lunes, 29 de julio de 2013

LA VIDA ES: DURA, DIFÍCIL, INJUSTA,.......Y NO SE QUE MÁS DIRÍAMOS

INTRODUCCIÓN:
http://ebookscristianos.org/wp-content/uploads/2008/02/sermonessobrejob1.pdf
Job 1: 1, Job 1: 20, Job 5: 17, 18, Job 19: 17- 25.
CUANDO NOS OCURREN PROBLEMAS CREEMOS SER LOS ÚNICOS Y LOS MÁS AFECTADOS, PERO HAY OTROS EN IGUAL CONDICIÓN

¡Peor Imposible!
                           "Me probará, y saldré como oro" Job 23:10
Cuando enseñaba en una escuela bíblica en una ciudad muy grande, a veces corregía las tareas de los alumnos en un patio de comidas, mientras esperaba el tren para ir a casa. Un día, golpeé accidentalmente mi taza de café, y todo el contenido cayó dentro de mi portafolio. En la mayoría de las grandes ciudades, donde están las personas que viajan diariamente a sus trabajos, hay un lugar reservado y tranquilo, sin embargo, el ruido del café al caer fue tan tremendo que no pasó desapercibido, entonces, un hombre que estaba sentado cerca, dijo bien alto: "¡Peor imposible!".
Desde luego, ese comentario fue exagerado. Sin embargo, todos le tememos a algún tema en particular, como a la decadencia económica, la muerte de un hijo o de un cónyuge, el cáncer o cualquier otra pérdida o dificultad. El libro de Job es un ejemplo de "peor imposible" No obstante, Job evaluó sabiamente la función de Dios en medio de las pruebas relacionadas con pérdidas y una salud quebrantada: Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro» (Job 23:10). Esta sabia declaración nos enseña tres lecciones importantes:
CONOCER A DIOS. Isaias 40: 25- 31.
 40:25 ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. 
40:26 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio. 
40:27 ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? 
40:28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. 
40:29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 
40:30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 
40:31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
(1) Aquello que nos sucede o que tememos que suceda puede ser usado para probar nuestro carácter.
(2) Aquello que nos sucede o que tememos que suceda puede ser usado para fortalecernos.Romanos 8: 28.
8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 
(3) Dios proveerá la fuerza y el consuelo necesarios para que salgamos adelante. No importa cuán difícil o imposibles nos parezca aquello por lo que atravesamos. Jeremias 29: 11- 12.
29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. 
29:12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; 
Un consejo en momentos difíciles, aférrate a Dios. Él prometió obrar a tu favor, aun cuando todo se torne peor imposible. Recuerda Dios nunca está en contra tuyo, permite pruebas, circunstancias o situaciones para que seas mejor y más parecido a Cristo.

Reflexión:  "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Ro. 8:31- 32".

«¿CON QUIÉN VAMOS?»
por Carlos Rey

Con los caimanes al acecho en las desiertas playas del ancho y solitario río del que son terribles dueños, avanza un bongo por el Arauca en los llanos de Venezuela. Se trata de una canoa mercante, capitaneada por el patrón, que lleva a bordo a dos pasajeros: Santos Luzardo y el Brujeador. El patrón le dice a Luzardo que no acepte nunca a un compañero de viaje a quien no conozca como a sus manos. Con eso se refiere a que no debió haber accedido a que el Brujeador, que se parece al diablo mismo, los acompañara en la canoa. Pero más tarde le dice que no hay que preocuparse. Además de que van con ellos cuatro hombres y un rifle, «el Viejito viene con nosotros», le asegura el capitán.
Luego de descansar en la orilla, embarcan, pero al rato uno de los remeros advierte: «¡Vamos solos, patrón!» Ante esto, el patrón manda que se devuelvan, porque «se nos ha quedado el Viejito en tierra», explica. Al salir de nuevo del punto de partida, el patrón alza la voz y pregunta: «¿Con quién vamos?» Los remeros responden: «¡Con Dios!» Y el patrón le explica a Luzardo: «Ese era el Viejito que se nos había quedado en tierra. Por estos ríos llaneros, cuando se abandona la orilla, hay que salir siempre con Dios. Son muchos los peligros de trambucarse, y si el Viejito no va en el bongo, el bonguero no va tranquilo. Porque el caimán... el temblador y la raya... y... los caribes... dejan a un cristiano en los puros huesos, antes de que se puedan nombrar las Tres Divinas Personas.»
De ahí que Rómulo Gallegos, el célebre autor venezolano, concluya el primer capítulo de su clásica novela Doña Bárbara con estas elocuentes palabras: «¡Cuán inútil resonaría la demanda de auxilio, al vuelco del coletazo del caimán, en la soledad de aquellos parajes! Sólo la fe sencilla de los bongueros podía ser esperanza de ayuda, aunque fuese la misma ruda fe que los hacía atribuirle poderes sobrenaturales al siniestro Brujeador.»1
Menos mal que, a diferencia de los cristianos de nombre nada más, cada uno de nosotros, como verdadero seguidor de Cristo, puede conocer al «Viejito», al Padre celestial, «como a sus manos». No tenemos que ampararnos en preguntas sacramentales como «¿Con quién vamos?», ni en ritos o supersticiones semejantes, ni nos hace falta tener a Dios por amuleto o talismán. Comprendemos, más bien, que Dios, a quien el profeta Daniel trata como «el venerable Anciano»,2 envió al mundo a su Hijo Jesucristo, la Segunda de «las Tres Divinas Personas», para vivir entre nosotros, morir por nosotros y ascender al cielo para interceder por nosotros. Y tenemos plena confianza en las últimas palabras que pronunció Cristo antes de ascender a la presencia del Padre celestial: «Les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.»3
De modo que si alguien pregunta: «¿Con quién vamos?», no titubeamos en contestar: «¡Con Dios!», inspirados por una fe sencilla y una esperanza de ayuda perpetua que se cimentan en la interrogación retórica: «Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?»4

1Rómulo Gallegos, Doña Bárbara (Caracas: Sonia Gallegos de Palomino y Biblioteca Ayacucho, 1977), pp. 7‑14.
2Dn 7:9,13,23
3Mt 28:20
4Ro 8:31
LA VIDA ES: DURA, DIFÍCIL, INJUSTA,.......Y NO SE QUE MÁS DIRIAMOS

La vida es dura
La vida es dura. Estas cuatro palabras son una evaluación exacta de nuestra vida en esta tierra. Cuando el escritor del libro de la Biblia llamado Job tomó su estilete para escribir su historia, pudo haber comenzado con una frase contundente muy semejante: “La vida es injusta.”
Nadie puede negar el hecho de que la vida está caracterizada por problemas, aflicciones y angustias. La mayoría de nosotros hemos aprendido a enfrentar la realidad que la vida es dura, pero ¿no es también injusta? ¡Bienvenido al mundo de Job! Job fue un hombre de una piedad única y genuina; también fue un hombre que tuvo una prosperidad bien merecida. Fue un caballero piadoso, extremadamente rico, un excelente esposo y un buen padre, pero una serie de súbitas y brutales calamidades, una tras otra, convirtieron a Job en un amasijo de quebrantamiento y aflicción. La extraordinaria acumulación de desastres que lo golpearon habría sido suficiente como para acabar con cualquiera de nosotros. Job se queda en la ruina, sin casa, sin hijos, en la miseria más grande. Está de pie en un valle azotado por el viento, junto a las diez tumbas frescas de sus hijos que han muerto. Su esposa solloza profundamente, a tiempo que se arrodilla a su lado después de escucharle decir: “Seguiremos sirviendo a nuestro Dios, ya sea que nos dé o nos lo quite todo”. Ella se inclina y le susurra en voz baja: “¿Por qué no maldices a Dios y te mueres?”.  Su miseria se convierte en un misterio ante el silencio de Dios. No recibe ningún consuelo.
Haga una pausa y contemple la angustia de esta pareja, sin olvidar que Job no ha hecho nada para merecer tan insoportable dolor. ¿Cómo habría sido su reacción de haber sido usted y no Job el protagonista de esta historia? Nuestra inclinación natural por la justicia hace que el dolor tome el lugar de la paciencia.  Ahora en esos momentos debemos recordar:
1- En todo lo que haga cuando surjan los conflictos, sea sabio.  Si no tiene cuidado, manejará los conflictos con la energía de la carne. Pero después...lo lamentará.
2- Siempre hay dos lados en la calle del conflicto, evalúe las diferencias.  La otra parte de ser sabio es orar, busque la perspectiva de Dios.  Él nos dará la sabiduría que necesitamos si se la pedimos.
3- Tome cada conflicto tal y como se presenta. . . y luego manéjelo por separado.  Es posible que usted haya ganado una batalla ayer, pero eso no contará cuando surjan las escaramuzas de hoy. Es posible que tenga una gran dosis de paciencia hoy, pero eso no significará nada cuando el día de mañana venga de nuevo el ataque. Dios no nos da la paciencia a crédito. Cada día es un nuevo día.
Dios, en los tiempos difíciles, quiere que desarrollemos rasgos  de paciencia. Alguien dijo que éstos son: dar espacio, tiempo y gracia. Permítame decirle que estos rasgos, no se logran con una vida fácil sino en los momentos difíciles.
EL ÚNICO QUE NOS GARANTIZA LA SEGURIDAD ES DIOS

MANOS SEGURAS
“Y me salvará tu diestra.”  Salmo 138:7
Edwin van der Sar, arquero del equipo de fútbol Manchester United, tenía un par de manos «seguras». Durante una temporada, tuvo el récord mundial del arco menos vencido: ¡1.302 minutos sin que le metieran un gol! Esto significa que, durante casi 15 encuentros de 90 minutos cada uno, mientras él cuidaba los postes y el travesaño, nadie pudo anotar ni siquiera un gol contra ese equipo. Pero, en marzo de 2009, el récord se acabó cuando un equipo adversario anotó un gol.
El salmista David hallaba consuelo en las manos más seguras que existen: las de Dios. En el Salmo 138, hablando de la protección del Señor, escribió: «… extenderás tu mano, y me salvará tu diestra» (v. 7). Tal como David, nosotros también podemos acudir a las manos seguras de Dios para protegernos del peligro y de la derrota espiritual.
Otra seguridad que la Palabra de Dios brinda para los seguidores de Cristo se encuentra en Judas 1:24-25 "Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén". Esto no significa que nunca tropezaremos, sino que nunca lo haremos de tal manera que el Señor no nos pueda levantar. Las manos seguras de Dios no fallan… ¡Jamás!
Reflexión: No hay nada más seguro que estar en las manos de Dios.
Dios; cuanto te necesitamos a diario, no nos dejes solos por favor, ven a nuestra ayuda pronto. Amén

¿QUÉ HACER CON NUESTRA PREOCUPACIÓN:? Hebreos 10: 35- 39.
10:35 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; 
10:36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. 
10:37 Porque aún un poquito, 
Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. 
10:38 Mas el justo vivirá por fe; 
Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
10:39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.
- Debemos evitar la preocupación. Filipenses 4:6, se nos ordena, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”
- Debemos traer todas nuestras necesidades y preocupaciones ante Dios en oración, en vez de preocuparnos acerca de ellas.
- Debemos impedir preocuparnos acerca de las necesidades físicas, como la ropa y la comida. Jesús nos asegura que nuestro Padre Celestial cuida de todas nuestras necesidades (Mt. 6:25-34).
¿Cómo vencer la preocupación?
- Dios quiere que vivamos ésta instrucción: “echando toda nuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de nosotros” (1 P. 5:7).
- Dios quiere que no nos agobiemos llevando el peso de los problemas y las cargas. Dios nos anima a entregarle todas nuestras preocupaciones y carga (Mt. 11:28-30).
- Dios quiere que sepamos que le importamos y se interesa por nosotros (Sal.103:13,14).
- Dios quiere que recordemos que ninguna preocupación es demasiado grande o pequeña para que no tenga Su atención (Is. 49:15).
- Dios quiere que le entreguemos nuestros problemas, y Él promete darnos Su paz, la cual sobrepasa todo entendimiento (Fil. 4:7).
¡Por tanto, no necesitamos preocuparnos por nada!
LAS PREOCUPACIONES ALTERAN LA VIDA NORMAL:
1 Pedro 5:7: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.”

¿Qué pasa cuando usted se preocupa? Usted transporta las dificultades del mañana al día de hoy.Dios no le dio gracia para las dificultades de mañana. Él solamente le da gracia para las de hoy. Cuando usted toma prestado los problemas del mañana, sobrecarga el circuito de hoy. La ansiedad no quita el pesar del mañana, sino las fuerzas del día de hoy.Entonces cuando usted enfrenta el mañana, ya está sin aliento porque va sobrecargado en el presente. Por consiguiente, la preocupación no le prepara para el mañana, por el contrario, no estará listo para enfrentarlo. El ayer es cheque cancelado. El mañana es una nota promisoria. El día de hoy posee todo el efectivo que usted puede administrar. ¡Gástelo sabiamente!
PUNTO DE ACCIÓN:
¡La preocupación se comerá su almuerzo y también su desayuno y cena! Confiese sus preocupaciones como pecado (porque lo son). Coloque sus ansiedades ante el trono de Dios todopoderoso y confíe en que Él proveerá.



PASTOR: Rigoberto Gomez E

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