EL ELOGIO DE
LA LENTITUD: PACIENCIA NO ES LO MISMO QUE LENTITUD.2 Pedro 3:1- 10.
3:1 Amados, esta es la segunda carta que os
escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,
3:2 para que
tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos
profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;
3:3 sabiendo
primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus
propias concupiscencias,
3:4 y
diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que
los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de
la creación.
3:5 Estos
ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra
de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua
subsiste,
3:6 por lo cual
el mundo de entonces pereció anegado en agua;
3:7 pero los
cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra,
guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres
impíos.
3:8 Más, oh
amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil
años como un día.
3:9 El Señor
no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento.
3:10 Pero el
día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con
grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las
obras que en ella hay serán quemadas.
El Señor no
retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza. 2 Pedro 3:9
Si hubiera
un concurso para determinar cuál es la virtud más popular, sospecho que
«rápido» derrotaría a «mejor». Muchas partes del mundo parecen estar
obsesionadas con la velocidad. Sin embargo, la locura de lo «rápido» nos está
conduciendo rápidamente a ninguna parte.
«Ha llegado
la hora de poner un freno a nuestra obsesión de hacer todo con más rapidez»,
dice Carl Honoré en su libro Elogio de la lentitud, que “la velocidad no es
siempre la mejor política”.
Según la
Biblia, tiene razón. Pedro advirtió que, en los últimos días, la gente dudaría
de Dios porque parece lento («retarda») en cumplir Su promesa de regresar. No
obstante, también señaló que Su aparente lentitud es algo bueno. En realidad,
el Señor está demostrando Su paciencia al dar más tiempo para que la gente se
arrepienta (2 Pedro 3:9), y también al ser coherente con Su carácter, que es
paciente o tardo para la ira (Éxodo 34:6). 34:4 Y Moisés alisó dos tablas de
piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como
le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.
34:5 Y
Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de
Jehová.
34:6 Y
pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte,
misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;
Nosotros
también debemos ser lentos para enojarnos y para hablar (Santiago 1:19). Según
Santiago, la «prontitud» está reservada para nuestros oídos. Se supone que
debemos ser rápidos para escuchar. Piensa cuántos problemas podríamos evitarnos
si aprendiéramos a escuchar (escuchar en serio, no sólo parar de hablar) antes
de decir algo. En nuestro apuro por alcanzar las metas y cumplir con los
plazos, acordémonos de acelerar los oídos y desacelerar el carácter, la lengua
y tener paciencia.
REFLEXIÓN:
Cuando estés a punto de perder la paciencia con alguien, recuerda lo paciente
que ha sido Dios contigo.
TRES
VERDADEROS EJEMPLOS DE PACIENCIA:
1- Dios es siempre Paciente. La Biblia
nos hace maravillarnos de la paciencia de Dios El apóstol Pedro la manifiesta
“cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se
preparaba el arca” (1 P. 3:20). 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez
por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la
verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;
2- 3:19 en el cual también fue y predicó
a los espíritus encarcelados,
3- 3:20 los que en otro tiempo
desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de
Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho,
fueron salvadas por agua.
2- El Señor
Jesucristo tuvo paciencia. Nos enseñó a tener la paciencia con los que son
enemigos (Lc. 6:26-28). 6:26 ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen
bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.
6:27 Pero a
vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que
os aborrecen;
6:28 bendecid
a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
6:29 Al que
te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa,
ni aun la túnica le niegues.
6:30 A
cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo
devuelva.
6:31 Y como
queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con
ellos.
3- Pablo
desarrollo Paciencia: el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable
para con todos, apto para enseñar, sufrido (2 Ti. 2:24). 2:24 Porque el siervo
del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para
enseñar, sufrido;
2:25 que con
mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se
arrepientan para conocer la verdad,
2:26 y
escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
ELEMENTOS
BÁSICOS SOBRE LA PACIENCIA:
La paciencia
sufre y extiende su amor, no se rinde (1 Co. 13:4). 13:4 El amor es sufrido, es
benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
La paciencia
requiere, muchas veces, doblar las rodillas y orar por nuestros enemigos y
aquellos que nos maltratan.
La paciencia
es la reacción santa ante aquellos que se oponen a nosotros (Lc. 23:34). 23:34
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
La paciencia
no es fácil de desarrollar, es una virtud que nos lleva a la madurez y requiere
un proceso de cambio (2 P. 1:3-8). 1:3 Como todas las cosas que pertenecen a la
vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
1:4 por
medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por
ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de
la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;
1:5 vosotros
también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a
la virtud, conocimiento;
1:6 al
conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia,
piedad;
1:7 a la
piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
1:8 Porque
si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin
fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo
La paciencia
nos conduce a seguir las pisadas de Cristo (1 P. 2:21). 2:21 Pues para esto
fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos
ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
La paciencia
viene como resultado del control del Espíritu Santo, el cual necesitamos en
toda situación (Gál. 5: 19-22). 5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne.
5:17 Porque
el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
5:18 Pero si
sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
5:19 Y
manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lascivia,
5:20
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías,
5:21
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca
de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican
tales cosas no heredarán el reino de Dios.
5:22 Mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
5:23
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
PASTOR:
Rigoberto Gómez Escobar.
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