres únicos, con diferentes reacciones, pasado, carácter y con diferentes tareas para cumplir los planes de Dios.
Ten por seguro que Dios quien nos conoce perfectamente, dará respuesta a tu necesidad de manera sorprendente, solo sigue manteniendo tu fe, confianza y sobre todo sigue mantente fiel a él. Haz lo que la Palabra dice Mateo 6:33  “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.”  Pon en práctica Su Palabra y lo demás deja que Dios lo acomode.
¡Estamos en las mejores manos, en manos creativas y confiables!
Autora. Soraida Fuentes.
DIOS EN LA CREACIÓN. Génesis 1: 1-13.
1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
1:4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.
1:5 Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.
1:6 Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.
1:7 E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.
1:8 Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
1:9 Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.
1:10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
1:11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.
1:12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.
1:13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.
JESUCRISTO EN LA CREACIÓN. Colosense 1: 15-20.
1:15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
1:17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
1:19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
1:20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Juan 1: 1-4:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
1:2 Este era en el principio con Dios.
1:3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
1:4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
EL ESPÍRITU SANTO EN LA CREACIÓN. Génesis 1: 1-2.
1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
LA CREACIÓN DE DIOS, TODA UNA MARAVILLA.
“Por cuanto agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud” (Colosenses 1:19).
¿Sabe usted por qué suceden todas las cosas? Es para traer gloria a Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo. De hecho, la Palabra de Dios nos dice que Jesucristo debe tener preeminencia en toda la historia. El todo de la historia culmina exclusivamente en eso. ¿Sabe la razón por qué el mundo fue creado? ¡Jesús! ¿Sabe por qué ministra el Espíritu Santo? ¡Jesús! ¿Sabe para qué habrá un día de juicio final? Para que “toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:11). Hitler y Hemingway lo confesarán. Buda y Mahoma lo confesarán. Ningún ser humano puede cambiar ese certísimo futuro: toda la creación reconocerá que Jesús es el Señor.
La próxima vez que alguien le pegunte por qué suceden ciertas cosas, dígales: “¡Para la gloria de Dios!”
“Y Él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, Él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia” - (Colosenses 1:18).
Hay dos comienzos en la creación: el primero ocurrió cuando Dios creó los cielos y la tierra. Cuando Dios creó el primer comienzo, Él habló, y sin más esfuerzo, de sus dedos salió este vasto e inconmensurable universo. ¡Qué sencillo fue para Dios crear este universo! El segundo comienzo es cuando su criatura, el hombre, se vuelve una nueva creación en Cristo (vea 2 Corintios 5:17). Cuando Dios nos reconcilió por medio de su Hijo, se requirió cada gota de su sangre. No había ninguna otra manera de ser salvo, aparte de la muerte de Jesús, el sacrificio perfecto.
¿Qué significa que Dios tenga preeminencia en su vida? Si usted le preguntara a su vecino si Dios tiene preeminencia en su vida, ¿qué cree usted que diría? Más aún: ¿saben ellos que Él es el Señor de su vida? Si no lo saben, ¿por qué no?
“Desde el principio Tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos” - (Salmos 102:25).
El pastor Adrián Rogers en una ocasión dijo: “He predicado el Evangelio del Señor Jesucristo por más de 50 años, pero siento que sólo estoy en el umbral de descubrir a Jesús. Quiero acercarme más y más a Él y aprender más y más de Él.”
¿Sabe usted lo que Pablo dijo al final de su ministerio? “Que pudiera conocer a Dios”(vea Filipenses 3:10). ¿Conoció él a Dios? Sí, pero sabía tan poco acerca de Él. Permítame hacerle una pregunta: ¿Descubrió Cristóbal Colón América? Bueno, él desembarcó en las playas de América. Con todo, aún hoy en día hay miles de lagos sin nombres, bosques y muchos sitios que todavía no han sido completamente explorados. Existe tantísimo en Cristo. Usted puede haber “tocado” a Cristo, pero el plan de Dios es que usted le conozca a Él cada día más y más.
Conozca a Dios hoy. ¿Cómo hacerlo? Usted puede salir y descubrir a Dios afuera, en su creación. Usted puede profundizar en su Palabra leyendo tal vez uno de los profetas menores en el Antiguo Testamento. Usted puede sentarse ante Él, en silencio reverente, mientras medita en su santidad.
JESUCRISTO ES EL SEÑOR.
“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia” - (Romanos 5:17).
¿Por qué Dios vino, en medio de una noche en Judea, a través del portal del vientre de una virgen, para nacer como un hombre? ¿Por qué Él cambió su gloria por carne y sangre? Una de las razones fue para restaurar para nosotros el dominio que habíamos perdido como pueblo de Dios. Tal vez no se da cuenta que Dios lo hizo a usted para reinar. Dios nos creó para ser reyes y reinas (vea Génesis 1:26). Pero, ¿cuánta gente está consciente hoy de su dominio dado por Dios? Jesús justamente recuperó nuestro dominio, y derrumbó los principados y los poderes de este mundo cuando, inclinando su cabeza, dijo: “¡Consumado es!” (Juan 19:30).
Lea la historia de la creación en el primer capítulo de Génesis. ¿Qué distinciones puede hacer entre las creaciones de Dios, y el Creador llamado Dios? Realice una caminata en la naturaleza y agradezca a Dios que Él gobierna sobre la creación y que le ha dado a usted dominio.
“Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él” (Colosenses 1:16).
Jesucristo es el poder de la creación. El pequeño bebé que nació en un pesebre, es el gran creador del cual se habla en Génesis, capítulo uno. De hecho, ese pequeño bebé creó a su madre María. Cuando Él nació, era tan viejo como su Padre, y mucho mayor que su madre. Si miramos el versículo de hoy, la palabra “porque” tiene el significado de “acción o movimiento hacia alguna cosa”. La razón de todo fue Jesús. No sólo todo fue hecho por Él, sino que también fue hecho para Él. Y todas las cosas retornarán hacia Él. El todo de la vida encontrará su clímax en Jesucristo. Él es el poder de la creación, el preservador de la creación y el propósito de la creación.
Elohim, significa el Dios Creador. Invierta tiempo y lea: Génesis 1:1-3, 27-28; 3:3; Isaías 40:28, 54:5; Salmos 19:1-6, 95:6; Nehemías 9:17; Hebreos 1:8, 11:3.
DIOS HA HECHO GRANDES COSAS.
“Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos” (Job. 37:5).
Dios es grande y su obrar es también grande. El versículo afirma esta verdad. Cuando actúa manifiesta Su grandeza, de manera que lo que hace escapa generalmente de la comprensión del hombre, al ser infinita. Pero, además, las cosas que Dios hace son también incomprensibles. La Biblia nos enseña a alabarle porque” su  grandeza es inescrutable” (Sal. 145:2).
El versículo nos invita a considerar primeramente la grandeza de Dios a la luz de las grandes cosas que hace. La primera mirada tiene que ser a la grandeza de la creación. El impacto que el universo produce en quien lo observa es asombroso.
Millones de estrellas formando enormes galaxias que se sustentan y funcionan con una precisión matemática, es la manifestación de la grandeza de Dios. Todo esto vino a la existencia por Su palabra. Tan sólo fue suficiente que la omnipotencia se hiciera oír en un mandato: Sea, para que la creación fluyese como un juego de los dedos divinos. Pero, no solo hace grandes cosas en la dimensión cósmica del universo, sino en el pequeño mundo del hombre. La tierra es una exhibición de la grandeza divina. Nosotros mismos somos una admirable referencia de la infinita sabiduría de Dios. Los miembros de nuestro cuerpo, la compleja estructura de la mente, la admirable grandeza de nuestros ojos, la actividad del corazón y de cada órgano sorprende por su precisión. De ahí que no podamos por menos que decir “Él hace grandes cosas”. Pero la grandeza de Dios tiene que ver también con cada situación de la vida del creyente. En ocasiones el permiso divino trae a nuestra experiencia, las dificultades de una prueba, la tristeza de una situación, los dolores de una enfermedad, el abandono de alguien a quien amamos, o la crítica y murmuración que lastiman profundamente. Cualquier circunstancia, por compleja que nos parezca, no escapa al conocimiento de Dios. En aquello que a nosotros nos parece incomprensible y nos cuesta entender que sea permitido, Él está haciendo grandes cosas, que no entendemos. Está consolidando nuestra fe, animándonos para que nos acerquemos más a Él, enseñándonos el camino conforme a Su propósito, y despertando en nosotros una nueva visión orientada, no hacia lo que estamos pasando, sino al glorioso futuro que prepara para nosotros.
El versículo que nos hace ver a Dios, nos lleva a conocer que muchas de las cosas que Él hace nosotros no las entendemos. Su pensamiento es grande, infinitamente más grande que el nuestro. Sus caminos nos parecen estrechos, dificultosos, resbaladizos y complejos, pero son mucho más altos que nos nuestros. Todo lo que permite es bueno, porque Él es bueno. En ocasiones procuramos hacer lo que nos parece mejor, pero es Dios quien hace aquello que no entendemos y que sin embargo es lo mejor para nosotros.
Quiero conocer esta verdad: “Él hace grandes cosas que yo no entiendo”. No quiero resistirme a la admirable experiencia de sentir que está conduciendo mi camino. Quiero mirar el futuro como una etapa llena de Su gracia, porque sé que “Dios cumplirá siempre su propósito en mí”.
Autor: Samuel Pérez Millos.
Salmo 36:9: “Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.”
Jesús tiene una vida que la tumba no pudo retener. Aun cuando Él llevó sus pecados al sepulcro y los dejó allí, ¡Jesús salió de aquella tumba vivo, resucitado y victorioso! Cuando Jesús resucitó, usted resucitó con Él. Los creyentes no son simplemente buenas personas, son nuevas criaturas. Tenemos el mismo poder que resucitó a Jesucristo de entre los muertos. Hemos salido del sepulcro de la vieja vida. Nuestro viejo amo NO tiene ya ningún poder sobre nosotros. La vieja deuda NO tiene ninguna otra multa que nosotros tengamos que pagar.
Cuando Jesús salió de aquella tumba, nosotros salimos con Él y hemos sido resucitados para andar en vida nueva.
¿Anda usted con la ropa fúnebre de su vieja vida? ¡Quíteselas, mi amigo (a)! ¡Jesús vino a darle nueva vida! ¡Crea que usted es ahora una nueva creación en Cristo!
Segunda Pedro 1:4: ”[...] para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina.”
¿Alguna vez ha escuchado la frase: “La paternidad universal de Dios y la hermandad universal del hombre?” Suena tierna y sentimental, mas es fría y estéril de verdad. Dios no es el Padre de todos, Dios es Padre de aquellos que han nacido en su familia. Quizás usted dirá: “Pero, ¿no creó Dios a todo ser viviente?” Sí. “¿Y si Dios creó a todo ser viviente, no lo hace eso el Padre de todos?” No, lo hace el Creador de todo ser viviente. Existe una diferencia entre la paternidad y la creación. Dios creó a las ratas, las cucarachas, los zopilotes y a las víboras cascabel. Él no es su padre.
Dios se convierte en nuestro Padre no por creación, sino por concepción cuando nacemos en su familia.
Romanos 1:20: “Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.”
¿Pueden los intelectuales creer en Dios? ¡Por supuesto! Muchos intelectuales creen en Dios. De hecho, su intelecto tiene muy poco que ver con su creencia en Dios. De todos los grupos profesionales seculares, ¿sabe cuál posee el mayor número de creyentes en Dios? Los astrónomos. Más del 90% de los astrónomos más brillantes de la tierra creen en Dios. ¿Por qué? Porque ellos han estudiado los cielos. No es señal de inteligencia el no creer en Dios. Si usted es inteligente, tendrá que reconocer que alguien creó todo esto.
Salga a caminar en la noche con su familia bajo el manto de estrellas. Alabe a Dios por su poder reflejado en los cielos.
Mateo 4:16: “El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció.”
Existen dos testimonios dados a todos acerca de la existencia de Dios. El primero es el testimonio objetivo de la creación. El segundo es el testimonio subjetivo de la conciencia. Dios habla al hombre y éste le responde: “Dios, yo anhelo conocerte y necesito conocerte. Verdaderamente creo que existes.” Eso es fe. Y él (o ella) pasa de fe en fe al entrar a la luz hasta llegar al Señor Jesucristo. Creemos de corazón, que nunca ha vivido sobre la faz de la tierra un hombre o una mujer que haya muerto sin haber tenido la oportunidad de recibir a Cristo, si tan sólo hubiese respondido a la luz que Dios le dio.
¿Conoce a alguien que dice ser agnóstico o ateo? Esta semana, trate de entablar con esa persona un dialogo acerca de la creación.
Salmos 46:1: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.”
¿Sabía usted que es imposible geográficamente tener un valle sin tener una montaña? Ambos son hermosos complementos de la magna creación de Dios. El valle es el lugar de visión. Es el lugar para reflexión y reposo. La montaña es el lugar de descubrimiento y adquisición de fuerzas. Si usted se encuentra en el valle, es porque ha descendido de la montaña. Si usted se encuentra en la montaña, llegó a ella al cruzar por el valle.
¿Está usted en el valle o en la cima de la montaña? Por favor lea el Salmo 46 que nos habla de la fortaleza del Señor. Descanse y regocíjese en la fortaleza de Dios doquiera Él lo tenga actualmente.
Colosenses 1:16: “Todo fue creado por medio de Él y para Él.”
¿Quiere saber el significado de “todo”? El significado de todo es únicamente Jesús. Usted puede pensar que esto es una exageración. Vivimos en un grandioso universo, billones de años luz en expansión. Y la Biblia nos dice que “todo fue creado por medio de Él y para Él”. No existe nada que el Señor Jesucristo no haya hecho. La respuesta a la creación es solamente Jesús. La gente dice que el mundo necesita ser salvado. Sin embargo, lo que el mundo realmente necesita es redención. ¿Y de dónde vendrá esa redención? No vendrá de ningún credo, ningún sistema, ninguna causa, sino exclusivamente de Jesús. Todo el universo, los planes de Dios, y la conclusión de los siglos son el resultado de dos palabras: ¡SÓLO JESÚS!
¿Cuándo fue la última vez que compartió su fe? Tal vez hoy usted pueda iniciar una conversación con alguien acerca de la expansión del universo. Quién sabe a dónde le guiará ese destello de verdad.
Primera Pedro 5:6-7: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.”
Cuando Dios nos creó, Él no nos hizo para abandonarnos. Cuando Dios terminó su primera creación, dio un paso hacia atrás y exclamó: “¡Es bueno!” Con todo, luego el pecado entró al mundo, y rompimos la comunión con nuestro creador. No obstante, por su gran amor y misericordia hacia nosotros, Dios envió a su único hijo para reconciliarnos nuevamente con Él. Cuando recibimos el regalo de la salvación llegamos a ser una nueva criatura y Dios afirma: “¡Es bueno!” Cuando el pecado enlodó su propia ropa, Dios mandó las vestiduras de Jesús para que usted se las pusiera. Ahora, usted está lavado en su sangre, limpio ante sus ojos, y por siempre en su corazón.
Véase en el espejo. ¿Lleva las vestiduras de un ser humano o las del Rey? Humíllese ante la diestra del Todopoderoso Dios para que Él le exalte.
Salmos 104:33: “A Jehová cantaré en mi vida; a mi Dios cantaré salmos mientras viva.”
Tenemos un Dios que está presente en toda la creación, por ello debemos reconocerlo. Tenemos un Dios que es poderoso y soberano, por ello debemos respetarlo. Tenemos un Dios con firme propósito, por ello debemos reverenciarlo. Tenemos un Dios que es nuestro salvador personal, por ello debemos recibirlo. Todo esto lo encontramos en Génesis 1:1 donde revela: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Tenemos una obligación para con Dios. Le pertenecemos a Él doblemente. Primero, somos suyos por la creación y segundo, somos suyos por la redención. Él nos hizo y Él nos compró.
¿Alguna vez ha tenido algo muy preciado que se le perdió? ¿Mas, afortunadamente, luego lo recuperó? Ese es sólo un indicio del tesoro que usted es para Dios.
Salmos 148:5: “Alaben el nombre de Jehová; porque Él mandó, y fueron creados.”
En Génesis 1:11-12, leemos: “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.”
Si la teoría de la evolución es verdadera, entonces una especie tendría que evolucionar a otra especie, y si esto fuese verdad, uno podría esperar encontrar formas transitorias de vida. Usted escucha hablar acerca del eslabón perdido. ¡Permítanos decirle que toda la cadena está perdida!
¿Cuál es su creencia acerca del origen de la creación?
Salmos 71: 17: “Oh, Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas.”
Satanás está en medio de una matanza: él quiere asesinar nuestra memoria y sumergirnos en el mar del olvido sin recolección de la herencia cristiana que poseemos como nación. Trágicamente está dirigiendo su artillería a nuestros hijos y particularmente en el lugar donde en tiempos pasados crecían en el conocimiento de lo bueno: las escuelas públicas. En éstas se sacó la oración, mas entró la policía. Se sacó la Biblia, pero entró el programa de aclaración de valores. Se sacaron los Diez Mandamientos, mas entró la ingeniería social. Se sacó la creación, pero entró la evolución. Se sacó la historia correcta, mas entró el revisionismo. Dios dice que debemos recordar la generación por venir.
Usted tiene una labor importante: influenciar las vidas de los que vendrán después de usted. Enséñeles a andar en los caminos del Señor e ir contra la marea del mundo.




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