TODAVIA HAY
TIEMPO PARA SERVIRLE A DIOS.
A PESAR DE
LA EDAD, PODEMOS SEGUIR AVANZANDO.
“Hoy soy de
edad de ochenta y cinco años…cuál era mi fuerza entonces, tal es ahora…” (Josué
14:10-11).
Con el paso
de los años, fui sintiendo más dolor en las articulaciones; en especial, en
días fríos. A veces, no me siento un conquistador, sino alguien conquistado por
los desafíos de la edad.
Por eso, mi
héroe es un hombre mayor llamado Caleb, el ex espía que Moisés envió a
investigar Canaán, la tierra prometida (Números 13–14). Después del informe
desfavorable de los otros espías, Caleb y Josué fueron los únicos a quienes
Dios premió permitiéndoles entrar en Canaán. En Josué 14 nos dice que había
llegado el momento que Caleb recibiera su porción de la tierra, y aún quedaban
enemigos por desalojar. Entonces, rehusando retirarse y dejar la batalla en
manos de la generación más joven, declaró: «Quizá el Señor estará conmigo, y
los echaré, como el Señor ha dicho» (Josué 14:12). «El Señor estará conmigo».
Esta era la perspectiva de vida que mantenía a Caleb listo para la batalla. Se
concentraba en el poder de Dios, no en el de él, ni tampoco en su edad
avanzada. Dios lo ayudaría a hacer lo necesario para avanzar.
Aunque
muchos descartamos asumir tareas monumentales cuando alcanzamos cierta edad,
Dios aún puede hacer grandes cosas con nosotros. Ante oportunidades como la de
Caleb, no debemos rechazarlas. Con la ayuda del Señor, ¡podemos triunfar y
seguir avanzando!
Oremos así:
Señor Jesús, gracias por darme fuerza para seguir avanzando en el conocimiento
de tu persona y en mi vida cristiana.
«Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece». Filipenses 4:13.
Noticias del
Instituto Bíblico de BBN.
NO HAY
MURALLA QUE TE DETENGA.
Las murallas
han estado presentes a lo largo de la historia de la humanidad como una forma
de defensa o protección de un territorio. Pueden ser de gran magnitud como la
Gran Muralla China o más pequeñas, pero sin importar su tamaño, sin duda
alguna, delimitan espacios e impiden la comunicación.
El libro de
Josué, en el capítulo 6, nos relata la toma de Jericó. Dios le había entregado
esta ciudad al pueblo de Israel pero entre ellos y la ciudad había una muralla.
El relato dice que Jericó estaba cerrada y que nadie entraba ni salía de ella.
Entonces, Dios ordenó a Josué dar siete vueltas a la ciudad, una vuelta por
día. El séptimo día, al terminar de dar las vueltas, al sonar de los cuernos el
pueblo debía gritar a gran voz y los muros caerían.
El relato
dice que el pueblo obedeció y los siete sacerdotes iban tocando bocinas delante
del arca del pacto mientras que el pueblo iba en silencio atrás.
¿Imaginas lo
que debe haber sido para los enemigos escuchar todos los días el sonido de las
bocinas y los pasos del pueblo marchando alrededor?
Al séptimo
día, al terminar de dar las vueltas, tocaron las bocinas y el pueblo gritó a
gran voz y los muros cayeron.
Muchas
veces, en nuestras vidas las murallas no son físicas. Dios nos promete algo
pero alrededor de aquello hay grandes muros que parecen imposibles de pasar.
Sin importar lo altos, anchos o gruesos que sean ni de qué material estén
hechos, si Dios ya te entregó algo no habrá muralla lo suficientemente fuerte
para detenerte.
Algo
interesante en este relato es que dice que el pueblo obedeció los mandamientos
de Dios y dieron las vueltas en silencio, solamente gritaron cuando había
llegado el tiempo. Pero además, llevaban con ellos el Arca de Jehová en medio
de ellos.
No importa
si son siete vueltas las que ya has dado o son más. Dios tiene un tiempo para
mostrar su gloria, no con todos usa la misma fórmula y nuestro tiempo no es Su
tiempo. Pero mientras estás esperando que esas murallas caigan no reclames, no
murmures, espera quietamente en Dios, haz lo que te pide y lleva contigo, en tu
corazón, sus mandamientos, atesora Su palabra y verás cómo al final de las
vueltas glorificarás a Dios y esos muros caerán.
Espera en
Dios y verás grandes milagros. Él es quien te defiende, quien pelea por ti y
nunca te desamparará.
“A causa del
poder del enemigo esperaré en ti, Porque Dios es mi defensa”. Salmos 59:9.
Autora: Ana
María Frege I.
Coordinadora
Call Center.
El siguiente
crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
RECUERDA LA
PROMESA DE DIOS.
Jehová
también está contigo...
“Y sucedió
que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba, diciendo:
Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor. Y tomó su amo a José, y lo
puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la
cárcel. Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio
gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano
de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo
que se hacía allí, él lo hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa
alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y
lo que él hacía, Jehová lo prosperaba”. Génesis 39: 19-23.
Suena un
poco curioso pero sobretodo contradictorio leer esta parte de la historia de
José. Un joven que había caminado correctamente delante de Dios al punto de no
aceptar las invitaciones de la esposa de su amo Potifar, quien deseaba
acostarse con él. Acusado injustamente y con falsos cargos, José es llevado a
la cárcel y privado de su libertad. Sin embargo la biblia dice que Dios estaba
con él en medio de todo este caos. Por lo tanto le prospero en aquella prisión
y le hizo hallar gracia delante de las personas que allí cuidaban.
La pregunta
que viene a nuestra mente es, si Dios estaba con José ¿cómo es posible que algo
tan terrible e injusto le ocurra?
La Biblia
continua contando como Dios uso esta situación para poner a José en un lugar
mucho más alto del que se encontraba anteriormente, pero mas aun, José mismo
entiende que quien permitió todo esto en su vida había sido Dios, ya que por
medio de él y su alto cargo en Egipto su amado Padre, sus hermanos y su familia
no perecerían a raíz de una hambruna de 7 años que hubo en la tierra.
Muchas veces
tendremos que vivir situaciones que son realmente injustas, sencillamente no es
posible explicar el motivo por el cual tú, un familiar, un amigo o un conocido
pueda estar experimentando un muy mal momento. Lo que sí sabemos es que Dios
tiene control sobre todo y aun en las peores situaciones El también está con
nosotros como estuvo con José en el tiempo que este permaneció preso.
Nuestro
trabajo no es entonces tratar de encontrar un porque, evaluar que fue lo que
hicimos mal para merecer tal “castigo” o culpar a Dios por actuar tan
“injustamente”. Nuestra tarea debe ser caminar íntegramente delante de Dios,
preocuparnos por conducirnos correctamente y en rectitud como lo hizo José.
Nuestros esfuerzos se deben enfocar en conservar lealtad a Dios en todo momento
y así podremos estar tranquilos sabiendo que no importa el problema o la
dificultad Dios siempre está con nosotros.
Gálatas 6:9
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos”. (RVR1960).
Jehová también
está contigo, sólo conserva tu integridad y El te prosperará.
Autora. Dilean
Cañas.
El siguiente
crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
NO VA A CARE
DEL CIELO.
ESFUÉRZATE Y
SE VALIENTE…
A veces
cometemos el error de pensar que las cosas van a caer del cielo, como cuando
tenemos un examen importante y sin estudiar, esperamos que con una oración Dios
nos apruebe con altas calificaciones; o cuando necesitamos dinero, podemos
esperar que alguien toque la puerta de nuestra casa y diga “Dios me mandó” en
vez de levantarse a buscar trabajo...
Tal vez
luchas con una debilidad. Quieres dejar de pensar en cosas malas, pero sigues
viendo programas o escuchando música que ensucian tu mente. Quieres tener paz,
sin embargo sigues esperando que la otra persona se acerque a pedirte perdón.
Quizá quieres ser un gran cantante, sin embargo no te esfuerzas por aprender a
cantar, y esperas que por un milagro te llamen al escenario,
“Mira,
Israel, el Señor tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión
de ella, como el Señor, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas, ni te
acobardes.” - Deuteronomio 1:21.
La verdad es
que Dios ha puesto todo lo que necesitas delante de ti. Ahora está esperando
que te esfuerces y tomes posesión de ello, como se lo pidió a Israel. Te ha
dado inteligencia y sabiduría. Lo que te corresponde ahora es estudiar. Te ha
dado fuerza, manos y pies para que trabajes. Te ha regalado dones y talentos.
Lo que debes hacer ahora es desarrollarlos y así ser obediente a Él.
“Mira que te
mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu
Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” - Josué 1:9.
En una
ocasión, un joven pidió oración a su pastor, para que Dios le diera un
ministerio grande como el suyo. Después de orar, le dijo: “Ahora prepárate,
duplica tu comunión con Dios, santifícate para que Dios haga maravillas
contigo” Estoy segura que muchas veces Dios te ha regalado cosas con facilidad,
sin embargo, esto no pasará todo el tiempo, porque quiere que nos esforcemos y
seamos valientes.
“Guardad,
pues, todos los mandamientos que os ordeno hoy, para que seáis fuertes, y
entréis y toméis posesión de la tierra a la cual entráis para poseerla” -
Deuteronomio 11:8.
Siendo hijos
de Dios, la promesa siempre está frente a nosotros, tan cerca, que sólo nos
separa el esforzarnos para alcanzarla. Por tanto ¡No esperes sentado! Ponte de
rodillas, guarda y obedece su Palabra para que recibas fuerza de lo alto, ya
que necesitas esta fuerza para levantarte y tomar posesión de Sus promesas y
después podamos disfrutar el fruto de nuestro trabajo.-
¡No esperes
que las cosas te caigan del cielo, lucha por ellas!
Autora.
Shirley Chambi.
El siguiente
crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Este
artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
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