domingo, 23 de marzo de 2014

CRISTO EL PASTOR Y PRÍNCIPE DE LOS PASTORES.

CRISTO EL PASTOR Y PRÍNCIPE DE LOS PASTORES.
EL TRABAJO QUE REALIZA EL PASTOR.
A. No te preocupes…No temas…Descansa
Nada te faltará. – Salmo 23:1.

David era un hombre conforme al corazón de Dios.  Entendía que Él era poderoso, que estaba presente en todo lugar y que era un pastor personal.  Este Pastor que está presente en este momento, conocía a David.  Realmente lo conocía, y David a su Pastor.

Por eso David estaba convencido que nunca necesitaría nada y pudo decir, Nada me faltará.  Su futuro estaba asegurado.  Todos sus recursos infinitos de poder y de amor eran suyos.
 Jesús dijo que el Padre sabe cuándo el gorrión más pequeño cae a la tierra (Mt 10:29). Nunca son olvidados por Dios (Lc 12:6)  Si Él tiene tanto cuidado de un gorrión, ¿te puedes imaginar el cuidado que tiene de ti?
 B. Alimento Poderoso Para Un Pastor Que Tiene Hambre
Jehová es mi pastor; nada me faltará
En lugares de delicados pastos me hará descansar… Sal 23:1-2.
David, el pastor joven que más tarde llegó a ser rey, entendió esto también.  Él sabía lo que era la soledad. Experimentó el hambre espiritual, y como todos David precisaba aprender que solo Dios puede satisfacer nuestras necesidades más profundas.  Muchos pastores muy conocidos han tenido que aprender que a veces nuestro único maestro y pastor es Jesús.

La mejor noticia es que Él  siempre está a tu lado.  El nunca falla.  Ni una sola vez.  David nos hace recordar que Dios nos ha rodeado con pastos delicados y verdes para nuestro descanso y confort. También esos pastos están allí para alimentarnos.  Cada día tienes abundante alimento y tu satisfacción es garantizada. No solo serás personalmente satisfecho pero podrás compartirlo con los que están cerca de ti.   Déjame sugerirte cuatros áreas de tu vida en las cuales debes buscar esos pastos frescos y verdes…  
   
LOS BRAZOS DE NUESTRO PASTOR SON FUERTES.

Los Brazos de tu Pastor.
Como pastor apacentará su rebaño;
En su brazo llevará los corderos,
Y en su seno los llevará;
Pastoreará suavemente a las recién paridas. – Is. 40:11


Quiero animarte con una buena noticia.  Es una verdadera buena noticia. Tienes un Pastor que te está cuidando ahora mismo.  Y está listo para levantarte en sus brazos en cualquier momento, especialmente en tiempos de necesidad.

Isaías, hablando proféticamente acerca de Jesús en este pasaje mesiánico -- porque como podrás notar, este verso se encuentra en rojo en la Biblia Thompson -- nos dice que Cristo cuida en una forma especial a los más necesitados.  Los corderos son los más tiernos.  Estos son los más débiles y que se enferman fácilmente.  Son los que divagan, y  frecuentemente se caen y se lastiman con facilidad.  El lleva a estos corderitos en sus brazos.

¿Alguna vez has pensado en la clase de brazos que tiene tu Pastor?  Son. . .

Brazos fuertes.  Son los brazos más fuertes que hay en todo el universo.  Ellos crearon el mundo y todo lo que en él hay. Fueron los brazos que movieron los dedos para poner la luna y las estrellas en su lugar (Sal. 8:3).  También fueron los mismos brazos que se agacharon para levantar a Pedro y ponerlo en la barca cuando se estaba hundiendo en la tormenta (Mt. 14:22-36).  Tal como Pedro, tú también puedes clamar al Señor,  “Señor, sálvame,” y Él lo hará.

Brazos largos.  Sus brazos no son limitados como los tuyos o los míos. Los de El no tienen límites.  Alcanzan a cada pueblo, tribu y nación.  Se extienden de mar a mar, y de una montaña a otra.  Son lo suficientemente largos para alcanzar y aquietar tu corazón adolorido.  Son lo suficiente largos para alcanzar y rescatar a tu hijo o hija pródiga, no importa cuán lejos se hayan alejado. Esos brazos los vuelven a traer a casa.  ¿Por qué no hacer la canción del salmista tuya?  Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo (Sal. 98:1).

Brazos cariñosos, y misericordiosos que nos dan confianza.  Jesús dijo, Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar (Mt. 11:28).  Sus brazos extendidos sanó al leproso, y pueden hacer lo mismo por ti (Mt. 8:4).  Cuando Jesús vio la mujer adúltera, la saludó con esos brazos de compasión y le dijo, Ni yo te condeno; quedas perdonada (Juan 8:1-11).  Esos mismos brazos que dieron la bienvenida al Hijo Prodigo

EL SECRETO DE LA VIDA ABUNDANTE.
Yo soy el buen pastor;
El buen pastor su vida da por las ovejas.  Jn.10:11

La pregunta clave es, ¿por qué Jesús se llama El Buen Pastor?  ¿Qué es lo que el Espíritu Santo quiere que aprendamos acerca de Él?  ¿Qué es lo que lo hace a Jesús tan bueno?

El contexto nos ayuda a responder a estas interrogantes.  En el verso diez, aprendemos que Jesús es bueno porque ha derrotado al enemigo (Véase el devocional anterior).

Pero en verso diez encontramos otra razón.  Jesús se llama bueno porque es el dador de una vida abundante.

Cuando pido que personas describan una vida abundante, usualmente responden dándome una lista de cualidades.  Es una vida llena de gozo, paz, amor, prosperidad, y satisfacción. Es una vida de armonía en el matrimonio, hogar y la iglesia.  Y por cierto mucho más.  Es una clase de vida que todos añoran.

Pero la tragedia de hoy es que muy pocos viven esta clase de vida.  ¿Nos preguntamos por qué?  ¿Cuál será el secreto de esta clase de vida?

Jesús otra vez responde a la interrogante.  El amorosamente nos muestra el camino.  “Mas bienaventurado es dar que recibir (Hch. 20:35).  Irónicamente la vida abundante no se la encuentra a su cabalidad hasta que no se la comparte con otros.




JESUCRISTO CEDE SER COMO DIOS, PARA SER HUMILLADO.

TU PASTOR EXALTADO – SE HUMILLÓ A SÍ MISMO
Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo,
El gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, –He. 13:20

Hoy estamos enfocados otra vez en Hebreos 13:20. Estamos preguntándonos - ¿Por qué el Espíritu Santo llama a Jesús el Gran Pastor? Tu recordarás en Juan 10:11, que Él fue llamado el Buen Pastor. Pero aquí, el Espíritu Santo ha escogido cuidadosamente otra palabra – ¡“Gran”! ¿Por qué?.

Jesús es nuestro Gran Pastor debido al lugar donde Él está. Ahora Él está sentado en el lugar más elevado del universo. Exaltado por encima de todo poder, todo principado y todo reino. Y tú estás sentado con Él (Ef. 2:6).

Pero Jesús no sólo es grande hoy debido a dónde está. Él es grande debido a la manera en que llegó ahí.

Jesús no llegó a la diestra de Su Padre, el lugar de poder, a través de Su propio poder o influencia. ¡No! En Su Reino tú te haces grande al humillarte a ti mismo. Tú te conviertes en alguien con influencia cuando eres obediente a Dios. Tu debilidad es tornada en fortaleza cuando tú sirves a los demás. Cuando tú te niegas a ti mismo, entonces Dios te usa. Eso es lo que Jesús enseñó. Es la manera en que Él vivió. Él nos mostró el camino a la grandeza.
CRISTO COMO PASTOR Y REY EN MEDIO DEL TRONO.
Jesús el Cordero-Rey: Tu Mentor
Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará
A fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.    – Ap. 7:17

Me pregunto.  ¿En verdad entiendes Quién es el que te guiará y será tu mentor el día de hoy -- si se lo permites?  Jesús no es algún remoto dios, que no conoce dónde vives.  Que no conoce tu dolor.  Que no conoce los retos increíbles que enfrentas.


¡No!  Él es tu Pastor resucitado.  Y Él es Rey.  Gobernando y reinando en amor y autoridad mientras lees esto.  Pero, también es un Cordero, para siempre.  Él se convirtió en uno de nosotros.  Uno con nosotros.  ¡Alguien justo como nosotros!  Él caminó en tus pisadas.  En mis pisadas.  Y ahora mismo Él está junto a ti, listo para alcanzarte, orientarte, guiarte y ayudarte a través de cada decisión difícil que tú debas tomar hoy.  ¡Quiero que entiendas quién es tu Pastor!  En Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Col. 2:3).

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